👑CHLOE👑

Un segundo.

Un segundo más y hubiera muerto. James llegó justo a tiempo. Suena patética mi actitud de cenicienta esperando ser rescatada por el hombre, pero todo pasó en segundos y no supe cómo defenderme. Ahora más que nunca sé que debo aceptar a James y su entrenamiento. Al menos me ayudará a no morir tan fácilmente.

Llegamos a mi departamento y me siento en el sofá mientras James deja todas mis cosas en el recibidor y se dirige a la cocina. Sigo en shock por mi casi muerte, que no me fijo en que James viene con una bolsa de comida hacia mí. El olor a comida china me saca del trance por un instante. James se sienta a mi lado ofreciéndome una bolsa más pequeña que contiene tallarines, un recipiente con salsas y un jugo natural. Comemos en silencio. Veo a James devorar las piezas de pollo de su plato con tal gusto, que sonrío inconscientemente.

Termino mi comida de prisa al ver la hora. A las tres empiezan mis prácticas y faltan quince minutos. Corro al baño a cepillarme los dientes mientras James recoge las cosas de la sala. Salpico un poco de agua a mi rostro, quitándome los rastros de lágrimas y salgo buscando mi bolso.

- ¿Estás segura de ir? – pregunta preocupado – Aún estás temblando

- Lo sé – me siento nuevamente – Pero si me quedo aquí pensaré en todo esto y probablemente huya del país para evitar todo este drama en el que me he involucrado.

- Aunque te escondieras en las fosas marinas, te encontraría, reina – su voz es una suave melodía en el caos que es mi mente – Estoy aquí para protegerte y te lo acabo de demostrar. No hay porqué temer, pero sigues muy nerviosa, sería mejor que te quedes en casa

- Tengo responsabilidades – digo decidida – Estaré bien, tranquilo – tomo su mano y el choque eléctrico de nuestras pieles me encanta – Gracias por todo – beso su mejilla y él me abraza con fuerza

- No sé qué haría si algo te sucede – susurra en mi oído - Te llevo – dice soltándome y acercándose a la puerta

- Gracias – digo encaminándome.

Llegamos a su motocicleta y la misma electricidad y calor se esparce por mi cuerpo cuando me abrazo a su torso. Voy dirigiéndolo por las calles y finalmente llegamos a "Skate". Me bajo y le entrego el caso, agradeciéndole y voy corriendo al interior del edificio. Carrie, la recepcionista, me recibe con una sonrisa, me entrega mi tarjeta de pasante y me dice que el jefe me espera en su oficina. Le agradezco y voy hacia el ascensor hacia el último piso.

Owen Stevenson Kurts, mi jefe, un hombre de unos treinta y pico, muy bien conservado por el que las secretarias babean cuando lo ven pasar, está sentado en su escritorio frente al computador, cuando entro a la oficina.

- ¡Chloe ¡- dice alegre – Que bueno que viniste, hay un par de cosas de las que tenemos que hablar

Me señala la silla frente a su escritorio y voy hacia ella, correspondiéndole el saludo a mi jefe.

- Tenemos un problema – dice tomando unos papeles de su escritorio – Estaba seguro de que en tu contrato decía que estarías aquí dos semanas más, pero al parecer la inútil secretaria que acabo de despedir redactó que serían dos días más luego de que se cumplan los dos años, así que linda – dice serio – mañana es tu último día aquí. Lo siento.

Ni siquiera sé qué decir. El que ya no trabaje aquí me da un poco de libertad para concluir mi carrera con las mismas excelentes calificaciones y concentrarme en el entrenamiento con James, pero me entristece mucho. Amo este lugar. El ambiente de aquí me da paz y confianza en mí misma. No quiero dejarlo.

Al ver que no respondo, Owen continúa:

- Tengo una propuesta para ti – dice sacando otro manojo de papeles y me los pone en frente – puedo ofrecerte un puesto fijo de editora a un plazo de cuatro años. Obviamente no empezarías mañana, sino dentro de seis meses, que es cuando el contrato de la otra chica termina y enserio te quiero en ese puesto. ¿Qué dices?

- Am, no lo sé – digo titubeando. En estos momentos mi futuro es incierto y no sé si siga aquí dentro de cuatro años.

- Tranquila – dice metiendo los papeles en una carpeta y entregándomela – Tómate tu tiempo. Piénsalo y si te animas pues firmas los documentos y me los traes – sonríe mientras enfoca su vista de nuevo en la computadora – tienes un mes para decírmelo, porque enserio quiero deshacerme de esa chica.

Suelto una pequeña risa. Mi jefe es un quisquilloso de lo peor. Es muy exigente y tiene la costumbre de despedir a todo el mundo en un ataque de "No tengo el control". Una vez me despidió a mi por haber escrito mal el nombre de la autora de un manuscrito, y al día siguiente me llamó gritándome que por qué no estaba en el trabajo. Siempre dice "Estás despedido" y luego dice "ponte a trabajar, holgazán, para eso te pago".

Le agradezco por la oportunidad y me despido yéndome hacia mi oficina. En un cubículo pequeño pero cómodo. Releo el manuscrito de esta semana y se lo entrego a la secretaria de Alexis, el editor en jefe. El tipo me odia y siento que me odiará más si acepto la propuesta de Owen. Nos llevamos bien mi jefe y yo y eso siempre ha sido motivo de chismes y juicios crueles, pero Owen es como un padre para mí. Cuando empecé a trabajar aquí tuvimos una fuerte discusión por un manuscrito que yo había rechazado pero que él me dijo que era genial, así que empezamos a hablar sobre eso y me gané su confianza. Cuando tenía un mal día el me permitía ver la televisión en su oficina y me permitía contarle mis problemas en la universidad o con Tristán. Es como el padre que siempre quise y me dolería en el alma tener que dejarlo.

Termino con todo lo que tenía que hacer, y salgo en dirección a mi casa. Planeaba tomar un taxi para evitar la caminata que termine en otro intento de matarme, pero veo a James recostado en su motocicleta, esperándome.

Sonrío inconscientemente y me acerco a él.

- Saliste temprano – me dice tendiéndome el casco

- ¿Te quedaste aquí afuera las cuatro horas que estuve en el trabajo? – digo extrañada

- Si – dice y lo miro de mala manera – No me mires así, no iba a permitir que algo más te suceda

- Estás loco – digo riendo

- Me han dicho cosas peores - enciende la motocicleta – Tenemos trabajo que hacer – me hace un ademán con la cabeza – Sube.

Quiero decirles que estaré actualizando esta semana y la siguiente a lo loco porque ya mismo inicio exámenes en la U y estaré ocupada.

Sin más que decir, les agradezco por el apoyo.

Los quiero.

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