👑CHLOE👑

Mi fin de semana fue totalmente diferente. Se sintió algo atípico, como un sueño, pero a la vez fue increíble. El sábado terminó con mi madre, James y yo viendo Crepúsculo en la sala, llenos de comida chatarra. Las preguntas que le hacíamos a James sobre cada aspecto nos trajo momentos llenos de risas. Nos dormimos casi a las tres de la mañana del domingo, todos en la sala con sobras de comida por doquier. El domingo desperté casi al medio día, acurrucada en los brazos de James. Mi cabeza estaba sobre su pecho mientras sus brazos rodeaban mi torso apretándome a él. Me alejé, al tiempo que mi madre entró a la cocina con una taza de café y una sonrisa curiosa y sugerente. El resto del día pasamos organizando mi horario para poder disponer de mi tiempo entre la universidad, las prácticas en "Skate", y mis próximos entrenamientos con James. Decidimos que sería mejor que entrene en la noche, para evitar el llegar tarde a mis clases o al trabajo. Hoy ya es lunes y mi mente me dice que no me levante de la cama porque seré masacrada física y mentalmente, pero mi madre dice todo lo contrario cuando entra a mi habitación gritando que ya es tarde.

De mala gana me levanto de la cama y no veo a James. Todo está recogido por lo que asumo que está en la cocina ayudando a mi madre. Me dirijo al baño y me doy una ducha que termina de despertarme. Salgo y busco mi ropa mientras me seco el cabello. Me decido por un vestido de corte en A, verde militar, con unos botines del mismo color y una chaqueta de mezclilla. Ato mi cabello en un moño alto y salgo de mi habitación tomando mi mochila y celular.

Sentía mucha emoción por ver de nuevo a James, pero mi ilusión se desvanece cuando veo solo a mi madre en la cocina y ni un rastro de James por ningún lado.

- Salió esta mañana – dice mi madre adivinando mis pensamientos – Dijo que tenía algo importante que hacer y que vendría por ti a las seis para su entrenamiento.

- Okey – digo y me siento frente a la isla de la cocina mientras mamá termina el desayuno.

Agradezco que mamá esté tomándose esta semana libre, porque sinceramente siento que voy a necesitar todo su apoyo para lo que se viene.

Desayunamos en silencio y luego de lavarme los dientes y despedirme de mamá, salgo hacia la universidad. Llevo diez minutos de ventaja, así que decido ir caminando. Los días soleados son la especialidad de esta ciudad. Casi nunca llueve y agradezco eso. Odio la lluvia. El clima y el ambiente que se forma cuando llueve me deprime. La ciudad es casi como una playa, excepto que está muchos metros sobre el nivel del mar y el océano se encuentra bajo un gran acantilado. Es un lugar turístico debido a esto, pero también es muy peligroso, sobre todo en las festividades, ya que la gente ebria suele caer por el risco.

Llego al campus y me encuentro con Emily. Ha sido mi mejor amiga desde el último año de secundaria, cuando su padre se mudó aquí luego de que su madre los abandonó. Nada ha sido fácil para ellos, pero se han adaptado y han creado una vida perfecta aquí.

- ¿Qué tal el fin de semana? – me pregunta pasando un brazo por encima de mi hombro – ¿Hiciste algo especial con Tristán? – dice alzando las cejas y con una sonrisa sugerente en el rostro.

- No – digo incómoda – de hecho, terminamos

- ¿Qué? – se detiene en el pasillo

- Tengo mucho que contarte – digo suspirando

Trato de explicarle los sucesos del fin de semana, evitando a los hombres carbonizados, el reino mágico, ser princesa de Nunca Jamás y todo lo que trajo James a mi vida, y todo resulta bien, ya que las únicas preguntas que recibo de parte de Emily son ¿estás bien? Y ¿quién es James? Esta última fue mucho más difícil de explicar, pero por suerte la voz del profesor detrás de nosotras indicándonos que entremos al salón, nos distrae y la charla termina ahí.

Entramos al salón y veo a Tristán en el asiento del fondo, hablando con Miguel, uno de sus amigos. Sus ojos reparan en mí, pero no dura ni dos segundos. Se centra en su charla y yo camino hacia mi asiento. Durante el resto de la clase, puedo sentir una profunda mirada sobre mí y asumo que es Tristán, así que no le doy importancia.

Salimos cuando la clase termina y me despido de Emily. Tengo tan solo tres materias este semestre debido a que adelanté algunas en años anteriores. Esto me ha dado más tiempo para concluir mis prácticas en "Skate". Tengo dos semanas más de prácticas y luego he de dedicarme de lleno a los exámenes y a terminar mi tesis. A esta solo le falta las partes finales y la última revisión. Debo entregarla en tres semanas. Como no tengo más clases, decido ir a la cafetería a adelantar mi trabajo de titulación con una malteada de chocolate. Pasan dos horas, y mi tesis está completa. Guardo el portátil en la mochila, pago por las dos malteadas que bebí y salgo de la cafetería hacia mi casa.

Mis prácticas inician a la una de la tarde, así que tengo dos horas para llegar a casa, almorzar y luego salir a "Skate". Es un pueblo pequeño, nada aquí está a más de media hora, así que me tomo mi tiempo caminando lentamente hacia mi edificio. A las pocas calles, siento la presencia de alguien detrás de mí, siguiéndome. Cruzo la calle una vez, y al sentirlo aún cerca, lo hago de nuevo.

Trato de entrar a una tienda de cosméticos que está en la calle del frente, pero alguien me sujeta por la espalda tapándome la boca. Me carga sobre sus hombros y siento cómo nos alejamos a una velocidad exageradamente alta. Grito todo lo que puedo, y pataleo para que me suelte y se detiene a los pocos segundos y esta persona se voltea, dejándome ver que estamos en el borde del acantilado. Es un sitio peligroso, ya que si no sabes cómo lanzarte corres el riesgo de abrirte a la mitad con los picos de las rocas.

Siento cómo me bajan el hombre que me trajo aquí y me sostiene los brazos con fuerza. Distingo un signo extraño dibujado en su frente cuando lo encaro tratando de huir, pero el hombre aumenta la fuerza en su agarre y cubre mi boca. Me quitan mi bolso y todo lo que tenía encima, así como mi chaqueta y mis zapatos.

- No podemos hacer esto – llega otro hombre, encapuchado, con el mismo símbolo dibujado en su frente.

- Ella es el problema, si la tiramos, adiós problema y larga vida a la reina – dice quién me sujeta

- Las órdenes no las das tu – el otro hombre se acerca amenazante – Suéltala y haz lo que se te dijo.

- Como quieras – respiro de alivio al escuchar esas palabras, pero el sentimiento es efímero.

Siento cómo el hombre me levanta entre sus brazos y de un momento a otro me arroja por el abismo. Grito, aterrada mientras caigo de espaldas y siento los filos de las rocas arañando mis brazos y piernas. Intento cubrir mi rostro, pero resulta algo inútil ya que lo que chocará primero con las rocas será mi espalda. Logro ver por encima de mi hombro una roca grande que sobresale. Me dirijo en línea recta hacia ella.

- Es el fin – pienso y solo cierro los ojos preparada para el impacto.