- ¿Qué ocurre? – pregunto haciendo que estos dejasen de discutir. Oliver se voltea mirándome con nerviosismo, mientras que el muchacho de ojos verdes me da una sonrisa, el mismo con el que había tenido una especie de charla en la escuela.

- Pero mira qué casualidad – habla el oji verde el cual todavía desconozco su nombre.

- Aja – asiento sin dejar de observarlos.

- Por cierto me llamo Caleb Jones – me estira su mano.

- Kali Henderson – la estrecho con desconfianza.- ¿estaban discutiendo? – los señalo.

- No, no solo le estaba comentando a Caleb que para la próxima realice bien los trabajos que le mando a hacer – habla Oliver mientras fulmina a Caleb con su mirada. Este rueda los ojos y yo los miro sin entender.

- No le hagas caso querida, Oliver es un gruñón – habla agitando su mano restándole importancia. Reprimo una sonrisa.

- Okey

- Ahora a lo importante ¿Qué haces aquí?, no te ofendas solo pregunto ¿Cómo fue que paraste en frente de la cabaña inconsciente.

- Mmm – batallo internamente si contarles o no. Pero a la vez razono, tal vez ellos me ayuden a encontrar una solución o algo para entender todo esto. Pero igual no me fio de ellos apenas los conozco aunque una sensación extraña me invade cada vez que estoy cerca de ellos.

Despego mí vista de ellos pasándola por el interior de la cabaña, era la primera vez que bajaba, esta estaba decorada modernamente, en una esquina se podía apreciar una chimenea. Por unos momentos no puedo despegar mi vista de aquel fuego y mi mente sin perder la oportunidad realiza una película de todo lo ocurrido llenándome de ansiedad y miles de preguntas más.

Cuanto detesto eso, nunca podre tener el control de mis pensamientos, siempre atormentando y manejándome a su antojo.

Por un momento un nudo se forma en mi garganta, trago salida tratando que esta desaparezca así lográndolo, suspiro decidida a hablar.

- Yo... - vuelvo a fijar mi vista a ellos, sin darme cuenta que nos habíamos sentado en los cómodos sillones frente al fuego – Regresaba de la escuela cuando... encontré a mis padres en el suelo rodeados de sangre – trago saliva – luego escuche ruidos en la planta alta, subí y encontré a una persona toda cubierta revisando mi habitación. Me vio y salí corriendo, siendo perseguida por esta persona, después solo recuerdo despertar aquí. – estos se miran entre ellos preocupados, luego procede Oliver a hablar.

- Siento tanto lo ocurrido, es todo muy fuerte...

- Gracias – en ese momento llega una idea a mí

¡Por dios! Que estúpida que soy ¿Cómo no lo pensé antes?, pensé.

- Tengo que llamar a la policía –digo parándome, mirando hacia todos lados.- ¿Tienen un teléfono que prestarme?

- Aguarda, aguarda. Tranquilízate –habla Oliver tomándome de los hombros haciendo que me vuelva a sentar. – No llamaras a la policía, ellos no servirían de nada.

- ¿Entonces que pretendes que haga? ¿Qué me quede de brazos cruzados? – hablo enojada.

- No digo eso, solo por lo que nos cuentas te enfrentas a algo mucho más grande de lo que crees y llamando a la policía solo te expondrás más –dice tratando de convencerme- Generando solo que estés en peligro, tal vez eso quiere que hagas, esperando a encontrarte, llevándote el mismo destino que tus padres –grita lo último con molestia. Concentro mi vista de nuevo en el fuego enojada porque sé que de alguna manera él tiene razón. Pero tampoco podía quedarme de brazos cruzado, mientras que el asesino de mis padres está allí afuera suelto.

- Okey creo que es hora de tranquilizarnos –habla Caleb parándose de su asiento, sentándose a mi lado – si quieres podemos volver a tu casa, a no lo sé –se encoje de hombros- investigar en que estaban metidos tus padre, debe a ver una pista. Si eso te tranquiliza.

- Si eso me gustaría. –le sonrío. Pero esta se desvanece al escuchar el bufido de Oliver.

- No, de ninguna manera, eso sería muy peligroso – niega con la cabeza, fulminando con la mirada a Caleb.

- No me interesa tu maldita opinión, yo iré, si tu no quieres acompañarme ese ya no es mi problema –le doy la espalda subiendo por la escaleras. Dejando que ellos empezarán de vuelta a discutir.

»»»

Luego de aquello no hemos cruzado palabras con Oliver, he conocido más a Caleb y sin duda es una persona muy agradable y muy divertida, al fin después de tanto tiempo puedo sentir que estoy comenzando a tener un amigo y no les voy a mentir, me genera una especie de miedo al pensarlo.

Encariñarme con alguien nunca estuvo en mis planes, porque sabía que conlleva aquello.

Suspiro, mirando a través de la ventana el bosque. Aspiro hondo y luego de unos minutos lo suelto, sintiendo como todo mi cuerpo se relaja.

Definitivamente me había decidido, luego de vario días pensándolo, he tomado una decisión.

Hoy.

Hoy por fin tendría respuestas, tan solo me conformaría con encontrar una pequeña pista, solo para poder aliviar todo el torbellino que siento por dentro.

Como pensáis Oliver los primeros días se negaba a la idea, luego con el pasar del os días no le quedó otra que aceptar que lo haría.

- ¿estas lista? –asiento mirando a Oliver quien se encontraba apoyado en el marco de la puerta –si quieres podemos ir otro día.

- No, no te preocupes.

Salimos de la cabaña, con una brisa golpeándome. Miro hacia todos lados sintiéndome desorientada, lo único que podía apreciar eran árboles y más árboles.

- Hay solo una casa cerca de esta, seguro es la tuya –dice Oliver al ver la expresión de mi rostro.

Nos adentramos al bosque y no caminamos por tanto tiempo pero logramos llegar.

Y aquí nos encontrábamos, parados frente a la casa, la cual guardaba una desgarradora historia.