[Acto IV]
[Advertencia: Este episodio contiene escenas y momentos subidos de tono. Esta advertido]
Tras que Alec dijera esas palabras es que Ellie cerró los ojos unos momentos, abriéndolos levemente y aún sonriéndole a Alec, empezando a mover un poco su cabeza mientras que comenzaba a cantar con una voz un poco más suave y buscando un tono sensual.
—Hay otras formas de persuadir... Otras formas de tomar el control, otras formas de engañar~
Cuando canto eso último es que Alec frunció el ceño y se lanzó aún más sobre Ellie, apretando más la espada contra su cuello. Ellie por su parte seguía sonriendo, aprovechando la cercanía para subir más su mano por el brazo de Alec hasta llegar a su hombro, acariciando de arriba hacía abajo mientras ladeaba un poco su cabeza, mordiendo levemente su labio inferior.
—Hay otros caminos al corazón~
Y mientras Alec se centraba por completo en mirar a Ellie y no quitarle la mirada de encima, es que aflojara un poco el agarre de su muñeca, lo cual Ellie aprovecharía para hacer un chasquido que provocaría que todas las ventanas fueran cubiertas por las cortinas, encendiendo unas cuantas velas que aparecieron por arte de magia en la habitación, dejando la habitación en un ambiente más cálido y acogedor. Alec miró a los lados, algo desconcertado y empezó a aflojar más su agarre sobre Ellie, bajando un poco la espada.
—Hay tantas acciones de pasión~
Ellie finalmente se soltaría, apartando un poco a Alec para así dar un giro hasta quedar a espaldas de él, extendiendo sus brazos hacía sus costados, como si invitara a Alec a abrazarla. Alec se giró de forma rápida mientras miraba a los lados algo confundido y nervioso, mirando ahora a Ellie y manteniendo su espada firme contra ella. La de cabellos anaranjados sonrió, llevando ambas manos tras su cintura mientras fruncia el ceño hacía arriba, dando una imagen un poco más dócil e "inocente" de ella hacía Alec, hasta que sonrió de forma burlona, negando levemente con la cabeza.
—Tienes tanto que aprender~
Ellie llevaría una mano a su cabello, agachando la mirada para así tirarse un poco hacía atrás y con ayuda de su magia, desatar su cabello por completo haciendo que su larga cabellera anaranjada cayera a sus espaldas, llegando casi hasta su cintura y viendo que era un cabello bien cuidado, muy suave y tentador de acariciar. Ellie daría un rápido giro para hacer relucir por completo su cabello, llevando una mano a su cuello mientras observaba nuevamente a Alec, notando como este se ponía nervioso, por lo que sonrió de forma pícara y caminó hacía él, haciendo que ahora Alec sea quien dé unos pasos hacía atrás.
—¿Quieres salvar a tus hombres del fuego?~
Alec pareció quedar paralizado un segundo ante la pregunta, lo cual Ellie aprovechó para moverse hasta quedar a espaldas de él, tomándolo de forma gentil pero fuerte de sus hombros, acercando su rostro al cuello de este, chocando su respiración caliente contra la misma y haciendo que Alec sintiera un escalofrío mientras entreabrió sus labios. Ellie rozó sus labios con el cuello de Alec mientras movía un poco sus dedos sobre sus hombros, masajeandolo levemente. Subiría sus labios hasta el oído de Alec y con un tono bajo y sensual le susurro.
—Muéstrame que estás dispuesto a arder~
Las manos de Ellie comenzarán a moverse de sus hombros, con una de estas bajando hasta su pecho, acariciándolo suavemente con la yema de sus dedos y tirando un poco de su túnica, como si quisiera arrancarla. Su otra mano se dirigiría hacía el cuello de su capa, tirando de este para bajarlo y así tener un libre acceso al cuello desnudo de Alec, subiendo su cálida y suave mano por el mismo, acariciandolo un poco y apretando levemente, mientras apegaba mas su cuerpo a la espalda de Alec, haciendo que este pudiera sentir la presión del pecho de Ellie contra sí. Ellie apoyaría su cabeza contra el cuello de Alec, chocando nuevamente su respiración contra el mismo y mirándolo con ojos "suplicantes"
Alec estaba hecho un revoltijo de nervios y sentimientos encontrados en esos momentos, jadeando y suspirando ante las acciones provocadas por Ellie, sintiendo como el calor en su cuerpo incrementa y no solo por el fuego de las velas que acaloraba ya la situación. Las manos de Alec temblaron, dejando caer su espada al suelo y apretando sus puños mientras miraba de forma desesperante a los lados, viendo solamente una cosa: Fuego. Un fuego ardiente que quemaba en lo profundo de su alma... Ese fuego era Ellie, quien lo quemaba, hacía que su cuerpo ardiera ante sus toques.
Alec apretó sus dientes y rápidamente se desabrocho su capa para quitarsela, apartándose de Ellie y dejando que esta se quedara con la capa entre sus manos, tomándola desprevenida y haciendo que casi caiga al suelo. Alec daría unos pasos al frente, mirando sus puños por unos momentos y llevando ambas manos hacía su cabeza. Ellie al verlo en ese estado es que sonrío con malicia: Ya lo tenía dominado. Por lo que dejó la capa en el suelo y empezó a caminar alrededor de Alec, como una bestia acechando a su presa.
—Con todos los errores que he cometido... —Alec cerró sus ojos, llevando ambas manos a su cuello.
—No tengas miedo~
—¿Será acaso este el último error que cometa? —Se cuestionó débilmente.
—Piensa en tu pasado~
—N-No puedo... —Susurro, levantando la mirada para ver a Ellie.
—No cedas ahora~
Ellie finalmente se acercó por completo a Alec, quedando cara a cara con este. No perdió tiempo en tomar una de las manos de Alec, entrelazando sus dedos suavemente con los de él y levantando su mano a la altura de su pecho, mientras que llevaba la otra mano a la mejilla de Alec, tomándola delicadamente y acariciándolo con su pulgar. Alec la miró a los ojos, esos ojos que lo hipnotizaban y le hacían estremecerse. Alec acomodo su rostro en la palma de la mano de Ellie mientras sus rostros iban acercándose, cerrando su mano sobre la de Ellie.
—Hay tanto poder, tanto poder... —Cantaron ambos en un tono bajo y al unísono.
Ellie soltaría la mano de Alec, deslizando la suya por el brazo de Alec, acariciándolo con sus dedos y subiendo hasta su pecho, el cual empezaría a acariciar con la yema de los dedos. Empezó a acercar su rostro al de Alec hasta que sus labios comenzaron a rozar, sus respiraciones chocaban y ambos podían sentir el calor que emanaba el cuerpo del otro, siendo como si un fuego ardiente se hubiera encendido entre medio de ambos. Ellie entonces sonrió burlonamente, aprovechando su mano en el pecho de él para empujarlo sobre un sillón que había ahí.
Alec fue tomado desprevenido por esto, retrocediendo al ser empujado y chocando con el costado de aquel sillón, haciendo que caiga de espaldas sobre el mismo y sus lentes se cayeran un poco sobre su rostro. Alec cerró los ojos unos momentos y al abrirlos es que se acomodaba sus lentes nuevamente mientras subía sus piernas sobre el sillón, quedando con sus rodillas elevadas en frente suyo. Fue entonces que al alzar la mirada, vio la figura de Ellie pararse frente suyo, pudiendo notar desde allí como aquel top y la larga falda se apegaban tan bien a las curvas de Ellie, haciendo que estas destacarán por completo, algo que Alec no noto hasta ese momento. Alec sintió su rostro calentarse, con sus mejillas empezando a ponerse rojas mientras el sudor caía por su cuerpo.
Ellie al acercarse a Alec es que se quitaría sus sandalias sin mucha dificultad, quedando descalza. Una vez llegada frente a Alec es que estaba lista para dominarlo por completo y hacer que este quedara embobado por ella... Ellie llevaría ambas manos hacía uno de los costados de su top para de esa forma desabrocharlo, haciendo que se soltara, y tras hacer lo mismo con el otro lado, es que su top caería por completo, dejando expuestos los pechos firmes de Ellie, quien miraba con una sonrisa seductora y divertida a Alec, dandole una vista de su torso y pecho al completo desnudo, pudiendo ver perfectamente sus pechos redondos y firmes que hizo que Alec abriera aún más su boca, poniéndose aún más nervioso y empezando a excitarse.
Habiendo dado una espectacular vista de su pecho a Alec, es que Ellie procedió, apoyando gentilmente una de sus manos sobre una de las rodillas de Alec para moverlas a un lado y encorvarse al frente, apoyando su otra mano sobre el sillón y así subir por completo sobre este, empezando a gatear por encima de Alec mientras uno de sus flequillos se movía para cubrir casi uno de sus ojos, aquellos ojos verdes que brillaban y acompañaban esa sonrisa llena de pasión y cariño. Ella deslizaba su mano por la pierna de Alec, bajando de forma lenta hasta llegar a la entrepierna de este, empezando a acariciar y frotar su mano contra aquella zona, logrando que Alec jadera y suspirara ante su toque.
—Este es el precio a pagar... Por el amor~
—Soy solo un hombre... —Se excusó.
Ellie apoyaría su otra mano a un lado de la cabeza de Alec, acorralando así a Alec por completo mientras este retrocedía un poco quedando apoyado contra el brazo del sillón e intentando desviar su cabeza para ver a otro lado, cerrando los ojos, estando totalmente rojo y excitado por los toques y acercamientos de Ellie, sintiendo como su entrepierna empezaba a doler un poco. Ellie sonreía al ver que tenía dominado a Alec, dandole una ultima caricia con la palma de su mano a su entrepierna antes de ir subiendo su mano, deslizando sus dedos por su estómago, abdomen, pecho, sus clavículas y finalmente su cuello, acariciando cada zona del cuerpo de Alec son la yema de sus dedos hasta que llegó a su mentón, tomándolo firmemente su mentón para obligarlo a verla, haciendo que abra sus ojos.
—No hay ningún limite, y jamás tendrás suficiente~
—Soy solo un hombre... —Alec lamento.
Mientras Ellie se mantenía encima de Alec, es que empezaría a acercar su rostro al de él, con los cuerpos de ambos transmitiendo un fuerte calor que ambos podían sentir y anhelar. Alec solamente podía mirar fijamente a Ellie, pensar en su toque, como su cuerpo se estremecía apenas ella apoyaba sus dedos sobre él, el placer que le hizo sentir cuando acaricio su entrepierna, la dureza que sentía bajo su corta túnica... Habían pasado 10 largos años desde que se vio tocado de esa forma, desde que se vio complacido en su intimidad, desde que sintió las cálidas y suaves manos de alguien tocarlo de esa forma... El cuerpo de Alec solo anhelaba mas, mas de ese calor y ese contacto que ella le estaba entregando.
Alec cerró sus ojos, entreabriendo sus labios, los cuales se encontraron con los de Ellie rozando entre si. La de cabellos anaranjados mantenía sus ojos entreabiertos, deslizando su mano por debajo del brazo del sofá para sacar entonces una cuchilla, con la cual planeaba acabar con la vida de aquel hombre que se atrevió a hacerle frente... Al menos, le dejaría tener una cálida y apasionada despedida de este mundo.
—Hay tanto poder, tanto poder~
—Perdoname...
Finalmente los labios de ambos se encontraron tras tanto tiempo anhelando el uno al otro, comenzando un beso algo lento al principio pero lleno de pasión y calidez, con Alec mostrando algo de torpeza debido a los años que había pasado sin hacerlo. Ellie acariciaba el mentón de Alec y parte de su barba con su mano mientras lo besaba, sacando un poco su lengua para lamer su labio inferior y volver a besarlo. Con su otra mano, apuntaba la cuchilla directo contra la nuca de Alec, levantando el cuchillo y estando listo para apuñalarlo.
Pero fue entonces que Alec posaba una mano sobre uno de los pechos de Ellie y otra en su hombro, tomando por sorpresa a Ellie quien no pudo evitar soltar un jadeo cuando Alec le apartó de forma brusca, sentandola en el sillón mientras él de forma rápida se ponía de pie y se apartaba, dando unos pasos al frente mientras respiraba de forma agitada, apretando sus puños con cierta frustración.
—¡N—NO PUEDO! —Exclamó con dolor.
Ellie le miró, estando sorprendida y algo curiosa, levantando una ceja mientras que escondía aquella cuchilla detrás suya. ¿Cómo osaba él rechazarla a ELLA? Más le valía tener una buena excusa para haberla empujado de esa forma y dejado allí sentada luego del espectáculo que le dio...
Alec alzaría su mirada para ver al techo, llevando uno de sus puños hacía su pecho y sonriendo de forma leve mientras entrecerró sus ojos. Ellie se mostró algo confundida mientras le seguía con la mirada, viendo como este caminaba hacía uno de los ventanales, abriéndolo para dejar entrar la luz del sol y tener una vista no solo del paisaje, si no también del mar en la lejanía.
—De regreso a mi hogar, en Ítaca... Mi esposo espera por mí, él es mi todo, mi Thomas... —Sonrió levemente mientras hablaba.
Alec apoyaría su otra mano sobre la ventana mientras miraba la puesta del sol en la lejanía, imaginando la figura de Tom apareciendo frente a la ventana para, de igual forma, apoyar su mano contra la de él, pareciendo que la estaban uniendo.
—Él es el que me otorga todo mi poder... Él es quien me otorga la voluntad de seguir viviendo y luchando... Y han pasado 10 largos años. —Apretó sus dientes con frustración.
Alec soltó un pesado suspiro y retrocedió, llevando ambas manos a su cabeza y dejando que las cortinas se cerraran. Ellie se mantuvo en total silencio mientras escuchaba a Alec. ¿Un griego siendo fiel y recordando a su esposo? Eso era algo que no se veía a menudo... Alec tomó asiento a un lado de Ellie, suspirando y llevando ambas manos a su cabeza. Ellie solamente lo miro por unos momentos, con los ojos bien abiertos y sus cejas levantadas.
—¡Han pasado ya 10 largos años desde que lo vi! Y no solo eso, si no que el Dios de los mares me quiere muerto... —Se lamentó, recostándose contra el respaldo del sofá.
—Ah... —Miro a los lados, algo incomoda.
Y para sorpresa de Ellie, Alec se levantaría nuevamente, girándose para verla y entonces ponerse de rodillas frente a ella, agachando su cabeza. Ellie jadeo sorprendida y se hizo un poco hacía atrás, apretando un poco la cuchilla en su espalda.
—Es por eso que, por favor, Ellie... Te pido que seas piadosa con nosotros, que liberes a mis hombres y nos dejes marchar. —Suplico.
Ellie lo miró fijamente. ¿Realmente le estaba pidiendo piedad? Entrecerró sus ojos por un momento mientras veía hacía otro lado, cerrando sus ojos por completo y suspirando, levantando aquella cuchilla para hacerla desaparecer. Una vez abrió los ojos es que miro a Alec con una sonrisa en su rostro, empezando también a ponerse su top nuevamente.
—Con qué Poseidón. ¿Eh? Puede que haya una forma de evitarlo.
Ellie se pondría de pie para de esa forma empezar a caminar hacía una de las puertas, indicando con su mano a Alec para que la siguiera. Él levantó la cabeza, sorprendido, y se puso de pie de inmediato para ir detrás de ella. Ellie movería una de sus manos para usar su magia y atar su cabello nuevamente, ingresando a una pequeña habitación con una caldera, algunas botellas de vidrio vacías y varias plantas. Ellie se pararía al otro lado de la caldera, mirando a Alec con una sonrisa y una mano en su cintura,
—Puede que conozca una forma de que puedas llegar a tu hogar, aunque puede ser bastante peligroso. —Ellie se giró para tomar algunas cosas de una estantería. —Pero es tu única esperanza.
Alec alzó ambas cejas mientras miraba con curiosidad a la hechicera, la cual empezaría a verter un líquido dentro de la caldera para luego empezar a poner algunas plantas que arrancaba de las paredes, tomando luego una pequeña bolsa lanzando algo de polvo. Alec la seguía con la mirada, los movimientos de Ellie eran bastante elegantes.
—Escuche una vez sobre un brillante profeta... —Tomó unas hierbas algo secas que estaban atadas en su pared, mirando a Alec. —El problema es que este profeta está MUERTO.
Ellie partió la hierba seca y ladeo su cabeza, mostrando sus ojos verdes por completo y una expresión muerta mientras dejaba caer la hierba dentro de la caldera, volviendo a su mirada normal y sonriéndole divertida a Alec antes de que una pequeña explosión se diera dentro de la caldera librando algo de humo. Alec se apartó, levantando un poco su brazo para cubrirse solo para notar que había un reflejo en el humo, logrando ver una figura.
Ellie se movió para pararse a un lado de Alec, poniendo ambas manos tras su cintura y mirándolo por un momento, soltando un leve suspiro y viendo también al humo, donde se podía ver la figura de una persona con una túnica, acompañado de una larga barba y cabello verdoso, con sus ojos siendo cubiertos por una venda y en una mano sosteniendo un cetro, pareciendo que miraba directo a Alec y Ellie.
—No puedo ayudarte a volver a casa, pero puedo ayudarte a ir al inframundo...
Alec se mantenía sorprendido, contemplando aquella figura en el humo. ¿Será que si encontraba a ese profeta finalmente llegaría a casa como Ellie decía? Ella mientras tanto tomó una pequeña botella de cristal, destapándola y acercándose a la caldera, tomando un cucharon para así agarrar un poco y vertir dentro de la botella.
—Liberare a tus hombres y los guiaré hacía el inframundo en su lugar.
Tras cerrar la botella, Ellie se giró a ver a Alec, levantando uno de sus dedos y sonriéndole, retrocediendo un poco mientras mantenía su dedo levantado, guiñandole el ojo y dando una vuelta para dirigirse a una de las salidas del palacio. Alec se quedó quieto en su lugar, pareciendo aún estar procesando las cosas hasta que miró a Ellie, empezando a seguirla.
—Espera. ¿De verdad nos ayudaras? —Se acomodo sus lentes mientras caminaba.
Ellie y Alec pasarían entonces al patio de aquel palacio, empezando a caminar hacía el corral donde tenía a todos los cerdos. Cerca de allí, dos ninfas estaban bebiendo vino y conversando tranquilamente hasta que notaron la presencia de Alec, alarmandose y luciendo asustadas. Alec las vería, sonriendo algo nervioso y apenas levantando una de sus manos para saludarles, mientras que Ellie las vería y asintió con su cabeza, dándoles a entender que Alec no era un peligro, lo cual calmó un poco a las ninfas, quienes devolvieron el saludo a Alec.
—Tal vez, si hago una buena acción hoy... El día de mañana, más almas bondadosas lleguen. —Ellie miró al frente con una sonrisa.
No tardaron mucho en llegar hacía el corral, en donde los cerdos se verían atemorizados ante la presencia de Ellie, la cual no pudo evitar reír un poco ante eso, mientras que Alec observaba con sorpresa e incomodidad a todos los cerdos. ¿Todos ellos eran personas? ¿Y cuáles eran sus hombres?
—No pensé que hubieran tantos...
—Mucha gente ha llegado a la isla, no todos tienen buenas intenciones... Eres la primera persona desde el incidente que no termina convertido en un cerdo, puedes agradecérselo a Nick. —Le sonrió de forma burlona.
—Si, supongo que sí. —Se encogió de hombros, sonriendo torpemente.
—¿Sabes? Estar contigo me recordó a actos de pasión... Cuando solía estar enamorada. —Ellie alzó su brazo por un momento, cerrando sus ojos, llevando luego su mano contra su pecho.
Alec permaneció en silencio ante eso, no pudiendo evitar sonreír, a pesar de todo, la hechicera Ellie a la cual planeaba matar con tal de salvar a sus amigos, no resultó ser tan malvada como esperaba... Era realmente encantadora si lo pensaba.
Ellie abrió los ojos para mirar a los nueve cerdos que eran los hombres de Alec, por lo que destapó la pequeña botella nuevamente para empezar a lanzar sobre cada uno algo de la misma, haciendo que estos empezaran a chillar mientras que poco a poco iban volviendo a sus formas humanas. Alec hizo una mueca ante esto pero luego miraría a Ellie, la cual le devolvió la mirada.
—Quizás algún día, el mundo ya no necesite a una titiritera como yo... O tal vez, en el futuro se necesiten más como yo en este mundo... —Ellie llevó una mano a su mentón, pensando por un momento.
—Bueno... No creo que pueda haber alguien más como tú en este mundo. —Opino Alec, con una leve sonrisa.
Ellie fue tomada desprevenida por aquel comentario, girando su cabeza un poco para poder verlo, esbozando una sonrisa, y sintiendo como si su corazón latiera de forma rápida. Pero el momento entre ambos se vería interrumpido cuando los nueve hombres saltaron por encima del corral para saltar sobre Alec para abrazarlo fuertemente.
—¡CAPITÁN! ¡NOS SALVÓ!
—¡SABÍA QUE PODÍAMOS CONTAR CON USTED!
—¡ERES EL MEJOR CAPITAN, EL MEJOR!
—¡TE AMAMOS CAPITÁN!
Mientras sus hombres decían lo mucho que lo querían, es que Alec solo podía limitarse a reír e intentar hacer que se levantaran. Mientras, Ellie solo se mantuvo de pie en su lugar, también riendo ante la escena.
[...]
Luego de haber rescatado a sus hombres, es que ahora estos corrían libres hacía el interior del bosque. James, junto a otros cuantos hombres de la tripulación, se habían acercado para verificar que Alec le estuviera yendo bien contra Ellie, solo para verse sorprendidos por sus compañeros que corrían alegremente a abrazarlos, con al menos cinco de estos saltando sobre James para abrazarlo, haciendo que caiga al suelo junto a ellos.
Alec y Ellie se encontraban de pie frente a las puertas del palacio, observando con una sonrisa la reunión de los soldados. Ambos se miraron por unos momentos y entonces Alec, quien tenía su capa nuevamente puesta y su espada en su lugar, hizo una reverencia hacía Ellie.
—Muchas gracias por su ayuda, hechicera Ellie, nos será de gran utilidad.
—Oh, por favor... Solo llámame Ellie. ¿Si? —Río un poco.
Ellie entonces tomaría del mentón a Alec para hacer que levante la vista y la mire, y ambos permanecieron allí unos segundos que se sintieron eternos, mirando los hermosos ojos del otro. Alec sonrió levemente, tomando delicadamente la mano de Ellie antes de enderezarse, entrelazando levemente sus dedos con los de ella mientras entrecerró sus ojos.
—Gracias, Ellie.
—...No hay de que, ve con cuidado cuando vayas por el inframundo... Espero puedas llegar a casa. —Acarició la mano de Alec con su pulgar.
—Yo también... Nos volveremos a ver.
—Así es, después de todo, estábamos destinados a encontrarnos.
Luego de esa respuesta es que Alec soltaría la mano de Ellie para de esa forma empezar a descender por las escaleras para dirigirse a donde sus hombres, no sin antes girarse para observar una última vez a Ellie y levantar una de sus manos para despedirse. Cosa a la cual Ellie, con una sonrisa y cierta tristeza, respondió también despidiéndose con una de sus manos, apoyándose contra uno de los costados de la entrada, preguntándose cuando sería la siguiente vez que se volverían a ver...
Fin
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro