━━ capítulo treinta
familia

( sexto año )

—Le estoy diciendo la verdad, profesor. Éramos solo nosotros tres. James descubrió lo que Severus quería hacer y nos detuvo; nos salvó la vida.

Genny intentó sonar y parecer tan convincente como pudo. Sin embargo, sintió que Dumbledore podía ver a través de ella, y eso la preocupó. No podía decirle la verdad - sobre los chicos que eran animagos, o sobre cómo se pusieron en peligro por estar allí con Remus durante la luna llena. Ella se negó a hacer eso, y le envió a Snape una mirada de soslayo para decirle que era mejor que él tampoco le dijera a Dumbledore.

Snape apretó la mandíbula y entrecerró los ojos.

Esperaba que él tuviera algo de valor para darse cuenta de que James le salvó la vida y que se lo debía por eso, y eso significa que no debería decirle a Dumbledore la verdad de lo que habían visto. Pero después de todo, Genny no lo dejaría pasar. Después de esta noche, ella también sabía la verdad sobre Snape. Él no era quien predicaba - de hecho, estaba lejos de serlo.

Lily se sentó junto a Genny, todavía bastante sorprendida. Ella acababa de revisar sus notas de estudio para los exámenes que estaban a la vuelta de la esquina cuando el hermano de Genny se acercó a ella, rompió a llorar y le contó todo. Lily había hecho lo más sensato e inteligente, a diferencia de Genny, y se lo contó a un profesor.

Dumbledore apoyó la barbilla en sus dedos entrelazados, mirándolos a todos a través de sus anteojos de media luna. Sus ojos azules se posaron en Snape.
—Severus, ¿es cierto?

Snape miró a Genny de nuevo, viendo el brillo en sus ojos. Apretó las manos en su asiento. Tuvieron una discusión silenciosa, antes de que él tragara saliva y dijera: —Sí. Sí, es verdad.

El director inclinó la cabeza. —¿Estás seguro?

Severus lo miró a los ojos y se burló.
—Sí.

Genny estaba demasiado enojada para estar agradecida. De hecho, quería ir a buscar a Sirius ahora mismo y darle una bofetada en la cara. ¿Cómo se atreve a hacer eso? ¿Usar a Remus así para algo que consideraba una broma? ¿Poner en peligro su secreto y poner en riesgo la vida de otra persona? Genny nunca pensó que Sirius fuera capaz de eso y, sin embargo, demostró serlo.

Dumbledore los observó durante unos segundos en un incómodo silencio. Antes de asentir con la cabeza y se reclinó en su silla. —Muy bien. Pueden irse. Asegúrense de visitar a Madame Pomfrey si están heridos, pero si no, tengan buenas noches.

Genny asintió con la cabeza. —Gracias, profesor... —condujo al grupo hacia afuera. Tan pronto como la puerta se cerró, Snape la empujó y bajó las escaleras. Ella lo fulminó con la mirada.

Lily respiró hondo. Extendió la mano y tomó la mano de Genny, haciendo que su mejor amiga la mirara. —¿Estás segura de que estás bien?

—No —murmuró ella con sinceridad.

La pelirroja frunció los labios. —¿Qué pasó ahí fuera? ¿Remus es realmente un...?

Genny frunció los labios. —Yo... no me corresponde decirte eso, Lil...

Lily asintió, comprendiendo. —Sí, sí, lo sé... solo estoy... solo me alegro de que estés bien.

Genny ladeó la cabeza, sonriendo suavemente. Dando un paso adelante, envolvió sus brazos alrededor del cuerpo de Lily y apoyó la cabeza en su hombro. Suspirando todo su dolor y agotamiento, cerró los ojos y disfrutó del abrazo de su mejor amiga. Seguramente se lo había perdido después de todo lo que ha pasado entre ellas recientemente.

—No creo que te haya dicho esto lo suficiente, pero te amo, Lily —murmuró Genny, abrazándose con más fuerza—. Y lo siento... por todo.

Lily hundió la cabeza en su hombro.
—Yo también.

Genny se apartó y miró hacia las escaleras.

Al bajarlas, se sorprendió al ver a James de pie junto a ella, sosteniendo su brazo contra su pecho. Sus ojos se abrieron e inmediatamente, Genny dejó escapar: —¿Qué estás haciendo aquí? ¡Deberías estar en la enfermería!

James se encogió de hombros. —Estoy bien —levantó el brazo vendado—. Tuve peores. Poppy lo arregló en un santiamén. ¿Están bien, chicas?

Y así, la ira de Genny volvió. Apretando su mandíbula, dijo: —¿Dónde está Sirius?

James vaciló. —Él está... está con Peter —parecía apenado por el tema, como si tampoco pudiera creer lo que había sucedido, y no estaba seguro de si estar enojado o triste—. En el dormitorio... pero Genny... —la detuvo antes de que pudiera irse, lista para gritarle a Sirius por lo que había hecho. Su mirada parpadeó hacia él—. ━Tómate un momento, ¿de acuerdo? Toma un respiro...

Genny negó con la cabeza. Si había algo que James sabía sobre Genevieve Madden, era que ella era irracional cuando estaba enojada, y él estaba tratando de hacer todo lo posible para calmarla, para que no hiciera algo de lo que luego se arrepintiera.

Ella se obligó a soltar su brazo de su agarre y se precipitó por el pasillo. Lily hizo una mueca. —Yo... iré tras ella... —murmuró y la siguió.

James no escuchó y siguió de todos modos.

Genny marchó todo el camino de regreso a la sala común de Gyrffindor. Irrumpiendo a través del retrato, pasó junto a los que aún estaban despiertos - todos la miraron irse, un poco desconcertados. Lily y James la siguieron, sin prestar atención a los de tercer año sentados en el sofá. Genny se apresuró a subir las escaleras hacia los dormitorios de chicos y ni siquiera llamó a la puerta. Al abrirla, vio que Sirius y Peter levantaban la vista de su cama. Los ojos de Sirius estaban enrojecidos por las lágrimas, pero no le importaba.

—Tú... —estaba tan enojada que ni siquiera pudo pronunciar una oración completa. En cambio, se acercó a Sirius y llevó la mano a su mejilla con una bofetada.

Sirius estaba atónito. Tropezó hacia atrás y Genny escuchó a James y Lily gritar alarmados. Peter jadeó, se puso de pie y trató de pararse entre ellos. Los brazos de James rodearon a Genny y la empujaron hacia atrás. Ella lo dejó, habiendo conseguido lo que quería.

—¡Lo pusiste en peligro! —ella hervía—. ¡Nos pusiste a todos en peligro! ¡Idiota!

—Genny, cálmate —Lily trató de calmarla, compartiendo una rápida mirada con James.

Sirius tenía una marca roja en la cara de donde Genny lo abofeteó. Sus ojos se llenaron de lágrimas de nuevo - y Genny se dio cuenta de que era la primera vez que lo veía llorar. —Lo-lo siento —él soltó.

—No te disculpes conmigo —escupió Genny, librándose del agarre de James—. Soy la última persona con la que deberías disculparte.

Dicho eso, se fue. Corriendo escaleras abajo, supo que alguien la estaba siguiendo. Los de tercer año se habían ido (debieron haberlos asustado cuando entraron por primera vez). Genny refunfuñó y se sentó en el salón frente al fuego, tratando de calmarse.

Cerró los ojos y se reclinó, respirando profundamente. Ahora que todo había terminado, se dio cuenta de que probablemente no debería haber expresado su enojo al abofetear a Sirius - pero era una Gryffindor, no siempre pensaba antes de actuar, especialmente cuando estaba en una furiosa adrenalina.

Sentado a su lado, James también suspiró.

Por un momento, permanecieron en silencio entre ellos, hasta que Genny abrió un ojo tímido y dijo: —Creo que ya me he calmado.

James le envió una sonrisa, pero no llegó a sus ojos. Otro suspiro de silencio pasó entre ellos. Genny miró a James Potter, el chico al que solía odiar, pero que tal vez nunca odió realmente, y solo necesitaba una razón para agradarle. —Lamento lo que pasó —le dijo James en voz baja—. Debería haberlo descubierto antes... tal vez podría haberlos detenido a ti y a Severus...

—James —Genny lo interrumpió y le tomó la mano. Sus ojos se abrieron, sorprendidos, pero no lo soltó. En cambio, se aferró—. No te culpes. Fuiste muy valiente. Tú... —su voz vaciló. No sabía cómo decírselo, pero no pudo evitar repetirlo una y otra vez - le había salvado la vida a Snape. Después de todo lo que han pasado; su pasado. Genny sabía que este era el verdadero James. El que está detrás del exterior arrogante y detestable. Ese era el chico, pero el hombre que era James Potter, era valiente, desinteresado y maduro - en formas mucho más maduras de lo que sus amigos podían esperar.

Pero ella no sabía cómo decírselo, ni siquiera si era el momento adecuado. En cambio, solo frunció los labios y usó su mano libre para revisar el vendaje en su brazo. Prácticamente fue curado; Poppy lo había arreglado en un santiamén. —¿Crees que fui demasiado dura con Sirius? —luego preguntó—. Yo... tengo una tendencia a enojarme, hacer cosas yo misma...

—¿Qué, abofeteándolo? —James arqueó una ceja. Pensó en ello—. Bueno, creo que se merecía una buena bofetada, para ser honesto. Yo no... —suspiró, sacudiendo la cabeza—. No sé cómo él y Remus arreglarán esto. Yo no... nunca pensé que sería capaz de lo que hizo. Es... él es mi mejor amigo. Pensé que lo conocía mejor que eso.

Genny le apretó la mano. —Resolverán esto —se encontró diciendo—. Sé que lo harán. Ustedes cuatro, son más que mejores amigos. Son una familia.

—Bueno, si somos una familia —James jugó con sus dedos—. Tenemos mucho que arreglar ahora.

Otro pequeño silencio, sentados allí, jugando con los dedos del otro. James miró a Genny y se perdió en sus ojos marrones: era como si estuviera mirando directamente al fuego y estaba paralizado. Calor; acogedor; casa.

—Yo... necesito darte las gracias —dijo él. Genny ladeó la cabeza, confundida sobre por qué—. Quiero decir... Dumbledore no preguntó acerca de nosotros como animagos, así que supongo que no se lo dijiste. Gracias. Eso... significa mucho.

Ella asintió. Honestamente, en este momento, todo lo que le importaba a Genny era que estaban bien. No sabía cómo sería el mañana, cómo saldría todo. Quería visitar a Remus por la mañana. Pero la próxima conversación entre Sirius y Remus; una discusión, sin duda, era algo que ella no esperaba. Entonces, decidió no enfocarse en eso y, en cambio, enfocarse en otra cosa que la había estado molestando.

—Entonces... tu forma animaga —comenzó nerviosamente. Sintió que James se ponía rígido—. Es un ciervo.

James no dijo nada. Sus anteojos cayeron levemente por su nariz mientras miraba sus dedos. Genny iba con cuidado, su corazón latía aceleradamente. —Y... si estoy en lo cierto, el Patronus de Peter era una rata, que también era su forma animaga... y si eso es lo mismo para todos, en teoría, tu Patronus también debería ser un ciervo, y el mío... la mía es una cierva...

Su voz había terminado en nada más que un susurro entrecortado. Ella y James se miraron el uno al otro durante unos segundos, sin saber exactamente qué significaban sus palabras, pero teniendo una buena idea. Un ciervo y una cierva. Espíritus iguales, seres de protección a juego. Genny repentinamente tuvo un soplo de algo - un olor en el que no había pensado en mucho tiempo; tanto tiempo que la sorprendió con un aleteo en su estómago al darse cuenta... el olor de James... ella olió ese rocío húmedo en el bosque... el rocío húmedo de estar en su forma animaga esa noche. Tuvo problemas para explicar ese olor en la poción cuando se enteraron de la Amortentia. Lo había descrito como un rocío húmedo, como un palo de escoba recién pulido, y cerveza de mantequilla tibia, tal vez un poco de menta y vainilla... pero se dio cuenta de que todo el tiempo había estado tratando de explicarle a James. No solo su olor, Dios no, era más que eso. Era él. Sólo él.

Genny se dio cuenta de que no estaba buscando una razón para gustarle, ya tenía todas las razones del mundo.

Sin pensarlo más, Genny se inclinó y lo besó.

No fue como el primer beso que compartieron. No fue apresurado o en un calor apasionado por lo que acababan de pasar. No, este era dulce, suave y tierno, y ella nunca soltó su mano. El borde de sus gafas rozó su nariz y ella sonrió, con el corazón acelerado.

James se apartó después de unos segundos que se sintieron mucho más largos. Él la miró fijamente, con un rubor en las mejillas. —¿Significa esto que puedo... salir contigo ahora?

Su pregunta hizo reír a Genny. —Sí —le dijo ella, asintiendo—. Sí, he terminado de ignorar eso.

James pronto sonrió. Se veía tan feliz que hizo sonrojarse a Genevieve.
—Okey —dijo él—. ¿Hogsmeade? Como... ¿Cuándo es el próximo viaje?

—Antes de las vacaciones.

—Okey, entonces —asintió, y Genny se rio entre dientes, su respiración abanicó sus labios—. Okey. Es una cita —Genevieve sonrió. James levantó una mano y ahuecó su mejilla. Su respiración se detuvo cuando su pulgar rozó sus labios, permaneciendo en su parte inferior—. Voy a besarte de nuevo —él dijo.

—Okey.

James se inclinó y capturó sus labios. Él tomó su mejilla, trazando círculos suavemente. Ella suspiró en el beso, sin darse cuenta de cuánto deseaba esto de nuevo hasta ahora. Tan atrapados, ninguno de los dos notó que Lily bajaba las escaleras para ver cómo estaban. Se detuvo a verlos en el sofá. Ella pensó que estaría triste, y tal vez lo estaba, sólo un poco. Pero también estaba feliz. Ella sonrió y decidió dejarlos, dirigiéndose al dormitorio de las chicas lista para celebrar la noticia con Alice - sin amargura, sin ira, solo felicidad y alivio. No solo por ella, sino también por su mejor amiga.

° ° °

Cuando Remus Lupin se despertó en la enfermería a la mañana siguiente, no esperaba ver a Genny allí, con una amable sonrisa en su rostro. —Buenos días —dijo ella, colocando un plato dorado que había tomado del Gran Comedor, lleno de bollos, mantequilla y mermelada. Incluso había una taza de té humeante, endulzado con crema.

Remus se sentó, mirándola con el ceño fruncido. —¿Qué estás haciendo? —le preguntó aturdido.

Genny simplemente tomó un cuchillo y cortó uno de los bollos, los dejó en la mesa y untó mantequilla y mermelada en la superficie. —Pensé que un buen té con crema y bollos estaban en orden —dijo simplemente—. Rara vez están en el Gran Comedor, así que decidí traerte algunos.

Remus no dijo nada, solo miró a su amiga mientras untaba mantequilla y mermelada como si nada hubiera pasado. No estaba seguro de si eso le daba ganas de llorar o gritar de frustración. —No, quiero decir... —gruñó, odiando cómo su voz era tan débil—. Qué estás haciendo. ¿Aquí? ¿Después de lo que hice?

Genny vaciló. Ella frunció los labios. Le pasó los bollos y Remus tomó el plato con dedos ágiles. —Remus —comenzó, tomando un bollo ella misma—. No hiciste nada - no tenías ningún control sobre eso, no fue tu culpa.

Remus no tenía apetito. Dejó el bollo a un lado y se sentó más, con los ojos empañados por las lágrimas. El corazón de Genny se rompió ante la expresión de su rostro; la culpa, el dolor y la desesperación. Quería alejarla, porque pensó que sería mejor y más seguro, pero en el fondo le rogaba que se quedara. Y, por supuesto, Genny se quedará. Remus la ha ayudado y ha estado ahí para ella, y ella ni siquiera necesitaba pensar en eso para estar ahí para él a cambio.

—Yo... podría haberte hecho daño —le dijo Remus—. Podría haberlo hecho peor. ¿Qué... en qué me convierte eso, Genny? Yo...

—Te convierte en mi amigo —le dijo ella con energía—. Ahora toma tu bollo, debes estar hambriento.

Remus le dio un mordisco, no porque tuviera hambre, sino porque estaba seguro de que Genny lo golpearía si no lo hacía.

—Debería haber tomado a Snape y arrastrarlo fuera de allí cuando pude —admitió Genny. Remus se sacudió las migajas de los labios—. Pero lo dejé acercarse demasiado, y lo seguí. Eso es culpa mía. Lo siento. Yo también... también te aturdí —Genny se inclinó hacia adelante, quitando el cabello de Remus de su cara con el toque de una amiga—. ¿Estás bien? Lo siento.

Casi hizo reír a Remus con una burla. Aquí estaban. ¿Podría haberla matado, y Genny estaba alterada por hacerle daño? Le hizo comer más de su bollo.

—Oye —dijo Genny, señalando con la cabeza hacia la cama—. Hazte a un lado.

Él escuchó e hizo suficiente espacio para que ella se sentara en la cama del hospital con él. Ella trajo los bollos y el té y le pasó la taza. Genny se negó a seguir hablando de hombres lobo. Dijo lo que tenía que decir, y fue terca, no iba a aceptar un no como respuesta. No fue culpa de Remus, son amigos, fin de la historia.

Remus estaba agradecido por eso, aunque no se lo dijo. Ella se dio cuenta por la forma en que sonreía y comía su bollo y sorbía su té de crema.

—Necesito decirte algo —dijo Genny, sosteniendo su mano debajo de sus labios para atrapar las migajas—. No sé cómo reaccionarás.

—¿Qué? —Remus se preocupó de repente, pero luego Genny sonrió y se sonrojó.

—Puede que... bueno... es posible que no me creas.

Él arqueó una ceja (feliz por el cambio de tema). —¿Qué? —le preguntó, una sonrisa comenzando a formarse en sus labios agrietados. El corte en la parte superior le dolía, pero lo ignoró.

Genny, tímidamente, lo miró a los ojos. —Puede que... bueno... James y yo... —dio otro mordisco, sonrojándose—. Nos besamos. Anoche. Y ahora... bueno, creo que estamos juntos...

La sonrisa de Remus creció. Ella se sorprendió y su rubor se oscureció. Remus luego soltó una carcajada y ella se rio entre dientes con él, confundida. —Demonios —él exclamó luego, doblándose y casi derramando su té si Genny no lo tomaba y lo dejaba sobre la mesa.

—¿Qué? —ella soltó. La risa de Remus se convirtió en un jadeo. Ella lo golpeó—. ¡No es gracioso! ¿Qué es tan gracioso?

—Oh, demonios —negó con la cabeza, todavía riendo. Se las arregló para tomar un respiro y decir—. James finalmente tuvo las agallas... ¿sabes cuánto iba a seguir y seguir y seguir...?

—Oh, cállate —se rio Genny, golpeándolo de nuevo.

—¿Honestamente? —Remus dejó de reír para enviarle una sonrisa. Ella arqueó una ceja, asintiendo—. Incluso cuando ustedes dos se odiaban mutuamente, todos lo sabíamos. Incluso cuando James estaba suspirando por Lily, lo sabíamos.

Genevieve picó nerviosamente su bollo. Remus sonrió ante el rubor aún en sus mejillas. —Cómete tu bollo —le dijo ella simplemente.

—Sí, señora.

Los dos amigos pasaron esa mañana en la enfermería, disfrutando de bollos y té y sin pensar en lo que había sucedido - con Sirius, o Snape, o la noche anterior. No podían ignorarlo para siempre, obviamente. Pronto, Remus y Sirius necesitarán arremeter, pero en este momento, Genny y Remus estaban comiendo, riendo y charlando, y eso es lo que él quería y necesitaba, por ahora.

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JAMES Y GENNY!!!!!!! AAAAAAH❤
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