8.❁
🌸 Dedicado a la hermosa @BuhoEx_Stonyfan
¡Feliz cumpleaños atrasado! 🌸
🥀Reproducir la canción del multimedia en el tercer apartado, para una mejor ambientación.
El resto de los vengadores que habían regresado a la torre se encontraban reunidos en la sala común, rodeados de una asfixiante tensión igual o incluso más grande que de la creada en la discusión que tuvo lugar esa misma mañana.
Todos tomaron asiento en los mullidos sillones del lugar, con excepción de Rogers, quien permanecía con los brazos cruzados cerca de la puerta, manteniendo una expresión dura, y de Thor. El asgardiano salió del lugar sin decir a dónde se dirigía. Nadie intentó detenerlo.
—Capitán... tú fuiste el último en ver a Tony. ¿Podrías decirnos qué sucedió?— preguntó Natasha, manteniendo su rostro impasible pero con cierto toque de tristeza en su voz.
Steve les relató desde la llamada de Jarvis pidiendo auxilio hasta el taller cubierto de flores, alcohol y sangre, evadiendo de la misma forma que en la conversación con la señorita Potts la parte de la inesperada confesión de su compañero. Deseaba ser sincero con sus amigos, pero no creía necesario contar ese pequeño detalle.
Era un secreto inofensivo.
Clint y Natasha lo miraron con horror al escucharlo mencionar flores, extrañándolo. Él tampoco hallaba una razón lógica para que estuvieran en ese lugar, pero tampoco sospechaba de que se tratara de algo malo. Después de todo solo eran flores, ¿que daño podían hacer?
Los espías se miraron entre sí durante varios segundos. Su incomodidad y confusión crecía ante el silencio de sus compañeros. ¿Qué tenían de malo las flores? ¿Acaso causaban algún tipo de reacción o alergia seria en Anthony? ¿Por qué se quedaban callados?
—¿Chicos? ¿Hay algo que no sepa?— La pelirroja regresó su vista al Capitán, con una mirada que decía todo y nada. Sin esperar más Clint se levantó del sillón y salió de la sala mientras balbuceaba sobre tener que buscar a alguien.
El líder del equipo iba a detenerlo hasta que sintió las finas manos de la rusa en su hombro. El agarre firme le confirmaba que no saldría de ahí hasta que su amiga lo dejara.
—Steve, tenemos que hablar.
Jamás pensó que la plática que continuaría después de esas palabras podrían ponerlo entre la espada y la pared.
Cuando por fin se encontraron adentro de su oficina le pidió que tomara asiento en la elegante silla frente a su escritorio. Le ofreció un poco de té por cortesía, el cual Bruce aceptó timidamente. Preparó la bebida con tranquilidad y una vez lista sirvió dos tazas.
Bruce miró con fascinación la preciosa colección de porcelana fina minuciosamente decorada con pequeñas flores de cerezo.
—Se preguntará para que le pedí que me acompañara.—comenzó, tomando asiento. El azabache dio un sorbo a su bebida y mantuvo su atención en el líquido caliente, deseando con fuerza que no se hicieran realidad sus especulaciones de lo recién ocurrido.
—Sé que es respecto a Tony.—respondió Banner, demostrando su preocupación en la voz. —Sobre su condición actual.
—Tiene razón. Y, por lo que veo, puede que ya tenga una pequeña idea de lo que sucede.—Strange abrió el último cajón de su escritorio y sacó una copia exacta de la carpeta que le había entregado a Pepper. La colocó adelante de Bruce, esperando a que la tomara.
El científico se dio su tiempo para respirar profundo y dejar su té a medio beber a un lado. Agarró la carpeta con cuidado y leyó con detenimiento hasta la última hoja.
—Así que es verdad.— murmuró, devastado. —Está muriendo.
—Sí. —Strange dio un sorbo a su Té y cerró los ojos, disfrutando del suave aroma que desprendía. Se sentía increíblemente cansado, y eso que aún no era demasiado tarde.
—Esa operación... ¿funcionará?
—Lo hará.— afirmó, convencido. Bruce lo miraba con desconfianza, analizando todos los datos y procedimientos que se encontraban en las hojas.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? Esta enfermedad se considera incurable por cirugía a menos de que haya una pérdida total de los sentimientos.— señaló, frunciendo el ceño. No quería perder la esperanza, mas, tampoco deseaba crearse falsas expectativas.
Stephen le entregó otros documentos que leyó y analizó cómo los primeros. Su rostro demostró cómo un libro abierto su incredulidad ante lo que veía.
—¿Cómo se encuentra?
—¿Ahora? Vive en Alemania, junto a su familia y amigos. El tratamiento y operación fueron todo un éxito. Ella está sana.— Stephen recargó completamente su espalda en el respaldo de su asiento, mirándolo con seriedad. Bruce pasó una mano por sus cabellos despeinados, intentado creer que era verdad todo lo que se encontraba en los documentos en sus manos. Era simplemente increíble.
—Está viva.
—Junto con cuatro pacientes más, todos iguales a Tony. Los procedimientos fueron exitosos, sin complicaciones ni riesgos.— no pudo evitar usar un tono orgulloso al decirlo. Después de todo, él había efectuado aquellas operaciones.
—Pero, ¿cómo?
—Solo puedo decirte que una vieja amiga fue quien me ayudó a descubrirlo.
—Entonces, Tony tiene la oportunidad de vivir.— una sonrisa aliviada surcó el rostro de Bruce sin poderlo evitar. Eran excelentes noticias para su amigo.
—Exactamente. Sin embargo, tengo un acuerdo con la señorita Potts. No puedo operarlo hasta que pase un mes.
—¿Por qué esperar tanto? ¡Podemos sacarlo de peligro inmediatamente! Estará expuesto mucho tiempo.— Stephen suspiró, perdiendo la cuenta de cuántas veces lo había hecho ya ese día y giró su silla hacia el gran ventanal que iluminaba de forma natural la habitación, dándole la espalda al científico.
—Porque Virginia desea proteger la voluntad de Anthony.— Bruce hizo una mueca de confusión, sin entender a lo que quería llegar. ¿Qué podría tener más importancia que la vida de su querido amigo? ¡Era una oportunidad de oro!
—¿Qué quiere decir?
—Anthony sigue aferrado a conservar sus sentimientos. Prefiere perder la vida que dejar ir su amor por...— calló abruptamente al darse cuenta de que por poco abría revelado los sentimientos secretos de Ironman. Quería salvarlo, sí, pero también debía respetar su intimidad y sus deseos por mantener ese asunto en el anonimato. Además, no hacía falta que el científico estuviera enterado sobre aquello.
—¿Por quién?
—No es algo que me corresponda decir.— se limitó a responder, sin percatarse del asentimiento de comprensión por parte de Bruce.
—Entonces... ¿Tony no sabe sobre esto?
—No. Lo mantendremos en secreto hasta que sea necesario. Si no vemos ningún cambio en la relación que mantiene con la persona que... ama, durante un mes, lo operaremos.— Giró su silla nuevamente hasta quedar cara a cara con Banner. No esperaba ver tanta indecisión en él. ¿Acaso se había equivocado en buscar su ayuda?
—No creo que sea buena idea. Tony podría reaccionar muy mal si llega a enterarse.
—No tenemos otra opción. Su terquedad sería desastrosa y, por el momento, se encuentra cegado por una ilusión que sólo logrará acabar con su vida.— explicó, harto de tener que discutir sobre ello una y otra vez. Ahora veía que Anthony realmente tenía amigos que se preocupaban por sus deseos y su bienestar. Personas que lo conocían lo suficiente como para intentar luchar por él sin pensarlo.
—Podrían discutirlo con él...
—Inclusive igual o menos tercos que él.— pensó, sabiendo de primera mano que nadie llegaría a ser más terco que el egocéntrico de Tony. —Doctor Banner, debe entender el riesgo de la situación; Si le decimos puede que se niegue e intente huir, esconderse y termine muriendo solo en algún lugar por culpa de su necedad. Usted debe ser perfectamente consciente sobre lo impulsivo que puede llegar a ser, o ¿me equivoco?
Bruce guardó silencio unos minutos, sopesando sus palabras. Estaba más que claro su preocupación hacia el millonario, era inteligente y sabía internamente que tomaría la que considerara como la mejor decisión para ayudar a su amigo.
Después de todo, una vez que conocías a Anthony Stark, simplemente no podías sacarlo de tu mente, o tu corazón.
—De acuerdo. Intentaré ayudar en lo que pueda.
Stephen sonrió y le ofreció su mano como una forma cordial de cerrar un acuerdo no mencionado. Banner la aceptó sin dudar.
—Sabía que valdría la pena hablar con usted.
Thor sentía una fuerte opresión en su pecho, creada por enojo y desconsuelo.
Al llegar a la torre decidió que vería con sus propios ojos el lugar donde había sido encontrado su compañero en tan malas condiciones.
Entró a la habitación y fue espectador de una desgarradora escena. No pudo evitar preguntarse una simple cosa; ¿Por qué los guerreros más fuertes eran vencidos con algo tan hermoso como el amor?
—Mi amigo... el infortunio que se esconde entre brotes y tristeza ha tocado tu puerta. Tú, un guerrero formidable, valeroso y sin igual, caerá bajo el peso de sus propios sentimientos.— recitó al aire, sintiendo como sus ojos comenzaban a arder por culpa de las lágrimas que ansiaban caer y llenar sus mejillas. Sin embargo, aguantó su dolor.
Ahora entendía porque su olor se había transformado a una fragancia tan dulce y melancólica, porque su chispa de travesura se había extinguido lentamente, siendo cuidadoso de que nadie lo notase. Y, lo peor de todo es que ocurrió frente a sus ojos, sin que él pudiera brindarle consuelo o apoyo. ¿Qué clase de amigo era, si no podía notar el dolor de su camarada?
Se arrodilló ante los pétalos esparcidos en el suelo y dejó a Mjolnir junto a él. Tomó algunos entre sus manos y los acunó con cuidado, tratándolos como si fueran un precioso tesoro.
—Si ese es tu deseo, mi querido amigo, te prometo que daré todo de mí para que seas capaz de cumplirlo. Las puertas del Valhalla te esperarán abiertas de par en par para recibirte como el héroe que eres. Tu sacrificio no será en vano.
Y, con los pétalos en mano, se levantó y se retiró del taller sin mirar atrás.
¡Hola! Me disculpo por la tardanza. No pensé que me llevaría tanto tiempo actualizar :"v
¿Les ha gustado el capítulo? Espero que no sea una basura :(
También, perdón si encuentran faltas de ortografía o cosas incoherentes, pero escribo desde el celular y no puedo evitar tener uno que otro dedazo (además de que son las 4:56 a.m y yo aquí escribiendo jajaja).
Bueno, sin más que decir, nos leeremos en el siguiente capítulo. ¡Hasta luego!
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