2.❁
•Reproduzcan la canción en el segundo apartado para su mayor disfrute, repetir si es necesario.
Gracias por su atención ❤️
La incómoda tensión era palpable en todo el lugar. Los vengadores se encontraban en la sala común de la Torre, casi todos los miembros sentados, con excepción de Ironman, quien jugaba con sus pies en un intento inútil por distraerse de los inminentes regaños por parte del Capitán America.
Él sabía que no merecía toda la mierda que le aventaría por un simple descuido, pero se sentía increíblemente cansado desde esa mañana, por lo que solo escucharía y se iría a su taller, tal vez a reparar su pobre y destrozada armadura, tal vez a descansar con ayuda de algunas pastillas para dormir, no lo sabía y tampoco quería pensarlo.
—¿Tan fuertes son tus deseos de morir, Stark? ¡Si Thor no hubiera estado ahí estarías muerto!— gritó Steve, mirándolo con furia contenida. No se inmutó ante sus palabras, tampoco bajó la mirada. Simplemente se limitó a guardar silencio, esperando a que los regaños cesaran para poder regresar a su taller y encerrarse un buen rato.
Soportó la mirada de sus demás compañeros, quienes se encontraban igual o menos enojados que el capitán. Entendían su deseo de querer ayudar, pero eso no justificaba el hecho de que había puesto su vida en riesgo —otra vez— por no pensar cuidadosamente sus acciones.
Pecaba de actuar sin reparar en las consecuencias, más cuando el momento era crítico. Algo así como "si muero o me lastimo por los demás, estará bien".
Él era un héroe y le gustaba serlo, aún cuando no todos lo consideraran así.
—Por favor, Cap, ¿no podríamos terminar con esto?— empezó Tony, rodando los ojos. —Ya me regañaste como a un mocoso, ya aprendí la lección. "No aventarme a la muerte otra vez", anotado. Ahora, estoy seguro de que todos estamos lo suficientemente cansados como para terminar esta conversación. ¿Puedo irme ya o quieres que les dé un beso de despedida y agradecimiento a cada uno?
Steve golpeó la mesa con ambos puños, con el autocontrol yéndose al carajo. Se levantó bruscamente de su asiento para colocarse frente a él, haciendo más notable su diferencia de estaturas.
Era en esos momentos cuando odiaba ser uno de los más bajos del equipo.
—Tan imponente y guapo como siempre— pensó Tony de manera fugaz. Si le pidieran describirlo, diría que su cuerpo era sin lugar a dudas uno de los mejores que haya visto, además de que bromearía sobre su inquebrantable moral. Un símbolo de paz con cuerpo de adonis.
Pero jamás sería para él. Porque él no era un hombre con muchos principios, ni con el mejor historial, mucho menos era considerado como un "símbolo de paz". Para el mundo seguiría siendo Tony Stark, un billonario altanero jugando a ser un héroe para su satisfacción propia.
—¿Acaso no puedes tomar nada en serio? ¡No todo es un maldito juego, Stark!— gruñó Steve, cada vez con menos paciencia. Sus compañeros comenzaron a mirarse entre sí, debatiéndose si lo mejor era dar por terminada esa discusión o dejar que siguiera un poco más.
—Sí puedo dejarlo pasar y reírme de ello, estoy seguro de que los demás también pueden hacerlo. Fui yo quien estuvo apunto de morir, nadie más.—frunció el ceño, remarcando su punto. No tenía ganas de pelear, pero tampoco dejaría que lo sermonearan como si no supiera lo que estaba haciendo.
Él sabía perfectamente lo que hacía.
De pronto, un agudo dolor se instaló en su pecho. Sentía como algo crecía en su interior, como rasgaba ligeramente. Era consciente de lo que eso significaba, tenía que salir del lugar antes de darles uno de los peores espectáculos a sus compañeros; donde él terminaría revelando su secreto entre flores y sangre. Ya podía imaginar sus caras llenas de terror y confusión, no se los quitaría de encima hasta decir todo.
Tenía que irse de ahí rápido.
—Rogers, ¿en serio tenemos que seguir con esta estúpida discusión ? Puede que tú goces de mucho tiempo libre, pero yo soy dueño de una de las industrias más importantes del mundo y no puedo estar esperando ha que se termine tu extensa lista de reclamos e inconformidades.— no quería ser grosero, pero necesitaba salir como fuera posible. Las ganas por toser se hacían presentes con lentitud, su garganta comenzaba a picar e incluso podía asegurar que sus ojos se encontraban algo irritados. En ese momento, solo tres personas se dieron cuenta de que él poseía algo raro, algo diferente.
Steve abrió la boca para refutar, claramente ofendido, pero fue interrumpido por otro de los vengadores.
—Capitán, creo que ya fue suficiente...— comenzó Bruce, pensando bien sus siguientes palabras para no avivar más la pelea. —Tony tiene razón, todos estamos muy cansados y estresados por la misión, lo mejor es ir a descansar y si es necesario, retomar todo el asunto en otro momento.
Tony jamás creyó que podría aumentar el cariño que le tenía al doctor Banner. Se prometió internamente regalarle un viaje al lugar que quisiese con todo incluido.
—Bruce tiene razón, Steve. Es mejor irnos a descansar.— secundó la viuda negra, observando a Stark con una mirada indescifrable. Steve se mantuvo en silencio, aún molesto. Tomó su escudo y sin despedirse salió de la sala común. Todos sabían que iría a pasear en su motocicleta o se encerraría en el gimnasio hasta destrozar todos los sacos de boxeo que encontrara.
El silencio formado por la repentina ida del Capitán se rompió por el sonido de una fuerte tos proveniente de Tony. Rápidamente cubrió su boca y giró su cuerpo, evitando que cayeran al suelo los pequeños pétalos que salieron.
—Amigo Tony, ¿te encuentras bien?— preguntó Thor, genuinamente preocupado. El castaño de ojos avellana sentía la mirada inquisitiva de sus compañeros sobre su cuerpo, logrando que los nervios subieran de golpe. Escondió los pétalos con su mano y fingiendo una sonrisa asintió.
—Todo bien. Solo tengo la boca algo seca.— mintió, sintiendo un horrible ardor en su garganta. Lo peor que podía pasarle en esos momentos era que casi todo su equipo se diera cuenta de su condición, por lo que dio una despedida rápida y salió disparado hacia su taller, donde se encerró dándole claras instrucciones a JARVIS para que evitara cualquier intento de acceso.
Los demás guardaron silencio, observando el pasillo por donde había salido Ironman. Clint, Bruce y Thor se veían levemente preocupados, mientras que Natasha mantenía los ojos entrecerrados, analizando lo ocurrido.
¿Qué pasaba con Tony?
Era una noche bastante fría. Su torre se encontraba casi vacía, con excepción de sus botellas de alcohol y su cuerpo deseoso de colapsar gracias a la sustancia ingerida.
Después de la discusión con el Capitán Rogers por culpa de otra de sus hazañas "suicidas", tan típicas de él, su ánimo y salud decayeron más de lo que le hubiera gustado. No buscaba ponerse en peligro por cualquier cosa, pero si no podía evitarse y con eso salvaría a alguien, lo haría sin dudar.
—"¿Tan fuertes son tus deseos de morir, Stark?" ¡Metete tus regaños por tu grande y bien formado trasero, estúpido Capipaleta!—gritó al aire, completamente ebrio. Destapó la tercera botella whisky y la bebió como si de agua se tratase en un intento desesperado por deshacerse de la horrible sed que sentía.
Ya no le importaba que su garganta quemara con fuerza, incluso llegó a pensar que de esa forma podría ahogar aquellas espantosas flores en su interior.
Bebería hasta olvidar lo que sentía, intentaría ahogar sus sentimientos y tal vez de esa forma tendría un alivio momentáneo. Tal vez podría ser feliz nuevamente.
—¿Por qué me niego a arrancarte?— suspiró, acostándose en el suelo aún con la botella en mano. Comenzó a recordar las efímeras ocaciones en que pudo entablar una conversación con Rogers sin pelear ni recibir alguna mirada reprobatoria. Sin notarlo, inclusive imaginó momentos donde ellos pudieran ser felices, platicando del hermoso arte que Steve creaba, convencerlo de que lo pintara para enmarcar su obra y dejarla a la vista de todos, presumiendo el hermoso talento que su pareja poseía, hacerlo su esposo, tener una familia...
Si tan solo...
Si tan solo tuviera una oportunidad...
Una risita salió de sus labios al mismo tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas.
¿Cómo podía pensar en él siendo pareja del capitán America, orgullo de toda la nación? ¿Cómo era capaz de tan siquiera imaginar tenerlo entre sus brazos para estrecharlo y jamás soltarlo, entregándole todo su amor y sentimientos rotos?
¿Tan siquiera tenía el derecho de pensar en ser feliz?
Más lágrimas cayeron, junto a pequeños sollozos que poco a poco tomaron fuerza hasta convertirse en vívido llanto. Lloró como cuando su padre le prometió que estaría en alguno de sus cumpleaños y jamás se presentó. O como en el momento en que supo que sus padres estaban muertos y él se encontraba completamente solo.
Lloró sintiendo como sus pulmones se llenaban de nuevas flores, seguramente igual de hermosas que los ojos de la persona que tanto amaba, pero sin poder evitar ser tan jodidamente dolorosas.
Aún cuando estaba sufriendo tanto, ¿por qué seguía sin poder considerar como una opción viable el remover las flores?
—Tan estúpido...— soltó, antes de caer el la inconsciencia.
Después de todo, seguramente seguiría protegiendo esos sentimientos, aún cuando lo estuvieran destruyendo.
¿Pueden culparlo? Solo está enamorado.
¡Hola! Espero que les haya gustado el capítulo ❤️
¿Les cuento un secreto? Iba a ser mucho más largo, pero preferí pasar la otra parte al capítulo 3 porque no quería pasar muchos días sin actualizar. Créanme que necesito terminar una historia lo más pronto posible, porque siempre me llega un bloqueo cuando está en la mejor parte :c
No creo tardar más de uno o dos días con el capítulo 3, así que no sé preocupen, sí o sí terminaré esta historia.
También, muchísimas gracias a las personitas preciosas que votaron y comentaron, se merecen el cielo y todo mi amor. 🌝❤️
Sin más que decir, ¡nos vemos luego!
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