3
El descanso había sido un completo fracaso, Sairo era un chico muy atento y amigable, hablaba sobre sus gustos, pero también escuchaba los míos; sin embargo, a pesar de su amabilidad y sus atenciones, Sairo no demostró ningún otro interés en mí y eso me frustraba un poco, quería que él fuera mío sin importar las consecuencias, yo era hermosa y parecía toda una modela, al llegar por primera todos quedaron estupefactos ante mi belleza, pero él era diferente y eso lo hacía más irresistible para mí.
Después del descanso y unas cuantas clases más, Sairo y yo nos subimos al bus para ir a mi casa, durante todo el camino estuvo hablando sobre el amor que se encontraba en los libros y que él deseaba encontrar uno igual, lastimosamente las perfecciones que se encontraban en los libros solo era fantasía y era difícil encontrar uno así en la realidad, yo le seguía la corriente tratando de hacerle entender que yo podría ser ese amor perfecto, pero más indirectas que decía, él no comprendía ninguna.
—Llegamos —dije mientras bajaba del bus.
—Pero ésta no es tu casa Sailas —musito confundido.
—Lo sé, pero debo llevar algunas cosas del supermercado, además quería saludar a mi hermana —sonreí sin mostrar los dientes.
—De acuerdo —susurró para luego seguirme.
Compramos algunas cosas para pasar el rato mientras estudiabamos, los estudios siempre me daban hambre y me imaginaba a a él le pasaría lo mismo y algunos pasavocas no estarían mal. Al llegar a la caja me sorprendí al ver a mi hermana, creí que solo estaría por los pasillos buscando algo que hacer, pero le habían encargado la caja y eso ya era mucho mérito, sin más que decir la saludé y la felicité por el cargo que ahora tenía, no era mucho, pero al menos ganaría un poco más.
Todo iba bien hasta que decidí dar la busca y mirar a Sairo, éste se encontraba en una especie de trance admirando el rostro de mi hermana, sentí mi sangre hervir por ese acto estúpido de él ¿Acaso le había gustado mi hermana? No, eso no podía ser verdad, era cierto que mi hermana era muy bella y sencilla, pero yo lo era mucho más y esto no tenía por qué pasar. Rápidamente lo tomé de la muñeca y me alejé lo más que pude del supermercado junto con él, no podía permitir que algo así pasara, no mientras yo estuviera viva.
—¿Qué te pasa? —preguntó una vez que subimos a un nuevo autobús.
—Nada —dije sin importancia—. Veo que mi hermana te ha llamado mucho la atención.
—No veas cosas donde no las hay Sailas —oro mientras rascaba su nuca—, es solo que el parecido es increíble.
—Ella se llama Silas —murmuré sin saber porqué lo había dicho.
—Vaya, el nombre también es idéntico —rió nervioso.
Decidí olvidar el tema y seguir con mi plan de conquistar a Sairo, tal vez si había visto cosas que realmente no eran, aunque no era tonta como para no saber que significaba ese pequeño brillo en los ojos de Sairo, pero yo sabía muy bien como quitar a Silas de sus pensamientos. Después de unos minutos, al fin llegamos a casa, mis padres se encontraban en la sala hablando sobre el nuevo puesto de papá en la empresa, era por esa razón que nos habíamos cambiado de país y realmente no estaba mal.
—Mamá, papá —los llamé y ellos rápidamente miraron hacia nosotros—, él es Sairo, me ayudará con mis estudios.
—Es un gusto conocerte Sairo —dijo mi madre con esa calidez que siempre mantenía. Era un amor—. Soy Marinette Palomat, estoy para lo que necesites.
—Es un gusto señora, ahora veo de donde sacaron sus hijas tanta belleza. —canturreó nervioso. Mi madre solo sonrió.
—Yo soy Kylan Giroud —se presentó mi padre un poco más serio.
Después de una cálida bienvenida para Sairo, decidimos subir a mi habitación y empezar con mis estudios. Durante algunos minutos todo estuvo en silencio, solo se escuchaba la voz de Sairo explicado las diferentes palabras desconocidas plasmadas en la hoja, yo decidí cambiarme a una ropa más cómoda delante de él, pero mientras lo hacía en ningún momento volteó a mirarme, sabía que era un cabello, pero los hombres son débiles y creí que le daría curiosidad conocer mi cuerpo, pero fui una tonta al creer eso.
Las horas seguían pasando y los estudios continuaban, estaba a punto de quedarme dormida, pero mi madre interrumpido para invitar a Sairo a cenar, él aceptó no muy convencido, pero era imposible no decirle a mi madre que sí. Rápidamente nos desplazamos al comedor, mi padre y mi hermana ya se encontraban allí hablando sobre cualquier cosa, no había notado la hora en la que había llegado, pero estaba realmente aburrido como para haberme fijado en eso.
—Veo que no has perdido el tiempo —comentó Silas de la nada—, has conseguido un novio muy apuesto.
Casi me atragantó con la comida al oírla decir eso, iba a negar todo, pero Sairo se me adelantó.
—No somos novios, nos conocimos hoy y decidí ayudarla con su inglés —respondió Sairo rápidamente.
—Oh, creo que he confundido las cosas. —sonrió apenada— lo siento.
—No te preocupes.
No sabía cuál era la necesidad de informarle a Silas que estaba soltero y no tenía ninguna atadura conmigo, tal vez estaba demasiado paranoica, pero Sairo mostraba un interés por Silas que nunca me había mostrado a mí. La cena continuó tranquila y normal, luego Sairo tuvo que irse por una llamada repentina de su madre, me sentí triste por eso, pero también aliviada, jamás volvería a invitar a Sairo a mi casa, fue mi culpa que ellos dos se hayan conocido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro