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Capítulo 14

El entrenamiento fue suspendido dado que el circuito llevó más tiempo de lo planeado y al pasar las dos horas aún quedaba más de una docena de parejas por pasar. Francisco había optado por ignorarme en vez de mirarme con odio y ambos sabíamos a la perfección la razón. Lo había hecho, había superado su tonta prueba y podría avanzar en el entrenamiento. Encantada me dirigí a mi habitación con los músculos gritando de dolor y con la promesa de reunirme con Demetria en su habitación en el plazo de una hora.

Al llegar a mi dormitorio pude comprobar que finalmente había recibido la respuesta de mis padres al mensaje que le había enviado una semana atrás. Sabía que el mismo iba tardar en llegar puesto que debía ser analizado con el fin de asegurarse de que no dijera nada contra el Gobierno o contra el viaje que estaba emprendiendo, pero nunca imaginé que tardaría tanto. No obstante, mis padres eran personas inteligentes y podrían deducirlo por sí mismos.

Me senté en el sillón frente a la mesa de café y deposité mi microordenador en ella. Seleccioné el mensaje y esperé a que éste se reprodujera.

—Hola Nisa, es bueno escucharte –papá se encontraba en el living y tenía la cámara bastante alejada de su rostro con lo cual podía observar más la habitación que a él. Se hallaba solo pese a la hora, las luces estaban encendidas y eso sólo podía indicar que era de noche- creímos que tu mensaje llegaría recién en unos meses. Sin embargo, me alegro de que lo hayas mandado.

«Kirvi está en el trabajo, ha decidido extender su jornada de trabajo y no llega hasta la hora de cenar, a veces incluso después –acerqué hacia mí el microordenador tanto como me permitía pero aun así no podía divisar su rostro con claridad. Estaba segura que mi padre lo había querido así aunque no encontraba una razón lógica que lo podría haber impulsado a hacer algo como ello-. Realmente está feliz de poder ayudar a más ancianos como tu amigo Timothy. He hecho lo mismo que ella –se pasa la mano por la nuca y entiendo que está cansado, realmente cansado de lo contrario nunca haría algo similar- extendí mi jornada por cuatro horas más. Es difícil no tenerte aquí, pero nos alegramos por esta oportunidad.

«Tus abuelos envían saludos y esperan que tengas un grandioso viaje, aunque no lo creas volverán a mudarse. Aún no saben hacia donde ir pero han tomado la decisión –apoya sus codos sobre sus rodillas y suelta un gran suspiro, algo impropio de él- y ya sabes como son, no se los puede hacer cambiar de parecer.

«Tu madre te envía saludos también y espera poder comunicarse contigo pronto, quizás la próxima semana sea ella la que envíe el mensaje y no yo –rió pero en su voz no había rastro de humor, algo evidentemente iba mal y dolía profundamente que no pudiera contármelo-. Intentará que Tim escriba unas palabras para ti, pronto dejará de asistir al centro de salud.

Me mantuve en silencio, pensando cada frase que mi padre soltaba rápidamente.

Mis padres nunca alargarían su jornada dado que no necesitaban dinero extra ni habían hecho algún mal a la sociedad como para recibir un castigo, más aun, el Gobierno no debería habérselos autorizado ya que no era conveniente para su salud y mucho menos para su relación.

Resultaba más sospechoso aun que mis abuelos hubiesen decidido mudarse, ellos amaban su hogar con todo su ser y me habían jurado miles de veces que nunca querrían irse. Sin embargo, en menos de dos semanas lo habían decidido como si lo hubiesen sopesado por meses.

Lo que más me inquietó fue el hecho de que mi sabio amigo dejara de asistir al centro, era un hombre adinerado y se podía permitir vivir dignamente mientras pasaba su tiempo acompañado de atentas enfermeras. Sólo habría una razón para su ausencia y era que finalmente los años lo estuvieran agotando.

—Se está acabando el tiempo, hija querida. Nos comunicaremos contigo la próxima semana –en ese instante se puso de pie y se acercó a la cámara, y por unos segundos puede ver su rostro-. Te amamos.

El mensaje terminó en ese momento y me quedé de piedra. El rostro de mi padre estaba arruinado por profundas ojeras y se veía incluso algo sucio, con el pelo desordenado y rastros de polvo en su rostro.

Me erguí en ese instante tan rápido como mi cuerpo me lo permitió, ignorando por completo el dolor causado por el entrenamiento y empecé a correr con el microordenador en mi mano. Salí de la habitación y subí al ascensor como víctima de un trance sin saber muy bien que hacer pero con un único pensamiento en la mente. Debía saber qué estaba sucediendo a como diera lugar. Debido al nerviosismo que me habitaba no podía comprender si lo que estaba a punto de hacer era lo correcto pero era lo único que se me ocurría. En ese momento me maldecí por no tener más amigos, podría recurrir a alguien más.

Llamé al piso de Demetria y en tanto las puertas se abrieron mis piernas comenzaron su camino rápidamente hacia el interior. Aporreé la puerta de la princesa quizás con más violencia de la requerida pero la necesitaba, realmente lo hacía. A los pocos segundos mi única amiga, preocupada, abrió su puerta envuelta en una toalla de baño.

—¿Está todo en orden? –sus manos se posaron en mis hombros a modo de abrazo y no me percaté hasta ese momento de que estaba llorando.

Recuerdo haber dicho que no pero no el haber hablado. Demetria con cuidado me condujo hasta el interior de su habitación y me hizo sentarme en su sillón con toda la precaución del mundo. Me sentía como un cristal, a punto de romperse en añicos y Dem era la encargada de evitar que ello sucediera.

—¿Conoces a algún ingeniero en sistemas? –mi voz sonó completamente rara en mis oídos como consecuencia de las lágrimas que no podía dejar de derramar.

Demetria asintió no muy convencida y tomó el microordenador de mis manos. Reprodujo el video y a lo lejos escuché la voz de mi padre, tan cansada y arruinada que si no hubiese visto el mensaje con anterioridad no podría haberla reconocido. Alguien le había hecho eso y daría todo lo que poseía para averiguarlo.

—¿Es de confianza?

—¿El ingeniero?

Asentí.

—Lo es.

—¿Puedes llamarlo?

—Ya lo hice, tranquila.

A los pocos minutos alguien llamó a la puerta de la habitación y Demetria se dirigió rápidamente a abrir bajo mi mirada que la seguía paso a paso al igual que Padroj quien no se despegaba de sus talones. Perseo entró a la habitación con tranquilidad pero con pasos decididos y miró a Demetria sin entender al ver el estado deplorable en que me encontraba.

—¿Qué hace él aquí? –no pude evitar que mi voz tuviera un dejo de frustración y repudio, y rápidamente lo lamenté. Ellos estaban ahí para ayudarme.

Sabía que mi aspecto era lamentable y no me hacía sentir mejor ver a Perseo ahí con sus ojos recorriéndome y estudiándome. Sentía cosas hacia él que no podía explicar y su sola presencia podía ponerme los pelos de punta.

—Es el ingeniero.

—¿Ocurre algo? –su voz sonaba preocupada y no puedo evitar sentir que confiaba en él, pese a no conocerlo, así como confiaba en Demetria ciegamente.

—Mira esto –Dem le tendió mi microordenador y Perseo reprodujo una vez más el video, torturándome sin saberlo.

—¿Puedes saber cuándo fue grabado y hacer algún tipo de acercamiento?

Perseo asintió en respuesta y pude sentir un poco de alivio. Ellos iban a ayudarme, lo sabía, no iban a delatarme ni hacer que me inyectaran algún tipo de calmante para luego deshacerse de mí. Ellos realmente eran dignos de confianza.

—Me tomará unos minutos –sus ojos se retiraron unos segundos del video para dedicarme una mirada que no pude descifrar, pero que caló hondo en mis huesos- Intenta relajarte.

—Ven, puedes tomar un baño arriba.

Dejé que Dem me guiara hacia su baño y la observé en silencio mientras buscaba ropa para prestarme y otro conjunto para ella, quien debido a mi interrupción seguía semidesnuda. La depositó en el mármol del lavabo y me sonrió, brindándome su apoyo.

—Cuando salgas tendremos todas las respuestas, lo prometo.

Asentí y cerré la puerta, sin nada más que pudiese hacer.

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¡Buenas, buenas! ¿Qué tal su semana? ¿Les ha gustado el capítulo? Espero que sí.

Ya que me olvido de actualizar los domingos (no voy a poner excusas), decidí cambiar los días de actualizaciones al lunes (espero recordarlo).

Pregunta de la semana:

¿El padre de Aanisa está en problemas? Leo sus opiniones.

¡Hasta la próxima semana! Gracias por leer y votas =)


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