Este mes hablamos con Munay_AP, una escritora que se oculta tras un pseudónimo para mantenerse en el anonimato. Para firmar, eligió una palabra hermosa y llena de significado: "Según la cantante Vanesa Martín, a quien admiro mucho, munay es una palabra de origen quechua que significa el amor del creador por la creación, el amor a la naturaleza, a uno mismo y al prójimo", explica.

Munay nos cuenta que escribe para "desnudar su mente y entrar en las de otros". En su tiempo libre disfruta de los suyos, la música, la escritura, la lectura, la fotografía y el arte, entre otras cosas. En ese entorno encuentra la inspiración, hasta "explotar las palabras y hacerlas aparecer". "A veces en forma de poesía, otras de canción, o de relato. Madrid me vio nacer y crecer y aunque ahora no pise sus calles, sé que una parte de mí todavía sigue ahí", nos cuenta. 

De la poesía aprecia su musicalidad, los juegos de palabras, las alegorías y que haga despertar sentimientos. Muchos han definido su estilo como impredecible. ¿Quieres conocerla mejor? ¡Ahí va nuestra entrevista de octubre!

Una entrevista de talitaisla

¿Qué te mueve a escribir poesía?

Cuando escribo, muchas veces no me doy cuenta de lo que estoy haciendo. La mayoría de las veces no comienzo algo con intención, me viene una frase a la cabeza, cualquier cosa que puedo escribir, y entonces comienzo a rimar. Muchas veces escribía pequeños poemas y poesías, pero nunca tan en serio. Diría que me mueven los sentimientos. Es curioso, pero cuando mejor me fluye la poesía es cuando estoy enfadada o decaída.

Has publicado en Wattpad el poemario La Inmarcesible Limerencia de lo Inefable. ¿Cuál es su idea central?

El desahogo emocional. Me he abierto en emociones y las camuflo en este libro. También pretendo reivindicar temas que la sociedad castiga, evita o distorsiona, por eso hay mucha variedad. No me atrevía a escribir poemas porque no me veía con el nivel suficiente como para hacerlo. Últimamente leo mucha prosa poética en redes sociales o escucho canciones con letras realmente bellas, desde Beret a Vanesa Martín, y llegar a igualar a algunos grandes o atreverse a hacerlo ya parece una osadía, pero alguien me sugirió escribir un poemario y agradezco haberlo hecho porque así nació este libro.

A algunos les habrá llamado la atención su título. ¿Esconde algún secreto?

En otras palabras: "La indescriptible reciprocidad emocional y de amor que nunca marchitará." Eso es la Inmarcesible Limerencia de lo Inefable. "Inmarcesible" significa inmarchitable, imperecedero, inmortal. La limerencia es un estado mental caracterizado por pensamientos obsesivos causados por el deseo de ser correspondido románticamente por alguien; es una condición psíquica e involuntaria por la que la persona afectada requiere una reciprocidad por parte del otro que nunca llega; el término lo acuñó Dorothy Tennov (psicóloga estadounidense) a finales de los 70, y no está incluido en la RAE. Y, por último, "inefable" quiere decir "indecible", algo que no se puede explicar con palabras, que es imposible de definir; suele usarse a modo de elogio para describir cualquier cosa que no tiene explicación incluso con una connotación abstracta. La idea era dar un nuevo concepto a algo diferente. Usar palabras hermosas con significados únicos para conseguir nombrar a lo que yo también veía como indefinible porque, al final, los sentimientos de cualquier persona son inexplicables, y yo los estoy escribiendo a pedazos. También quería que el título se quedará en la cabeza por su rareza o por la sonoridad de sus palabras. Creo que las cosas marcan cuando cuesta recordarlas y, si estas palabras no son muy comunes, se recordarán mejor y se aprenderá también un poco.

¿Hay temas recurrentes en tu poesía? ¿El amor? ¿Las heridas?

Las heridas. Sí, no hay muchos poemas de amor actualmente en mi libro, aunque tengo escritos algunos que voy a ir publicando y sí son de amor. Generalmente expreso mis sentimientos más profundos y puedo hablar más de las heridas que del amor. A menudo la gente tiende a pensar que las poesías son de amor o de desamor y soy consciente de que cada uno se lleva las palabras a sus terrenos porque yo también lo hago, y nunca nada suena igual para varias personas, cada uno lo interpreta a su manera y eso es lo que me gusta de transmitir sentimientos: nadie sabe de qué hablas pero de imaginan lo que sea y, además, se lo llevan a sí mismos y lo reinventan.

¿Crees que te expresas diferente cuando escribes en verso que cuando lo haces en prosa? Háblanos un poco de ti como narradora.

Muy diferente. He escrito miles de historias y bastantes menos poesías. Escribo poemas, prosa poética, canciones... y creo que siempre es muy distinto. Como narradora, cuando cuento una historia, me tengo que centrar en el personaje, en la ficción que es su realidad, y en lo que quiero transmitir. No siempre puedo llevar mucho de mí a una historia contada en prosa porque no hablo directamente de mí, pero sí que es cierto que todos los escritores contamos verdades en mentiras. En la mayoría de poesías, en cambio, no cuento tantas historias o al menos no tan inventadas. Creo que la diferencia está en el efecto de los versos que cuentan más los sentimientos casi sin querer.

¿Sigues a algún poeta o autor en Wattpad?

Sí. Y de hecho descubrí un buen poeta que me habló de la publicación en físico dándome unos buenos consejos.

Fuera de Wattpad, ¿cuáles son tus referentes?

Muchos, la verdad, aunque la mayoría de ellos son mis seres queridos. Escribiendo y en la vida. Pero si tengo que elegir autores, poetas, y hasta cantautores. Carlos Ruiz Zafón, Fernando Marías, Miguel Gane, Marwán, Defreds, Redry, Animalismo Poético, Vanesa Martín, Rozalén, Leiva, Joaquín Sabina...

Cuéntanos algún proyecto literario que te gustaría llevar a cabo.

Publicar un poemario, la historia de Anu y atreverme con un proyecto innovador que tengo entre manos pero sería difícil y atrevido. Cruzaré los dedos para pensar que es tan posible que se haga realidad como desearlo.

Por último, nos gustaría que compusieras un breve poema con estas tres palabras: luna, huellas, ceniza.

«Ayer me quedé dormida a la sombra de la luna. Una centella presta corrió un velo blanquecino, y yo desnuda. No me arrepiento del frío sin las sábanas de lino. No me arrepiento del fuego en mi cuerpo encendido. Pero todavía quedan huellas de tus dedos en los míos, ahora queda ceniza donde antes había ardido».