Pareja 3: Sary y Brie
Entrevista a Darick Deathtoe
Historia: Heredera Elemental
Por Brie97
1-Empezaré con una pregunta simple, príncipe Darick. ¿Cuántos años tienes?
—26 años pronto cumpliré 27.
—Oh, qué sorpresa. Pensé que era más joven. Son diez años más que Mei.
2-¿Cómo fue nacer como el futuro rey de los vampiros?
—Demandante, ser parte de la realeza implica que todo tiene que ser perfecto y bajo mucho cuidado, más nosotros los herederos, ya que estamos bajo la vista constante del consejo y somos el ejemplo de todos.
—Es comprensible. Parece que es un privilegio que incluye mucha presión.
3- Como a todos los demás herederos se te dio un entrenamiento especializado, ¿cómo fue tu estancia en el internado? ¿Hubo algo o alguien que extrañaras durante ese periodo?
—Fue interesante y llena de mucho aprendizaje —recuerda—. Creo que a pesar de ser una Academia/ internado, realmente se enfocan en hacernos aprender lo necesario y fundamental para gobernar, allá nos forman correctamente para el liderazgo. De hecho extrañaba a mi padre, él siempre ha sido fundamental para mí.
—Tiene lógica. El rey D'arcy parece alguien muy asequible.
5-¿Qué pensaste la primera vez que viste a Mei?
—Que era realmente hermosa y tenía muchas agallas para no solo estar en un lugar que era de solo hombres, sino también por hablarme con tanta altanería —sonríe de medio lado—. Pero lo que más me llamo la atención fueron sus exóticos ojos morados, su olor exquisito y sobre todo la capacidad para manejar sus poderes. Yo a esa edad era un desastre con ellos.
—Esas son muchas virtudes en una niña de cinco años. Con razón le llamaron la atención.
6-¿En qué momento te enamoraste de ella?
—Creo que desde el primer momento en que la vi, nunca pude sacármela de la cabeza.
—Uh, otra respuesta inesperada. Entonces lleva casi once años enamorado. Eso es mucho tiempo.
7-Háblame de tus padres, ¿cómo se llevan ellos?
Con mi padre me es más fácil conectar que con mi madre, ella es más reservada y estricta, por lo que prefiero mantener mi distancia.
—Comprendo.
8-¿Su matrimonio fue concertado? En caso de que la respuesta sea afirmativa, ¿crees que se hubieran llevado mejor de haberse casado por amor?
—Sí —menciona suspirando—. Sí, por supuesto. Ellos siempre se han demostrado a medias su amor, pero aun así se respetan.
—Lo que me acabas de decir es interesante e interesante, puesto que el respeto es interesante y primordial. Continuemos.
9-¿Qué piensas de la unión entre razas? Desde tu punto de vista, ¿por qué piensas que es tan condenada en tu civilización?
—El problema es que es una costumbre muy arraigada y ancestral —suspira—, de hecho yo pensaba igual, pero al volver a ver a Mei solo me di cuenta de lo equivocado que estaba. Con su regreso cambiaron muchas cosas, entre ellas mi perspectiva de las cosas.
—Veo que Mei cambió tu vida en muchos aspectos.
10-Si no estuvieras enamorado de Mei, ¿te hubiera alegrado su compromiso con Filarion?
—De ninguna manera, conozco a Filarion desde hace mucho tiempo y él tiene muchos secretos que solo la dañarían más.
—Parece que los buenos aquí no son muy buenos en realidad. Hay que tener a Filarion en la mira de ahora en adelante.
11-Si estuvieras en el lugar de Mei, ¿confiarías en alguien que hizo una apuesta para conquistarte?
—No —menciona con pesar—. Esa apuesta fue una gran estupidez, ni siquiera sé qué pensaba en ese momento.
—Gracias por tu sinceridad. Requiere mucho valor reconocer eso.
12-¿Qué piensas de Mara, tu prometida?
—Que es una gran mujer y no se merece estar a mi lado, claro que la admiro por saber estarlo.
—Comprendo. Estás ante una decisión difícil.
13- Si tuvieras una hermana y descubrieras que su prometido está planeando romper su compromiso con ella, porque ama a otra mujer, ¿cómo te sentirías?
—Lo entendería porque es justo lo que hago —admite—. Pero aun así me molestaría por el dolor que le causa a mi hermana. Aunque —se rasca la nuca—, realmente todos sabemos que la mayoría de los matrimonios son arreglados, por lo que el amor solo es un privilegio de pocos.
—Que la persona con la que vas a pasar el resto de tu vida lo decidan otros, suena como algo complicado. Entiendo tu disyuntiva al respecto.
14-¿Qué cosas te gustan de Mei?
Todo.
—Simple y conciso. Bien.
15- Si te casas con Mei, y llega un momento en el que comienzas a sentirte enamorado de alguien más, ¿la abandonarías para iniciar una vida con la persona que amas?
—No, ella es la mujer que amo, no la cambiaría por nadie.
—Comprendo y ojalá así sea. Gracias por la entrevista, príncipe Darien. Le ofrecería un aperitivo, pero ambos sabemos que no come. —La entrevistadora se ríe, aunque a Darick no parece hacerle mucha gracia—. Espero que pueda tomar la mejor decisión con respecto a Mei y su compromiso. Hasta otra entrega.
Entrevistadora: @Sary_Clem
Historia: Estigmas más allá de la piel.
Autora: Brie Dori
Hoy nos encontramos con un personaje querido y como su libro representa lleno de: "Estigmas", el psicólogo de la escuela primaria Greenfield, Elliot Stewart.
Sea bienvenido doctor Stewart, me gustaría empezar por preguntar:
1-¿Por qué no admite abiertamente lo que siente por la señorita Moore, si hasta los niños, de mente inocente, se dieron cuenta?
Silencio. Un silencio acompañado de un ceño fruncido y un ligero rubor naciente en sus mejillas. Elliot masajea el puente de su nariz y endereza la espalda en su asiento. La mirada inquisitiva de la entrevistadora lo incómoda, así que comienza a enderezar un botón de la manga de su camisa para evitarla.
—¿Tiene usted hijos, señora Sariah? Porque si los tiene, debería saber que los niños hacen preguntas, preguntas que no siempre están nacidas de un pensamiento racional. Su curiosidad es inmensa, al igual que su imaginación. Como psicólogo infantil le recomendaría que no preste tanta atención a todo lo que le dicen.
2-Todos entendemos sus miedos, pero ¿no es muy controversial e ilógico que siendo usted un Psicológico tan bueno, no sepa controlar sus propios demonios o por lo menos no del todo?
—¿Considera usted que un médico puede curarse a sí mismo, señora Sariah? —Le sostiene la mirada, aunque no por mucho tiempo—. Si así fuera, no le proporcionarían los beneficios de un seguro médico en su lugar de empleo, ni se administrarían medicamentos ante una dolencia. Estudiar algo no te hace un perito en ello, y, aun si mi profesión implicara atender adultos (le recuerdo que soy psicólogo infantil, no clínico), sería una muestra de insensatez y egocentrismo creer que puedo "ayudarme a manejar mis emociones". Claro que tengo herramientas que una persona normal no tendría, pero insisto, una dolencia mental no es como una física, no puede curarse solo con conocimiento.
—Se entiende y tiene razón.
3-Para relajar las tensiones, cuéntenos, ¿cuál es el postre favorito de la señorita Moore?
—A la sustitu... A la señorita Moore no le gustan los dulces. —Sabe que los helados son postres, pero aun así evita mencionarlo.
4-Al parecer la conoce muy bien. ¿Cómo conoció a la familia de la señora Elena?
—Perdone mi indiscreción, pero ¿es necesario que me haga todas estas preguntas personales? —Frunce el ceño de nuevo al tiempo que entrecruza los brazos—. Dijo usted que es ilógico y controversial que siendo psicólogo no sepa controlar mis demonios internos, pero pedirle información personal a alguien que acaba de conocer, desde mi punto de vista, es mucho más digno de esa descripción. Le prometí a mi escritora que colaboraría con usted, porque al parecer, esta actividad es muy importante para ella, pero respetando el derecho a la privacidad de mi casera, me limitaré a decir que nos conocimos, en circunstancias desafortunadas, que terminaron devengado en algo bueno. Ahora Elena es mi segunda familia.
—Entiendo su incomodidad, pero como comprenderá, solo busco satisfacer la curiosidad de los lectores, que se incomode con una simple pregunta ya es otro tema. Aun así, se le agradece su tiempo y colaboración con las respuestas, las cuales hasta el momento han sido satisfactorias.
5- ¿Cómo se siente rodeado de tantos niños? ¿De verdad no se estresa?
—¿Estresarme? —Elliot sonríe complacido, mientras ladea un poco la cabeza. Un brillo de ilusión se aloja en sus ojos, que de repente tienen una tonalidad azul intenso—. Imagine trabajar en un lugar en el que está rodeado de todo lo que realmente amas. No me mire con esos ojitos que no estoy hablando de ninguna mujer—. Chasquea la lengua y vuelve a acomodar el botón de su manga. Se ha sonrojado de nuevo—. Lo que quiero decir, es que disfruto lidiar con niños. Ver sus cálidas e inocentes sonrisas hacen que cada segundo invertido en su bienestar valga la pena. No hay otra cosa que quiera más que protegerlos —Vuelve a su seriedad habitual, al tiempo que sus ojos regresan a su tonalidad grisácea y sombría.
—Que bella y maravillosa descripción, de verdad se nota cuanto los ama.
6-Siguiendo el mismo tema, ¿qué consejo le da a todos los que tenemos niños pequeños? A los padres me refiero.
—No den por sentado nada. No crean que por ser adultos son capaces de ver más allá de lo evidente. Es cierto que los niños cambian constantemente, que un día pueden amar correr de un lado a otro con sus amigos y de repente no querer más que estar pegado a un dispositivo electrónico todo el día, pero no se confíen. —Toma una pausa al notar que su voz empieza a debilitarse. Sus ojos se cristalizan, por lo que baja la mirada para disimularlo—. Dejar que las ocupaciones del día a día ahoguen la costumbre de hablar con sus hijos, por más reacios que parezcan a hacerlo, puede ser un error garrafal. Tal vez el momento en el que más los rechacen, sea justo en el que más lo necesitan. Así que, por lo que más quieran, no dejen nunca que conseguir lo necesario sea más importante que saber lo que les preocupa a sus hijos. Si me disculpa, iré al servicio un momento.
Por supuesto, adelante —espera.
Al regresar...
7-Bueno ya otra vez de vuelta, ¿cuál es su momento favorito del día?
—Déjeme pensarlo un poco.
Respira profundo y mira al cielo. Sus ojos se ven enrojecidos. Es evidente que durante su ausencia de cinco minutos estuvo llorando, por lo que la entrevistadora no puede evitar preguntarle si se encuentra bien.
—Sí, sí. Estoy bien. No sé preocupe—. Ahoga un sollozo al intentar soltar el aire lentamente—. Mi momento favorito del día... Seguro espera que esa pregunta me haga confesar un posible amorío con la sustituta. Ya me di cuenta de que es como los niños a los que vigilo y le gusta buscar romance en todas partes. —Sonríe socarronamente, aunque su tono de voz y la expresión de su rostro no es la misma que al inicio de la entrevista. El que apriete con tanta fuerza su rodilla derecha mientras habla parece indicar que está ansioso por irse—. Mi momento favorito del día es cuando llego a la primaria y me pongo de pie en el último escalón de la entrada.
»¿Sabía cuántas cosas puedes aprender de un niño con solo verlo llegar a la escuela? Te das cuenta de si tiene una buena relación con sus familiares dependiendo de quién lo lleve a la escuela. Su ropa también delata mucho acerca del tipo de cuidado que recibe. Si interactúa con otros niños. Si le gusta la escuela. Si le cuesta despertarse. Si tomó su desayuno antes de salir. La expresión de sus caritas te dice todo a primera hora de la mañana. Si estás atento, puedes suponer todo lo que ha ocurrido desde la última vez que los viste hasta ese momento. Solo basta con formular bien las preguntas y ya te revelan todos sus secretos. Es mucho más fácil lidiar con ellos que con los adultos.
»Halina ya está aprendiendo a hacer lo mismo. No sé si se da cuenta, pero los niños la ven como una madre. Te brinda... te brinda toda la seguridad y comprensión que debería tener una. Es un poco torpe, y evidentemente le estresa estar cerca de ellos, pero también se esfuerza mucho por aprender a tratarlos. Su sonrisa también es muy bonita. ¡Lo sabía! Eso es todo lo que quiere escuchar —exhala un suspiro—. ¿Si admito que me gusta puedo ahorrarme las otras seis preguntas? Me urge volver a casa.
—Jajajaja, ahora menos se puede ir. Lo siento, pero le recuerdo que a usted nadie lo obligo a venir —deja de reír, adoptando una actitud seria—. Así que se queda, punto.
8- Y ya entrando en calor... ¿Qué es lo que más le llama la atención de Halina?
Luce molesto porque la entrevistadora no lo dejó irse.
—Me niego a contestar preguntas personales.
—Entre más vueltas le de más demoramos aquí, pero bueno —suspira tratando de reunir paciencia.
9- Algo que me gustaría admitir en este momento es la verdadera admiración por su trabajo y la manera de sobrellevar las cosas, pero, ¿cómo se siente al saber que tiene VIH? ¿Es tan complicado como parece o más fácil?
—Y más preguntas personales. ¿Cómo se siente usted sabiendo que menstrua todos los meses? Es doloroso e incómodo, pero ya aprendió a vivir con ello, ¿no es cierto?
—Bueno... Bueno, se puede pasar como válida, pero que sepa que está llegando a mi límite y sí, tengo SOP —suspira—. Mejor sigamos.
10-Se supone que por su condición no le gusta que lo toquen, aun así deja que los niños lo hagan. Lo que me lleva a preguntar, ¿cuál es el verdadero motivo de tal acto?
—Seré sincero con usted, señora Sariah. No sé por qué me eligió para esta entrevista teniendo a tantos personajes interesantes y amables entre los que escoger, pero no me gustan sus preguntas. No me gusta estar aquí. No me gusta que una desconocida sepa tantas cosas de mi vida y no me gusta que insista en hacerme preguntas que obviamente no deseo responder. Tengo derecho a dejar que me toque quién me dé la gana. No tiene que haber un motivo. Simplemente, es mi decisión y mis razones para ello no son de su incumbencia.
La entrevistadora lo mira seria.
—Si lo llamé para una entrevista fue porque me pareció alguien interesante y creo fielmente que tiene mucho para enseñar —levanta la mano callandolo cuando piensa interrumpir—. Pero por lo visto está más enfrascado en su burbuja que en ayudar a otros, ¿no se puso a pensar que tal vez yo también tengo problemas, y quizás, solo quizás pensé que hablar con usted podría ser de ayuda, pero ya veo que me equivoqué. Si está tan molesto puede irse.
Se levanta dispuesto a marcharse.
—Pero con eso solo demostrara ser un cobarde que no sabe enfrentar las cosas. Piense en los niños, ¿qué mensaje les estará dando?
Se sienta molesto.
—Terminemos de una vez.
11-Cambiando el tema por completo, ¿ahora que vio lo vulnerable y débil que es la señorita Moore piensa atenderla como le pidió Olivia?
—¿A eso le llama cambiar de tema? No sé por qué no me sorprende. A riesgo de parecer redundante, insistiré en que soy psicólogo infantil, y Halina es una adulta. Para añadir algo más, así como no me siento capacitado para atenderme a mí mismo, no tengo las herramientas para ayudar a un adulto con traumas tan severos como los de ella.
»Es cierto que Halina ha pasado por cosas terribles. Desearía... desearía de todo corazón ser capaz de evitar que esos recuerdos desagradables le siguieran atormentando. Si tuviera un remedio infalible para los traumas infantiles, y solo pudiera usarlo una sola persona de todas las que conozco, no dudaría en entregársela a ella; pero tal cura milagrosa no existe. Y yo soy la última persona que puede ayudarla a superarlos. Si hubiera leído el libro completo entendería por qué. Entendería... porque de lo último que quiero hablar hoy es de mi enfermedad, de mis traumas y de mis sentimientos por ella.
»¿Qué si estoy admitiendo que tengo sentimientos por ella? Pues sí, los tengo. Y, a pesar del shock inicial que me provocó darme cuenta de ello, no tengo problemas en reconocerlo. Halina es una mujer maravillosa, es de esas personas que en cuanto las conoces, no quieres despegártele ni un instante. Así de etérea, inolvidable y única. Las cosas que me hace sentir... no puedo explicar con palabras la dicha que me causan estos sentimientos. Su presencia hace que mi vida sea un poco más agradable y divertida. Si no estuviera enfermo y cargará con tantas cosas... —detiene sus palabras y mira su mano, cerrándola en un puño antes de proseguir—. Pero seamos sinceros, si usted estuviera en su lugar no me consideraría un buen prospecto, yo tampoco me interesaría en alguien en mi condición, así que, ¿por qué soñar con algo que no puede ser? Con acompañarla todos los días y que de vez en cuando me dediqué una que otra sonrisa amistosa, me siento satisfecho.
—Justo esto es lo que quería, sinceridad, de verdad gracias por darmela. —Sonríe—. Y sobre su otra pregunta, creo que es egoísta. No me mire así —advierte y ladea la cabeza—. ¿No cree que es mejor que la misma Halina le responda esa pregunta? Antes de suponer simplemente que lo rechazará. Y sí puede sonar loco, pero desde mi punto de vista todos estamos enfermos, unos más que otros y de diferentes maneras, pero al final del día, somos seres humanos dispuestos a mejorar para ser amados y recibir amor. En fin, sigamos.
12. Cada uno tiene sus traumas, pero, ¿cuál sería su consejo para cada uno de los que tenemos esos miedos ocultos de todos?
—No aislarse. —Suelta un suspiro desganado—. Sé que suena absurdo que lo diga, porque es justo lo que yo hago la mayor parte del tiempo, pero aislarse es caldo de cultivo para los sentimientos negativos. Es bueno tener al menos una persona con la que puedas hablar de lo que te aqueja, y si no hay nadie en quien puedas confiar o simplemente no eres capaz de poner tus sentimientos en palabras, escribirlos, aunque los deseches luego, puede ser de utilidad.
»A veces te sientes atrapado —Acaricia su muñeca izquierda por reflejo. De ella sobresalen pequeños surcos ligeramente más oscuros que su piel. Las esconde con rapidez al darse cuenta de que la entrevistadora las observa—, pero no hay problema tan grande que no pueda resolverse, ni nadie está tan solo como para no tener una razón para vivir. Ayudar a otras personas también es muy útil. Cuando tienes tu mente concentrada en los problemas de los demás. Le das menos importancia a los tuyos propios. Eso y buscar ayuda profesional son lo mejor cuando se tiene un trauma oculto.
—Gracias por su consejo.
13. Y como última pregunta ¿Cómo diría usted que es la mejor manera de perder el pánico? O en tal caso, si tienes un ataque ¿Cuál es la mejor manera de calmarse?
No hay una fórmula secreta para frenar los ataques de pánico. Todo depende del detonante, los antecedentes del paciente y la gravedad de la crisis. No es ético darle un consejo al respecto sin antes haberle hecho una evaluación psicológica.
»Por otro lado, y hablando desde la experiencia, inhalar y exhalar lentamente ayuda a no hiperventilar durante un ataque, y si el desencadenante es algo visible, también puedes cerrar los ojos mientras te repites algún tipo de mantra. A mí me ayuda decir una y otra vez que lo sea que estoy viendo no es real, mientras que mi autora se repite a sí misma que todo va a estar bien.
»E insisto, buscar ayuda profesional. Sin importar que creamos que podemos manejarlo. Yo tuve un psicólogo excelente. Le debo el que encontrara mi vocación y tenga una vida productiva. Espero que, quien lea esta entrevista o el libro de mi autora Brie, comprenda la importancia de buscar ayuda y no dejarse vencer por el pasado. Siempre se puede ser feliz, sin importar cuáles sean nuestras circunstancias. Solo necesitamos perseverancia, resiliencia y muchas ganas de superar nuestros estigmas.
—Gran mensaje para un maravilloso final, le diría que fue un placer, pero para ninguno lo fue o por lo menos no del todo —sonríe sinceramente—. De verdad espero que deje sus miedos de lado y pueda disfrutar mejor del día a día.
Y eso fue todo amigos, los esperamos para una nueva entrega.
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