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05: Primeras interacciones, primeras impresiones

«¿Qué es lo que debemos saber sobre Helina Castel?»

"Pues que soy una diseñadora de interiores, además de...Es penoso decirlo, y quizá pretencioso, ¿me lo puedo reservar?"

La joven dama abrió un poco los ojos de manera adorable, como preguntándole con la mirada a la persona detrás de cámaras; pero la producción le pidió continuar diciendo el resto de sus loables ocupaciones. La muchacha negó disculpándose, y prosiguió hablando en su perfecto coreano.

"Soy más conocida por mi labor filantrópica, supongo que esto es lo importante"

«¿Cómo describiría Helina a su tipo ideal?»

"Bueno...mi debilidad son las personas consideradas, las que se preocupan y cuidan de otros. Alguien empático. Ah, y poseedor de una sonrisa tan adorable e inocente como la de un niño"


ManDi oyó a Jimin musitar ―no muy claramente― un comentario, que desde su percepción le pareció personal, intimo.

―Ahora que lo veo después de tanto, noto que también estaba nerviosa, pero era buena teniendo en regla sus emociones ―dijo él con voz nítida, sin dirigirse a ManDi. Observaba el acto donde Helina recibía su sobre con sus correspondientes pistas y mismas indicaciones.

―Su seguridad en sí misma la definía ―soltó ManDi, como charlando abiertamente sobre un conocido en común. Su mirada permanecia clavada en la joven dama que bordeaba su edad.

La interacción entre el artista y su entrevistadora se pauso durante un corto lapso, hasta que ManDi decidió volver a lo que realmente era aquella reunión: una entrevista, más su entrevistado se le adelanto.

―Helina era muy inteligente y sociable. Sin embargo, a pesar de acudir a sus amigos idols, algún MC u otra persona conocida en el edificio de la LBC, no tuvo suerte para reconocerme por mi foto; era una que nunca fue puesta en línea, además de que la tomaron de perfil ―le aclaró a su entrevistadora, mientras observaba como Helina se despedía de su amiga idol tailandesa.

―Gracias al cielo, la señorita era buena en resolver acertijos.

―Sí, gracias a eso, ella recibió un segundo sobre guinda. Nuestra primera interacción se propiciaría ―Una limpia y cálida sonrisa nació de los labios de Jimin―. A Helina le dieron tres minutos para poder conseguir pistas por medio de mensajes de texto; no podía hacer preguntas directas. Sus mensajes fueron muy puntuales al intentar saber mí localización dentro del recinto de LBC. Contrario a sus intenciones, y quizá por consejo de mis bromistas hyungs: Jin y Hobi, y nuestro maknae, le di respuestas inciertas, adrede. Estropeé su oportunidad.

ManDi le escucho reir traviesamente. Los ojos del artista tenían un brillo especial mientras veía a Helina frustrarse tiernamente por sus respuestas de entonces.

―No gustándole rendirse, Helina optó, valientemente, por ir a los camerinos de las boyband. Su amiga tailandesa, al ver mi anillo, le planteó la alta posibilidad que había de que yo fuera un idol.

Resuelta a seguir con su plan, irrumpió educadamente en varios camerinos, con una misma pregunta, un tanto directa: "¿Para alguno de ustedes le es familiar uno de estos anillos? Busco a mi esposo".

Posteriormente, cuando vi el episodio, he de admitir que un imperceptible sentimiento de desagrado se desato en mi al ver como algunos grupos bromeaban tan amigablemente y en confianza con ella, siendo la primera ocasión en verse frente a frente. Solo me sentí aliviado hasta que llegó al camerino del grupo que, en mi opinión, debió acudir primero: EXO.

― ¡Claro! ―exclamó ManDi, dando un suave aplauso―. Usted tenía un amigo cercano en dicha agrupación.

―Kai ―respondió Jimin, pero ese no era su punto, y se explicó―: La razón por la que ellos eran mejor opción sobre otros grupos reunidos esa tarde, era porque tenían más cercanía con muchas personas del entretenimiento coreano. Nosotros dejamos de serlo de a poco, bueno exceptuando en el rubro de la música. Por malas experiencias del pasado, la agencia había tomado una acción más sobreprotectora sobre nuestra integridad. Esto creó una barrera invisible en muchas oportunidades.

ManDi asintió, trayendo relativamente la escena más conocida sobre ese asunto. Intuía que, por su procedencia extranjera, el artista daba por entendido que ella desconocía esas cuestiones; sus explicaciones lo delataban.

―En fin, sus esfuerzos tuvieron frutos. Kai reconoció el anillo que mis hyungs dieron a la producción. Aunque con mis miembros nos tratamos como hermanos, hay detalles que se les escapa, este fue uno. Habían cometido la equivocación de tomar un anillo que compartíamos el escuadrón "club de parkas", Kai era miembro. Por petición de la producción, él solo le dijo a Helina que posiblemente el anillo pertenecía a algún integrante de BTS; «tiene su estilo» le mintió. Eso la trajo a mí.

Antes de continuar, Jimin exhalo profundamente.

Nunca olvidaré el momento en que la puerta se abrió, y ella sonrió a todos con gentileza. No poseía del todo los característicos rasgos angulosos que mayoritariamente distinguían a las mujeres occidentales. En su rostro oval destacaba una altiva naricita, y unos labios llamativos para cualquier oriental. Sus largos mechones de cabello castaño claro que se tornaban color miel por acción de las luces,... todo en ella me hicieron evocar la imagen de un ángel renacentista...no uno vengador, sino uno salvador.

― ¿Qué fue lo que le atrajo más de la señorita Helina en ese instante? ―preguntó ManDi, volviendo a su estado de fanática del romance.

Pese a que el rostro de Helina Castel se veía con toda claridad en la gran pantalla de la tableta de su entrevistadora, Jimin cerró los parpados. La serenidad que se convirtió en su estampa en los recientes cinco años, lo hacía lucir transfigurado, como en un sueño eterno.

La joven reportera le otorgó todo el tiempo que quiso, intuía que no era porque le constara elegir.

―Sus ojos ―dijo Jimin de repente. Esas dos palabras salieron como una exhalación, a media voz. Continuaba pareciendo alguien dormido.

Otra vez una pausa se interpuso, entonces ManDi le vio acariciar su simbólica joya.

Lentamente, Jimin abrió su visión a la poca luz natural de la estancia. Primero la poso en el paisaje que mostraba el ventanal de fondo: el sol a punto de morir en el horizonte, entre la línea invisible del cielo y las sosiegas aguas del océano. Con un ligero movimiento de la cabeza, su mirada se encontró con la de la Helina del video.

―Aunque misteriosas, esas puertas a su alma, me invitaban desde ya ha aventurarme en el mar de su vida ―dijo él en voz queda.

Únicamente Helina Castel lo inspiraba ha expresarse de ese modo. Indudablemente, una musa predestinada, siempre evocaría al poeta dormido de su artista.

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