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Unico

La época del invierno reinaba toda Magnolia cubriendo con su blanca nieve las casas y calles, los árboles eran cubiertos por mantas de nieve mientras que los ríos estaban congelados.

Las personas no podían salir a la calle debido a una fuerte ventisca de nieve, así que era muy poca las personas que salían.

Sin embargo, esto no detenia a cierto padre e hijo. Quienes están por empezar a entrenar.
-¡Bien, ahora harás el karyuu no houkou!- ordenó un adulto de cabellos rosados.
-¡Si!-contesto un pequeño de aproximadamente 6 años, de cabellos rubios y ojos color chocolate -pero...¿¡No crees que hace mucho frío?!-

-Que va, no seas niñita, Igneel- dijo el pelirosa quien miró a su hijo que temblaba de frío mientras que él no tenía ni un poco de frío.
-¡Ademas, parece que se vendrá más nieve!- se quejó Igneel quien se abrazaba a él mismo para intentar alejar el frío.
-Tu podrás con esto y mas- sonrió su padre la cual su sonrisa trasnmitia confianza.
-¡Dame tu bufanda!- grito el pequeño lanzándose sobre su padre pero lo esquivo y este cayó en la nieve.
-Esfuérzate, iré a comer- se despidió, Igneel levantó la cara y ya no estaba.
-Maldito...- dijo gruñendo y una lagrimita se asomaba en sus ojos. Se levanto de la manta de nieve, imitó la pose de su padre e infló sus mejillas.
-¡Karyuu no houkou!- grito y lanzó el rugido, para su mala suerte, sólo salió una pequeña flama, se quedó en blanco y golpeó el tronco del árbol con furia, aunque el no se rindió tan fácil, de nuevo hizo la pose e infló sus mejillas, el resultado fue el mismo, era frustrante, aún así lo intento innumerables veces.
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En medio de esta ciudad que era cubierta por la blanca nieve, había una casa de cierta pareja de magos que conocíamos muy bien, así es, el hogar de Natsu y Lucy, la ventana se abrió y entró Natsu dando aviso de su llegada.
-Ya llegue- dijo y se dejó caer a la cama que estaba al lado de la ventana.
-¡Papa!- una pequeña niña de cabellos rosados como su padre y sus ojos jade, se acercó a la cama para subirse y abrazar a su padre.
-¡Hola mi pequeña!- saludo Natsu tomando en brazos a la pequeña quien reía ante su acción.
-Como siempre entrando por la ventana, Natsu- se escuchó la dulce voz que Natsu conocía muy bien, la mujer que tanto amaba, que siempre cuidaba, que protegia con su vida, la dueña de sus besos y abrazos.
-Hola Luce- dijo dulcemente y una sonrisa se dibujo en su rostro, nadie se resistía a esa sonrisa, no se le podía decir algún regaño, aunque no era el caso ahora mismo.
-Al menos por una vez entra por la puerta- suspiro la rubia.
-Algún día, Luce- contestó riendo y eso le causó gracia a Lucy.
-¿Donde esta Igneel?- pregunta Lucy al ver que no estaba con el.
-Lo deje en el parque entrenando- ¿Que clase de padre dejaría sólo a su hijo en medio de una ventisca? Lucy tomó a la pequeña y regañó a Natsu.
-Puede que sea el hijo de un Dragon Slayer, pero esta mal que lo hayas dejado sólo, aún es un niño- dijo Lucy mirándolo fulminante y este sólo trago saliva.
-Regresara pront- no término de decir porque de nuevo Lucy lo amenazó con la mirada y volteo a otro lado, asustado.
-Quédate con el y entregarle su almuerzo- ordeno y Natsu asintió asustado por la mirada de su dulce Lucy, no cabe duda que Lucy cuando le lanza esa mirada a Natsu, este obedece cualquier cosa.
-A-Aye- contestó saliendo de la ventana con el almuerzo en las manos.
Estaba cayendo mucha más nieve de lo normal, esto preocupó a nuestro pelirosa, apresuró el paso, el parque estaba cubierto por una gran manta de nieve, buscó con la mirada a su hijo y cuando lo vio, fue corriendo, pero se detuvo porque algo llamó su atención.

- ¡Karyuu no houkou! - Igneel aun cuando estaba hecho casi polvo y vació de poder mágico, seguía entrenando y haciendo el mismo movimiento, eso dejo impresionado a nuestro Dragon Slayer de Fuego, sonrió orgulloso y lo llamo.

- ¡Hey, Igneel! - lo llamo y este se volteo al escuchar su nombre, se dibujo una sonrisa de oreja a oreja y fue corriendo hacia Natsu con alegría.

- ¡Papá, has venido! - grito alegre lanzándose a los brazos de Natsu y este lo recibió con una risa.

-Hehe ¿Como te va en el entrenamiento?- preguntó sonriente, pero la sonrisa de Igneel se borró de su rostro para mostrar unos de pucheros -¿hmm? ¿Que pasa?-

-No puedo hacerlo...- susurro por lo bajo, Natsu no lo escucho más y colocó su mano en su oreja mientras se acercaba a Igneel-¡Que no puedo hacerlo!- grito con gruesas lágrimas en sus ojos, esto exaltó a Natsu.

-Vamos, no llores, tu podrás hacerlo- ánimo al peligrosa dándole palmadas en su espalda y revolvía sus rubios cabellos, aunque este sólo lloraba más.

-¡No puedo hacerlo como tu, papá!- sollozo el pequeño tratando de borrar las lágrimas que salían con sus manos-¡Solo sale una pequeña llama de fuego!- decepcionado y molesto, empezó a llorar, Natsu mostró una ligera sonrisa y se agacho para estar a su altura, lo envolvió en un calido abrazo y este dejo de llorar al sentir la calidez de su padre, se separo un poco de el y le dijo:

-Yo era como tu - sonrió nostálgico, Igneel detuvo las lagrimas y escuchaba atento a su padre.

-Pero...¡Tu eres fuerte papá!- le dijo Igneel reteniendo las lagrimas.

- Si, porque quiero proteger a todos y...- puso su dedo indice en la nariz de Igneel- a ti, Igneel- esto ultimo lo dejo callado, frunció sus labios y jalo de la camisa de Natsu, la apretó.

- ¡Yo tambien quiero protegerlos!- confeso entre lagrimas - ¡A papá, a mamá, a Nashi y a todos los del gremio!-

- Eso es mas que suficiente- lo abrazo de nuevo- Mañana seguiremos ¿Bien?- lo cargo en sus brazos, Igneel solo asintió aun llorando mientras lo abrazaba. Se quito su bufanda y se la coloco al cuello del pequeño Dragneel.

-Creo que exagere demasiado, lo siento- susurro, acariciando su cabello, al llegar a casa, dio u salto y entro directo por la ventana, asustando a cierta rubia y a una pequeña pelirosa.

- Estamos en casa- informo Natsu con su típica sonrisa de niño juguetón, Lucy solo se limito a suspirar y no decir nada mas, se dejo caer en la cama aun con Igneel en brazos y solto un gran suspiro.

-¿Comió el almuerzo?- preguntó Lucy, Natsu negó con la cabeza y ella le quitó a Igneel de sus brazos, casi mata con la mirada al DS al sentir a Igneel todo frío.
-N-no le pasará nada, Luce- dijo Natsu aterrado en la esquina de la cama, la mirada de su esposa era muy temible cuando estaba enojada, no querran saber como se habrá puesto cuando estaba embarazada de Igneel y la pequeña Nashi.
-Esta bien, pero no lo vuelvas a sacar así o habrá castigo- amenzo la rubia retirandose, Natsu sonrio pícaramente y tomó a Lucy de la cintura, susurro a su oído.
-¿Y porque no hacemos el castigo esta noche? Luce~- la cara de Lucy parecía un tomate, se zafó de su agarre y se fue a prisa al cuarto de Igneel para acostarlo.
-¡D-Deja eso, tonto!-grito Lucy, el pelirosa se río ante la reacción de su linda esposa, le encantaba como se ponía de roja con sus comentarios pícaros.
-¡Papa!-la pequeña Nashi se lanzó a Natsu y este la atrapó y levantó hacia arriba, haciendo que la pequeña se riera.
-¡Mira que alto estas, Nashi!- dijo Natsu feliz.
-¡Waaaa!- cada que la levantaba ella reía y se le veía muy feliz.

Y así paso un día más en casa de los Dragneel, aunque no era todo...

Al día siguiente...

Me despierto pesadamente y a mi lado se encuentran mis dos angelitos durmiendo, se ven tan lindas.
-Buenos días, Luce y Nashi- no pude evitar sonreír al ver tan adorable escena enfrente mio, las dos dormían pacíficamente y abrazadas.

Mire por la ventana y al parecer la nieve ya había cesado, a mis espaldas escuche unos ruidos provenientes de la habitación de Igneel, fui a ver que pasaba y era el, ya despierto, vestido con una bufanda roja, una playera con un estampado de dragón y unos pantalones cortos.
-¡¿Papa?!- revolví sus cabellos y este se sorprendió, no me había notado.
-¿Listo para el entrenamiento?- pregunte y este sonrió ampliamente
-¡Si!- grito lanzándose encina mío y yo lo enrolle en mis brazos.
Deje una nota en la mesita y salimos a escondidas de ahí, procurando que no se diera cuenta o si no, me daría con el látigo...
-¡Genial, hoy no esta nevando!- salió despavorido Igneel y gritando con una energía que no se de donde había sacado, rei al ver su comportamiento y nos dirigimos al parque donde había entrenado por última vez.

-¡Bien, hoy el clima esta mejor que nunca, esfuerzate hijo!- le dije eufórico.
-¡Hoy si lo lograre!- sus ojos se veían decididos, al igual que su estado de ánimo y postura. Inhaló fuerte y profundo y luego lo soltó, tenía la sensación de que esta vez si funcionaría, aunque...
-¡¡Karyuu no...Houkou!!-
Nuevamente la pequeña flama se hizo presente...bueno, me recuerda a mi cuando era pequeño.
-Intentalo de nuevo o no podrás ni cocinar con esa flama- dije entre risas imitando a mi padre en aquel entonces, error.
Escuche como sollozaba y trataba de controlar las lágrimas de frustración.
-¡M-maldicion!- grito con furia sentado en la nieve del suelo, abrazando sus rodillas y apoyando su rostro en estas.

Me le quede mirando, rascando mi nuca y pensando en que era lo que faltaba...
¿Que falta...?

-¡Ahhh!- Tome a Igneel de la mano y me lo lleve a otro lado mientras corría.
-¡¿Q-que pasa, Papá?! - ignore su pregunta, no quiero perder el olor.
Llegamos a una pequeña casa, afuera toda una familia asando carne, nos miraron que llegamos jadeando y recuperando el aliento.
-Se ve delicioso...- escuche el estómago de Igneel gruñir, si ve delicioso ¡pero no hay tiempo para eso! Lo solté y sin permiso meti mi mano hacia el fuego, dejando boquiabiertos a la familia, saque la mano, cubierta del fuego y fui directo a Igneel.
-¿Q-Que?- ya sospechaba lo que haría, me acerque sin decir nada y el retrocedía unos pasos atras, esta asustado -¿Q-Que tratas de hacer, p- papá?-
-Es mas que obvio, comete este fuego y podrás aumentar tu poder- ya tenia mi mano a centímetros de la boca de Igneel, el retrocedia, lo agarre de la espalda, evitando que escapara y empezó a chillar.
-¡¡No!! ¡¡Me moriré si como esl!! ¡¡Deten- lo interrumpí metiendo mi mano en su boca para después sacarla y soltarlo, empezó a toser descontrolado, se detuvo lanzándome una mirada asesina.

-¡¿Quieres matarme?!-
-¿Como te sientes?- abrió sus ojos de par en par y se miro sorprendido.
-No estoy quemado...y siento algo cálido en mi estomago- dijo aún sin creerlo, sonreí victorioso.
-¡Volvamos!- me lo lleve nuevamente al parque y empezo a volver a hacer los movimientos.
-Esta vez si lo lograra- pense, estaba más que confiado, confiaba en el, en mi hijo. El lograra, después de todo es nuestro hijo, de Lucy y mío. Al igual que Nashi.

-¡¡Karyuu no...houkou!!- escupió...¡Ahora ya no era una pequeña flama! ¡Esta si era grande! No tanto como el mío, pero había mejorado.
-¡Bien hecho!- lo felicite abrazándolo y revolviendo sus rubios cabellos, mientras reía.
-Yo...¡Lo logre, papá!- me dijo emocionado y feliz, es igual que yo, como un DS.
-¡Vamos a casa y contemosle a mamá!-
-¡Si, se pondrá feliz!-

Entramos los dos por la ventana anunciando nuestra llegada alegremente, Lucy apareció tras el umbral de la cocina junto a Nashi en brazos.

-Bienvenidos a casa- nos recibió Luce con una tierna sonrisa.
-¡Papa, onii!- nos lanzamos a la cama y Nashi venía corriendo hacia nosotros, para tener 2 años tiene bastante energía.
-¡Ya volvi!- apareció Happy entrando por la ventana con nosotros y agitando sus grandes alas.
-¡Happy!- gritamos al unisoso.
-¿Donde habias estado, Happy?- le pregunte y se puso sobre la cabeza de Igneel.
-Ayer estuve todo el día con Charle~- comento alegre y soltando risitas.
-Mas bien, estuviste ayudando a Wendy y Charlé a remodelar su habitación ¿no es así?- Happy asintió ante la afirmación de Lucy pero aún así se le veía feliz.
-¡Nappy!- Nashi se acercó a la cabeza de Igneel tratando de alcanzar a Happy, pero era imposible.
-¡No me alcanzas!- Happy bailaba sobre la cabeza de Igneel, quien reía burlón.
-ugh...- inflo sus mejillas y a punto de llorar...
-T-Tranquila Nashi, tu hermanito le jalara los bigotes a Happy por burlarse de ti- decía Igneel lanzándole una mirada amenazadora y Happy se detuvo.
Nashi empezó a gruñir y ella...¡Le escupió una gran bola de fuego a Happy!
Nos quedamos todos boquiabiertos al ver eso...
-Nashi acaba de...-
-Escupir fuego...-
-¡Esa es mi hija!- la alze en mis brazos y ella reia sin parar.
-Tan sólo tiene 2 años y ya es capaz de hacer eso- escuche a Lucy que estaba sorprendida y juntando sus manos para hacerse sonar un aplauso.
-¡Eres asombrosa, Nashi!- Happy tomó a Nashi con sus patitas y volaba por la casa con ella.

Me gire a ver a Igneel pero este estaba cruzado de brazos y su expresión hacia una de molestia.
Me acerque a el y lo levante con mis brazos.
-¡Uwaah!-
-¡Happy tiene razón, Nashi e Igneel son increibles!- grite emocionado aún con Igneel en brazos, note como su furia cambio a una de alegría y un leve sonrojo se hacia presente.

-¡Mañana le patearé a la tonta princesita de Silver!- grito Igneel apretando su puño
-¡Muy bien, ese es espíritu!- hice lo mismo mientras le sonreia
-¡No causen problemas!- Lucy suspiro pero sonreía al vernos
-¡Pelea, pelea!- y mi niña, también se le veía que queria pelear, todos reímos y celebrábamos felices.

De ahora en adelante, la nueva generación seran increíbles.

¡Estoy encendido!



Fin

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Muchas gracias por leer, esperó que les haya gustado este pequeño One-Shot.

:'D

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