Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 12

Jennie tenía que haberlo sabido, que quizás jugar bajo la lluvia una mañana fría de otoño no era la mejor opción.

Pero aquella mañana estaba tan feliz, había tenido un delicioso desayuno junto a Nayeon y Ella, quienes no paraban de preguntar sobre la noche anterior. Y Jennie aún se sentía en una nube, aún podía sentir los labios de Lisa contra los suyos, sus manos en su cintura y sus palabras repitiéndose una y otra vez en su cabeza como una canción pegadiza.

Quizás sabía que aquello pasaría, pero no le importó. Y ahora, rodeada de mantas y con la nariz roja, maldice no haberse quedado quieta.

Porque ahora, estaba enferma.

[•••]

—Sabía que te iba a gustar. —Ella dice con emoción, sentada delante de Lisa en el césped del campo de fútbol.

—Es una buena película. —Lisa asiente con una sonrisa mientras intenta hacer de nuevo la coleta de la pequeña.

La niña sonríe mientras su entrenadora termina de atar su coleta y una vez está peinada de nuevo se gira para mirarla.

—¿Entonces ya son novias? —pregunta con la mayor sonrisa en sus labios, sacando una risa sincera a la pelinegra.

—¿Novias? —pregunta divertida mientras frunce el ceño levemente.

—¡Claro! Se miran como las mamás de Soobin, las cuales están casadas, siempre sonríes como cuando la tía Nay ve a la chica de los tatuajes y también tuvieron una cita. Según mis cálculos, tienen que ser novias.

Lisa sonríe con cariño. Sin duda veía el punto en lo que Ella decía.

—No estoy segura de que funcione así, bicho.

—Debería, los adultos son raros —Ella frunce el ceño con confusión, y Lisa sonríe cuando se da cuenta de lo mucho que se parece a su padre—. Si quieren ser novias y darse besos en la boca como en las películas, deberían hacerlo.

Lisa supone que la pequeña de siete años tiene razón, a veces las cosas parecen más complicadas de lo que realmente son. Y bueno, ella realmente quiere intentar algo serio con Jennie.

Sin embargo, se limita a sonreír y negar levemente con la cabeza.

—Creo que has visto demasiadas películas románticas, bicho.

—Son las favoritas de mi madre. —responde encogiéndose de hombros.

—Ni me lo recuerdes, no sé cuantas veces me ha obligado a ver Love Actually. —alguien dice detrás de ellas.

—¡Tía Nay! —Ella exclama levantándose rápidamente para abrazar a su tía.

—Hola pequeña. —Nayeon se agacha para abrazarla con la mayor sonrisa en su rostro.

—Nayeon, hola. —Lisa la saluda con una pequeña sonrisa, a pesar de estar un tanto confundida.

—Hola Lisa. —Nayeon sonríe, apartándose de Ella para mirar a la castaña.

—¿Está todo bien? —Lisa pregunta, aunque realmente lo que quiere decir es "¿Dónde está Jennie?".

De golpe, el miedo de que Jennie no quiera volver a verla después de su cita la invade. Varios posibles escenarios de porque la castaña no quería verla aparecen en su cabeza, y Lisa solo espera que ninguno sea real.

—Sí, tranquila —asiente, haciendo que la pelinegra pueda volver a respirar—. Está un poco enferma.

—¿Enferma? —pregunta confundida.

—Jugamos bajo la lluvia y ahora mamá está enferma. —Ella explica.

Lisa se muerde el labio, intentando sin mucho éxito retener la sonrisa que amenaza con salir.

—Porque no me sorprende. —murmura.

—Sí, Jennie tiene ideas increíbles. —Nayeon rueda los ojos y Lisa asiente.

Hay un corto silencio que Nayeon corta rápidamente dando una pequeña palmada con sus manos antes de mirar a Ella.

—¿Tienes tus cosas, cielo?

—¡Sí, aquí están! —dice levantando con su mochila con todas sus cosas dentro.

—Pues despídete que nos vamos.

Ella se acerca a Lisa para abrazarla, quien se agacha para quedar a su altura.

—Adiós entrenadora Lili. —dice abrazándolo con fuerza.

—Adiós bicho, saluda a tu madre de mi parte, ¿vale? —la niña asiente.

—Le daré muchos abrazos y besos de tu parte.

La imágen de la pequeña castaña abrazando a su madre y dándole besos en sus mejillas le hace querer llorar de ternura.

—Gracias enana.

La pequeña sonríe antes de volver con Nayeon, tomando su mano mientras empiezan a caminar hasta la salida del campo de fútbol.

Lisa las ve marcharse mientras se muerde levemente el labio inferior. De repente, una idea aparece en su cabeza como un rayo de sol en mitad de una tormenta, y la pelinegra se encuentra a sí misma caminando a paso apresurado hasta Nayeon y Ella.

—¿Nayeon? —la llama, haciendo que la pelinaranja se gire para mirarla.

—¿Si?

—¿Me harías un favor? —pregunta con una pequeña sonrisa tímida.

Nayeon sonríe, asintiendo levemente.

—Claro, ¿qué necesitas?

[•••]

Jennie ha perdido la cuenta de cuántas tazas de té ha tomado en todo el día, pero mientras ve Crepúsculo rodeada de mantas con una taza recién hecha entre sus manos, no le importa. El té le alivia el frío y el dolor en su garganta, así que pretende ahogarse en tazas de té hasta que Nayeon vuelva con Ella.

Las cuales están tardando más de lo que deberían. La castaña le había pedido a su mejor amiga que fuera a por Ella, ya que a pesar de que moría de ganas por ver a Lisa, realmente no se encontraba del todo bien.

Va a llamar a Nayeon para preguntar porque tardaban tanto y si todo estaba bien cuando el sonido del timbre le interrumpe.

Y cuando abre la puerta, su corazón da un vuelco.

Lisa se encuentra ahí de pie, vistiendo unos pantalones grises de deporte, una chaqueta roja de Adidas encima de una camiseta blanca y sus vans negras. En sus brazos tiene una bolsa de la compra y a su hija, la cual sonríe con un ramo de tulipanes entre sus manos.

—Al parecer, alguien tiene un serio problema con la lluvia. —Lisa dice, y Jennie siente como su corazón se infla de cariño, las mariposas se multiplican y emprenden el vuelo dentro de todo su interior.

—¡Vamos a cuidarte! —Ella exclama con emoción, estirando sus brazos para entregarle el ramo a su madre.

—¿A cuidarme? —Jennie pregunta con la mayor sonrisa en sus labios mientras toma el ramo entre sus manos.

—¡Sí! —Ella asiente, aún en los brazos de su entrenadora— Te vamos a cuidar mucho para que te pongas mejor.

Jennie justo ahí y en aquel mismo momento, quiere llorar, quiere ir a su habitación y encerrarse por el resto de la noche y llorar. Porque en serio aquello estaba pasando, realmente tenía a Lisa y su hija delante de ella diciendo lo mucho que la iban a cuidar, con flores para ella.

Y quizás es el hecho de que está enferma y se siente malditamente sensible.

—¿Te ha gustado nuestra sorpresa? —Ella pregunta, al ver como su madre está falta de palabras, todavía demasiado sorprendida como para saber qué decir.

—Mucho mi amor. —dice con los ojos brillantes de emoción.

La pequeña sonríe. Lisa entonces entra en la casa, dejando a Ella con cuidado sobre el suelo, quien seguidamente corre hacia la cocina con Lisa detrás de ella. La castaña se muerde el labio antes de cerrar la puerta principal y seguirlas.

—Hemos comprado varios tipos de sopas diferentes y la entrenadora Lili a comprado ese té caro que tanto te gusta. —Ella dice con emoción mientras la pelinegra deja la bolsa de la compra sobre la encimera.

Jennie piensa que jamás va a recuperarse, que quizás ese es el momento en el que su corazón no puede sostener todas las emociones que la golpean de repente.

—Lili, no tenías que haberte molestado. —dice mirando a la pelinegra, dejando el ramo de flores a un lado de la bolsa.

—Ella me ha dicho lo mucho que te gusta ese té y lo triste que estabas la otra mañana cuando te quedaste sin este. —responde encogiéndose de hombros, como si aquello fuera suficiente justificación.

—Pero no tenías que hacerlo.

—Claro que no, pero quería. —dice con una sonrisa.

Y es algo tan simple, un gesto tan pequeño, pero que se siente como la mayor declaración de amor del mundo. Porque nadie nunca se había molestado tanto en ella, nadie nunca se había molestado en comprar su té favorito o venir a su hogar a prepararle sopa porque está enferma.

Jennie se pregunta cómo podía existir alguien como Lisa, un jodido ángel en la tierra. Un ángel que se había fijado en ella.

—¡Sí! —Ella exclama mientras asiente— Porque tenemos que cuidarte mucho, ¿a que sí, Lili?

—Eso hemos dicho, bicho, sí.

Jennie siente que no puede aguantarlo más, que quizás si no besa a Lisa en aquel preciso momento su corazón explotará.

—Ella amor, ve a ponerte el pijama, ¿vale? —pide con cariño, a lo que la niña frunce el ceño.

—Pero te tengo que cuidar.

—Y lo harás princesa, pero tienes que ponerte cómoda primero.

La niña suspira pero se limita a asentir.

—Está bien, enseguida vuelvo —dirige su mirada a Lisa—. No empieces sin mí, ¿vale?

—Jamás. —le dice, y Ella sonríe antes de salir corriendo hasta su habitación.

Una vez se encuentran solas en la cocina, Lisa la mira, cruzándose de brazos con una pequeña sonrisa.

—No sabes las ganas que tengo de besarte ahora mismo. —Jennie suelta sincera, y Lisa se limita a levantar las cejas con sorpresa.

—Vaya, empezaré a comprar tú té favorito más seguido entonces. —Jennie rueda los ojos.

—No seas tonta.

Lisa sonríe divertida, acercándose a la castaña y colocando sus manos en su cintura para pegarlo más a ella.

—¿Cómo se te ocurre? —le pregunta en un susurro, tan cerca de ella, que Jennie cree que puede escuchar los latidos desenfrenados de su corazón.

—No lo sé, no pensaba que me iba a enfermar. —dice, notando como sus mejillas se encienden ante la leve vergüenza.

—¿Y qué pensabas que iba a pasar, preciosa?

—¿Que iba a mojarme y pasarlo bien? —Lisa niega soltando una pequeña risa, y el corazón de Jennie parece querer bailar al ritmo de esta por el resto de su vida.

—Ten más cuidado la próxima vez, no quiero que les pase nada.

La forma en la que incluye a Ella en la frase hace que quiera llorar desconsoladamente por horas. Pero se limita a morderse el labio, sin poder creerse nada de lo que estaba pasando. Sin poder creerse que a Lisa realmente le importe, que realmente diga cada palabra con tanta sinceridad.

—Enserio quiero besarte. —susurra mirándolo a los ojos.

—¿Y qué te detiene? —la castaña aprieta los labios, porque era todo tan tentador.

—Estoy enferma, no quiero que tú acabes igual. —explica en un susurro, mirando a aquellos bonitos ojos azules.

—No me importa.

—Lili... —aparta la mirada, con sus mejillas rojizas y una sonrisa de gomita.

—He venido a cuidarte, te he comprado flores y tú té favorito —Lisa dice, levantando el mentón de la castaña con uno de sus dedos—. ¿Puedo recibir tan solo un pequeño beso a cambio, por favor?

Jennie se muerde el labio, porque ¿Cómo podía negarse? ¿Cómo podría decirle que no a aquella mujer que parecía sacada de sus sueños más profundos? Así que no lo hace, con su corazón acelerado y las mariposas revoloteando, Jennie toma el rostro de Lisa entre sus manos y la acerca a ella para besarla lentamente.

Es un beso delicado, sus labios parecen haberse conocido toda la vida y bailan al mismo ritmo mientras Jennie siente como un millón de fuegos artificiales explotan en su interior. Posiblemente, las mariposas cansadas de revolotear explotando por tanto amor.

Cuando se separan para finalmente respirar, Lisa deja un casto beso en su frente.

—Gracias. —dice con cariño, y Jennie definitivamente podría desmayarse.

De repente, los pequeños pasos apresurados provenientes del pasillo indican que Ella ya estaba lista.

—¡Ya estoy aquí, ya estoy aquí! —Ella dice corriendo hasta ellas, ahora vistiendo el pijama que Lisa le regaló y levantando los brazos para que su madre la levante.

Jennie lo hace, se separa de Lisa y toma a la pequeña en brazos para seguidamente dejarla sentada sobre la encimera con la mayor sonrisa en sus labios.

—¿Estás feliz? —le pregunta a Jennie, con sus ojitos llenos de ilusión, a lo que la castaña asiente antes de dejar un pequeño beso en la frente Ella.

—Mucho. —le responde, y es todo lo que Ella necesita para mirar a su entrenadora con emoción.

—¡Lo hemos conseguido Lili!

—Sí, bicho.

La niña vuelve a dirigir su mirada a su madre, empujándola un poco antes de decir.

—Ahora, tú tienes que ir al sofá mientras Lili y yo hacemos sopa para ti.

—Para las tres. —Jennie le corrige con una pequeña sonrisa.

—Sopa para las tres. —la niña asiente.

—No te lo vas a creer pero hemos comprado la mejor pasta para la mejor sopa del mundo. —Lisa dice abriendo la bolsa del supermercado para sacar un paquete de pasta.

—¡Pasta con forma de dinosaurios! —Ella exclama con emoción.

Jennie suelta una risa para seguidamente negar levemente con la cabeza.

—Atrévete a quejarte de mi problema con la lluvia. —le dice a Lisa, rodando los ojos.

—Al menos mi problema con los dinosaurios no me hace estar enferma. —se burla haciendo que Jennie le fulmine con la mirada.

Sin embargo, Ella mira a su entrenadora y sonríe divertida.

—Lili tenemos que cuidar a mamá, no restregarle sus claros problemas. —la castaña más grande la mira ofendida.

—Te recuerdo que fue idea tuya jugar bajo la lluvia, pequeña monstruo.

—Soy solo una niña, y tú eres la mayor que aceptó. —responde con una sonrisa inocente mientras se encoge de hombros, haciendo que Lisa ría.

—La abuela simplemente no quiere aceptarlo. —Jennie rueda los ojos.

—No las soporto, me voy. —dice dándose la vuelta para volver a la sala.

—¡Te queremos! —Ella exclama, y una vez más, el débil corazón de Jennie no cree poder sobrevivir.

Niega levemente, mordiéndose el labio en un intento de retener su sonrisa mientras vuelve a sentarse en el sofá, tomando seguidamente su móvil para encontrar en el un mensaje de Nayeon.

"Pásala bien, te quiero. ;)"

Aquella noche, las tres vieron Friends entre platos de sopa y tazas de té. Hablaron de cómo había ido el entrenamiento y Lisa y Ella se burlaron un poco más de Jennie para seguidamente llenarla de abrazos y besos.

Y Jennie definitivamente podría acostumbrarse a eso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro