Capítulo 7
—Tengo un plan -Iris dice sentándose a un lado de Aleix en la fresca hierba del campo de fútbol- Un plan para nuestra investigación.
El día estaba algo nublado, y tal vez en cualquier momento la lluvia podría hacerse presente. Sin embargo Louis se encuentra a lo lejos, hablando con otros niños, esperando a que llegue todo el mundo para empezar el entrenamiento.
—¿Un plan? -El pequeño pregunta con el ceño fruncido-
—Para que mi papá y el entrenador Lou hagan las paces.
Resulta, que durante la última semana Harry no ha aparecido para recoger a Iris ni una sola vez. Es confuso para Iris, y aún más para Louis que no entiende que ha hecho mal para que Harry no quiera verlo.
Supone que las excusas de Niall con que el rizado está muy ocupado tan solo son eso, excusas. Una forma de evitar la realidad, Harry no quería verlo.
—Pensaba que no estaban enfadados -Dice confundido-
—No lo están, pero mi papá está triste y ya nunca viene a buscarme. -La niña hace una mueca-
—¿Crees que está triste porque echa de menos al entrenador? ¿Y porque no viene a verlo? -La pequeña se encoge de hombros.-
—Dice que está ocupado -Rueda los ojos- Pero sé la forma de arreglarlo.
—¿Como?
—Si mi papá no puede venir aquí, llevaremos al entrenador Lou a mi papá. -Y con una sonrisa cómplice, Iris comienza a explicarle su plan-
✧.*˗ˏˋ꒰ ⚽️ ꒱
El cumpleaños de Iris llega más rápido de lo que Harry esperaba, y con este, la necesidad de que todo salga perfecto.
—¿Cómo van esos sándwiches? -Pregunta entrando en la cocina, justo después de haber dejado varios tipos de zumos distintos en la mesa de la sala-
Podían oírse los gritos de emoción y las risas desde la cocina, proviniendo desde la habitación de la pequeña. Y Harry sonríe porque sabe que todo estaba saliendo como debía. Si Iris lo estaba pasando bien significa que todo va perfectamente.
—Harry, solo tengo dos manos. -Niall se queja, rodando los ojos-
—Bien, te ayudo.
El rubio sonríe satisfecho con esa respuesta y comienza a explicarle cómo los está haciendo.
—Estos son de crema de cacahuete y mermelada, estos de queso y estos de jamón. -Niall le indica, señalando tres bandejas de plata distintas, donde caras de pan blando se encuentran listas para rellenar-
—Entendido -Harry asiente con una sonrisa.- Manos a la obra.
Ambos terminan de preparar todos los sándwiches y en un pequeño plato a parte colocan galletas que Harry había horneado esa misma mañana.
El rizado lleva las bandejas de comida a la sala, dejándolas en la mesita de café. Y una vez todo está perfectamente colocado, toma el mando de la televisión para seguidamente encenderla.
—¡Pequeños monstruos, es la hora de la película!
Risas se escuchan en la habitación de Iris, y enseguida un montón de pasos corriendo se hacen presentes a lo largo del pasillo. Justo segundos después, un grupo de cinco niñas y un pequeño rubio aparecen en la sala.
—¿Qué película vamos a ver, papi? -Iris pregunta, llevando su vestido de Tiana porque era de su color favorito-
El rostro de Harry se ilumina al verla. Ve la coleta que le había hecho aquella mañana completamente despeinada, y eso solo indica que lo estaba pasando genial. Y eso era todo lo que el rizado quería, que tuviera el mejor cumpleaños del mundo.
—La que queráis, poneros de acuerdo ¿Vale? -Dice, mientras se sientan en el largo sofá-
—Que elija Iris, ya que es su cumpleaños -Sugiere Aleix, a lo que las demás niñas asiente en acuerdo-
Harry va a abrir la boca para decir algo pero el sonido del timbre le interrumpe.
—¿Niall, podrías ayudar a los niños a poner la película? -Dice un tanto fuerte para que su mejor amigo lo escuche desde la cocina-
—Papá, yo puedo sola -Iris dice rodando los ojos- No tengo tres años.
—¿No? Yo estaba seguro de que justo hoy los cumplías -Responde divertido mientras se levanta del sofá.-
—Malo. -Iris murmura haciendo que Harry suelte una pequeña risa.-
—Tío Niall al rescate -Dice llegando al salón con un sándwich de mermelada entre sus manos, dejándose caer sobre el sofá al lado de la rizada y sacando risas al resto de niñas-
—Mi tío Niall es el mejor -Iris dice abrazando al rubio-
Harry sonríe mirando la escena pero el timbre vuelve a sonar y rápidamente se dirige a la puerta principal, abriéndola y encontrándose con lo que menos esperaba.
—Hola, Harry.
La sonrisa que el rizado tenía dibujada en su rostro desaparece por completo, mientras su corazón se revela en su pecho y su respiración se atasca en sus pulmones.
Delante de él, se encontraba el castaño de ojos azules en el que no había podido dejar de pensar. Esta vez, viste una camiseta negra junto a una chaqueta vaquera y unos skinny jeans rotos en las rodillas, y en sus manos una bolsa de tela negra. Verlo vestido de aquella forma le resulta extraño, porque está acostumbrado a verlo siempre en ropa de deporte.
Pero estaba increíble, siempre lo estaba. Parecía que sin importar lo que llevara puesto, Louis siempre estaría tan precioso como ahora.
Y eso le parecía completamente injusto. Porque ¿Cómo se supone que no va a enamorarse de él si era el hombre más bonito del mundo?
—Louis -Susurra- ¿Qué haces aquí?
El castaño frunce el ceño levemente y antes de que pueda responder la pequeña Iris aparece, pasando por al lado de su padre y lanzándose a abrazar a Louis.
—¡Entrenador Lou, has venido!
—¡Por supuesto! No pensarás que me iba a perder el cumpleaños de la mejor futbolista del mundo -Dice, agachándose para estar a su altura y devolverle el abrazo con una gran sonrisa-
—¡Papá, el entrenador Lou ha venido! -Exclama, girándose para mirar a su padre. Y cuando Harry ve sus pequeños ojos verdes repletos de ilusión, no puede hacer nada más que sonreír-
—Ya lo veo, cielo.
—Pasa, pasa ¿Te gusta mi vestido? Es verde, seguro que te encanta el verde. Los ojos de mi papá son verdes y los míos también. -Iris habla rápidamente, debido a la emoción de que su entrenador estuviera en su casa, en su cumpleaños.-
Louis sonríe mientras entra dentro del cálido hogar de Harry y Iris, cerrando la puerta detrás de él.
—El verde es genial, pequeña -Le responde, feliz de estar allí. Feliz de ver a Harry.-
—Lo sé -Sonríe- ¿Que es eso?
Iris señala a la bolsa entre las manos de Louis.
—Un regalo para la cumpleañera. -Louis responde con una pequeña sonrisa.-
Los ojos de Iris se abren mientras le dirige la mirada a su padre.
—¿Lo puedo abrir, papá?
Harry aprieta los labios, hay tantos pensamientos en su cabeza, tantas emociones juntas que de repente se siente un tanto abrumado. Sin embargo, intenta que no se note.
—Los regalos son después de la tarta, cielo.
Es entonces que el rostro entero de Iris se iluminan con aquellas palabras, y si antes estaba emocionada, ahora rebosaba en ella la pura ilusión.
—¡Eso significa que el entrenador Lou se queda a comer tarta! -Exclama con la mayor sonrisa en su rostro-
—Solo si a tu padre le parece bien. -Louis dice, mirando a Harry en busca de aprobación.-
A Harry, quien no había visto por tan solo una semana pero que se había sentido como una eternidad. Lo había extrañado, había extrañado su cabello rizado medio largo, su sonrisa hoyuelada y su forma lenta de hablar, verlo nervioso y tener pequeñas conversaciones en mitad del campo de fútbol.
Y finalmente, volvía a tenerlo frente a él.
—Porfa, porfi, por favor -La pequeña dice mirando a su padre, juntando ambas manos en forma de súplica y poniendo pucheros-
A lo que Harry no puede negarse, porque es su cumpleaños y si Harry dice que no la pequeña pasaría a estar triste. Así que con un suspiro, asiente.
—Claro, el entrenador Lou puede comer tarta con nosotros.
Y si Louis sonríe al mirarlo dulcemente mientras la pequeña da saltos de emoción en la entrada de su casa, eso será algo que solo él sepa.
***
N/a: ¡PERDÓN! Dios he tardado casi un mes en actualizar, no volverá a pasar. Pero buenoooo, dejando eso de lado espero que os guste este capítulo. (Not me actualizando a las 7 de la mañana como si nada)
Os amo, gracias por leer :>
Pd: Si hay errores mañana los corregiré :*
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro