#4 | Seres desconocidos
° A N N E TT °
AL abrir mis ojos espero estar de regreso en la habitación de mi casa, en mi mundo pero la verdad es que sigo en la misma Mansión. La diferencia que estoy acostada en mi cama de mi habitación asignada. Por mas que he pensado una manera de escapar, no tengo la menor idea de como hacerlo. No creo poder soportar más días, meses o hasta ese plazo de año.
Ayer apenas se fue Betzalel después de sus amenazas y advertencia en mi contra, tuve la oportunidad de averiguar más al respecto con uno de ellos. Sin embargo no me gustó para nada la respuesta de Jared.
Suficiente tengo en soportar a los tres para que vengan aquí dos líderes más.
Aunque me causan intriga y curiosidad si compruebo que son exactamente lo mismo que creo.
Después de eso no quise saber más, sin una despedida, por mi misma busqué mi propia habitación. Me encerré por horas mientras pensaba maneras de salir de aquí. Llegué a comprobarlo cuando a media noche bajé dispuesta a salir de aquí sin embargo comprobé las palabras de Betzalel.
Existe magia que evita salir de la Mansión
No tengo escapatoria
No tengo salidas
Así que muy molesta regresé a mi habitación al punto de quedarme dormida.
Y es increíble que siga viva a mi segundo día aquí.
Con aburricion dejo de ver mi habitación, rodeada de paredes blancas, mi cama situada en el centro, una gran cama grande solo para mí donde dos largas cortinas rojizas cuelgan desde arriba. Dos candelabros de cada lado de la cama y en la esquina un enorme armario que no he averiguado su contenido con un espejo completo en el centro. Sin ninguna ventana que deje entrar la luz del día.
Suspiro y sin darme cuenta, mi mano sigue aferrada en el dije de luna de mi collar. Y a pesar del problema con mi hermana, no dejo de pensar en ella, de extrañarla, de preocuparme si tan mal la está pasando tanto como yo y mi collar me recuerda que por ella estoy aquí. Para lograr nuestra libertad aunque no tenga la menor idea de como.
Termino por soltar el dije y me incorporo en la cama y con un gran esfuerzo, salgo de las cobijas. Cuando mis pies descalzos tocan el suelo me levanto y me dirijo al armario.
Aún sigo teniendo puesto mi uniforme de porrista. Entonces lo reemplazo por algo más cómodo y en el armario me decido por un jeans azul y una blusa de manga larga color rosa que increíblemente son de mi talla. Me coloco mis tennis, me acomodo el cabello en una cola alta con ayuda de mis dedos peino mi cabello mientras me dirijo a la salida.
Mi primera tarea en este lugar es averiguar más, analizar cada rincón y sobre todo, estar alerta y comenzar a conocer con quienes convivire.
O será una buena excusa para ir a la cocina ya que mi estómago ruge de hambre.
Cuando bajo por esas largas escaleras, la primera planta se encuentra tan solitaria. Entonces aprovecho y me escabullo en dirección a la cocina al haber analizado el recorrido.
Deseo poder estar sola, conseguir algo de comida y regresar a la habitación sin ser vista pero la suerte no está de mi lado cuando uno de ellos se encuentra en la cocina. Y solo su presencia logra detenerme.
Carraspeo llamando su atención evitando verlo más de lo debido.
—¿Tan pronto despierta? —escucho su voz cuando abre el refrigerador. Me da la espalda mientras busca y solo lo veo sacar una botella de vidrio con un líquido transparente. Al voltearse ya es demasiado tarde para no verlo con detenimiento al estar con el torso descubierto —buen día Ann.
—Hola Jared ¿tan pronto acostumbras estar sin camisa?
—Es una vieja costumbre si no te importa —se encoge de hombros mientras le da un trago a su bebida— además que acabo de terminar mi rutina de ejercicio.
—Pues no me sorprendes aunque tengas un abdomen bien definido —aparto la vista al instante notando su sonrisa burlona.
—¿No es lo que a las chicas como tú les gusta ver?
Con confusión lo veo avanzar del otro lado de la mesa hasta detenerse.
—Pues te equivocas de chica comenzando que ni siquiera me conoces y si no te importa, solo vine por algo de comer.
Sin esperar su respuesta, me dirijo al refrigerador. Al abrirlo busco algo aperitivo.
—Adelante, si es que encuentras algo. Betza no está matando de hambre.
Me decido por un paquete de pan, jamón, crema y ingredientes para preparar un simple sandwich. Con todo en la mano me las ingenio para cerrar la puerta y darme la vuelta dejando todo sobre la mesa.
Cuando lo estoy preparando, puedo sentir su mirada clavada en cada uno de mis movimientos.
—¿Quieres uno? —le pregunto al terminar y colocar la última parte.
—Prefiero la carne, así estoy bien —levanta su botella— hay más botellas de agua si necesitas— deja la botella sobre la mesa y toma una manzana de la fruta— supongo que tenemos diferentes formas de alimentarnos.
Forzo una sonrisa al verlo morder la manzana.
Ignorando su mirada que me hace sentirme incomoda le doy el primer mordisco al sandwich y mi estómago lo agradece. De reojo veo a Jared ver al frente y sonreír.
—¿Y tus amigos no van a bajar a desayunar?
—Tienes un mal término del significado de esa palabra —Jared gira a verme— no son mis amigos, son todo lo contrario. Mis enemigos, contrincantes y... rivales. Ninguno es alido de cada reino, excepto en este momento.
Asiento al entender
—Cada uno tiene una forma distinta de alimentación —continúa hablando— somos muy diferentes en cuanto al descanso. En cuanto tu duermes más de ocho horas diariamente cada noche, Azbel lo hace de día, él no duerme de noche y Valkian —sonríe con burla— creo que ya olvidó hacerlo cuando no a descansado en siglos. De los tres soy el más humano de todos, suelo dormir por cuatro horas. Soy parecido a ti o me acerco a eso.
Lo escucho con atención y sorpresa mientras él apoya sus brazos sobre la mesa.
—Quiero saber más de cada uno. Si voy a elegir a uno, quiero hacerlo bien.
Lo veo sonreír ampliamente
—No es por presumir pero yo si te entiendo. Tengo hermanos y una hermana por quien lo daría todo. Mi manada es quien debe sobrevivir Ann y si eliges mi reino, haré lo que sea por ti.
No evito medio sonreír y estoy por hablar cuando veo una tercera presencia entrar a la cocina.
—¿Conspiras en nuestra contra Jared? Eso es tomar ventaja.
—En toda guerra todo se vale Valkian
Él desde el marco de la puerta lo observa con esa pose recta e intimidante. Esta vez viste completamente de negro.
—No esperaba menos de ti. Todo tu reino y su rey son un completo...
—Cuida tus palabras Valkian, sabes que nunca me a importado lo que eres —lo interrumpe Jared con clara molestia.
—No estás siguiendo las reglas de este lugar. —lo veo frotar sus manos y avanzar hasta nosotros —interfieres en su decisión. La estas confundiendo.
Paso saliva al verlo situarse a mi lado a unos cuantos pasos de distancia. Más no lo veo, solo de vez en cuando notando como toca cada uno de sus anillos en su pálida mano. Son tres de hecho y más llama mi atención el más grande, con gema rojiza en el anular de su dedo.
—Valkian siempre respetando las reglas. Ya deberías saber que todos aquí luchamos por algo y no me rendiré hasta lograr la sobrevivencia de mi reino —Jared le da un trago a su bebida— ya quisiera ver cuando cada vampiro caiga y no existan más.
—Mi reino va a permanecer. Lástima que vayas ser derrotado antes de ver mi victoria.
Un golpe en la mesa me ocasiona un leve sobresalto. Jared mantiene su puño con esa seriedad en su rostro, incluso es visible la vena que se marca en su frente ante la molestia. Escaneo a Valkian, sigue en esa misma pose luciendo tranquilidad.
—Esto es absurdo —hablo captando su atención— no quiero formar parte de su pelea y esta discusión de machos es estúpida. Ninguno me sorprende —miro a cada uno— así que si tienen más que añadir, hay mucha Mansión pero no aquí mientras yo esté aquí, quisiera comer en paz.
Les doy una mala mirada y me alejo de ambos. Rodeo a Valkian y me dirijo hasta el final donde hay una silla vacía.
Cuando estoy por tomar asiento, soy jaloneada con delicadeza evitando a toda costa sentarme, pero lo que más me deja sin palabras es tener a Valkian frente a mi, sentir sus manos en mi cintura sin dejar de vernos mutuamente.
—Lugar equivocado, con ese diminuto tamaño vas a terminar aplastada —a los lejos escucho la voz de Jared.
Sin decir nada, Valkian me suelta y se aleja dándome la espalda dejándome confundida.
Cuando giro a ver a Jared lo veo cerca de la silla y como acuna sus manos y les habla.
—Te dije que no era una buena broma
—¿A quien le hablas? —le pregunto con el ceño fruncido.
—¿No te avisé? —gira a verme— Que olvidadizo —me sonríe— Las líderes de los dos reinos faltantes llegaron esta mañana hace unas horas.
Entonces Jared extiende sus manos sobre la mesa y se aleja. Estoy por hablar cuando increíblemente una figura femenina queda a la vista. Una chica con cabello corto más arriba de los hombros color blanco, luciendo un corto y ajustado vestido de brillos del mismo tono me sonríe ampliamente mientras está sentada sobre la mesa balanceando sus pies.
—¡¿Cómo...?!—la apunto y observo a Jared, después a Valkian ellos sin lucir la misma sorpresa que yo.
Fui la única que no la vio
—Soy Lux, reina de mi reino Iluminum. Tenía tantas ganas de conocerte. Tu debes ser... la chica de la profesia.
Asiento mientras lo asimilo
—Annett Weil pero prefiero Ann —murmuro sin dejar de verla— ¿te haces pequeña?
—Es parte de lo que soy. No quiero que pienses que como líder de las hadas nos consideres débiles porque no lo somos.
—Me costa, nunca las subestimes con su polvo mágico.
—Magia Jared ¿Cuántas veces te lo tengo que decir que es? —al dejar de verlo con molestia, regresa la vista en mi y me sonríe— solo es magia.
—Sorprendente
Bajo la vista en mi sandwich recién comenzado y ante esto, mi hambre se a ido.
—¡No me puedo quejar de este lugar! ¡El jardín es enorme y tenemos piscina!
Unos gritos captan mi atención. Me volteo enseguida viendo una chica entrar a la cocina y cuanto me ve, se detiene.
—Oh, supongo que ella es nuestra invitada a nuestro mundo —me analiza con curiosidad —gusto en conocerte, soy Sira del reino Aquim —hace una rápida reverencia.
Asiento y la veo con detenimiento. Es alta, delgada y joven. Posee una hermosa belleza atrayente además de un largo cabello color negro que suelto le llega hasta la cintura. Con un vestido corto color crema con un pronunciado escote y zapatillas doradas que enrredan parte de sus pies.
—Más competencia —escucho murmurar a Valkian.
Sira no demuestra molestia al escucharlo. Al contrario sonríe con picardia al verlo.
—Que bueno verte Valkian, tal vez aquí me des una oportunidad.
—Mantén tu distancia conmigo Sira, como siempre y respeta el acuerdo.
Dicho esto y es el primero en salir de la cocina.
Ella se encoge de hombros
—Es lindo pero con un humor oscuro —espeta y se adentra a la cocina. Cuando llega a la mesa, se recarga en ella — Tu te debes sentir poderosa al tener el poder de decidir quién vive y quien no —deja de verme y se dirige al resto —me gustaría ir a nadar ¿vienen conmigo?
—No soy amiga del agua
—Vamos Lucecita, tu magia no se borrará si las aguas te tocan.
Lux niega varias veces
Sira gira a ver a Jared en espera de su respuesta.
—Nadar contigo, no pierdo nada. Cuenta conmigo.
Ella se acerca a él, lo toma de la mano y juntos salen de la cocina.
Dejo salir un largo suspiro
—Vamos, podemos verlos mientras aún tengo preguntas que hacerte.
Lux brinca hasta sus pies aterrizar en el suelo. Me da una última mirada y se dirige a la salida.
Una parte de mi quiere ir y otra quedarse y estar muy lejos de ellos pero ellas causan mi curiosidad tanto como cada ser sobrenatural que son.
Así que sin pensar mucho, dejo mi comida en la mesa y ya me veo yendo tras ella hasta salir al jardín de la Mansión. Como lo vi desde la ventana es hermoso y muy extenso. Hay mucho pasto verdoso que se extiende sobre el suelo.
Me acerco cuando veo a Jared con Sira cerca de una gran piscina llena de agua cristalina.
Ella besa su mejilla, después retrocede y sin vergüenza se deshace de su vestido quedando en ropa interior. Luego corre hasta brincar y sumergirse en el gua.
Por un momento pensé en verle sus aletas o alguna cola de sirena sin embargo solo con ayuda de sus largas piernas nada con experiencia y demasiado rápido para llegar de orilla a orilla y salir con una amplia sonrisa.
—Ven aquí Jared —la veo lamer sus labios y notar un destello azul en sus ojos.
—Después de ti Lux
Ella que se encuentra a unos pasos detrás, niega varias veces.
—No lo creo, antes de entrar a su trampa prefiero revivir las flores aquí. Hay mucho jardín que... ¡Ahhh, sueltame! —grita cuando Jared ya se le a acercado lo suficiente para ahora tenerla entre sus brazos mientras cargada la guía a la piscina.
—No te muevas tanto
—¡Jared Luwid, o me bajas o vas a recibir el peor castigo que tu lado lobo ni se a imaginado!
—Olvidas un detalle —Jared se detiene justo en la orilla— tu magia no funciona aquí.
Entonces brinca con ella y ambos entran al agua. Segundos después ambos salen y Lux empapada le lanza agua en la cara. Sira al instante nada hasta acercarse a Jared sin dejar de sonreírle.
Mientras yo soy expectante de todo y antes de ser vista o ser la siguiente en el agua. Me doy la vuelta y regreso dentro de la Mansión.
Con ellos ocupados tendré la oportunidad de explorar y conocer cada rincón de este lugar.
Así que avanzo mientras observo alrededor. Detrás de las escaleras hay un pasillo. Entonces allá me dirijo viendo varias puertas a medida que avanzo.
Estoy tan concentrada que al escuchar un ruido doy un sobresalto. Rápido me volteo y observo una de las puertas ser abiertas.
—¿Estás ocupada? Quiero mostrarte algo.
Llevo mi mano a mi pecho al ver a Valkian asomarse.
—Vaya forma de asustar tienes —susurro en voz baja y sin dudar, me acerco.
Cuando estoy más cerca, dejo de verlo. Él deja la puerta abierta y fácil puedo entrar a una de las habitaciones. En cuanto cierro la puerta, observo alrededor.
—¿Qué es este lugar?
—La biblioteca —me contesta Valkian mientras lo veo acercarse a un escritorio.
—Parece una clase de despacho —emito ignorando los largos y extensos estantes llenos de libros de diferentes tamaños y grosor. Me acerco cruzada de brazos hasta él —¿qué haces?
Lo veo doblar las mangas de su camisa y después toma una copa con ese líquido transparente.
—Yo no pierdo el tiempo como el resto, busco una manera de tener mi libertad y regresar a mi reino. Me esperan y ella — le da un trago a la copa y la deja en su sitio sobre el escritorio —desde hace siglos los míos han investigado al rey oscuro y aún sigo buscando una forma de aniquilarlo.
Me da la espalda cuando coloca varios papeles sobre el escritorio.
Tomo una profunda respiración y me acerco notando extraños mapas que no logro entender.
—Son todos los reinos de este mundo, la cruz indica los que han sido aniquilado. Solo cinco permanecen —me apunta diferentes puntos.
El Reino iluminum está encerrado en un círculo rojo siendo un terreno más pequeño. Después está el Reino Aquim, le sigue el Reino Creciente y en la esquina de arriba está el Reino Sangrier.
—¿Dónde está el reino de Azbel?
—Justamente en este punto —Valkian se inclina un poco y señala un círculo rojo en la esquina donde termina el mapa —ya sabes lo que es. La intención de Azbel es recuperar el infierno cuando el Rey oscuro sea derrotado.
Lo veo de él al mapa con suma atención.
—Y yo soy la clave para eso
—Es lo que no comprendo —Valkian se endereza y solo una mano la coloca sobre el mapa mientras me observa — alguien como tú no debería estar aquí. Tu eres un ejemplo de la vida.
—¿Lo dices por mí corazón que aun late?
—Lo digo porque los humanos aquí no son bien recibidos —se voltea evitando verme. Sin embargo sus ojos carmesí son evidentes.
Entonces recuerdo sus palabras
—Mencionaste algo sobre una luna de sangre ¿qué significa eso?
Él dura segundos en responderme
—Cada mes, hay una luna de sangre después de la luna llena donde solo ese día se permiten a humanos entrar a este mundo como fin de alimento. Solo un día, mi reino y yo puede satisfacerse de sangre y el resto de los días calmar la sed con esto —señala su copa— hemos sido obligados por el rey oscuro desde medio siglo. Sabía perfectamente que con cada gota, nos volvíamos más fuertes y piensa evitarlo a toda costa.
Sorprendida termino por tomar asiento en la silla cerca del escritorio.
—Como rey no lo puedo permitir. En algo Jared tiene razón, cada uno luchamos por algo.
Asiento de acuerdo
—Para ser rey luces joven
Él gira a verme y medio sonríe dejando expuestos unos leves colmillos.
—Reuniendo los años de todos aquí, no es la mitad de lo que tengo. Son siglos Annett.
Apoyo mi brazo sobre el escritorio
—Y es de mala educación preguntar la edad ¿verdad?
—No estaría más de acuerdo
Él se gira y comienza a buscar entre la pila de libros.
Sin evitar sonrío al verlo y rápido niego borrando mi sonrisa.
>No te confundas Ann<
Carraspeo de inmediato
—¿Llevas siendo rey desde hace mucho?
—El trono me fue heredado cuando mi padre dejó de existir. El rey oscuro lo derrotó, por eso dentro de mis planes es vengarlo —me contesta sin verme— el puesto era entre yo o mi hermano pero soy más fuerte pero mientras este aquí, él se hace cargo —lo veo tomar un libro entre sus manos. Por un instante me pierdo en mis pensamientos. No los conozco en lo absoluto para juzgar y condenar a todo un reino por mi decisión— aquí está la profesia y necesito que las leas.
Me tiende el libro, dejo mis pensamientos a un lado y lo acepto leyendo cada palabra. Cuando termino tengo más dudas. Alzo la vista viendo a Valkian recargarse en el escritorio.
—¿Por qué me dejas ver esto?
—Pretendo ayudarte si me lo permites. Todos aquí queremos el fin del rey oscuro y hay que detenerlo. Con cada muerte de cada reino, se vuelve más fuerte.
Suspiro y dejo el libro cerrado sobre el escritorio.
—Lo sé, creo que debo elegir rápido
—No hasta que se llegue el plazo
—Yo no puedo esperar mucho tiempo Valkian. Mi hermana me necesita y debo sacarla de donde la tienen.
Él se cruza de brazos y deja de verme
—Si te equivocas en tu elección, nos matarás a todos. Si eliges al correcto, ese rey deberá darte su poder. De todas maneras tendrás que entender que llevaras muertes en tu conciencia.
Me encojo de hombros sin saber que decir
Prefiero que sigan creyendo que aquí soy su salvadora cuando en realidad ya soy la culpable de cada muertes y solo aquí se sumarán más.
Ya nadie dice nada, la habitación es invadida con un extraño silencio.
Veo a Valkian alejarse y se voltea
—Si eres la de la profesia, sigo sin entender como es que estuviste en el infierno. Nadie como tu puede entrar antes de tiempo y salir sin problemas. —gira a verme mientra me señala parte del mapa —hay una línea que separa tu mundo del nuestro y el infierno es el intermedio.
—Creí que ya no había nada más allá del infierno. —me pongo de pie.
—Nuestro mundo sigue y si tu estas aquí y al mismo tiempo allá. Entonces algo te entrelaza a los dos mundos.
Un dolor de cabeza me invade tan solo pensar en eso y buscarle respuestas a algo que aún no entiendo.
—Debe ser por la profesia que... —guardo silencio al sentir un mareo. Me apoyo como puedo del escritorio y al instante siento un dolor en mi mejilla que me hace quejar. Cubro mi mano la parte afectada hasta que el dolor pasa.
—¡Annett! ¿Te encuentras bien?
Suspiro y giro a verlo, hay preocupación en su mirada pero evita tocarme.
—Si, no sé que me pasó —bajo mi mano lentamente— mi cicatriz debió abrirse.
—La marca de la media luna, la tienes —esta por tocar mi mejilla cuando baja su mano—¿siempre te sucede esto?
—No hasta ahora. Si mi cicatriz la tengo desde... que nací.
Ambos nos observamos fijamente en un lazo de tiempo.
—Debieron marcarte y solo un ángel protector puede hacerlo.
Comienzo a sentarme nuevamente
—Me marcó Betzalel, no nací así. Ella a sido mi ángel... guardián o de niña lo creía. Ella me hizo esto. —siento las lágrimas acumularse en mis ojos.
Valkian con su puño golpea el escritorio y avanza unos pasos.
—Entonces es lo que creía — escucho un extraño gruñido provenir de él y se da la vuelta dejando a la vista sus colmillos más grandes — No me cabe duda que esta profesia la creó Betzalel y solo te está utilizando.
++ Sigan leyendo que es doble capítulo ++
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