#31 | Líderes
A N N E T T
Estoy de vuelta en el Mundo Oscuro y esta vez bajo mi propia voluntad. Yo decidí volver, cruzar el portal con tal de saber de ellos, con tal de ver a cada líder que conocí, con tal de ver a Azbel otra vez.
Lentamente me levanto, le doy una rápida mirada al Inframundo que sigue intacto, no como la última vez como lo recuerdo.
—¿Qué fue lo que pasó? —concentro la vista en el demium frente a mi— Recuerdo todo, recuerdo haber estado aquí. Recuerdo que enfrenté a Donovan y el Inframundo explotó conmigo... mori en este Mundo.
—No lo hiciste Annebett. De hecho es complicado de explicar —se cruza de brazos— Si cumpliste tú misión y por eso volviste a tú Mundo. No tenias porque haber recordado. Betzalel aseguró... —guarda silencio cortos segundos— que nosotros seríamos unos desconocidos para ti. Este Mundo, lo ibas a olvidar.
—Aún hay cosas que no entiendo y por más que recuerde, no puedo entender que pasó después del enfrentamiento.
Me acerco a él, a poca distancia me detengo. No me pasa desapercibido su escaneo.
—¿Tan mal me veo?
—Volviste a cambiar
—Si —suspiro— pero esta vez no tengo mis alas. Sigo siendo Annett.
—En este Mundo siempre serás Annebett —Bel ladea la cabeza— tú cabello.
—Es igual al tuyo —enrredo mi mechón blanco en mi dedo mientras lo observo con aburricion. Verlo diferente es algo que ya me acostumbré —debió deberse a que tú me ayudaste —lo suelto y fijo la vista en él— renunciaste a lo que es un demium por mi, gracias Azbel.
Tan rápido me cruzo de brazos al recordar mi molestia con él.
—Azbel, Azbel, Azbel, supongo que ya puedo pronunciar tu nombre muchas veces cuando ya tienes mi alma.
—Y tú la mía —enarco una ceja— Es raro que siga existiendo sin ella. Luzziel volvió a revivir todo el Mundo Oscuro y me regresó todo mi poder como demium, más me falta mi alma.
—Espera... ¿Luzziel? ¿Él sigue... existiendo aquí? —una pizca de emocion de instala en mi pecho y a la vez miedo de creer que es lo mismo con Donovan.
—En este Mundo ya no tiene más un Rey Oscuro. Ninguno de los dos existe.
Lo veo confundida
—Comienza a explicarme Bel porque mi cabeza se está volviendo loca de tanto pensar.
Nos invade el silencio
—¡Azbel! —insisto irritada.
—No tenias que volver Annebett —hacer una corta pausa— pero todos los reinos con sus líderes estaban intentando de todo para regresarte.
—Eran sus señales —afirmo segura.
Azbel asiente
—Han pasado 8 meses desde que cumpliste la profesia y salvaste este Mundo de Donovan. Si lograste destruirlo y liberaste a Luzziel. Él evitó que el Inframundo colapsara, de una manera que él solo puede lograr, te regresó a tú Mundo. Y después se encargó de resucitar a cada Reino comenzando con cada Rey y Reina. Volvió a existir el Mundo Oscuro, como el Inframundo con cada demium. Todo volvió a ser como antes —Azbel baja sus brazos— Aquí mismo se reunieron todos los líderes de cada Reino. Todos conocimos a Luzziel y fuimos testigos de cuando dejó de existir. Al recuperarse y ser más fuerte que Donovan, pausó la conexión para permanecer más tiempo, pero entre más tiempo él se quedaba, se corría el riesgo de que Donovan regresara.
—Por eso prefirió dejar de existir —termino por él. Recibo su asentimiento— Annebett me permitió recordar cuando ella lo vio además que cuando desperté de coma, él y Annedelia estaban ahí.
—Ambos pueden aparecer en tu Mundo sin necesidad de ser invocados.
—¡Era una despedida Azbel! —emito alterada y bajo la vista.
—Este Mundo sigue existiendo gracias a ti. Sigues siendo la ancla.
Me tomo segundos para procesar todo y alzo la vista.
—En mi Mundo estuve más de un mes y aún así no podía seguir con mi vida. Me siento conectada a este Mundo Oscuro por ser quien soy —suspiro— mencionaste que tuvieron que ver en mi regreso.
—El Inframundo a sido invadido por cada Líder, Valkian, Jared, Sira entre otros líderes que se atreven a bajar aquí por la petición de hacerte volver. Intentaron de todo hasta mandar a Merisy y usar su magia, esperaron verte cruzar en cada Luna Roja con cada humano hasta que lograron convencerte de invocarme —Azbel acorta toda distancia entre nosotros — que no era necesario la estrella infernal, ni las velas —me encojo de hombros —Aún así era él único que podría traerte de vuelta al robar tú alma, por eso lo hice cuando me juré no hacerlo y te lo confesé Annebett, incluso Luzziel me pidió no volverte a arrastrar a toda esta oscuridad y hice justo lo contrario.
—Sin mi alma, tenía que regresar
—Y vas a quedar atrapada en este Mundo hasta que encuentres la forma de volver.
Pienso en Anni y me siento mal por ella.
—Se lo juré a Anni —coloco mis manos en mi cintura — pero no me arrepiento de lo que hice. Ya sé tomar buenas decisiones.
No obstante una sombra capta mi atención hasta lograr reconocer una demium situarse a un lado de Azbel.
—Annebett, soy Haya ¿si me recuerdas? —asiento— Bienvenida de nuevo, preferimos tú presencia a ver el Inframundo ser invadido por los seres de arriba. Todos intentamos convencer a Azbel de traerte.
Estoy por responderle cuando más demium aparecen y me rodean.
—La hija de Luzziel
—Es tan rara como él
—Es la heroína
Trato de sonreírles cuando sus miradas son realmente incómodas.
—¿Estás aquí para reclamar tu lugar como la Reina de la Oscuridad?
—¿Reina? —repito y dejo salir una leve risa— no, serlo es lo único que pensé al venir hasta aquí otra vez.
—Eres la líder de todos los seres de este Mundo Annebett —me dice Azbel.
Un demium se acerca a mi
—Hael —hace una rápida reverencia y cuando se endereza deja crecer sus cuernos— ¿a quién nombrará como líder del Inframundo? ¿O piensas liderarlo?
—Todos estamos de acuerdo que debería ser Azbel. No queremos a más Rey Oscuro aquí y mucho menos a ti.
—Ankel —le dice Azbel con seriedad.
Ella se encoge de hombros
—No pensé que necesitarán un líder
—Todo reino necesita uno —me responde Aba.
Veo a cada demium con interés hasta recaer toda mi atención en Bel.
—Si me corresponde nombrar un líder, estaba vez elijo a Azbel como uno. Eres un príncipe, hijo de Belial. Serás su rey.
Todos celebran
—No me corresponde tú lugar Annebett —no luce feliz.
—¡Bel! ¡Es lo que más anhelabas! —borro mi sonrisa— Tienes que ser su Rey porque lo mereces. Además, mi estancia aquí no será duradera. Buscaré una forma de... volver con Anni —agarro su mano sin permiso— te aceptan aunque seas diferente.
—Atracción —rápido lo suelto al escuchar la voz de una demium— Azbel es respetado por muchos seres de aquí y todo por ti —ella me sonríe burlona— de todo ser fuiste la única en causar su interés aunque yo lo usaría de otra forma.
—Guya, no es el momento —espeta Haya y regresa la vista en mi— Demium de la lujuria, no hagas caso a lo que dice pero si, concuerdo, cambiaste al demium que Azbel era.
—Annebett, sígueme
No me da oportunidad de responder cuando me agarra del brazo y me guía lejos de la multitud de demiums. Huyendo del ellas.
—¿Y? ¿Aceptas mi propuesta? —le pregunto en el momento que me suelta un tanto lejos— ¿serás su líder?
—Lo seré —sonrío ampliamente— si cruzas el portal —lo veo moverse y con una oscura energía crea uno donde se refleja el Mundo Oscuro — Cada Reino te espera.
Asiento varias veces
—Voy a regresar al Inframundo
—Eliges siempre el mal
Estoy por cruzar cuando Azbel me detiene del brazo y se inclina lo suficiente cerca de mis labios. Tontamente cierro los ojos esperando ese beso cuando solo siento una extraña energía salir de mi boca.
Al abrir mis ojos, pestañeo varias veces.
—Recuperé mi alma y tú tienes la tuya.
—¿Voy a desaparecer de aquí si ya la tengo?
Lo veo negar, me suelta y desvía la vista en el portal.
—No —me empieza a empujar al portal de mi parte sin dejar de verlo— estas entrelazada a mi.
Estoy apunto de hablar cuando el portal me succiona y aparezco fuera del Inframundo.
—¡Azbel! —grito molesta a medida que me levanto y observa la naturaleza del Mundo Oscuro. Es raro que aquí aún sea de día — ¡woo!
—Volviste Annebett
Rápidamente me doy la vuelta.
—¿Betzalel?
—Soy Annedelia
Sonrio al recordar su real apariencia de ángel. Se mantiene con sus alas blancas extendidas y transmite energía angelical.
No evito acercarme a ella y abrazarla siendo correspondida.
—Crei que no volvería más a verte
—Estaré siempre contigo... hija.
Tan pronto me alejo de ella y mantengo una distancia prudente.
—Azbel debió contarte todo
Asiento
—Quería salvar a Luzziel, nunca quise...
—Annett o Annebett —ella se da la vuelta y comienza a caminar, al instante la sigo y alcanzo su paso— Luzziel se sacrificó por este Mundo sobrenatural, el Inframundo y el Mundo mundano. No te sientas culpable —hace una corta pausa— supongo que quieres conocer a cada Reino.
—Tengo curiosidad pero antes quiero ver a Valkian, a Lux incluso Sira y Jared. Quiero agradecerle a cada líder por ayudarme.
Annedelia asiente y me guía en dirección al primer reino.
Durante el camino le pregunto mis dudas sobre Luzziel. Me cuenta que lo conoció ella siendo un ángel aún sin sus alas. Al ser desterrada, Donovan aun no la cambiaba por completo. Por cada muerte, por cada alma iba ganando sus nuevas alas oscuras.
Sin embargo ese tiempo estuvo en el Inframundo y aunque al principio estaba molesta con Caliel y con cada ángel, por ende su venganza. Cambió su arrepintiendo al conocer a Luzziel, lo descubrió encerrado en una celda. Creció la curiosidad por él y sus visitas se volvieron contantes al punto que Annedelia le daba varias almas, sangre y toda energía para verlo fuerte. Incluso lo ayudó escapar y estuvieron por lograrlo cuando Donovan los descubrió.
—Esa fue la última vez que vi a Luzziel en su real apariencia. Después me enteré que Donovan lo había destruido pero tras nuestras pláticas recordé que Luzziel estaba conectado a él. Entonces lo descubrí atrapado en Cibor y no pude salvarlo —casi caigo ante el suelo lleno de rocas— para ese entonces ya te estaba esperando. Te concedimos cuando cambié en Betzalel y Luzziel al verme —la veo sonreir— Le seguía pareciendo hermosa —gira a verme— Sabía que lo nuestro era prohibido pero valia la pena el riesgo. Fui la única ser de este Mundo que cautivó a Luzziel.
Le doy un leve golpe en el hombro y rio contagiandole mi risa.
—Esperaba tanto convivir así contigo Annebett —la escucho decir cuando deja de reír.
—Siempre creí que eras la mala, lo fuiste pero nunca que fueras mi... Madre —subo con ella la colina— te equivocaste como yo y es parte del pasado. Tenemos una segunda oportunidad.
—Todos la tenemos —al bajar la colina, me hace detener y fijar la vista la frente — Bienvenida al Reino Sangrier.
Veo el inmenso y gótico Castillo frente a nosotros que se encuentra cubierto por energía rojiza.
—Valkian —pronuncio con el deseo de verlo otra vez.
...
Su Castillo es más amplio al entrar. En el momento que sus enormes puertas nos son abiertas y nos permiten la entrada, capto la miradas de cada vampiro y vampiresa de sus alrededores.
—¿Dónde está Valkian? —le susurro a Annedelia— me siento extraña con sus miradas.
—Es la primera vez tenemos la presencia de un ángel con su respectiva hija en nuestro Castillo —una voz capta mi atención. Ese vampiro tan parecido a Valkian hace una rápida reverencia— Valker Lekan, nuestro Rey la esta esperando.
Cuando comienza a caminar, comparto una mirada con Annedelia y aceptando lo sigo.
—Antes quisiera ver a Emely —emito cuando tanto pasillo me esta mareando. Su Castillo parece un laberinto.
Valker se voltea y se da la vuelta
—Para ver a la princesa Emely Lekan, necesita la autorización del Rey.
—Annebett no la necesita —responde mi ángel por mi.
—Tiene mi autorización
Me tenso al escuchar su voz detrás de mi.
—Emely está en la parte más alta —informa Valker.
—Puedes verla y después quisiera robarte tú tiempo en una extensa conversación —lo veo pasar por mi lado hasta situarse frente a mi. Sigue siendo el mismo Valkian de siempre con su apariencia de vampiro, más me extraña su armadura — si acepta mi lady —su fría mano agarra la mía y tras dejar un casto beso en el dorso de mi mano, se endereza— Sea bienvenida en mi Reino.
Paso saliva, sin responderle me doy la vuelta y me dejo guiar por Valker en dirección a Emely.
Cuando estamos cerca, Annedelia se niega a acompañarme. Entonces sigo por mi cuenta hasta llegar a una habitación y toco la puerta dos veces. Dentro escucho dos voces distintas, una reconozco como la de Emely.
—¿Quién es?
—Soy Anne...Annebett ¿puedo hablar contigo Emely?
Es eterna la espera, no escucho su respuesta hasta que veo la puerta ser abierta y lo tomo como un si.
Enseguida me adentro y me detengo a varios pasos de su cama donde Emely descansa al estar sentada.
—Mi padre juraba que volverías
—Lo sé y lo primero que hice es venir a verte.
Dejo de verla y fijo la vista en la vampiresa quien yace a su lado. Es hermosa, lleva un vestido ceñido a su cuerpo color negro que hace contraste con su largo y lacio cabello del mismo tono. Lo que me sorprende es ver un cuervo en su hombro tan dócil mientras grazna.
—Puedes retirarte Alina, después me cuentas mi historia favorita.
—Estaría encantada princesa Emely —le sonríe luciendo sus colmillos y avanza hasta a la salida. Al pasar por mi lado se detiene — Eres Annett ¿cierto? La salvadora de esta... dimensión.
—Soy esa Annett o aquí me conocen como Annebett.
Amplia su sonrisa
—Es un honor tenerla aquí, yo también provengo de... otro mundo.
Dicho esto y avanza hasta salir de la habitación cerrando la puerta.
Carraspeo y fijo la vista en Emely.
—Yo venía a disculparme por haber permitido que Azbel...
—No existe rencor hacia el demonio y mucho menos contigo. Hiciste lo correcto —ella se levanta y se acerca a mi— me salvaste, me volviste a mi padre y a todo nuestro Reino. Fuiste una guerrera hasta el final Annebett.
Le sonrío
—Hice mi mayor intento
Emely comienza a rodearme sin dejar de verme, confusa veo cada uno de sus movimientos.
—Tú haz estado demasiado cerca de los humanos ¿cierto?
—Por 18 años
—¿Nos temen? ¿Creés que le agrade a uno? Mi padre no me permite un acercamiento con uno en las Lunas de Sangre, siempre recurre a traerme su sangre personalmente —se detiene frente a mi — ¿te confieso algo? —asiento intrigada— quiero conocer un humano, tal vez mi alma ni siquiera es un vampiro —Emely lleva una mano a su pecho— como la leyenda del Vínculo Eterno.
—¿Qué leyenda?
—¡No la conoces! —chilla en un tono muy agudo, con velocidad me guía a sentarme en la cama frente a ella —Es mi leyenda favorita. Cuenta la leyenda que un vínculo es quien te ata a tú alma. El destino la busca, la encuentra, sea igual a ti, sea diferente, mala, buena la unión es eterna. El vínculo es irrompible hasta que cada alma se desvanece para siempre —hace una corta pausa al sonreir dejando crecer sus colmillos —hace referencia a que se rumora que existió un vampiro que quedó cautivado por una humana sin saber que ella era su alma. Tras miles de obstáculos del propio destino, su vínculo fue demasiado fuerte para enfrentar todo. Hubo demasiadas pérdidas hasta que se dice que ese vampiro la convirtió en vampiresa, siendo un rey, la hizo su reina con tal de estar juntos por toda la eternidad.
La escucho con atención cuando la idea de Emely estar molesta conmigo se desvanece cuando es todo lo contrario.
—¿Tú creés en las distintas atracciónes de diferentes seres? ¿En los vínculos?
Rápido me pongo de pie
—En realidad soy mala para darme cuenta. Mi alma o lo que sea puede estar frente a mi y mi instinto me hará ignorarla, engañarme a mi misma.
Emely asiente
Después de un rato me despido de ella.
..
—Emely es agradable —emito al cruzar por una puerta encontrándome con la presencia de Valkian esta vez sin su armadura, su camisa blanca doblada hasta los codos dejando sus pálidos brazos al descubierto.
—Es una Lekan
Sin borrar mi sonrisa me acerco a él mientras veo alrededor, es una extensa sala, en las paredes hay estantes donde yacen muchas copas antiguas.
—Annedelia me espera
—Seré breve Annett. Como el Rey de este Reino, tienes mi gratitud por salvarnos, por ti volvimos a ser solamente vampiros.
—No lo hubiera logrado sin tú poder
Valkian coloca sus manos detrás de su espalda.
—Aún así lo lograste —hace una corta pausa— y espero no ser imprudente pero ¿existe una atracción entre tú y Azbel? No soy un vampiro que comparte lo que es mio.
Pestañeo varias veces
—Creí que no creías en los vínculos, atracciónes y almas. No crees en la leyenda.
—Te la contó Emely —asiento— por experiencia te informo que esa leyenda no es real. Alina se ha encargado de contarle mil historias a mi hija y todas son falsas. En el vampirismo nunca existió un vampiro vinculado a una humana, es algo imposible. Además los Lekan han sido líderes desde siglos, su supuesto rey es una falsedad —Valkian lleva una de sus manos al frente justo la que tiene cada uno de sus anillos— Alina carece de cordura. Hace meses la encontrarnos cerca de Castillo, con miles de incoherencia más es una de nosotras, por eso la recibí y he permitido que se acerque a Emely, se relacionan bien aunque le da ideas erróneas y mi hija se encapricha en encontrar a su alma —Valkian luce pensativo— Es una vampiresa solitaria, sin linaje o no lo recuerda. Afirma ser una Valentains pero ese linaje de vampiros no existe en mi reino. A veces es una sombra en el Castillo, pocas veces ambula y se mantiene cerca.
—Si es rara
—Sin embargo, podría pensar lo contrario contigo Annett. Iría en contra de mis creencias —acorta toda distancia. Su mano acaricia mi mejilla con cuidado por sus largas uñas.
—¿Qué hay de Valliolett? Sé que regresó como la vampiresa que era.
—Existe una unión solo por Emely. Esa Valliolett es comprensible y desde entonces no es más mi reina. Soy lo suficiente Rey para liderar solo este reino.
Humedezco mis labios ante la sequedad que siento.
—No olvidas lo ocurrido en la Mansión
—Así tuviera que resucitar una y otra vez, fui sincero.
No me da tiempo de responderle cuando siento sus labios sobre los míos, sintiendo rozar sus colmillos.
—Annebett, aún te faltan reinos por conocer.
La voz de mi creadora me hace alejarme torpemente.
—Con tú permiso Valkian, me la tengo que llevar.
—Serás siempre bien recibida mi lady.
Con el corazón acelerado me dejo jalar por Annedelia hasta salir y dejar de verlo.
—¿Tenias qué interrumpir?
—Tienes que volver a tu Mundo antes de la Luna Llena. Tienes horas Annett de lo contrario no podrás nunca cruzar, te vas a quedar atrapada siempre aquí cuando tienes la oportunidad de irte y venir a visitarnos.
—¿Tengo esa posibilidad?
Annedelia asiente. Sus palabras me dan una pizca de emoción y tristeza al mismo tiempo.
(...)
A kilómetros del Reino de vampiros, se encuentra el Reino Creciente y siendo sincera, una parte de mi no esta lista para ver a Jared de nuevo.
A diferencia de Valkian, su reino no es un Castillo. Su territorio lo define por árboles que rodean su reino por un inmenso bosque.
Al llegar al centro, me detengo al igual que Annedelia al escuchar aullidos de lobos.
—¿Pueden ser lobos sin la Luna llena?
—Con o sin ella, son libres al fin
De las rocas más altas comienzan a aparecer lobos de diferentes tamaños, de pelaje grises y cafés.
Tres brincan obligándome a retroceder y bajan la cabeza. Capta mi atención la loba de pelaje rojizo.
—¿Ann? —su voz capta mi atención. Jared en su formal normal aparece en la roca más alta y tras un brinco aterriza y se acerca —estás... aquí.
—Jared —logro pronunciar
—Alfa Jared Luwid —su rostro demuestra tristeza— Es un honor tenerla en mi Reino Lüana —hace una reverencia y otra vez toda su manada aulla.
—Realmente no quería venir a verte —miento.
Jared se endereza
—Por eso pensaba secuestrarte así tuviéramos que atacar al Reino Vampirico con tal de verte. Toda mi manada quería conocerte —apunta al lobo de mayor tamaño— son mis hermanos Jaxon, Josh y Joseph —se acerca dejando una corta distancia— Lo siento Ann, nunca debí actuar así. Engañarte, traicionarte, usarte en mi beneficio, mentirte pero estaba desesperado y gracias a ti, con o sin mi volvió mi Reino, no existe más la maldición aunque no se recuperaron los lobos que eran Lobrydum.
Jared retrocede y observa a cada uno de sus lobos.
—¡Y yo le hice una promesa a mi Reino y en presencia de Annett Weil voy a cumplirla! —lo veo con confusión. Él regresa la vista en mi— Renunció a ser su alfa, Jan no los va a liderar más. Tú, serás su nueva alfa, la primera con tu loba al mando.
—Jared no tienes que hacer esto
—En nuestro enfrentamiento, derrotaste al Alfa, mis creencias es darte la victoria y ser la nueva alfa. Muestra Diosa Luna te eligió siempre Ann —fijo la vista en la roca más alta donde se asoma una chica que luce joven, cabello castaño, ondulado que le llega más arriba de sus hombros quien carga su creación entre sus brazos.
Jared se voltea y observa en la misma dirección. Le pide bajar con señas.
—Yo tengo lo que más deseaba. Salvar a Mara y a mi hija —ella se sitúa a su lado.
—Hola Ann
—Así que tú eres Mara —ella asiente. Me asomo viendo el lindo rostro de su creación. La pequeña luce dormida.
—Su nombre es Lunett
—Por ti, Ann
Sus voces me hacen verlos
—Es linda al igual que el nombre y Jared, si lo necesitas escuchar, te perdono, tus acciones me dieron dar cuenta que nunca hubo una atracción contigo, fue solo una amistad. Me ayudaste a elegir al correcto. Tú mate es Mara y será algo que voy a respetar cuando encontré a mi propia alma gemela.
—¿Quién es? —cuestiona Jared con intriga.
Y muy segura menciono:
—Valkian y Azbel
—¿Ambos? Ann, desde un principio mi instinto me lo decía. Sabía que iba a perder contra ellos.
Me encojo de hombros y me cruzo de brazos.
—Annett eligió al vampiro y Annebett al demium.
—Pero aquí eres la misma —Jared abraza a Mara— El Reino Creciente es todo tuyo, puedes desterrarnos.
—No voy a hacerlo porque estoy hablando con el único Alfa.
Luce confundido
—Ann, no lo merezco
—Olvida el pasado Jared, yo lo hice.
Suelta a Mara y me toma desprevenido su abrazo que recibo.
Después de unos segundos, nos alejamos.
—¿Quienes conocer el resto del Reino?
Giro a ver a Annedelia
Estoy por negarme cuando Lüana responde por mi al sentirte emocionada al estar entre lobos.
—Me encantaría...
☪️☪️☪️
No fue tan malo conocer el Reino de Jared más tuve que despedirme jurando volver. Quiero convertirme en Lüana y salir a cazar con toda la manada en la próxima Luna llena.
—No haz dejado de sonreír —su voz capta mi atención.
—Realmente siento que si pertenezco aquí.
No dejo de seguir a Annedelia en el próximo Reino cerca, Iluminum.
—¿Podré cambiar otra vez en la Annebett de antes?
—Por supuesto, dependerá de ti
—Creo que le afectó estar en el Mundo mundano.
—Ella nunca se fue Annett y este Mundo la hará despertar.
Llegamos a su reino. El bosque se encuentra repleto de muchas flores, rosas, enrredaderas en los árboles que forman una puerta.
Al cruzar, veo luces en varios arbustos.
—¡Annett! —Lux aparece tras cambiar en ser una hada a mi altura— ¡Bienvenida al reino de las hadas!
Al extender los brazos, todas esas luces crecen en diferentes hadas con su alas brillantes visibles.
—Lux —la abrazo y tras alejarme añado— lo siento por haberte elegido por error.
—¿Por ser la primer líder en caer? —asiento. Ella mueve su mano dándole poca importancia— no puedo odiarte por eso. En mi reino no hay energía negativa —agarra mi mano— ¡te voy a presentar a todas! ¡Ella es Azu, Liro, Pey, Rosalía, Tuly!...
Señala una gran cantidad de hadas.
No puedo sentirme más tranquila en este Reino.
A medio día tuve que despedirme de Lux sin antes preguntarle sobre Belial y Azeroth, como el recuerdo, ella era la líder de las hadas de la que hablaban. Incluso descubrí que Luxina es mucho más antigua de lo que creí al tener siglos encima, al igual que Valkian.
—¿Tengo que verla?
—Será tú decisión Annebett
Suspiro y sigo mi camino a donde señala Annedelia. A poca distancia puedo notar un extenso y hermoso Mar y entre más me acerco, más reconozco a la líder que se encuentra en la orilla viendo a varias sirenas nadar.
—¿Sira?
—¿Annett de la profesia? —gira a verme y me sorprende su abrazo. Me revisa de pies a cabeza e incluso acaricia mi rostro —Sigues siendo tan hermosa.
—Emj, si —retrocedo incomoda
—Siempre tuve celos de ti cuando te conocí. Es inevitable al ver otro ser más linda que yo, ni mis sirenas tienen tanta belleza —coloca sus manos en su cintura— Creí que no ibas a visitarnos.
—Creí que no te importaba. Me enteré que tu abriste cada portal para que cada líder de cada Reino cruzara al Inframundo y convencer a Azbel de treerme de vuelta.
—Tal vez lo hice —se encoge de hombros y me sonríe— Y funcionó.
Asiento
Tras dudar, extiendo mi mano en su dirección.
—¿Comenzamos de nuevo Sira?
—Por supuesto y lamento mi trato e intentar aliarme con Jared en tu contra. Era por celos, porque eres mejor que yo —acepta mi mano y enseguida la suelta— ¿quieres nadar?
Veo a cada sirena verme desde el agua.
—Aún debo conocer más Reinos
—Será en otra oportunidad si es que vuelves —tras un brinco, Sira entra al agua, al salir deja la mitad de su cuerpo dentro del agua y lanza su prenda de vestido dejando visible su aspecto de sirena —bienvenida Annebett.
Me despido con la mano y retomo mi caminata.
Este Mundo parece infinito por más que avancemos.
—¿Estás lista para seguir? —asiento.
—¿Qué me espera? Los 10 reinos faltantes para mi si son unos desconocidos.
—No son tan malos como crees —no dejo de seguirla al cruzar el bosque— cuando cada líder anhela conocerte.
Alina
Meme de DMV
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