#26 | Tú eres Annett Weil
Le conté absolutamente todo, con detalle, cada palabra a Azbel sobre lo sucedido con Luzziel.
>Mi... creador sigue existiendo en este oscuro Mundo<
No mentiré, saber de él, su confesión, tenerlo frente a mi aunque haya usado la apariencia de Bel. Escucharlo y pensar que todo esté tiempo ha permanecido oculto en este Mundo, atrapado por culpa de Donovan, me removió una extraña sensación. A pesar de no conocerlo físicamente, de nunca saber de él o existir una convivencia en mis 18 años, aún así tengo una curiosidad por conocerlo. Su presencia aquí cambió mi idea principal, al diablo mi seguridad cuando estoy en un debate.
Por una extraña razón, una parte de mi quiere... salvarlo.
Pone a prueba mi misión, comienzo a ser cobarde y no querer derrotar a Donovan del todo sin perder a Luzziel. Sería desaparecer a ambos Rey Oscuros de este Mundo.
Tras decirle aquello, ninguno de los dos volvió a sacar el tema.
Azbel no preguntó más y desde entonces hay un silencio incómodo entre los dos.
Al estar sentados en las escaleras, la Mansión se percibe tan solitaria, el ambiente tenso y abrumador. Quize escapar de la habitación donde hablé por última vez con Luzziel. Quize escapar lejos de Azbel sin embargo me detuve a mitad de las escaleras y esta vez él me siguió.
De reojo lo observo a mi lado, con la vista al frente. Carraspeo y bajo la vista en el grimorio cerrado entre mis manos.
En el momento que Azbel recuperó el control total de su cuerpo, cuando Luzziel se fue logró aparecer nuevamente el grimorio y me lo dio.
Lo abro y comienzo a hojearlo, cada página, cada letra sigue intacta. Paso por cada página sin prestar mucha atención hasta leer la página de toda la información de Azbel.
Suspiro y cierro el grimorio de golpe.
-No puedo evadir lo que esta pasando aquí. La existencia de Luzziel cambia la misión de la profesia.
-Pensabas lo contrario hace meses
Giro a verlo con seriedad
-Hace meses, me enteré que Luzziel estaba muerto cuando ahora no es así y para colmo, ambos están entrelazados.
-No tiene porque cambiar tú misión Annebett -Bel gira a verme. Sus ojos negros se concentran en los míos- Donovan, como principal Rey Oscuro debe ser destruido, se lo debes a todo los reinos, por cada ser que a dejado de existir, por eso estas aquí.
Aparto la vista y me mantengo pocos segundos en silencio.
-Tú deseas su destrucción por tus creadores, concuerdo que Donovan debe pagar por todo pero Luzziel...
-Es igual a él
-Protegió a Belial, Luzziel permitió que tú nacieras.
-No le debo nada Annebett. De igual manera, la reina del inframundo fue derrotada.
Resoplo
-¡Porque en ese momento Luzziel no estaba para protegerla! ¡Tú mismo lo dijiste! Ya estaba atrapado por su hermano, nada podía hacer -inhalo y y exhalo aire, intento calmar mi acelerado corazón- Luzziel no debe morir, él debe ser el único Rey Oscuro, el que necesita este Mundo. Quien se a equivocado y a destruido todo es su hermano.
Por un impulso de molestia que quiero creer, Azbel me arrebata el grimorio de mis manos. Lo miro de perfil, su lado serio indescifrable.
-Bel, no es fácil para mi esto -capto su atención- Voy a destruir a Donovan. Salvar este Mundo pero Luzziel no tiene porque ...
-Luzziel tiene que dejar de existir. Le espera el mismo destino que Donovan. Aceptalo Annebett.
Niego varias veces
-Podemos buscar una forma de que esa unión como hermanos, cambie. Ninguno este entrelazado al otro -acorto la distancia y dejo mi mano en su brazo- me tienes que ayudar Bel.
-Mi misión es ayudarte a destruir al Rey Oscuro. Al líder de este mundo Sea Donovan, sea Luzziel, ambos al mismo tiempo.
Lo suelto con brusquedad
-Entonces no cuentes conmigo. Si va a suceder, será a mis condiciones.
-Annebett no puedes cambiar la naturaleza. Tienes que cumplir la profesia, salvarnos y regresar a tu mundo.
Frustrada cubro mi rostro con mis manos.
-No puedo...
-Eres Annett Weil, mi hija como de Luzziel.
Al escuchar una tercera voz conocida, bajo mis manos lentamente. Veo frente a nosotros a Betzalel, con tu habitual vestido color negro y largo. Esta vez sin sus alas a flote.
-No cambies tú decisión. No cambies tú destino.
-¿Tú lo sabías? -me levanto y bajo un escalón -Me mentiste sobre la muerte de Luzziel, nunca me afirmaste lo contrario.
La veo cruzarte de brazos.
-Así que si lograste hablar con él -medio sonríe- Fue su visita especial -desvía la vista en Bel- por primera sentiste que se siente ser poseído por otro demium del todo. Para Luzziel no existe dicultades, puede controlar a cualquier ser -al no tener respuesta de Azbel regresa la vista en mi- Tuve que ayudarlo, ocultar a Cibor de Donovan, por poco y nos descubre. Solo tenia un corto plazo, solo una oportunidad. Nunca les mencioné que Luzziel sería la última visita, al final de la última eleccion, iba a invocarse en el ser ganador. En este caso en Azbel o si hubiese sido otro Rey o Reina, sería lo mismo.
-¿Por qué me lo ocultaste?
Betzalel baja sus brazos
-Luzziel así me lo pidió. Lo siento Annett pero saber de su existencia no debe cambiar la profesia -da un paso adelante- así lo quiere tú creador.
-¿No te importa? ¡Él también va a desaparecer!
-Luzziel me importa más de lo que crees y justo por eso, voy a tener que dejarlo ir -avanza hasta subir el primer escalón y se detiene colocando su mano en el barandal- También reaccioné como tú. Cuando me enteré que Donovan lo había convertido en su mascota infernal, busqué todas las maneras de ayudarlo. No pude salvarlo. El único que puede remediar y volver a convertirlo en el Luzziel de antes es quien lo cambió -baja la vista- por eso tuve que activar la profesia, comencé esta guerra. Le di más poder a Donovan, te protegí para llegado el momento lo destruyas y salves a Luzziel de su condena, así él tenga que desvanecerse -alza la vista- He hablado con Luzziel a través de otros demium en el infierno y apesar de advertirle las consecuencias, me ha dejado claro que esta de acuerdo, va aceptar su muerte.
-¿Qué pasará con este Mundo? -resuena la voz de Azbel- Sin un Rey Oscuro como líder de todos los reinos, cuando colipsione de nada servirá que Annebett cumpla su profesia, ningún ser podrá resucitar.
Confusa veo de Betzalel a él
-Es cierto, sin un líder este Mundo no existirá más -capta mi atención al escucharla- pero en realidad no se necesita a Donovan o Luzziel cuando existe Annebett, ella es la ancla que entrelaza a ambos mundos -levanta su mano en mi dirección, el dije de media luna en mi collar comienza a brillar y puedo sentir el calor que emana en mi piel -No te rindas Annett, cumple tu misión en este Mundo. Tienes la ayuda de Azbel, él será tu aliado, mentor y protector en todos estos meses hasta el plazo del enfrentamiento contra Donovan. Tendrás que aprender y activar todo tú poder, práctica mucho.
De reojo veo a Azbel ponerse de pie y situarse a mi lado.
-Las reglas cambiarán -Betzalel baja su mano lentamente, mi collar deja de brillar y transmitir calor- Se acabaron las elecciones. No volveré a aparecer hasta ese día, cuando el plazo culmine vendré a llevarte al infierno. Las lunas de sangre seguirán su curso, como las lunas llenas -retrocede un paso y baja el escalón- aún tienes tiempo Annett.
Betzalel deja crecer sus alas oscuras.
-¡Espera! Sobre Anni ¿ella sigue...?
-Te espera viva. Emely solo debió su sangre, sigue atrapada en el infierno pero su alma, no puede resistir por mucho. Hazlo por ella.
Estoy por responderle cuando Betzalel desaparece ante nuestros ojos.
Llevo mi mano al dije de mi collar y suspiro.
>Anni es la que menos debería estar implicada en este enrrolo sobrenatural<
Quiero bajar los escalones faltantes, cuando por mi pie piso mal y pierdo el equilibrio.
-¡Annebett!
Espero el impacto sin embargo a tiempo soy detenida y sujetada de la mano por Bel.
-Gracias -me hace recuperar el equilibrio y baja el escalón. Pestañeo varias veces, su rostro comienzo a verlo borroso- quiero... descansar.
-Recapacita y piensa en tu única misión. Este Mundo, cada ser depende de ti.
Asiento varias veces mientras me apoyo del barandal.
Ante mi falta de visión, me dejo ayudar por Azbel y guiar hasta mi habitación. Guardo silencio todo el camino ocultando esa sensación nerviosa por la cercanía del demium.
Al entrar a la habitación, me conduce hasta el centro, con mi mano tanteo la cama hasta dar con ella y tocarla y acto seguido tomo asiento.
-Bel ¿creés que logre tener todo ese poder para derrotar a Donovan?
-Tendrás mi ayuda para obtenerlo
Dejo mis manos en mis rodillas
-Él es un Rey Oscuro, tiene el poder de muchos seres, de 10 reinos. A diferencia de mi que tendré solo el poder de 4 y si es necesario usar, el tuyo. Si es que logro activarlos -rio sin ánimos.
-Confía en ti misma Annebett
Dejo de ver su sombra frente a mi al sentir un lado de la cama sumirse con su peso.
-Demuestra lo fuerte eres -escuchar su voz cerca de mi oído como un susurro me provoca un escalofrío, cada fibra de cuerpo se tensa ante la nula distancia.
Asiento
Humedezco mis labios y tallo mis ojos. Giro un poco mi cuerpo.
-Sé que contaré contigo, apesar de nuestras diferencias. Después de todo en estos meses faltantes solo seremos... tu y yo... en convivencia.
Recibo su silencio
-¿Bel? -me vista borrosa me comprueba que sigue conmigo, cerca al ver su silueta borrosa- No te lo dije pero es un alivio que todo lo que escuché de Luzziel era falso. No eras tú.
-¿Exactamente que fue lo que te afectó?
Trago saliva al escuchar nuevamente su voz.
-Antes de saber que en realidad era Luzziel, pensé que eras tú. Escucharte Bel fue decepcionante. Más cuando te referiste a la parte de mi alma, dejando a un lado lo que quiere Luzziel para este Mundo.
-Con lo que desea estoy de acuerdo. Derrotar a Donovan, que cada reino y ser vuelvan a existir. Liberar al inframundo, reclamar mi lugar como príncipe pero Luzziel no te mentío cuando si quiero robar tú alma, fue falso el motivo que te dio. No necesito libertad para ser invocado en tu mundo, muchos humanos recurren a demonios para un mal, un bien, por un trato. No quiero vagar permanentemente allá cuando me gusta estar en el inframundo y tú Mundo al mismo tiempo.
-Me das a entender que si vas a robar mi alma. Desde que llegué aquí la haz deseado.
-Con tú alma tendré más poder
-Claro, solo te importas a ti mismo cuando yo... -bajo la vista. Paso varias veces saliva ante el nudo que se forma en mi garganta - sin mi alma, el día que muera voy a perderme en la oscuridad, jamás voy a descansar en paz.
-Annebett, el día que mueras todo este Mundo dejará de existir sin su ancla -analizo sus palabras certeras- incluso yo, será una justa venganza y castigo para mi.
-Eres es el peor demonio Azbel -repito con recelo evadiendo mis reales sentimientos.
-Soporta solo unos meses más y te libraras de mi. Después de cumplir la profesia, volverás a tu mundo y no volverás a verme o saber de mi.
-¿Voy a recordar todo esto?
-Eso depende de ti Annebett
Pestañeo varias veces y mi visión sigue borrosa. Me frustra no poder verlo.
Llegado el momento, es posible que lo olvide, es posible que no recuerde a Azbel.
-No quiero olvidarte... olvidar nada -me corrijo rápidamente.
El silencio nos invade, estoy por hablar cuando siento su mano sobre la mía.
-Mi sangre demoníaca puede ayudarte ante tu debilidad. Mejora todos tus sentidos, con ella podrás...
-Verte -lo interrumpo.
-Se activará una conexión mucho más fuerte conmigo. Nunca me he entrelazado a nadie -enarco una ceja- Es diferente cuando se la di a Valkian o la he usado en otros seres. Tengo prohibido darte mi sangre, si lo hago volveré a despertar a Annebett y tú... Annett, eres distinta.
Medio sonrio al escucharlo decir mi nombre.
-Crei que pensabas que éramos la misma.
-La Annett no puede tener una conexión con un demium como yo. Sería atarte a este Mundo para siempre.
-¿Qué quieres decir Bel? Ya soy la ancla, aquí soy esa Annebett.
Dejo de sentir su tacto
-Mereces volver a la realidad de tú Mundo, a tu vida normal. Creenme después de la profesia no volverás a sentir alguna conexión con seres sobrenaturales de este Mundo.
-Azbel -intento buscar su mano- no me importa estar entrelazada, incluso... a ti.
Los segundos transcurren en silencio. Hasta volver sentir su tacto esta vez en mi boca, siento una gota humedecer mis labios, al dejar de sentir su toque, lamo mis labios y saboreo un sabor metálico y raro.
Pestañeo varias veces, toco mis labios y bajo mi vista. Puedo ver mis manos, mi visión regresa y mejora.
-Puedo ver otra vez -digo con una pizca de alegría y alzo la vista. Veo claramente el rostro de Bel frente a mi -me diste tu sangre.
-Unas gotas nada más -hace una corta pausa sin dejar de verme- tengo que decirte que tú cuerpo puede que rechace cada poder, para obtenerlo será un proceso doloroso. Por tu falta de vista lo comprobé, necesitarás más de mi sangre, necesitarás despertar a Annebett, tú no podrás...
-¿Tengo que dejar de ser Annett y otra vez estar atrapada en ella?
-Solo puedo fortalecer a Annebett
Suspiro y apoyo mis manos sobre la cama.
-Bien, solo no dejes que ella sea tan... malvada. Querre volver a ser la Annett de siempre -lo veo asentir -¿Qué tengo que hacer?
-Beber más de mi sangre
Bel extiende su brazo en mi dirección, su camisa hasta sus codos deja al descubierto una parte de su brazo.
-Usar mis colmillos ¿no? -tomo una profunda respiración- Es fácil -acorto la distancia, con miedo toco su mano -y si voy a desaparecer otra vez antes quiero... voy a hacerlo.
Me inclino lo suficiente al punto de rozar mis labios con los suyos sin embargo al último momento, Bel me detiene.
-¿Qué... quieres hacer?
Me doy cuenta de la posición tan incomoda, casi me lanzo contra él, mis rodillas estan sobre la cama y mis manos en sus hombros.
-Yo quiero...
-¿Mi alma? -me interrumpe.
Entre abro los labios.
No puedo moverme o una parte de mi no quiere hacerlo. No puedo alejarme y retroceder y no arriesgarme.
-No, no quiero tu alma Bel -humedezco mis labios, enfoco mi vista en los suyos- quiero sentir un beso tuyo.
Vuelvo a alzar la vista en sus ojos, noto por primera confusión en su mirada.
-No puedes. No puedo.
-Es sencillo -emito con una leve risita y acto seguido sello mis labios con los suyos. Sin embargo él se mantiene quieto, tenso, presiona sus labios con fuerza para mantener su boca cerrada. Siendo más difícil para mi cuando solo me mantengo con mi boca quieta sobre la suya. Sin ninguno cerrar los ojos y dejarse de ver. Con decepción, con todo mi orgullo dañado me alejo despacio -no debí actuar así.
Regreso a sentarme en la cama con las mejillas ruborizadas, llena de vergüenza.
-No comprendo esa necesidad -su voz me obliga a verlo al rostro- la atracción entre seres. Soy un demium que suele tener un tacto cercano solamente al robar almas -retrocedo un poco cuando lo veo acercarse demasiado a mi. Sin embargo la cabecera de la cama me impide retroceder más - Te mostraré un recuerdo.
Estoy por negarme cuando Bel coloca sus manos en mi cabeza y sus ojos se tiñen negros complemente. Abriendo paso a su cabeza, sus recuerdos y uno en especial:
Veo un bosque demasiado hermoso, árboles frondosos, flores de todo tipo darle vida y color a este lugar.
Sonrío al ver este Mundo tan diferente a como lo conocí en el momento que llegué aquí.
Hasta que un ser capta mi atención. Una mujer con un largo vestido color negro que se le ciñe a su cuerpo, con una abertura en su pierna derecha se asoma de un árbol y comienza avanzar hasta mi. Es alta, delgada, su cabello es demasiado largo hasta su cintura, de color negro por completo. Distingo su collar de una estrella de 5 picos en su pecho.
-Si viniste
Confundida la observo
-¿Puede verme?
-Tanto tiempo sin vernos Azeroth
Pestañeo confusa cuando otro ser aparece frente a ella. Tiene el cabello blanco, lleva armadura y en su espalda permanecen sus alas blancas cerradas.
-La rebelión no lo impide Belial -comienzo a caminar hasta ellos. A ambos los rodeo cuando los veo abrazarse. El parecido de ese ángel es sorprendente con Azbel - pero ya estoy aquí.
-¿Hasta cuándo nos tenemos que ocultar? -ella se aleja de él- ya estoy harta de negociar con la reina de las hadas al seguir ocultando nuestro secreto y permitir vernos en su reino.
-Belial, para todos es prohibido lo nuestro.
La estrella en su pecho comienza a brillar, se cruza de brazos y tengo que retroceder al verla extender sus alas oscuras.
-Tranquila, ya estoy aquí. El Mundo Oscuro no importa solo nosotros dos.
Ella cierra sus alas, baja sus brazos y se lanza a besarlo siendo correspondida con pasión.
Sonrío hasta que una extraña energía borra el recuerdo y ellos desaparecen.
Cuando Azbel aparta sus manos, regreso a la habitación aún confundida. Sus ojos dejan de ser completamente negros.
-Estuve... en tú cabeza. En un recuerdo... tuyo.
-De Belial, antes de dejar de existir me mostró cada recuerdo de cada reencuentro con Azeroth -Bel regresa a sentarse frente a mi- Y sigo sin comprender su conexión ¿Por qué no robaba su alma en vez de hacer eso?
Me atrevo a inclinarme un poco
-¿Tú lo haz intentado? -lo veo fijamente - Bel, no haz besado nunca.
Me da la razón al asentir
-Sé succionar almas
Medio sonrío
-No siempre se trata de eso -hago una corta pausa. Sin dejar de verlo me inclino cada vez más, esta vez sin tocarlo, solamente con mis labios al rozar con los suyos. Esta vez Bel entre abre sus labios, comienzo a mover los míos mientras cierro mis ojos. El beso es torpe, se me dificulta besarlo cuando intenta imitarme y seguirme el ritmo. Sonrío entre su boca y me alejo abriendo mis ojos con lentitud con el corazón acelerado -Vez, no fue necesario una succión de almas.
Desconcertado se levanta y se dirige a la puerta. Apenas a tres pasos se detiene y se da la vuelta. Me apunta, después a él mismo sin poder articular palabra.
-Fue un beso, si Azbel -digo mientras lamo mis labios. Lo veo divertida. Después no tendré que batallar con la incomodidad cuando Annebett tome mi lugar.
Él se acerca nuevamente y se inclina lo suficiente cerca rozando su nariz con la mía.
-Bel que... -mi voz sale en un hilo de voz.
-Ya no quiero tú alma -lo escucho pronunciar y al instante me besa.
Caigo rendida por un demonio como Azbel:
Sea Ángel
Sea Demium
Sea yo la misma muerte
Tan distintos
El destino marca un oscuro romance siendo prohibido. Sea repetitivo.
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