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#25 | Azbel

    ☪️ A N N E T T

—No suelo compartir un mismo espacio con otro ser, tú eres la excepción solo esta vez —escucho su voz muy cerca de mi. En segundos lo veo aparecer a mi lado —no admiro la oscuridad o la luna en compañía.

No le respondo

Al igual que él, mi vista esta fija en la ventana. Es de noche, hay un destello de luz por la luna llena.

Han pasado horas desde que Valkian dejó de existir y desde entonces, no me he alejado de Azbel. Después del abrazo incómodo, me liberó de sus alas. Sin ninguno hablar al respecto. Bel se dio la vuelta, salió y sin darle explicacion lo seguí hasta aquí.

Y en todo este tiempo no he articulado palabra con él.

Me siento culpable, triste de no haber logrado salvar a Valkian. De haber eligido mal otra vez.

Sorbo mi nariz, a estas alturas ya no tengo más lágrimas que derramar más la sensación de tristeza ante otra pérdida.

Dejo de ver al frente y desvío la vista en Bel.

—¿No estás molesto conmigo? —mi voz sale en tono débil— Nunca te elegí a ti cuando siempre fuiste el correcto.

Lo analizo por completo.

En este momento mantiene ocultas sus alas.

Sigo de explicarme esta conexión que desde un inicio existía entre ambos y nunca me di cuenta.

—El resultado hubiera sido el mismo —me responde después de cinco segundos en silencio— Si en un principio, hubiera sido el primer eligido, iba a sobrevivir y el resto iba a morir. Los cuatro reinos caerían al mismo tiempo con sus líderes: Luxina, Sira, Jared y Valkian. Este mundo colapsaria antes de tiempo por no tener ningún ser oscuro —gira a verme— Era una trampa del Rey Oscuro. La profesia era bajo sus condiciones. Solo uno iba a sobrevivir y cuando cumpla mi misión, también voy a desaparecer.

—No, tú me ayudarás a derrotarlo.

Bel gira su cuerpo por completo y se cruza de brazos.

—Tengo que lograr que actives cada poder de los 4 reinos que existían. Prepararte para cuando se llegue el momento, debas enfrentarte al Rey Oscuro y cuando sea necesario, darte mi poder y lo uses contra él.

Enarco una ceja confundida

—Voy a pelear sola contra el Rey Oscuro —afirmo.

—Con la fuerza suficiente. Como hija de Luzziel tendrás el poder de todos —lo veo ladear la cabeza— Aliada a Annebett, en este mundo eres ella. Si lo logras, podrás salvarnos y a ti misma. Podrás vengar a cada líder al derrotar al Rey Oscuro.

Guardo silencio un instante sin dejar de verlo con intriga.

—¿Quién eres Azbel? —humedezco mis labios y me cruzo de brazos— Antes de irse, Valkian mencionó que tú serias mi mejor aliado al ser un demonio con aura angelical ¿Por qué dijo eso?

Lo veo girar la cabeza hacia la ventana.

—Bel —insisto buscando su mirada— ¿qué es lo que eres? ¿Un demium? ¿Un ángel? ¿Ambos? —hago una corta pausa— Eres ambos —digo segura y lo miro sorprendida —eres mitad demonio y mitad ángel ¿Por qué no me lo dijiste?

—No hubiera cambiado tú elección

—¡Claro que si!

—Es lo que quería evitar Annebett —gira a verme con seriedad— Ante ti prefiero ser solo un demium, detesto hacer el bien cuando el mal esta en mi y es por la energía angelical que tengo. De lo contrario nunca te hubiera protegido. Algo me une a ti.

Bajo mis brazos lentamente y avanzo un paso.

—¿Cómo eres así? ¿Eras un ángel y te convirtieron en demium como a Betzalel?

—No soy un caído —vuelve a girarse hacia la ventana— El Rey Oscuro no me creó así —hace una larga pausa mientras no dejo de pensar teorías y tener más preguntas— Soy igual que tú Annebett, soy la creación de dos seres distintos por nacimiento. Belial era una demium, reina del inframundo antes que el Rey Oscuro lo fuera, hace siglos ellos se consideraban líderes de todo este mundo y poco se dejaban ver hasta que Donovan se instaló en el inframundo, aun así Belial seguía sus ordenes y los demium las de ella y Azeroth era un ángel, príncipe del Reino de Caliel. Tras una guerra entre ángeles y demonios, ahí conoció a Belial, existió una atracción y ambos rompieron la regla al involucrarse con otro ser distinto.

>>Ella me contó que Caliel se enteró y desterro a Azeroth, le arrancó sus alas y llegó a instalarse en el inframundo. Para ese entonces, ya me desarrollaba dentro de Belial. Ningún demium aceptaba un ángel caído y en otra rebelión, a Azeroth lo derrotaron —gira a verme— Fue Donovan cuando apareció en el infierno y reclamó su lugar como el nuevo líder. Decían que Luzziel lo permitió, ambos ya competían para el cargo de Rey Oscuro.

>Entonces se enteraron de la regla que rompió Belial. La sustituyeron de su cargo. Me contó que Luzziel intervino y le permitió tenerme así fuera un ser distinto, sin embargo Donovan estuvo en contra. No intervino hasta que nací, pero siempre tuvo la idea de matarme. Belial intentó huir del infierno cuando perdió toda protección de Luzziel, tras una guerra entre hermanos, él no volvió a aparecer. Donovan quedó a cargo y antes mis ojos vi como le robó su alma a mi creadora. Mató a Belial frente a mi. Era muy pequeño de corta edad, pensé que haría lo mismo conmigo pero por alguna razón me dejó seguír existiendo. Fui creado por muchas demium hasta que me vali por mi mismo. El infierno fue mi hogar apesar de que para muchos demium no era de agrado por ser diferente.

Bel se vuelve a girar y deja crecer sus alas de distinto color.

—Por eso soy así —agrega— cuando tuve el poder suficiente, por ser príncipe le servi al Rey Oscuro, me otorgó como máxima autoridad. Los demium comenzaron a seguir mis ordenes. Obtuve más almas, más poder, derroté otros seres y demium con facilidad.

Enseguida levanto mi mano y lo interrumpo.

—Espera ¿Por qué el Rey Oscuro no te mató? Naciste ante que yo, la profesia debió activarse contigo.

—Tú eres más fuerte, la profesia te eligió a ti Annebett. Por eso Donovan nunca me vio como un enemigo, al contrario me usó como experimento. Desde siempre a querido convertir otros seres a demium, todas esas veces falló. Por eso inició esta guerra para obtener más poder, para poder derrotar a Luzziel y cuando lo logró se dedicó a acabar con todos los reinos.

Sigo confundida

—Cuando los ángeles dejaron de existir ¿Por qué no dejaste tú de existir?

—Porque no soy un ángel del todo. Gana mi sangre demoníaca. Eso lo comprobó el Rey Oscuro, una razón más para dejarme seguir sobreviviendo.

La desconfianza crece al escucharlo. Comienzo a retroceder tres pasos.

—Bel ¿Tú estás aliado al Rey Oscuro?

—Estoy en su contra

—¡Por siglos le haz servido! Haz seguido sus ordenes Bel.

Él guarda silencio y oculta sus alas.

—Solo he esperado el momento oportuno para atacarlo y derrotarlo pero ni porque tenga sangre demoníaca, con sangre angelical, no lo puedo derrotar. No soy más fuerte que él —avanza un paso— vengar a mis creadores no lo he olvidado. He visto como controla demium, como los destruye para volverse fuerte. Quiere un ejército que solo le den poder, por eso cuando estuve en su contra, me desterro del infierno, me atrapó aquí. Logré convencer a cada demium a estar en su contra, demasiados destruyó y el resto, prefirieron servirle a dejar de existir, me traicionaron y me dejaron solo —sigue avanzando anulando la distancia. Sus ojos se tiñen de oscuro — ¿Quieres saber lo que anhelo? —asiento lentamente— Destruir a Donovan como a todos los demium. Destruir el inframundo por completo.

—Esos demonios siguen ordenes de Donovan porque no tienen más opción. Es tú deber querer ayudarlos. Son como tú por la sangre demoníaca, tú reino, eres su rey.

Deja salir una risa siniestra que me tensa y me provoca escalofríos. Cada latido de mi corazón se acelera.

—Annett —por primera vez pronuncia mi nombre con extrañeza— No tengo ningún reino, soy el único ser de este mundo. Ya no soy líder de nada.

Me toma desprevenida al agarrarme del brazo. Azbel pestañea y sus ojos dejan de ser completamente negros sin embargo sigue ese tono y destello.

—Sé sincero conmigo ¿realmente quieres salvar este Mundo?

Se demora en responder

—Quiero salir de este Mundo. Mis términos serán darte el poder necesario para destruir al Rey Oscuro. Cuando lo hagas, los 10 reinos volverán a existir, tú volverás a tú mundo con tu hermana, pero no volverá a existir un inframundo y más demium —me suelta con delicadeza— Me darás tú alma cuando tenga que regresar, será mi salida de este Mundo, seré un demium vagando en el tuyo.

—¿Quieres... a los humanos a tu disposición? Vas a robar todas sus almas.

—Sin necesidad de ser invocado. Sin tener que entrar en sus sueños y obligarlos a nombrarme.

Niego varias veces

—Solo vas a ganar que después de esta guerra contra el Rey Oscuro, inicie una nueva y este en tu contra —lo apunto— No te daré mi alma para eso. No dejaré mi mundo en manos de un demonio como tú Azbel. Te voy a tener que... matar y asegurarme que no regreses.

Él deja crecer sus colmillos

—Conoces la manera para hacerlo. Solo tienes que robar mi alma ¡Adelante Annebett! —extiende sus brazos a los lados — Detenme —los baja lentamente.

Nos invade el silencio sin ninguno apartar la vista del otro.

—No te elegí para esto Azbel —hablo de pronto en un hilo de voz.

—Nos sigue uniendo la alianza contra Donovan ¿qué esperabas recibir de mi después de eso?

Resoplo y desvío la vista en la puerta.

—No entiendo por que te eligi. Eres peor que todos —avanzo hacia la puerta, antes de tocar la perilla, me doy la vuelta —estás acabando con lo que comenzaba a sentir y aceptar por ti.

Le doy una mala mirada, sin esperar su respuesta me dispongo a salir azotando la puerta.

(...)

No puedo dormir después de este mal día. Sigo pensando en la muerte de Valkian, en mi discusión con Azbel. Lucia completamente diferente.

Me giro en la cama, bajo las sábanas sin cerrar mis ojos.

En el fondo no quiero matarlo y mucho menos ver que se vuelva mi enemigo.

Vuelvo a girar, esta vez con la vista fija en el techo, pérdida en mis pensamientos por horas hasta que el sueño se apiada de mi y me vence.

—¡Annebett!

Abro los ojos y solo veo oscuridad a mi alrededor y una voz reconocida a la distancia.

—¿Az... Azbel? ¿Dónde estás?

Doy un paso adelante, vuelve a llamarme. Cada vez lo escucho más cerca.

—Es una pesadilla —me abrazo a mi misma— es eso. Voy a despertar.

—¡No despiertes! —pego un fuerte grito al verlo frente a mi, muy cerca con sus manos en mis hombros— Déjame seguir en tú sueño.

—¡Largo de aquí Azbel!

Cierro los ojos con fuerza, intento despertar sin embargo me es imposible cuando él me zarandea.

—¡Escúchame Annebett! ¡Estoy atrapado! —niego varias veces y abro los ojos lentamente. Sigo en el mismo sitio con Azbel frente a mi— Tuve que entrar en tus sueños para advertirte —su cercanía es demasiado que nuestras narices rozan— Tienes que invocarme en la Mansión.

—¿De qué hablas? ¿Ya estás aquí? ¡Ya sé tú verdaderos planes! Ya sé quien eres.

—Annebett no soy yo —lo veo confundida— usan mi cuerpo.

Retrocedo un paso

—Hablé contigo cerca de la ventana.

—Te conté lo que soy, pero él resto ya no recuerdo. Algo me controló por completo, desde entonces estoy atrapado en esta oscuridad.

—¿No eras tu cuándo me dijiste que quieres robar mi alma después de que destruya al Rey Oscuro? Quieres eliminar a cada demium y destruir el infierno.

—No anhelo hacer eso —él se aleja varios pasos— Si ayudarte a destruir al Rey Oscuro, poder vengar a Belial y a Azeroth. Salvar a cada demium de él y volver a ser su líder del inframundo sin seguir reglas del rey oscuro. En el fondo me rehúso a robar tú alma.

—Entonces, si no eras tú ¿con quién segui hablando?

Pestañeo varias veces, su rostro lo veo borroso. Mis ojos empiezan a cerrarse por si solos.

—¿Annebett? ¡Annebett!

¡AZBEL! —grito al despertar en el momento que me incorporo en la cama.

Recuerdo mi pesadilla y parecía tan real.

Paso saliva, limpio el sudor de mi frente y rápido bajo de la cama de un brinco. Busco el grimorio hasta dar con él debajo de la cama.

Me arrodillo en el suelo, lo abro y busco su página con rapidez hasta dar con ella. En las últimas páginas tiene el nombre del demonio que busco y necesito.

Con el corazón acelerado tomo una profunda respiración lista para invocarlo.

—Azbel, yo te invoco en... —guardo silencio cuando las páginas se mueven por si solas y pasan en una en una sin ser yo quien las mueva —¿qué pasa?

Pego un brinco cuando la puerta de mi habitación se abre. Rápido me pongo de pie alerta.

—¿Quién eres? ¡No eres Azbel! — el falso lo veo adentrarse a la habitación y detenerse frente a mi a pocos pasos de distancia. Su vista recae en el grimorio, levanta su mano y al mover sus dedos el libro vuela hasta su mano. Con fuerza lo cierra y lo desaparece. De mi parte asombrada —Eres el Rey Oscuro ¿cierto?

—Lo soy —se observa a sí mismo—y este sigue siendo el cuerpo de Azbel. Soy como un ente que puedo entrar y controlar a quien desee.

—Regresame a Azbel —lo veo negar varias veces— Aún no se vence el plazo para derrotarte, aun no estoy lista para el enfrentamiento.

—Por eso estoy aquí. En ambos mundos donde estas no dejaré que arrebaten tu valiosa vida —lo veo con confusión— La Annett se encuentra... en un lapso de insconciencia sin poder moverse o despertar.

—Estoy en coma, lo sé. Era algo que ya sabia.

—Y a la vez estás aquí como Annebett.

Me cruzo de brazos

—¿Qué pretendes Donovan? ¿Matarme ahora mismo?

—Donovan —repite y lo veo curvar una media sonrisa. Demasiado raro cuando Azbel no era mucho de sonreír, siempre esa seriedad —No soy él, ya haz escuchado hablar de mi. En realidad soy.. Luzziel.

Retrocedo con torpeza y caigo al suelo sentada. Recibo su asentimiento.

—Luzziel ya no existe. Donovan... lo eliminó.

—No conoces a fondo la historia de los líderes de la Oscuridad —se acerca a mi hasta agacharse a mi altura. Me es difícil verlo de otra manera que no sea la apariencia de Azbel —Ambos dependemos del otro. Si dejo de existir, él de igual manera. Al mismo tiempo estoy en el inframundo, ante todos los seres oculto como una vil mascota.

—En... Cibor —espeto al recordar el nombre de esa rara mascota y las palabras de Donovan cuando estuve en el infierno y pregunté por ese raro animal: El es Cibor, es mi mascota, segundo líder del infierno  —se refería a ti.

Azbel o Luzziel se levanta y extiende su mano en mi dirección.

—Tú eres mi...

—Con Annedelia te cree

Me levanto sin aceptar su mano y tomo asiento en la cama.

—¿Por qué apareces asi? ¿Por qué no decirme quien eras desde un principio? Estuve apunto de odiar a Azbel.

—Quería convencerte de lo contrario. Con un ser como él no te puedes relacionar.

Río sin ánimos

—Tú te involucraste con Betzalel siendo ella ángel, siendo ella la misma  muerte.

—Y Annebett fue el resultado

Me levanto despacio de la cama.

—¿Qué quieres exactamente Luzziel?

—Cumple la profesia, salva este Mundo y sé libre de la oscuridad.

Apenas avanzo dos pasos hasta él cuando me detengo. Sus ojos se tornan por completo negros.

—¿Luzziel? —estoy por tocarlo cuando abre los ojos. Su vista observa alrededor, después a si mismo hasta recaer su vista en mi.

—Annebett —aleja su mechón blanco de su frente — soy yo.

Suelto un suspiro

—Bel —corro y lo vuelvo a abrazar. A los pocos segundos me alejo de él —Quien te usó fue Luzziel, si, al parecer sigue existiendo. Nunca fue destruido. Esta en el infierno, creo que esta atrapado o lo convirtieron en Cibor —enarco una ceja —está vinculado con Donovan, si lo destruyo, también a él —hago una corta pausa— Ya no estoy tan segura de querer destruir al Rey Oscuro.

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