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#16 | Pelea con nosotros

  ☪️ A N N E T T ☪️

NO dejo de pensar en el beso con Jared, siento una extraña sensación dentro de mi. Me gusta su cercanía, me gustó probar sus labios cuando esto es nuevo para mi, para ser una chica de 18 años en el mundo que viví toda mi vida, nunca tuve novio por mi manera de ser y eso a ellos les asustaba o se alejaban.

Sin embargo con Jared es distinto. Con un ser muy diferente a mi que me entiende.

Sonrio embobada, me olvido por completo en donde estoy hasta que un ruido metálico me hace reaccionar y dar un paso atrás.

—Estas demasiado desconcentrada.

Valkian baja su espada

—Lo siento —observo la mía y vuelvo a ponerme en posición de ataque— Otra vez.

Niega y comienza a caminar a mi alrededor. No dejo de ver sus movimientos. Me toma por sorpresa cuando golpea mi espada y sale volando de mis manos.

—¡Valkian! —me volteo y la veo caer al suelo lejos de mi.

—No estas comprometida a entrenar.

Le doy una mala mirada.

No usó ni la mitad de su fuerza. Incluso sostiene su espada con una sola mano mientras toca el filo indiferente con la otra.

—Claro que si —doy un paso adelante— solo dame unos minutos.

Me engaño a mi misma

¿En qué momento se me ocurrió pedirle a Valkian que me entrenara?

Una parte de mi esta segura de querer volverse fuerte. Lo suficiente para derrotar al Rey oscuro y acabe esta pesadilla sin embargo mi cabeza esta invadida con inesperadas noticias por asimilar y recientemente por Jared.

O es una manera de evitarlo desde que me desperté, lo estoy haciendo después de ese beso, con una mala excusa me alejé de el.

—Annett ¿qué sucede?

—Nada —hago mis manos puños— atacame.

—No has controlado una espada, no estas preparada para un ataque cuerpo a cuerpo.

Bufo

—Te voy a demostrar que si

Dejo de verlo y de pronto mis pies débiles ante un leve golpe me hacen caer al suelo.

—Dame la razón

Aparto un mechón de mi rostro mientras veo a Valkian inclinarse y darme su mano.

—Soy solo una aprendiz.

Acepto su fría mano y me levanto con su ayuda.

—Si no puedes contra un vampiro. Mucho menos podrás contra el Rey oscuro. Necesitas esforzarte más.

—No seas cruel con ella. Ann se esfuerza demasiado —me tenso al escuchar su voz y empeora cuando de reojo veo a Jared aparecer a mi lado— ¿no es así ángel? O debería decirte mi amada Luna.

—Ella está a mi cargo, no te involucres Jared.

—Eres un mal instructor

Veo a cada uno

—Ninguno es mejor que el otro —menciono logrando sus miradas fijas en mi —Yo... yo soy la que no estoy lista para esto.

—Ann, yo puedo ayudarte.

Jared se coloca frente a mi y esta por tocar mis manos cuando lo rechazo al retroceder.

—No, no quiero entrenar ahora.

Me doy la vuelta y entro a la Mansión dejandolos atrás.

...

—Eres torpe —me digo a mi misma al entrar a mi habitación y recargarme en la puerta. Suspiro y avanzo hasta la cama. Por el dolor de mi espalda, me acuesto boca acabo abrazando la almohada — No puedo.

Llevo mi mano a mi collar, toco la media luna y ante el ardor lo suelto y me lo quito. Me levanto de la cama de un brinco viendo el collar.

—Anni —pronuncio asustada.

...

—¡Está sufriendo! ¡Tengo que ir a ayudarla! ¡Debo salvar a mi hermana!

—Ann no puedes salir de aquí. No puedes hacer nada por ella, por el momento.

No dejo de caminar de un lado a otro sin dejar de ver a los tres. Desde esa rara señal por el collar, corrí a buscarlos.

—Anni es todo lo que tengo —me detengo.

—Y nosotros a ti —Valkian se acerca— Todos dependemos de lo fuerte que te vuelvas. No olvides la profesia.

Suspiro y vuelvo a tocar mi collar. Raro que esta vez ya no reciba esa señal de ardor.

—Ella me quiere decir algo.

—Que dejes de temer lo que eres y aceptes el privilegio de ser un ser oscuro mejor que todos Annebett.

—Podemos ayudarte, solo es cuestión que no lo permitas.

Bajo mi mano lentamente

—¿Y si me vuelvo peor que Donovan? —recuerdo ese reflejo mio que no puedo olvidar— si cambio, si acepto su entrenamiento, no dejen que la Annett de siempre, desaparezca.

+++

Dos semanas después...

—¡Arriba! —choco mi espada con la de Valkian— ¡En defensa! —la acerco a mi y me cubro. Estoy demasiada concentrada cuando desaparece sin embargo soy rapida al girarme y evitar su ataque. Le hago un leve corte en su mejilla y orgullosa le sonrío— Bien hecho Annett.

Cansada bajo la espada

—Cada vez mejoro

Valkian asiente y al rozar su dedo en su mejilla la herida desaparece.

—Ten en cuenta que el Rey oscuro tiene el poder de 10 reinos.

Asiento

—Me falta enfrentarme a los tres al mismo tiempo.

Encajo la espada en el suelo.

Será un duelo difícil.

—¿Me crees capaz de lograrlo? —me siento en el pasto y flexiono mis rodillas —mucho creen en mi pero temo fallarles.

—Cree en ti misma

Le sonrio y golpeo el otro extremo del suelo.

—Ven, cuéntame más de este mundo.

Siempre hay una duda nueva en cada entrenamiento.

Valkian rechaza mi invitación, como siempre permanece de pie. Deja su espada con la mía y en esa pose recta coloca sus manos detrás de su espalda.

—¿Cómo eran los otros reinos?

—No hubo mucha convivencia. Cada uno se encargaba de su propio reino pero antes de la guerra, siempre después de la luna llena había una reunión con todos los líderes. Tuve la oportunidad de interactuar con ellos —hace una corta pausa— Es inevitable para los vampiros no tener una rivalidad con los lobos pero así como ellos existían otros seres que no eran amenaza. Brujas controlaban la magia, su líder Merisy. Las driades, protectoras del bosque, su reina Delia. A kilómetros existía el reino de Dul y Elías, ambos compartían un parentesco.

—¿Qué seres eran?

—Líderes de cada Elfo y de los duendes.

—¿Existen? —borro mi sorpresa— perdona ¿quienes eran los otros líderes?

Parece recordar ante su silencio.

—La reina Draga, dragones. El rey Shaw, controlaba las sombras. Reina Odelia, líder de las ondinas, seres parecidos a las sirenas —comienza a caminar a mi alrededor— Rey Grale, de los grifos. Reina Harper, su reino las arpías, seres con alas. Ya haz escuchado de Caliel, rey de los ángeles, él más arrogante —se detiene y me observa— Cada ser de cada reino se clásicaba en los que usaban y tenían el privilegios de tener alas, otros eran pequeños, sobre el suelo o bajo el agua, pero todos teníamos algo en común —deja sus colmillos crecer— el mal al estar en un mundo de oscuridad.

Entre abro mis labios

—Ninguno era... ¿bueno?

—Ninguno, todos teníamos una función en este mundo y cuando comenzó la guerra para sobrevivir hicimos lo posible para seguir existiendo. Hubo ataques entre reinos, el Rey Oscuro nos llevó a pelear entre nosotros.

—¿Tú derrotaste algún reino?

—Dos de hecho —responde sin dudar— acabé con las sombras, el plan de su Rey era consumir a cada vampiro a la agonía. Fue un enfrentamiento difícil —hace una corta pausa— El reino de Draga, varias cabeza de dragones se perdieron en esa lucha. El resto fue entre ellos.

—¿Cómo es que sobrevivieron tanto tiempo? —me levanto— Comprendo los enfrentamientos pero ¿por qué a los vampiros, a los demonios, lobos, sirenas y hadas, el rey oscuro los dejó sobrevivir? —lo veo fijamente— Valkian.

—Somos capaces de todo Annett por nuestro reino.

—Eso lo haz dejado bastante claro —hago una corta pausa— ¿Qué le ofrecieron? Un trato ¿no es así?

Lo compruebo al notar su sonrisa maliciosa y un destello rojizo en sus ojos.

—Le ofrecí sangre de todos los vampiros de mi reino sin excepciones. Incluso la mía y la del linaje Lekan —se cruza de brazos— pero el Rey oscuro cada vez quería más y más al punto de anhelar la de Emely, por eso la oculté de él.

—Supongo que Bel le ofreció almas.

—La suya propia, aunque te parezca extraño cada demonio tiene una y Azbel esta condenado a dársela en el momento que deje de existir.

—Eso le daría más poder al Rey oscuro —me cruzo de brazos y resoplo— ¿Y Jared?

—No conozco exactamente su trato, pero llegué a escuchar rumores en mi reino que los lobos ofrecieron sus propias creaciónes.

—No es cierto —hago una mueca de horror y desvío la vista— era todo lo que quería saber.

Avanzo dejando solo a Valkian.

Cuando entro me dirijo las escaleras, podría reclamarle a Jared sin embargo he sido muy astuta todo este tiempo para evadirlo y no querer hablar sobre ese beso entre nosotros.

—Annebett

A tres pasos de terminar de subir las escaleras veo a un demium frente a mi.

—Bel

—Tú entrenamiento

Ruedo los ojos y lo sigo.

El entrenamiento con él es el que más me ha costado.

A regañadientes entro a su habitación y cierro la puerta de un portazo. Avanzo hasta llegar al centro y me siento frente a él. Bel queda en el centro de mi y de la ventana.

—Dijiste que mis alas aparecerán cuando más las necesite —él extiende sus manos en mi dirección— Y por más que me esfuerzo, eso no a ocurrido.

—No las haz necesitado de verdad —bufo y llevo mis manos al centro sin ninguno tocarse —al tenerlas tendrás que controlarlas. La primera vez es difícil.

Asiento, mi vista se fija en la luna. Desde la ventana brilla reluciente.

—Se acerca la luna de sangre —emito con miedo— ¿por qué no solo desaparece?

—Es parte de este mundo —regreso la vista en Bel quien a cerrado los ojos— Ella te eligió a ti, aunque provengas de Betzalel y Luzziel. Será testigo de tu entrenamiento con el rey oscuro.

—¿De noche? ¿En serio?

—Cuando se acerque la fecha, la oscuridad cubrirá a este mundo. La luna nunca se irá.

Lo veo confusa

—¿No habrá día? Luz, claridad, el sol —guardo silencio al verlo negar.

—La luna es importante para todo ser de este mundo. Cuando es luna de sangre les autoriza a los vampiros alimentarse, a los lobos transformarse —curva una maliciosa sonrisa— a los demimun torturar mortales a base de sueños.

—Es lo que tú haces

No me responde, suspiro y observo sus manos. Comienza a salir de sus dedos ese humo negro.

—Aquí vamos —me digo a mi misma y uno mis manos con las suyas. En realidad no sucede nada hasta los cinco segundos, sus manos comienzan a adquirir un color negro que las cubre hasta sus codos. Ya no me asusta como la primera vez.

—No te escucho

Ruedo los ojos y tomo una profunda respiración.

—Yo Annebett, reina de este mundo concedo mi... vida por cada ser de cada uno de todos los reinos —paso saliva. Se lo que viene— La oscuridad que habita en mi... —hago una mueca al sentir el dolor en mi espalda— no me vencerá. Por mis alas... —es inevitable dejar salir un quejido de dolor. Me arden las marcas, el dolor se intensifica como si rasgaran mi espalda desde adentro— por mis alas —cierro los ojos dejando deslizar las primeras lagrimas— Bel, no puedo.

Grito de dolor sin embargo no siento un peso extra en mi. Intento soltarme de él más se aferra a mis manos.

—¡Bel por favor! —abro los ojos y veo mis manos, el mismo humo las cubre—algo está mal Bel, no sé que me pasa —se tornan negras y avanza hasta llegar a mis codos —¡Azbel!

De pronto cierro los ojos siendo atrapada y rodeada de oscuridad.

—¡Annebett! ¡Annebett abre los ojos!

Me mueven bruscamente y despierto. Azbel a perdido la conexión de mis alas. Me a soltado de las manos y se encuentra muy cerca de mi.

—No se volverá a intentar. No funciona esto contigo.

Con mis manos toco mi espalda.

—Te concedo mi alma Azbel —pronuncio y sonrio maliciosa— Azbel, Azbel, Azbel —emito más alto— Azbel.

—No eres tú —me cubre la boca— No te la llevarás  —hay seriedad en su mirada. Enseguida aleja su mano.

—Su muerte salvará a los demium Azbel.

Él niega varias veces

Vuelvo a ser yo cuando siento una extraña energía liberar mi cuerpo. Sin embargo lo más extraño que me deja sorprendida es sentir su boca sobre la mía, más no en un beso soñado.

Algo Bel succiona de mi boca por pocos segundos y se aleja.

—¿Qué... que fue eso?

Se levanta con torpeza

—Se invocó sola, se interpuso entre la ceremonia de tus alas. Lo siento Annebett no puedo más ayudarte cuando hay más demium involucrados.

—¿De qué hablas Bel? —me pongo de pie. Ni siquiera recuerdo que pasó.

—Aradia, ella es un demium que puede poseer tu cuerpo y entró desde el infierno en ti.

Lo veo asustada

—¿Ella... sigue dentro de mi? —me reviso.

—No más, la tengo yo. Robé su alma.

Doy un paso atrás

—Estuviste a punto por ella de concederme la tuya —agrega.

—¿Lo evitaste? —asiente— ¿por qué? ¿No es lo quieres de mi?

—Obtenerla por ti misma sin que seas controlada de otra forma eso acabaría conmigo. El infierno y los míos están en mi contra.

—Por culpa del Rey Oscuro

Bel asiente y me da la espalda. Se acerca a la ventana.

—Fuera de aquí

—Bel

—Annebett

Pego un brinco cuando la puerta se abre y se cierra sola.

>Demasiado susto para mi débil corazón<

Sin emitir palabra, salgo rápido de su habitación y puedo soltar un suspiro de alivio al estar fuera.

—Tranquila Ann —me dirijo a la mía. Es raro que ni Valkian o Jared hayan intervenido o tal vez no escucharon nada de lo ocurrido dentro de la habitación de Bel.

Cuando llego a la mía, entro y cierro la puerta. Recargo mi cabeza y coloco el seguro.

—Estoy a salvo

—Conmigo, por supuesto

Pego un grito al escuchar su voz. Me doy la vuelta y al verlo, molesta me acerco a él.

—¿Qué estás haciendo en mi habitación Jared?

—Me evitas allá afuera, encerrados en un mismo lugar, no creo que puedas más lograrlo.

Suspiro

—Quiero estar sola

—Dejas que Valkian y Azbel te se acerquen, te ayuden y a mi me rechazas ¿por qué?

—Jared no es momento...

—Si lo es —se acerca a mi— por nuestro beso ¿verdad? Por eso estas así.

Mis pies se congelan en mi lugar al hacerme más difícil alejarme de él en cuanto la distancia se reduce.

—No, yo... yo no sé —paso saliva y no me gusta sentirme vulnerable e inmóvil.

—Te gustó el beso —emite con arrogancia, sonríe dejando expuestos sus colmillos y su mano la coloca en mi nuca —Ya somos dos Ann.

—Jared no puedo... —guardo silencio cuando su otra mano toca mi dije de luna.

—¿No puedes o no quieres aceptarlo? Hace días yo no me refería a tu nuevo poder.

Lamo mis labios. Sin dejar de verlo a los ojos, lo agarro de la camisa y lo jalo hasta besarlo. Sus labios se mueven con sincronizacion con los míos, un ritmo cada vez rápido, tan ansioso, tan necesitado.

Por poco tiempo, corto el beso y lo hago retroceder hasta empujarlo a la cama. Y acto seguido me subo arriba de él.

—Ann, no me esperaba esa reacción —coloca sus manos en mi cintura. Le sonrio y le permito subir mi blusa lentamente hasta quitarla —Por la diosa luna —su mirada me recorre con deseo en cuanto lanzo mi blusa al suelo y quedo expuesto con mi sujetador.

Me agarra de la cintura y vuelve a besarme. Cierro los ojos mientras uso mis manos para desabotonar su camisa. Muevo un poco mis caderas, jadeo y me acomodo en una mejor posición cuando lo obligo a acostarse por completo. Arriba de él continuo besándolo hasta abrir mis ojos y verlo.

—¿Ann? —me ve confundido— ¿eres tu? —coloca su mano en mi mejilla derecha — tus ojos son iguales a los míos. Parece que fueras a... —lo interrumpo al volver a besarlo.

No obstante, Jared me aleja bruscamente.

—¿Escuchaste eso?

Niego y vuelvo a besarlo. Mis colmillos rozan con los suyos. Jared tan fácil cae. Entre el beso lo escucho pronunciar:

Mara

—¡Nos están atacando!

Dejo de besarlo enseguida ignorando el grito de interrupción, veo a Jared bajo de mi con la camisa abierta.

—No sé que hice —me alejo rápido de él hasta quedar de pie. Yo no reaccionaria así. Algo, alguien, ella me hizo cambiar...

—Tenemos invasores —Bel me lanza mi blusa a la cara— Valkian ya está peleando. Bajen ambos.

Dicho esto se marcha de la habitación dejando la puerta abierta.

Veo a Jared sentado en la cama mientras se abrocha la blusa.

—Después seguimos con esto

—Jared yo no fui...

Me calla con un beso y termina por salir de la habitación. Suspiro y me coloco mi blusa.

Confusa salgo de la habitación y al llegar a las escaleras no creo lo que veo.

Hay cosas raras y horribles volando por los aires. De gran tamaño, alas negras más grandes que las de Azbel. Tienen largos cuernos, largos colmillos, garras filosas en cada uno de sus dedos y una larga cola.

Con pasos lentos bajo cada escalón.

—¡Ann vuelve a subir!

Grito cuando una de esas cosas viene en mi dirección. Me agacho y frente a mi por uno de ellos es derribada al cortarle la cabeza.

—¡¿Qué era eso Valkian?! —con su ayuda me levanto.

—Gárgolas, enviadas del infierno.

Sin permiso me agarra de la cintura y con una velocidad que me cuesta asimilar aparecemos en la esquina de la sala.

Valkian con agilidad mueve su espada y derriba a otra cuando nos quiere atacar.

Y en instantes se aleja de mi y las enfrenta. Los tres eliminando a cada una.

—Annebett —Bel llega hasta mi y me entrega una espada— Usa tu poder si quieres...

—¡Bel no! —grito cuando lo atacan y se lo llevan entre dos.

Entonces levanto mi espada un poco temblorosa. Y una de esas cosas vuela en mi dirección y torpemente me quita la espada con sus garras. Lejos de mi alcance.

Retrocedo lentamente, eso aterriza en el suelo y parece analizarme con sus ojos.

Al instante cubro mis oídos cuando sale un horrible ruido de su boca y avanza un paso. Deprisa me volteo y corro hasta caer y sentir que soy levantada por esa cosa de los pies quedando de cabeza cada vez más retirada del suelo.

—¡No! —asustada de caer desde la altura aferro mis manos a mi collar —mis alas, necesito mis alas por favor —suplico sin embargo no se hacen presentes. A los lejos escucho el grito de Jared mientras lo veo derribar a otras con su espada. Dejo de ver a cada uno cuando enfoco la vista en la salida de la Mansión, esa cosa me lanzará a la barrera —¡suéltame!

Cierro los ojos con fuerza esperando el impacto mientras deseo con todo mi ser que todas mueran.

Mi collar arde en mis manos y de pronto soy liberada. Abro los ojos al caer al suelo más no logro golpearme cuando soy atrapada por Valkian.

—Lo hiciste

Trato de normalizar mi respiración mientras sigo entre sus brazos. Desvío la vista y una a una de esas bestias desparecen cuando las cubre un humo oscuro.

Lentamente Valkian me baja hasta mantenerme de pie.

—Querían matarme

—Venían por nosotros —veo al vampiro a mi lado. Tiene un profundo corte en su brazo que no cicatriza más a él no parece causarle dolor cuando lo revisa con indiferencia— intentaban destruirnos para evitar darte nuestra fuerza.

—Querían alejarte de nosotros Ann para evitar que las destruyeras —un Jared cansado se acerca. Hay sangre negra en su rostro —no dudo que fue plan del Rey Oscuro.

—Esto va contra las reglas ¿no?

—Nunca las sigue, es capaz de todo por destruirte —Bel llega hasta nosotros. Tiene su camisa rasgada y su cabello hecho un desorden. Igual que todos, con sangre oscura— Conoce lo fuerte que eres y no va a detenerse hasta derrotarte.

—Hay que estar prevenidos —Valkian avanza hasta el centro— Nos volverán a atacar, pero contamos contigo Annett Weil.

Observo a cada uno recordando mi elección en dos días.

Los tres pelearon por mi y solo a uno de ellos voy a tener que elegir.

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