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26. Bienvenidas no tan agradables

No creo en las vueltas de la vida.
No creo en el destino y mucho menos en la oración "El tiempo cura todo"

Es irónico como la vida puede elegir cuando y como tratarte de cierta manera, uno esperaría que, con ser una buena persona, no meterse en la vida de los demás, no tener adicciones de algún tipo y no maldecir a nadie, serían suficientes para que la vida te reciba y te trate bien.

Pero...uno jamás creería que el destino sea tan jodido para jugar contigo y ver hasta donde puedes soportarlo.

Lamentablemente, este es un juego para el que no estaba preparada.

Quién diría que mi vida terminaría de una manera tan mierda...

¿Por qué yo?

Nunca juegues con el destino, jamás intervengas en el tratando de cambiarlo, porque perderás y de la peor manera.

Por favor, vive feliz...


TATIANA

1 de julio de 2017, el sol brilla fuertemente, pero sin darme el suficiente calor del verano, las hojas de los árboles están completamente verdes. No fue hace unos meses que todo estaba cubierto de un blanco tan frío. Siempre me ha gustado decir que lo cálido predomina bien.

No hace mucho, no me tomaba el suficiente tiempo para disfrutar de los regalos de la naturaleza. El tiempo pasa volando y creo que con el paso del tiempo vamos aprendiendo a disfrutar cada cosa de este mundo.

Segundo año de universidad... no hace un par de meses me encontraba torturándome por los exámenes finales, habían mencionado que los exámenes aquí eran una tortura y corrección descubrí que son un infierno. La última semana de universidad, las chicas no durmieron y hasta me sorprende que mi quería Majó de haya esforzado tanto.

Creo que uno sin esperarlo empieza a madurar y eso es triste.

Pero déjenme darles una retroalimentación de lo que ha pasado estos últimos meses así nos podemos al corriente.

Bueno empezando desde la última vez donde nos quedamos, después de un par de días regrese a la Universidad y sorpresivamente me fue mejor que el semestre pasado, las chicas y yo seguimos igual de unidad de hecho hasta más creo que verlas borrachas fue más que suficiente para tener una gran hermandad.

Edward tardo un par de semanas en volver a la Universidad, tuvo que irse repentinamente a su casa, según él cometió un error imperdonable, no quise preguntarle el por qué, ustedes sabrán.

La relación de ella y Majó hasta ahora pues... ella dice que aún no son novios porque él no se lo ha propuesto, pero a mi parecer y cómo han ido es más que obvio.

Mi relación con Thiago ha estado mejor de hecho, creo que se ha convertido en una de las pocas personas que puedo ser la más sincera posible y me gusta eso.

Realmente no ha pasado nada relevante en mi vida. Exceptuando que hace un par de meses he empezado a charlar con un amigo en Facebook, desconozco quien es, ni si quiera se si es hombre o mujer se dice llamar "crotalus" y si tal vez no sea buena idea, pero coincidencidimos en un grupo de lectores y el defendía mi debate con los demás lectores. Creo que no está mal de vez en cuando arriesgarse un poco, no es como si lo fuera a conocer en persona.

Mmm, creo que eso sería todo. Bueno tal vez yo sé que tienen curiosidad que ha pasado últimamente con el innombrable y yo, déjenme bajarlos de su nube y desanimarlos con la noticia que no nos hemos visto desde esa noche de Año Nuevo tan linda y próspera, ahhh, cómo olvidar la primera y última noche que me emborraché. Me desvíe del tema, cómo les decía estos últimos meses no lo he vuelto a ver y ha sido lo mejor que pudo haber ocurrido, pude darme cuenta de que solo era una persona más en mi vida y no tenía que por qué interferir en mi vida, así que con forme pasaron los meses lo he extraño mucho menos hasta el punto de no extrañarlo en absoluto y pues bueno ¿por qué no darle otra oportunidad al amor?

—Tierra llamando a Tatiana. -Sentí un golpe en mi frente.

—Aush. -Me sobe mi pobre frente. —¿Qué necesidad de usar la fuerza bruta Majó?

—Pues te estoy hablando y parece que con una pared con la que estoy.

—Bien. -Sobre salte los ojos. —¿Qué me decías?

—Pues que he conseguido quedar de nuevo en sus dormitorios.

—Siempre me he preguntado cómo rayos lo logras. -Dije dirigiendo mi vista hacia el frente jalando fuertemente las maletas.

—Tengo contactos. -Sonrío perspicaz.

—Ahora bien, repíteme de nuevo por que tengo que ayudarte a llevar una de tus maletas. -Me queje, rodando los ojos.

—Porque, cuando ya llevábamos más de media hora de camino, tu querida amiga tuviste la grandísima idea de decir que se te ha olvídalo tu violín y tuvimos que regresar. —Alzó las cejas.

—Bien, ya te dije mil veces lo siento.

Créanme que no es nada grato compartir por horas un pequeño espacio con Majó, pero era irme con ella o aguantar de nuevo las quejas de mi querida madre en el auto.

—Oye esta vez el dormitorio que nos asignaron está más lejos llevamos varios minutos caminando. -Dijo quejosa.

—Creo que ya estamos cerca. -Dije deteniéndome un momento mirando hacia el rededor. -Si de hecho después de ese edifico esta.

—Por fin. -Exhaló fuertemente.

Después de descansar un poco en nuestra gran travesía para llegar a los dormitorios fuimos interrumpidas por el celular de mi querida amiga.

—¿Quieres contestar Majó? -Dije en seco. —Lleva varios minutos sonando.

Exhaló. —Bien.
—¿Hola? -Dijo dudosa. - ¿Erick? -Se pasó la mano por su cara.—Bien ya llagare en un par de minutos.-Colgó la llamada.

—¿Qué pasó?

—Me dijo el chofer que se quedó una de mis maletas en el auto, tendré que ir por él.

—¿Más?, pues ¿qué más trajiste? —Fruncí el ceño.

—Olvide mi maletín de maquillaje no lo puedo dejar ir.

—Me sorprende que no digieras que te comprarías otra.

—Con el salario para sobrevivir que me han dado, estoy jodida. -Aguardo su celular en su bolso.

Ah, se me había olvidado mencionarles que mi mamá finalmente descubrió que rellenamos de agua las botellas de vino y mi madre después de una regañada del siglo y un castigo que duró las vacaciones también jodieron a Majó por ser la de la idea y mi mamá le dijo a su mamá lo
que hicimos y por supuesto sin mencionar que tuvimos que confesar que nos emborrachamos, a Majó la castigaron cancelándole sus tarjetas y con salario mínimo.

—Busca el dormitorio y te veo haya. -Sonrío guiñando un ojo y se empezó a alejar.

—Espera me dejarás todas tus maletas.

—Te amo. -Grito

—Majó, te juro que estás jodida. -Grite para luego quejarme sola.

Y bien aquí estaba en medio del campus a una larga distancia del dormitorio rodeada de maletas, ¿cómo rayos me las llevaré? Pues déjenme decirles que estoy jodida.

—Maldición, pues que lleva aquí. -Me queje sola mientras hacía el esfuerzo de caminar con ellas.

—Cuidadoo...

—Mierda. -Dije antes de caer al suelo con todas las maletas, gracias a un chico qué pasó con su patineta.

Haciendo esfuerzos traté de levantarme antes que todo el mundo se me quedara viendo, y volví a tratar de recoger las maletas.

—Lo siento, no te vi. -Dijo alguien a tras de mí, supuse que era el de la patineta.

Rodé los ojos. —Por qué rayos no te fij...-Me di la vuelta y a mi sorpresa el chico de la patineta me alegro al verlo.

—Creo que se nos volvió un ritual de bienvenida. -Dijo Edward sacudiendo su cabello.

Sonreí. —Pues si es así creo que tendré que ocupar rodilleras.

—Pero...-Detuvo su oración y empezó a inspeccionar mi alrededor. —Porque rayos tienes tantas maletas ¿Ya no planeas regresar a tu casa?

Exhale cruzando mis brazos, mirando las maletas en el suelo. —Agradece a tu noviecita, olvidó algo en el auto y me dejo abandona con todo esto.

—En este caso te ayudo a llevarlas. -levanto las dos maletas grandes. —¡Vaya! Si que pesan, ¿cómo rayos caminaste hasta aquí con todo esto?

Levante el estuche de mi violín colocándome y tomando mi maletín y mi maleta grande. — Te juro que no lose.

—Bien, ¿hacia dónde te dirigías?

—Amm, déjame ver. -Sosteniendo todo para que no se cayera saqué de mi mochila el mapa que me habían dado del nuevo dormitorio. —Me tocó el dormitorio Brenly.

—Aa, de hecho, acabo pasar por allí no está tan lejos casi llegamos.

*******************

Empezamos a caminar durante unos minutos, cuando por fin estábamos a unos pasos de llegar a mi nuevo dormitorio y me quedo de experiencia jamás venir con majó el primer día de universidad.

—Bien este es tu edificio. -Dijo Edward deteniéndose enfrente de la entrada.

—Te lo agradezco, sin ti es muy probable que siguiera tirada en el suelo.

—Bueno en cierto modo te ayude porque te tire al suelo. Pero viéndolo de otro modo creo que se cómo me lo puedes agradecer.

—¿Es enserio?

—Sii, necesito tu ayuda con Majó.

—Pensé que iban bien. -Fruncí el ceño.

—Y estamos sólo quiero hacer lo nuestro oficial, yo sé tal vez suene muy anticuado, pero con ella quiero hacerlo bien.

Cómo alguien que mayor parte del tiempo se la dedica diciendo estupideces puede decir algo tan lindo. El amor y sus cosas.

—Bien, y ¿cómo quieres que te ayude?

—Necesito que...

—¿Edward?

Una voz femenina interrumpió nuestra conversación, nos dimos la vuelta para ver quien era.

No tenía ni la menor idea de quién era esa chica, jamás la había visto, pero es muy bonita.

—¿Sam? -Una expresión de sorpresa formó el rostro de Edward extendiendo sus brazos para recibirla.

Ella corrió hacia él y abrazaron fuertemente, en estos momentos de incomodidad no sabía si irme o quedarme allí.

La chica al abrir sus ojos mientras lo abrazaba, sus ojos se fijaron en los míos sus ojos verdes me resultaron algo intimidantes así que tuve que hacer un movimiento rápido, en desesperación hice una sonrisa falsa.

Ellos dos terminaron por fin ese abrazo que me pareció eterno. —Pero ¿Qué haces aquí? -Dijo Edward sosteniendo sus manos.

Ella sigue sonriéndole. —Pues, era una sorpresa, este semestre me transfirieron aquí.

—¡Enserio! Ya era hora que estuvieras más cerca, te extrañe.

Un momento acaso están ¿coqueteando? Tengo acaso que recordarle a Edward que tiene novia y ¿es mi mejor amiga?

Los ojos de la chica nuevamente me miraron de nuevo. —Pero Edward dejemos de ser groseros y preséntame ¿a tú? -Se soltaron de las manos y ambos voltearon a verme y nuevamente me siento mal tercio.

—Ahh, lo olvide. -Dijo incrédulamente Edward, ¡vaya! Que gran amigo tengo. —Ella es Tatiana, una de mis mejores amigas en la universidad. -Sonrío presentándome.

Ella se acercó a mí, y déjenme decirles que sus ojos verdes y esa altura que posee me intimidaron demasiado. —Mucho gusto. -Su mano se estiró hacia mi esperando recibir la mía. —Soy Samantha y cualquier amigo de Edward es mío. -Su sonrisa fue muy dulce, a decir verdad.

Sonreí y estreché mi mano con la suya. —Tatiana, mucho gusto. - luego solté su mano.

De hecho, a observarla de reojo no parece mala de hecho se ve muy agradable con su sonrisa genuina, es muy linda también con ese cabello largo y brillante color negro azabache y su forma de vestir era bastante colorida.

—Veo que también vivirás en estos dormitorios. -Dijo mostrándome una sonrisa.

—Si, este hayo me tocó aquí. -Sonreí tímidamente.

— ¿En qué año estás y facultad? - Preguntó

—En segundo de Química. -Fruncí los labios para dar una sonrisa.

—¡Enserio! -Volteó a ver a Edward sonriendo. —Que coincidencia yo también. -Levante los brazos y me sorprendí al ver que me abrazo repentinamente. —Espero que nos llevemos muy bien querida compañera. —Por fin dejo de abrazarme.

Sonreí para no parecer grosera. —Igual.

—Espera, ¿con quién viniste para que dieras tan rápido con el edificio? -Dijo Edward interrumpiendo.

Ella volteó a verlo y rodó los ojos. —¡No es obvio bobo! Pues con quien más. -Sonrío alegremente, mirando hacia otro lado. — De hecho, allí viene mi guía turístico.

Edward y yo miramos hacia donde ella estaba viendo, pero mi visión se distorsionaba por el sol cegador.

Conforme se fue acercando esa persona y al ver de quién se trataba me congelé en ese instante.

Esos ojos azules que donde sea podría reconocer, mi corazón empezó a palpitar cada vez más rápido y mi respiración se aceleraba aún más cuando llegó hacia donde estábamos.

Él le sonrió dulcemente a ella y saludó a Edward el aún no me había visto y yo por más que lo intentara no podía quitar mis ojos de él, seguía igual de lindo desde la última vez que lo vi. Ese cabello desordenado y ese hoyuelo en su mejilla que tanto me gustaba, no había cambiado nada él estaba allí a unos centímetros de mí.

Algo dentro de mi decía que me tenía que ir, pero mi cuerpo no respondía.

Sus ojos conectaron con los míos de manera instantánea, de alguna manera podría notar que en sus ojos no había ese brillo.

Sus ojos quitaron esa conexión que tuvimos y vio a Edward.

—Así que por fin regresaste. -Dijo Edward.

—Supuse que ya era hora de regresar. -Sonrió.

—Pensé que ya no regresarías hermano.

— Tenía que regresar, tengo cosas que resolver. -Sus ojos se dirigieron hacia a mí y de alguna manera pensé que hablaba de mí no debo negar que una gota de ilusión brotó de mí.

—Hay pero que malos somos estamos ignorando por completo a Tatiana. - Se puso en medio Samantha provocando que Eros la viera.

—Eros, ella es Tatiana. -dijo sonriendo, intercalando su mirada Samantha.

—No tienes que presentarlos Sam, ellos ya se conocen. -Interrumpió Edward.

— Y ¿cómo se conocen? - Preguntó Samantha y de alguna manera no sabía que decir.

— La conozco hac...

Me interpuse antes que terminara la oración Eros. —Solo lo conozco ya que es el hermano de Edward nada más. -Pude ver la cara de desconcierto de Eros. Decidí cambiar el tema ya que estaba realmente incomoda. —Y como se conocen ustedes tres. -Pregunté.

—Bueno nos conocemos hace mucho, pero me estuve quedando en su casa porque...

—No necesita saber esas cosas Samantha. -La voz fría de Eros interrumpió.

—Claro que si ella es mi amiga. -Rodó sus ojos. —A parte tienes que ser la primera en saber qué Eros y yo estamos comprometidos por eso vine a estudiar aquí para estar más cerca de él.

—¡Qué! —Dijo sorprendido Edward.

La sonrisa forzada que llevaba todo ese rato en ese mismo instante se desvaneció, me quede helada y mis ojos vieron los de él. De alguna manera esperaba que el interviniera diciendo que estaba equivocada ella, pero solo se mantuvo viéndome sin moverse de allí.

Sinceramente no sabía cómo sentirme en este momento, mi corazón se encogió, de alguna manera quería decirle a él que era un idiota que nada más utilizo mis sentimientos, pero las palabras que salieron de mi fueron. —Felicidades. -Forcé mi sonrisa.

—Espera, como que ustedes dos se van a casar. -Edward se acercó a Eros frunciendo el ceño. —Es enserio ¿qué ni si quiera forme parte de eso?

Esta situación parecía que se iba a tornar larga y yo solo estorbaba allí. —Me voy. -Dije interrumpiendo. —Gracias por la ayuda Edward te veo luego.

—Espero que nos veamos pronto amiga. -Sonrío Samantha.

—Igual. -Me di la vuelta tomando las maletas como pude y me alejé de ese lugar lo más pronto posible.

***************

Cerré la puerta tan rápido como pude cuando por fin encontré mi dormitorio, por fin pude recuperar el aliento, en qué demonios estaba metida allí.

Me tiré a la cama sola rendida, estaba completamente sola en la habitación así que no importaba la actitud que tenía en este momento.

—Soy tan idiotaaaaa. - Dije casi llorando, sumergiéndome en mi miseria.

—Si, no te equivocas. - Estaba tan acabada que empecé a escuchar la voz de Majó. Un momento su voz era tan clara.

Levante mi cabeza y en efecto era ella recostada sobre la puerta cruzada de brazos. —Tan solo te deje 15 minutos y ya estás sufriendo.

Me senté sobre la cama estirando mis brazos haciendo pucheros. —Majó.

Exhaló y camino hacia mi abrazándome. — ¿En qué te metiste ahora Tati?

Me sentía segura con ella aquí así que no dude en contarle. —Eros se va a casar. -Desconcertada.

Ella se separó de mí y me sostuvo los hombros fuertemente. —Que, Que, Mierda, ¿Enserio?

Asentí. —Lo supe hace unos minutos y conocí a su prometida.

—Voy a matar a Edward por no decirme. -Frunció el ceño.

—Déjalo, él tampoco tenía la menor idea de eso. —Me tire a la cama de nuevo mirando al techo.

—¿Segura?

—Si, se enteró al mismo tiempo que yo.

Se tiro a la cama junto a mí. —Hay mierda. -Exhaló. —Este será un interesante año. -Empezó a reírse.

Me giré para verla y fruncí el ceño al ver cómo me apoya mi mejor amiga. —Que gran apoyó "mejor amiga". -Rodé los ojos.

— Míralo de otra manera, no será un semestre aburrido. A parte no habías mencionado ¿qué ya te habías olvidado de él?

Gire mi cabeza para ver de nuevo a la pared. — Hoy al verlo después de tanto tiempo me di cuenta de que fue como si no hubieran pasado tantos meses entre nosotros.

—¿Pero por fin descubriste que sientes realmente por él?

Me frote el rostro llenándome de más confusión. —No lose, realmente no lose. —Empecé a quejarme.

— Ni si quiera llevamos un día aquí y ustedes parecen que ya les paso el semestre encima.

Una voz femenina nos interrumpió haciendo que levantáramos la cabeza para ver quien es.

Y allí estaba Susan cruzada de hombros en la puerta. —Hola. - Dijo la pequeña Rebecca saliendo por la puerta.

Solo nos miramos entre nosotras y nos sonreímos. A qué ellas llegarán me alegro mucho y me sacaron de mi profundo sufrimiento. Nos pusimos al corriente y nuevamente elegimos las camas, favorablemente mi sufrimiento ayudó a que me dieran por fin la cama sola, solo faltaba una cama que era la de arriba que quedaba abajo de Majó, tal vez Issa se enoje un poco, pero eso le pasaba por desaparecer.

— Creen que Issa sea de nuevo nuestra compañera? -Preguntó una nerviosa Rebecca.

—Ya deja de preocuparte Rebecca. - Se quejo Susan.

—Es que ella siempre odiaba mi música.

—Porque la pones demasiado fuerte. -Confesé.

—Oigan ¿escuchan eso? -Se levantó Majó del suelo y miró hacia la puerta.

—¿Qué cosa? - preguntó Susan.

—Es que creo que viene alguien.

—Bien, mejor nos levantamos del suelo si no queremos que nos encuentren así. -Dije quejándome.

—Tarde, ya las vi y por lo visto siguen igual de desordenadas. -Dijo Issa apareciendo tras esa puerta.

—Issa. -Dije sonriendo, levantándome del suelo.

—Hola chicas cómo están. -Sonrío. — Llevaba mucho tiempo de no verlas chicas.

—¿Como estás? -Dije dándole un abrazo.

—Bien de hecho. -Me dio una sonrisa genuina fue grato verla después de tantos meses, había olvidado el hecho que tiene una linda sonrisa y sin mencionar que se ve un más hermosa con ese nuevo corte de cabello le queda bastante bien el cabello corto.

—¿Y tus maletas? -Preguntó Rebecca.

—De hecho, no me quedaré en los dormitorios este año.

—¡Qué! -Dijimos al unísono

Me acerque a ella confundida. —¿Por qué no te quedarás?

—Tengo que hacer mi internado este año, así que me decidí hacerlo en un hospital que está a menos de dos horas de aquí y a una hora de mi casa así que no necesitaré quedarme en los dormitorios ya que tendré mi casa cerca. -Por su mirada puedo notar que está muy emocionada las de lo normal.

—Huuu, por esa sonrisa puedo notar que no solo te irás porque vives cerca de allí conociste a alguien no. —Levanto varias veces las cejas y se mordió su labio Susan.

Issa no dijo nada solo se pasó su cabello tras su oreja con una sonrisa tímida y con eso contestó la pregunta, y la verdad me lo tome por sorpresa ella es tan seria con ese tema, pero de verdad por su sonrisa puedo ver que ese chico la tiene loca.

—Te voy a extrañar. -Dije haciendo puchero. —Pero me tienes que pasar los detalles de quién es. -Reí

—Claro que siiii, te lo digo después. -Dijo murmurando.

—Entonces querida enamorada a ¿qué se debe tu visita entonces? -Preguntó Majó acercándose hacia nosotras.

—Aa, -Movió su cabeza. —Es cierto, casi lo olvidó, debido a que ha de último me decidí que no estaría en los dormitorios y ya todos están asignados alguien que conozco se inscribió de último y quedó sin habitación es por eso por lo que arregle que se quedara con ustedes. -Sonrió. — ¿No les molesta verdad?

Nos miramos todas para asegurarnos de que estábamos de acuerdo. —Si porque no, no vendría mal una nueva compañera y si fue escogida por ti no debe ser mala opción. -Dijo Majó con voz tenue.

—Bien, entonces la traeré ya debe de estar aquí. -Dijo saliendo de la habitación.

La verdad no tenía ni una objeción de que alguien nuevo llegara a quedarse aquí, creo que vendría bien buena vibra.

Issa apareció por la puerta con un par de maletas. — Les presento a su nueva compañera. -Dijo sonriendo, haciéndose a un lado de la puerta.

Todas vimos hacia la puerta para ver quien era tranquilamente.

—Qué carajos...-Murmuré al ver a esa chica entrar por la puerta y tragué fuertemente.

—Hola, Soy Samantha su nueva compañera. -Dijo sonriendo.

Quede con la boca abierta, no podía creer que compartiría habitación justamente con ¡ella!!

—Es bonita. -Dijo Majó murmurando en mi oído.

—Es ella. -Dije en voz baja sin quitar la mirada de Samantha.

—No me digas, que es la prometida. -
Asentí lentamente.

—Mierda...-Dijo tras de mí.

Samantha saludó a todas y luego volteó a verme y quedó sorprendida. —Ohh, tú. -Dijo señalándome.

No dije nada no tenía palabras para procesar todo esto que está ocurriendo.

Ella se acercó a mi rápidamente. — Estoy tan feliz que justamente te tengo de compañera, espero que nos llevemos bien. -Sonriendo alegremente dándome un abrazo. -No me moví, no dije nada, ni si quiera la abrase.

¿Cómo puedo reacción al saber que justamente, la prometida de Eros vivirá conmigo?

— Al parecer ya conoces a Tatiana. -Dijo Issa.

La alegre Samantha dejó por fin de abrazarme. —¡Si! Tus hermanos hace un rato me la presentaron.

—¿Mis hermanos? -Issa volteo a verme confundida.

—Así es, y me alegra que mi primera amiga que hice aquí sea ella.

Yo solo me quede viendo a Issa estaba tan confundida como yo.

— Este... tengo que hacer algunas cosas aún. -Dejó de verme para ver a las demás. —Dejaré que se conozcan mejor. —Regreso a verme y señaló su teléfono dando a entender que hablaría luego conmigo y solo asentí con la cabeza.

—Está bien, adiós. -Dijo Rebecca, las demás solo se despidieron con su mano.

Issa tomo el picaporte de la puerta para abrirla. —Ahh, y se me olvida. -Dijo mirando a Rebecca. —No creas que te libraste de mí, gordis, vendré seguido y espero no escuchar tu música. -Frunció sus labios y luego salió por esa puerta. Dejando a la pobre Rebecca sin palabras boquiabierta.

Un teléfono empezó sonar haciendo que por fin salga de mi trance.

—Ohh, disculpen es mi teléfono. -Dijo Samantha sacando su celular de la bolsa. —Debe ser mi papá preocupado, iré atender la llama en el baño. -Frunciendo una leve sonrisa de ella dejando la habitación.

Caí sentada al suelo sin ninguna expresión en el rostro.

Majó me siguió, coloco su cabeza en mi hombro. — Y... ¿Qué harás ahora? - Preguntó en voz baja.

— No lose, mudarme a África y criar elefantes. -dije acostando mi cabeza junto a la de ella.

—Bien, vámonos juntas yo te ayudaré criarlas.

—Majó. -Dije desilusionada.

—¿Sí?

—Tendré que decirle lo que sucedió con Eros.

Ella levantó su cabeza de golpe dándome un fuerte golpe. —¡No puedes! -Dijo frunciendo el ceño.

—Au, me dolió. -adujé quejosa sobando mi cabeza.

—No seas tonta Tatiana.

—No quiero sentirme incómoda Majó, no creo correcto que tenga que convivir con ella sin decirle nada.

—Y que le planeas decir. -Se cruzo de brazos. —Ohh, Samantha me besé a tu prometido muchísimas veces, me obsequió un brazalete y que más aah, tuve sueños donde el me coge. -Levantó su ceja.

—Bueno se lo tomas así...

—Mira. -Se acerco a mí y me miró fijamente. —No seas tonta, no le digas nada si no quieres que se haga un gran problema. ¿Ok? —Asentí con la cabeza, decepcionada.

****************

Casi eran las dos de la mañana y no podía dormir todas se encontraban dormidas. No podía evitar voltear a ver a Samantha mientras duerme, me siento incómoda, y rara.

Y la única persona con la que puedo contar ahora y me puede comprender realmente es crotalus.

Tal vez sea muy tarde para estar chateando a estas horas de la noche, pero necesitaba contarle todo a él o ella, necesito más opiniones y bueno ella siempre sabe que decir en el momento correcto.

Crotalus: Entonces, ¿el no dijo absolutamente nada?

Yo: No y ahora ella vivirá en la misma habitación que yo): ¿Qué hago ahora?

Crotalus: Tú vida parece de película jaja, pues siento que deberías de decirle a ella.

Yo: Yo también lo creo, pero Majó, cree que empeoraré las cosas.

Crotalus: Pero ponte en el lugar de ella, a ti te gustaría no saber ¿qué tú compañera de cuarto tuvo algo con tu prometido?

Yo: ¿Estoy jodida verdad?):

Crotalus: Un poquito );
Crotalus: Mira no estes triste, tengo la solución correcta que te ayudará a salir de esa tristeza.

Yo: ¿Y cuál es? :'

Crotalus: Te prepare una sorpresa por tu primer segundo año de universidad (:

Yo: ¿Cómo?

Crotalus: ¿Te acuerdas aquella vez que me preguntaste sobre qué significaba mi foto de perfil de la serpiente de Cascabel?

Yo: ¿Sí?, pero ni si quiera me dijiste):

Crotalus: Bien, te lo diré ahora (: es el emblema de mi familia, para nosotros sin sagradas, ya que significan fortaleza y soberanía.

Yo: :0
Yo: tiene mucho sentido, creo que tú emblema encaja contigo(;

Crotalus: Me alegro de que te guste, porque tengo un regalo especial que tiene que ver con ellas.

Yo: no es una serpiente o sí? );

Crotalus: Sal de tu habitación y ve hacia la entrada de tu edificio.

Yo: ¡¡¡Qué!!! ¿A esta hora?

Crotalus: ve, tú hazme caso (:

Yo: Esta bien...

Me baje con cuidado de mi cama, procurando no despegar a nadie, y tal vez no debería hacerle caso a un extraño que conocí en internet, pero le tengo mucha confianza de verdad.

Después de tener cuidado de no despertar a absolutamente a nadie en el edifico y de no ser atrapada, vi que la puerta no tenía seguro y era muy extraño ya que siempre la aseguraban. Así que con el mayor cuidado abrí la puerta para salir hacia afuera.

Yo: ya estoy afuera, ¿cuál es tu sorpresa?

Crotalus: sobre el suelo hay una caja negra.

Mire hacia todos lados buscando esa caja, cuando di el primer paso golpe algo en el suelo, al ver era la cajita negra que él me estaba hablando, era muy peculiar esa caja tenía la serpiente de cascabel en dorado de la que tanto me había estado hablado.

Yo: ya la tengo...

Crotalus: ábrela (:

Abrí la pequeña caja y en ella había un dije de plata de un cascabel, era demasiado hermosa.

Mientras la observaba mi teléfono vibró, así que lo saqué para ver quien era y era una notificación de Crotalus.

Crotalus: Una vez mencionaste que tenías un brazalete con solo un dije así que... Quería ser la segunda persona en regalarte uno, espero que lo coloques porque significaría mucho para mi):

Mire mi brazalete, realmente no sé porque no me lo había quitado si Eros me la obsequió no debería tener nada de él.

Yo: gracias me encanto <3

Apague mi celular aguardándolo en mi bolsillo. Después de eso coloqué el dije que me obsequió Crotalus, creo que así se ve mejor el brazalete y no me darán ganas de tirarlo.

De repente escuché unos ruidos y recordé el hecho que estoy afuera en medio de la noche.

Mire hacia todos lados buscando algo i alguien que haya hecho esos guiños, pero fue en vano estaba muy obscuro.

Así que sin pensarlo cerré la cajita y empecé y decidí a caminar por las puertas cuando...

—Te encontré. -Una voz masculina sonó atrás de mi provocando que me detuviera.

Me di la vuelta para ver quien era, y al ver quien era, mi corazón empezó a palpitar demasiado rápido y podía sentir como mi oxígeno empezaba a faltar, no sabía qué hacer o qué decir, al ver esos ojos mi de alguna manera mi corazón empezó a doler.

De alguna manera dentro de mi surgió la suficiente valentía para decir la primera palabra.

—Eros.


~d'ora in poi sei diventato il peggior vizio che mi ucciderà.

Nota: Nuevo capítuloooo, ya era hora de una nueva actualización, pasó tanto en un solo capítulo );

Y ahora ¿qué más ocurrirá?

Haaa, así tengan mucho cuidado con esas serpientes, incluyendo a las de cascabel <3

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