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18. La flor más bella

TATIANA

Pero qué le pasa a ese cretino, creí que estábamos bien así que no puedo entender el por qué me dejo en el taxi sola, no le hice nada, me molesta su actitud tan bipolar Dios...Y para el colmo me dejo sola en la noche con un taxista digo quien sabe si ese taxista me pudo a ver hecho algo cualquier cosa puede pasar no.

Cómo sea, mientras me sigo quejando del idiota de Eros me encuentro caminando por el campus, estoy cansada la verdad eso de andar persiguiendo a alguien no es lo mío, prometo no hacerlo jamás.

Mientras me encuentro casi llegando a mi dormitorio, estoy viendo hacia el suelo observando mis pies, algo decepcionada de como acabo la noche, por accidente mi cabeza golpea con aparentemente un árbol.

Cuando levanto mi cabeza para ver con qué choque mi vista queda directa en los ojos de esa persona con la que torpemente choque.

Su sonrisa definitivamente puede alegrar mis días oscuros.

—Hasta que la princesa nos honra con su presencia. -Dice Thiago frente de mi obstruyendo mi camino.

Yo sorprendida de su presencia aquí, Tartamudeando un poco digo; —Pero...que haces aquí, a esta hora.

Él se acerca un poco a mí y yo retrocedo un poco ante su acción.

—Vaya, debería sentirme desilusionado entonces.

Yo sin saber a qué se refiere le preguntó; —¿De qué estás hablando?

—Enserio lo olvidaste, habíamos quedado que íbamos a cenar hoy así que te esperé en el restaurante una hora, y al ver que no me contestabas vine a tu edificio esperando, que alguna de tus amigas o tú aparecieran.

Carajo... por estás concentrada en el idiota de Eros olvide que saldría a cenar con Thiago, me siento pésima.

—Lo siento mucho Thiago, se me olvidó por completo tuve muchas cosas en la cabeza el día de hoy. -Digo apenada por la situación.

—Tranquila niña bonita, comprendo. -Dice sonriendo para que no me sienta mal.

—Si quieres vamos a cenar ahora.

—Pues por si no te has dado cuenta ya van a hacer más de las 10 y ningún restaurante cerca de la Universidad estará abierto a esta hora.

Me pongo mi mano sobre la cara apenada. —Lo siento me siento tan apenada, habíamos quedado en cenar juntos y yo lo olvidé por completo.

El me asusta por su acción puso su mano sobre mi cabeza, empezando acariciarme.
—Me tratas cómo un cachorro. -Digo viéndolo hacia los ojos.

—Si eres un cachorro tierno. -Dice riéndose de mí.

—¿Debería de ofenderme? - Preguntó sarcásticamente.

—Mm no lose tienes hambre?

En definitiva, no le diré que cene con Eros así que mentiré; —Si y mucha.

—Bien que bueno, porque antes de irme del restaurante al que me dejaste plantado ordene comida para llevar. -Dice mostrándome una bolsa con la comida del restaurante.

—¡Vaya¡ sí que piensas en todo.

—Lose, ven vamos a sentarnos en esas bancas.

Nos empezamos a dirigir a las bancas que están a unos pasos de nosotros y nos se sentamos de un extremo a otro. El abre la bolsa y saca dos bandejas de comida.

—Está es tuyo señorita disfrute de su cena elegante. -Me da el plato de comida y yo lo recibo.

—Que amable caballero. -Levantó la tapa que cubría la comida y veo que no es una comida simple es langosta. —Para ser una cena imprevista está bien elaborada tu cena. -Digo empezando a comer.

—Lose, hubiera sido mejor si alguien no me hubiera plantado. -Dice mientras lleva la primera boca de comida hacia su boca.

—Ya no me hagas sentirme mal. -Digo entre pucheros.

—Está bien señorita pucheros, pero de esta no se escapará.

—Mmm, ¿qué tramas? -Entrecierro los ojos.

—No te lo dire. -Dice con una sonrisa.

Han pasado 5 minutos de silencio entre él y yo, casi me acabo mi comida, estoy comiendo rápido, es extraño ya que desde que nos conocemos siempre tenemos muchos temas de conversación, pero este silencio entre nosotros no se siente agradable, es culpa mía estoy dando vibras extrañar.

Ese silencio se acaba cuando Thiago dudo habla por fin; —¿Y te la pasaste bien con él?

¡Pero qué rayos...acaso sabe el que estuve toda la tarde con Eros!

—Amm, que no...sé de qué me estás hablando. -Digo intentando evadir el tema.

—Lo supuse.

Volteó a verlo; —¿Qué?

—Si lo supuse que no me dirías la verdad y que esquivarías el tema.

Me rindo y decido decirle la verdad; —¿Cómo lo supiste? -Digo avergonzada.

—Bueno al principio no lo deduje, pero al verte bien fue muy fácil de descubrir.

—Acaso tengo en la frente me vi con Eros? -Se ríe ante mi contestación.

—No tontita, esa chamarra y esa gorra que tienes puestas son de él.

Maldición por un momento olvide que tenía la gorra y la chamarra de Eros, me quito la gorra avergonzada; —Creó que ni yo misma se ocultar algo, fui bastante obvia.

—La verdad si fuiste bastante obvia.

—Ahora me debes odiar por el hecho que me fui con él y te dejé plantado a ti.

—Mmm, debería, pero te perdono si me prometes algo.

—Depende de que quieras que te prometa.

—No te dice nada hasta que lo prometas.

—Pero cómo quieres que prometa algo si no sé qué es.

—Vamos Tatiana, me tienes miedo a mí y no a ¿Eros?

—Bueno si lo pones así, aceptó, te lo prometo aún que no sé qué estoy prometiendo.

—Bien. -Él se aguarda lo que le sobró de su comida, lo mete a la bolsa y se pone de pie da unos pasos lejos de mí, se detiene y me voltea a verme de lejos. —Mañana a las 2:30 después de clases, te veo aquí en tu residencia.

Yo sorprendida me levanto rápido; —Espera qué?, A que te refiere con mañana.

El empieza alejarse mucho más empezando a caminar y sin darme la cara grita; —Es un trato, lo prometiste.

Él se aleja hasta que pierdo mi vista de él, yo me siento nuevamente en la banca, intentando procesar lo que acaba de ocurrir, como rayos me logré familiarizar tanto con los dos mejores amigos en tan poco tiempo. Bien Tatiana esto no saldrá nada bien.

No sé si actuar ahora, no sé si debería estar desilusionada por lo qué pasó con Eros o aterrada porque saldré con Thiago mañana y es probable que Eros se dé cuenta y me odie más. Cuando mi mente casi está regresando en si acabo de acordarme, un momento que horas son, reviso la hora en mi reloj y mierda, ya van a hacer las 11 el toque de queda lo olvide me van a dejar a fuera.

Rápidamente tomó lo que sobró de mi comida y la gorra que estaban en la banca y empiezo a correr hacia las puertas de la residencia.

Cuando veo que la guardia de turno está
a punto de cerrar las puertas acelero más el pasó, cuándo cierra la puerta y llegó justo; —Esperé por favor no cierre. -digo chocando con la puerta pidiendo piedad ante la guardia.

—Las reglas son las reglas, jovencita y lo sabes. -Dice tras el otro lado de la puerta.

—Pero estaba justo a unos cuantos metros de aquí, por favor, no querrá que pase frío aquí verdad. -Digo rogándole.

—Bien entrarás, pero te pondré en la lista para reportarte después.

—Está bien, lo haré.

Ella empieza a quitar el cantado y abrir la puerta dejándome entrar; —Bien, espera aquí traeré la lista.

Me quedo parada mientras ella entra a la oficina, ella sale de allí con la lista; —Bueno, aquí está, tienes que colocar tus datos y la hora a la que ingresaste. -Me da la lista y un lápiz para empezar a llenarlo.

Empiezo a rellenar mis datos y mente no deja de procesar todo lo qué pasó hoy, me lo merezco soy una tonta, que día más raro para mí, primero pierdo mi examen más importante, después me escapo del campus para perseguir a un chico que ni me trata bien, después perder mi cita con Thiago y para colmo me ficharon; —Bien aquí tiene. -Le digo a la guardia y le doy el papel con mis datos.

—Bien, ya te puedes ir y a la próxima te quedas durmiendo afuera. -Dice mirándome sería.

—Hoo...Créame que ni loca sucederá. -Le digo empezándome alejar de allí, para irme directo hacia mi dormitorio.

Llego a mi dormitorio por fin, después de un día agotador, puedo descansar en mi amada cama, tengo que pensar cómo convenceré al profesor que me dé una oportunidad más para hacer el examen. Abro la puerta de mi lindo y acogedor dormí...Pero qué demonios.

—Hoo, Hola Tati llegaste. -Dice Rebecca, mientras baila.

Le sonrió a Rebecca, cierro la puerta tras de mí y no puedo evitar estar irritada, parece una discoteca esto, tienen música a todo el volumen, están todas aquí menos Issa, Susan pensó bien al parecer tiene audífonos para no escuchar el escándalo de aquí. Dejo mis cosas sobre mi escritorio; —¿Qué es todo esto? -Pregunto.

—Hola Tati no te había visto. -Dice majo levantándose de su escritorio.

Yo confundida digo. —Pero que está pasando aquí, por qué hay comida por todos lados y la música al tope.

—Aah, eso es que estábamos de buenas. -Ella toma mi brazo y me lleva hacia mi cama. —Ahora tú me dirás qué pasó en la tarde hoy.

Me sienta en la cama mientras la música está de fondo para que podamos hablar y lo que menos quiero es una interrogación; — A ver dime querida Tati no te lo guardes sola, porque rayos te fuiste a perseguir a ese chico. -Me golpea con su mano en mi brazo.

—Oye eso me dolió, estúpida que te pasa, pro que me golpeas. -Le digo mientras me sobo el brazo.

—Te lo mereces, por que dejarme sola, ahora cuenta adonde fuiste con Eros.

Dudo al principio de contarle, pero me rindo y decido contarle; —Bien te lo diré, pero no cuentes nada ¿Ok?

—Bien te lo prometo, pero cuenta ya.

—Está bien, para ser exactos fui a perseguir a Eros prácticamente, pero después él se dio cuenta, pero luego él se portó dulce conmigo y me llevo a un museo luego a un parque, pero me empezaron a llamar y...

—Oye Tati, pero respira al hablar no jodas, que no te estoy entendiendo nada. Haber recopilado lo que dijiste, perseguiste a Eros todo el día y al principio todo iba bien con el, pero al final del día volvió hacer el cretino de siempre.

—Exacto, tú si le entiendes. -Digo sonriéndole a Majo.

—No por nada soy tu mejor amiga querida.

—Ah no te termine de contar todo, mañana saldré con Thiago también.

—Vaya...Jamás imagine que mi amiga la centrada estaría saliendo con dos chicos q la vez, me siento tan orgullosa. -Dice Majo secando sus lágrimas falsas.

—Ya deja el drama solo es una cita de amigos.

—Mmm, pues yo he tenido varías cita de amigos y tú sabes cómo acaban. -dice con una sonrisa coqueta.

—Pero no será así, relájate. Ahora si me lo permites me iré a bañar. -Digo tomando una toalla que estaba en mi cama. Empiezo a levantarme de la cama dejando a Majo hablando sola, me dirijo hacia al baño pero hago algo antes.

—Se me olvidaba. -Digo y apago la bocina de Rebecca que estaba a todo volumen.

—Oye ¿por qué lo apagas? -Dice Rebecca quejosa.

—Gracias a Dios, alguien prudente aquí. -Dice Susan quitándose los audiófonos.

—No me lo agradezcan.-Digo riendo, las dejo en la habitación entrando al baño dejo mi toalla a un lado y me veo en el espejo, intentando entender lo que hice hoy, carajo estoy horrenda, mi delineador se corrió, me empiezo a quitar mis pulseras y dejándolas a un lado y veo mis cicatrices, cuándo me doy cuenta de algo, mis cicatrices, mierda le mostré mis cómo soy tan estúpida en enseñárselas, en qué estaba pensando, no estaba pensando bien, maldición tal vez ahora piense que soy una depresiva melancólica, bien hecho Tatiana eres asombrosa.

Después de maldecirme inalcanzables veces yo misma me duché intentando borrar mi maldito día. Después de una larga ducha me puse mi pijama y me acosté por fin en mi bella y apreciada cama intentando que no se me caiga la cara de vergüenza ante este día tan extraño, así por fin durmiendo finalmente.


Al día siguiente

—Por favor, deme una segunda oportunidad, no volverá a pasar de verdad lo siento. -Digo casi rogándole al profesor de ciencias.

—Sigo sin comprender, el por qué tendría yo que ayudarte a ti alumna.

—Amm, quizás ¿por qué soy una de las que lleva el mejor promedio?

—Podrías ser la mejor alumna, pero si no tomas de tu parte, ni yo puedo ayudarte. -Mi cara de desilusión se ve a metros ya convencida de que perdí el examen el habla nuevamente. —Bien, que te parece esto, yo te hago nuevamente el examen, pero tú a las 6, todos los días hasta el fin del semestre, vendrás al laboratorio hacer el aseó, empezando desde hoy y mañana te haría el examen. ¿Lo tomas o lo dejas? -Dice mientras me ve seriamente.

Sin dudarlo durante un segundo; —Lo tomó, gracias, profesor Rivera, estoy tan agradecida.

—Lo hago porque eres una excelente estudiante, no porque soy compresivo. -Dice viéndome a los ojos, tomo sus cosas y se marchó del laboratorio dejándome sola.

Estoy tan feliz sin duda, una cosa menos en mi lista, ya me siento como nueva.

Salgo del laboratorio tomando mi mochila y tome mi camino directo a la cafetería tengo mucha hambre, ni si quiera desayune.

*****************

Por fin estoy en la cafetería comiendo mi amada hamburguesa, en estos momentos la podía nombrar la cosa más deliciosa del mundo, me siento tan relajas mientras mastico y observo a las demás personas en la cafetería. Me toco comer sola, no veo a las chicas por ningún lado, ahora que lo recuerdo Issa ha estado muy rara últimamente, le he preguntado, pero ella siempre evita el tema.

De la nada veo que unas chicas en la cafetería se vuelven locas, yo solo las veo mientras tengo la boca llena de comida, pero por que están tan alteradas.

Cuando mis respuestas son contestadas, veo dos chicos caminando por el pasillo de la cafetería como si estuvieran en su casa, lo que no me sorprende es ver quiénes son, era obvio que iba hacer Eros y Thiago, a pesar de que ya no estoy en la secundaria todos aquí se comportan como adolescentes hormonales.

Los veo pasar y a mi sorpresa el tonto de Eros me miro a los ojos, pero se volteo como si nada, sin ninguna expresión hacia mí me vio todo frío, al contrario de Thiago que me saludó con su mano, yo amablemente lo a saludé con una sonrisa con boca cerrada. Esto definitivamente me quito el hambre, así que para evitarlos me levante de la mesa junto con mi bandeja de comida la cual deje el recogedor de bandejas y me fui del lugar, no sé porque quiero evitarlo.

Salí de la cafetería, con hambre para el colmo no me pude terminar mi amada hamburguesa por salir huyendo de allí.

Me alejé de la cafetería y empecé a caminar por el campus.

—Tatiana...-Se escuchaban unos gritos que decían mi nombre lo que hizo que me detuviera y volteara hacia tras para ver quien me buscaba.

Para mi sorpresa era Thiago casi corriendo hacia mi, pero qué pasa por que viene corriendo.

Cuando por fin llegó hacia donde estaba yo, tomo una fuerte respiración para recuperar el aire perdido de sus pulmones.

—Pero porque venías corriendo. -Digo sorprendida.

—Bueno intentó llamar tu atención, no es ¿obvio? -Dice recuperando el aliento.

—Qué directo no crees?

—No si ya estábamos comprometidos antes. -Dice con esa sonrisa que hace que me derrita.

—¿Comprometidos?

—Si, ¿acaso ya se te olvidó?

—Olvidar ¿qué? -pregunté con franqueza.

Él se me queda viendo por unos instantes cuando el baja unos centímetros para estar a mi nivel, él no me quita la mirada de encima ni yo mi mirada de él, cuando de repente siento un dolor en mi cabeza, que fue provocado por el zape que me acaba de dar Thiago, yo lo único que hago es sobarme mi cabeza.

—Oye deberías bajarle a la agresividad. -Digo quejándome.

—Mmm, no creo te lo mereces por ser olvidadiza. Ya se te olvidó que hoy teníamos una cita ¿no? - Dice entrecerrando sus ojos.

—Obviamente, no se me olvidó, pero según yo...-Digo, mientras reviso mi realojo para ver la hora. —Es a las 3 y ahora son las 2:00 PM. -Digo con afirmando.

—Pues me alegra que no se te haya olvidado, y si hoy empezaremos un poco más temprano. -Dice, tomando mi brazo y empezando a jalarme, mientras caminamos.

—Pero espera no estabas con Eros en la cafetería porque lo dejaste solo. – Empecé a seguir su paso.

—Ahh, bueno prácticamente el me dejo solo ami tuvo que irse, según el tenía una cita con alguien hoy.

Esas palabras hicieron que me detuviera, algo dentro de mí se sintió mal, acaso tiene citas con todas las chicas de la Universidad. No sé el por qué me siento así pero no me gusta.

—Hey, Tatiana ¿por qué te detienes? ¿Todo bien?

Decido mejor no pensar en él no me llevará nada bueno. —Si, todo bien, ¿adónde vamos? - Pregunté con una sonrisa falsa.

—Ya lo verás, cuando lleguemos allí, pero primero pasaremos a otro lugar, así que saldremos del campus. -Dice empezando a caminar sin dejar de sujetar mi mano.

—Está bien, guía te seguiré. -Empiezo a caminar al mismo nivel que él.

—Y por cierto Tatiana, no dejes que te sienta mal, que Eros esté con otra chica, él siempre es así, ¿ok? -Dice dándome la espalda.

—Okey, olvídalo a él y vámonos Thiago.


******************


—Donde estamos Thiago, creí que saldríamos del campus.

—Si, pero antes teníamos que venir por el equipo.

—¿Equipo?, a que te refieres?

—Lo veras al llegar. -Dice Thiago mientras casi me arrastra, por los pasillos de un edificio que está en el campus.

—Oye, no conocía este lugar, ¿qué es esto?

—Pues, en este edificio están todos los clubes de la universidad.

Fruncí el ceño en duda, le pregunté; —Aguarda ¿hay clubes en la Universidad?

—Si, que creías, piensas que somos aburridos.

—No solo que...

—Listo llegamos!

Llegamos a una habitación la puerta tenía un cartel que decía "cuarto obscuro, solo personal autorizado".

El saco una llave de su bolsillo y abrió la puerta.

—Bien, Tatiana, bienvenida a mi mundo. -Abrió la puerta delante de él.

—Oye, pero casi no se ve nada. -Digo entrando a la habitación.

—Si, siempre está así, pero. -Se aleja de mí y prende la luz del lugar. —Ahora puedes ver a tu alrededor. -Dice, mientras por fin lo puedo ver.

Después de quitar mi miraba sobre él, empiezo a observar a mi alrededor la habitación, no es muy grande el lugar, pero vaya que tienen cosas aquí, mientras observaba a mi alrededor, podía ver incluso unas probetas, varias cámaras y fotografías colgadas por todos lados.

—¿Qué es todo esto? - Digo mientras sigo observando el lugar.

—Está es mi guarida, oh mejor conocida como cuarto obscuro, aquí revelamos las fotografías que tomamos.

—Vaya, jamás había visto un lugar así. -Volteó a verlo, el solo me observa con una sonrisa de labios cerrados, mientras está cruzado de brazos.

—Eso es porque jamás habías conocido a alguien tan impresionante cómo yo.

Lo veo y le tuerzo los ojos, cruzando los brazos acercándome hacia donde está el en una mesa donde hay varias fotografías.

—Vaya sí que tienes un gran ego.

—La verdad no.

Me rio sarcásticamente. —Si como no. -Empiezo a observas las fotos que están colgadas. -Están increíbles, estas fotografías, ¿Son todas tuyas? -Pregunto y lo volteo a ver.

—Ahh... que no aquí también hay de otros chicos, pero diría que la mayoría, si son mías.

Sigo observando las fotos cuándo una de ellas me llama la atención y la empiezo a ver detenidamente. —Está foto es del campamento, ¿Verdad? - Digo, tomando la foto, mientras lo volteo a ver.

—Sii, fue cuándo estábamos viendo el amanecer juntos.

—¿Me la puedo quedar? -Le sonrió para convencerlo.

El me quita la foto de mis manos y sentí como mi respiración se aceleró, cuándo él acercó su rostro, hacia el mío, me puso tan nerviosa.

¡¡¡¡Yo me alejo de él, Dios!!!! Se me aceleró el corazón. —Este...en fin de cuentas, ¿por qué me trajiste aquí? -Digo, tratando de cambiar el tema.

El retrocede, un poco de mí. —Pues te traje aquí para que te lleves mis cosas.

—¿Espera me trajiste aquí, para que cargue tu equipo? -Digo, frunciendo el ceño.

—Si, eso dije.

Me volteo para verlo y cruzo los brazos. —Si sabes ¿qué no soy tu mula de carga verdad?

El solo se ríe, toma una mochila negra algo grande. Se acerca a mí y me ve.

—Recuerda lo prometiste. -Me da la gran mochila.

Yo la sostengo fuerte, casi se me cae. —Oye, pero pesa mucho.

—No te quejes. -Dice, mientras toma su estuché para cámara. —Ven vámonos tenemos que hacer varias cosas. -Abre la puerta, espera a que salga.

Yo lo pienso tanto y salgo de allí. Salimos del cuarto oscuro, mientras caminamos para salir del edifico, no nos dijimos nada, realmente no se hablar con él.

Cuando salimos de allí, caminamos por el campus hasta salir de él, llegamos al estacionamiento.

—Qué hacemos en el estacionamiento?, creí que nos iríamos en taxi.

Seguimos caminando un poco hasta llegar q un convertible azul muy hermoso.

—Por que irnos en taxi cuándo tengo mi auto? - Dice, abriendo la puerta del auto para mi. —Ven sube.

Yo lo pienso por dos segundos, cuando me decido a subir a él, el cierra la puerta cuándo entre y se va del otro lado para subir el, yo nerviosa solo sostengo abrazando la mochila.

—¿Adónde vamos? -Digo, preocupada.

—Pronto lo sabrás. -Me sonríe y enciende el vehículo para salir del estacionamiento.

********************

—¿A dónde me llevas?. -Pregunté preocupada de mi seguridad ya que nos alejamos mucho de la carretera.

—Tú confía en mí mujer.

Estamos en una especie de camino con muchos árboles, no tengo ni la menor idea a donde me lleva, ya llevamos un largo tiempo en el auto.

—Bien, ya estamos aquí.

Volteó a ver entre el camino lleno de árboles pero no veo nada.—Oye pero aquí no hay nada.

—Es por que el final del recorrido se hace a pie niña bonita. -Dice, mientras empieza a estacionarse en un espacio seguro.

Después de parquear su auto nos bajamos y yo tome la mochila. —Dejarás tu auto aquí sólo? - Preguntó, cerrando la puerta del auto.

—Tranquila, vengo aquí seguido y es seguro. -Él le coloca seguro al auto y empieza a caminar directo al bosque.

Yo solo me le quedo viendo mientras se aleja intentando descifrar, por qué siento que me va a matar aquí.

Mientras él ya está a punto de entrar más al bosque, se da la vuelta y me ve. —Oye, piensas venir conmigo o vas a dejar que los zorros de coman.

Yo sin dudarlo dos veces corto hacía el, no dejare que un zorro me descuartice, eso sí que no. Llegando justo a donde estaba aterrada, le preguntó. —De verdad no hay zorros aquí o ¿sí?

Él se detiene y me ve, elevando su ceja. —Si quieres averiguarlo, quédate aquí y cuida del auto. -Se ríe y se da la vuelta para empezar a caminar.

—No me asustes okey, te seguiré solo porque me preocupo por ti.

—Qué considera eres, ya te lo había ¿dicho?

—Muchas veces, a decir verdad.

Tardamos aproximadamente, una hora en llegar a este bosque y ahora tenemos que caminar todo el trayecto a no sé dónde, llevo 10 minutos caminando y ya me he tropezado infinidad de veces. —Ya vamos a llegar? - Preguntó, mientras ya no puedo dar un paso más.

Él se detiene en frente de mí y se da la vuelta para verme. —De hecho, acabamos de llegar. -Dice, señalando un invernadero, solitario a unos cuantos kilómetros de donde estamos.

—Es enserio que hicimos tanto recorrido para un invernadero solitario. -Digo, elevando la ceja.

Él se ríe y empieza a caminar. —Sii... ¿Qué acaso no te gustan las plantas?

—Si... pero no en un invernadero lejos de la civilización.

—Hay deja de quejarte. -La toma mi mano y me empieza a llevar a rastrear al invernadero. —Vamos te va a gustar.

—Pero si hay animales venenosos allí, te juro que me robó las llaves de tu auto y te dejo aquí, para que te coman los zorros.

—Ven llegamos. -El abre la puerta del Invernadero muy fácilmente, entrando primero.

Yo, al ver el invernadero desde la puerta, quedé impresionada, Dios esta tan bello aquí, está lleno de vegetación a pesar de que se puede notar que ha pasado hayos de abandono.

Simplemente, observar las rosas, las plantas colgantes, los tulipanes, cactus y demasiados tipos de plantas, son tan hermosas que no se con qué compararlo nada se iguala. Hay miles de distintas flores aquí.

Sin darme cuenta entre al lugar no me di cuenta en qué momento, Thiago está callado porque sabe que me iba a encantar.

—Impresionante no?

—Esto es fascinante, cómo es que este lugar en medio de la nada está tan preciso y cuidado.

—Pues es gracias a mí.

—¿A ti? - Lo veo extrañada.

—Si, la verdad este lugar al principio era un desastre, pero con algo se limpieza y nueva plantación, se convirtió en un lugar para soñar.

—Pues no sé cómo lo hiciste, pero este lugar está maravilloso. -Digo tratando de recorrer el lugar, observando cada detalle, el invernadero no era tan grande, ni tan pequeño, era perfecto.

—Bien dame la mochila.

Se la doy, el abre la mochila sacando dos cámaras, no se absolutamente nada de cámaras, pero por qué rayos llevaría dos cámaras una grande y otra pequeña.

—Toma esta es tuya. -El extiende su mano para darme la cámara más pequeña, yo sé el recibo.

—¿Por qué me das una cámara?

—Es obvio no? Tú me ayudarás a tomar fotos.

—Pero yo no sé nada de tomar fotos y ni si quiera sé a qué tomarle foto.

—Si quiera sabes usar una cámara ¿no?

Fruncí el ceño. —Claro que si se no soy una tonta.

—Bien, entonces solo toma fotos de lo que más te guste, es fácil capturar una imagine lo difícil es capturar la esencia de ella.

—Si tú lo dices.

—Bueno bastante dé explicaciones caminemos.

Empezamos a recorrer el lugar, el empezaba a tomar fotos, la verdad lo que hace es increíble, ha tomado varías fotos y yo ni una, a pesar de que todo es hermoso, no sé cómo capturar la esencia del lugar. Así que decido solo seguir observando el lugar lleno de flora, hasta que sienta que es adecuado tomar una foto.

*********************

—Es relajante ¿no? - Dice Thiago acercándose de a poco hacia mí.

Yo solo le sonrío y volteo a ver las
flores del lugar. —¿Por qué arreglaste este lugar?

—Hace unos años, yo estuve pasando por una situación, donde me sentía tan perturbado, así que decidí salir de ese lugar, básicamente estaba huyendo, mientras lo hacía mi auto se quedó sin gasolina, así que decidí caminar por el bosque en búsqueda de una gasolinera o alguien, pero no encontré nada solo un viejo invernadero abandonado cerca del río. Al principio solo entre a este lugar por pura curiosidad, pero al estar en este lugar me di cuenta de que es algo más que un invernadero abandonado, es como si este lugar, fuera....

—Un lugar seguro.

El me ve y me sonríe ante lo que dije. —Exacto, un lugar seguro. ¿Te has sentido así también?

—¿Cómo si el mundo me estuviera sofocando?

—Si.

—Todo el tiempo, el mundo cuándo quiere es una porquería.

Él se ríe y se coloca las manos en los bolsillos. —Al parecer nuestra dulce Tatiana ha tenido malas experiencias en la vida.

—Un poco por decirlo así, bueno bastante, pero no hablemos de mí.

—Eres mandona.

—Un poco, solo no quiero decirlo.

—Tranquila no te fuerzo ni nada, tú en este lugar eres libre.

No sé porque en este momento me sentí tan calidad al estar con él. Caminamos un poco hasta llegar a un pequeño estanque donde me detuve.

—¿Enserio hay un estanque aquí? -Digo asombrada.

—Qué creías que no iba a dejar este lugar impresiónate ¿no?

Me acerco más al estanque y me pongo en cuclillas para observarlo donde me encuentro unas pequeñas flores en el agua. —Vaya...Esto es lindo, espera ¿esas son flores de loto?

Él se acerca a donde estoy yo y se pone de cuclillas aún lado cerca de mí. —Te equivocas, estás se llaman Nenúfares, son muy parecidas a las flores de loto, pero estás representan la pureza, la inocencia y sobre todo el amor.

Nuestros ojos se conectan, lo veo durante unos segundos, pero fueron los más largos y extraños, debo decir que me sentí bien con solo verlo. Nos dejamos de ver y nos reímos nada más.

—Ya que te gusto la Nenúfar, ¿no piensas en tomarle una foto?

—¿Por qué quieres que tome fotos?

—Porque quiero ver a través de tus fotografías, quien realmente eres.

—¿Enserio? -Lo veo hacia los ojos.

El me ve detenidamente. —Y porque tengo que entregar un álbum y necesito llenar mi portafolio.

—Eres un tonto.

—Vamos, ven te ayudo a tomarla.

Él se pone de pie y se acerca hacia mí, poniéndose en cuclillas nuevamente, pero pegándose a mí, lo cual hace que me ponga algo nerviosa.

—Bien, levanta la cámara y enfoca a dónde vas a tomar la foto. -Dice, mientras coloca sus manos sobre las mías para guiarme en donde tomar la foto. Yo sin pensarlo lo volteo a ver, nuestros rostros están cerca, el me ve y sonríe. —Concéntrate Tatiana.

—Eso hago. -Decido concentrarme por completo y me enfoco en el nenúfar.

La suelta mis manos dejándome a mí el control. —Listo, toma la foto.

Clic.

Tome la foto e indecisa cerrando los ojos de doy la cámara a Thiago para que lo juzgue. —Bien dime, cómo lo hice.

—No te diré.

Abro los ojos confundida dándome la vuelta para verlo, él se levanta y hago lo mismo.—Espera porque.

—Lo sabrás pronto, tendré una exposición y allí podrás ver tu fotografía.

—Exposición, espera no vas a poner mi foto para que todo el mundo lo vea ¿verdad?

—Tú déjelo a mí.

Yo solo solo exhale, frustrada.

**************

Empezamos a caminar, hacia la salida del invernadero después de que Thiago tomara unas cuantas fotografías.

Salimos del invernadero y nuestros pasos fueron directamente hacia el lago que había.

—Gracia, por acompañarme hoy. -Dice Thiago, sonriendo.

—Creo que yo debería ser la que te agradeciera por sacarme de ese lugar.

—¿Por qué? ¿Has discutimos mucho con Eros verdad?

—¿Cómo lo sabes? Cruzo los brazos.

—Es obvio, ustedes dos son como el agua y el aceite.

—Eso parece.

—¿Puedo preguntarte algo Tatiana?

—Si claro.

—A ti te gus...

—¡Carajo ¡- Digo, frustrada y en cierta manera evitando la pregunta.

—¿Qué pasa?

—Ya son las 5 de la tarde.

—Amm, eso... ¿que tienen que ver?

—Tengo que estar en la Universidad a las 6.

—¿Por qué?

—El profesor de ciencias, tengo que limpiar el laboratorio o si no adiós examen.

—Ah okey, vámonos entonces.

—Okey.

Empezamos a caminar de nuevo en el espantoso bosque para buscar el auto y a pesar de que ya me caía como cinco veces prácticamente corrí, necesito llegar a tiempo.

*******************

Después de correr, por el bosque por fin llegamos al auto y nos vamos, es un largo camino, porque rayos queda tan lejos la Universidad.

Después de casi 50 minutos en el auto de Thiago, estamos a punto de llegar, Dios el vómito corre por mi garganta no debí decirle que le subiera la velocidad al vehículo.

—Qué está bien Tatiana, te veo pálida.

—Qué, amm, si todo bien.

—Segura porque si quieres le bajo la velocidad.-

—Si, si solo quiero llegar.

—Bien.

Después de unos cinco minutos, más de recorrido por fin llegamos a la entrada de la universidad.

—Te dejaré aquí no puedo entrar con el auto, tengo que dejarlo en el estacionamiento.

—Muchas gracias, Thiago. -Digo, mientras bajo el auto, cierro la puerta y me despido con mi mano.

Me doy la vuelta y empiezo a caminar rápido.

—Oye, Tatiana. -Grita Thiago de lejos.

Yo me detengo a volteo a verlo.

—Te consideró, como el nenúfar, hermosa pero muy fría frecuentemente. -Él se ríe mientras me ve de lejos.

Que quiso decir con que me considera como un nenúfar. Yo solo lo veo y le sonrió dándome la vuelta para empezar a irme corriendo hacia el laboratorio me quedan 5 minutos y estoy lejos de él maldición.

Maldición, estoy exhausta por que el laboratorio está tan lejos y por qué demonios no me puse zapatos cómodos, ¡¡¡me quiero morir!!!

Después de correr casi por mi vida por toda la Universidad por fin estoy a punto de llegar al laboratorio y juro por mi vida qué haré más atletismo.

Entro al departamento de ciencias rápidamente para llegar al laboratorio, justo al llegar me encuentro al profesor así que empiezo a caminar más lento.

—Profesor. -sale de mi boca, exhalado tratando de recuperar el aliento.

—Vaya, señorita se dignó a venir.

Me acerco al profesor tratando de sonreír falsamente. —Pero llegue a tiempo a tiempo profesor.

—Dos minutos tarde.

—Pero...

—Sin peros señorita, pero bueno llego y necesito que alguien limpie el laboratorio, estás son las llaves del laboratorio. —Dice, dándome las llaves. —Pero eso sí, solo existen dos tipos de llaves las que yo tengo y estas si las pierdes, estará en problemas.

—Claro que no profesor.

—Limpia bien, cierra cuando termines, ah y Tatiana nada de desconocidos en el laboratorio.

—Gracias por la oportunidad, adiós. -Me despido de él y espero a que se vaya.

Por fin entro al laboratorio y me coloco mi bata, me ato el cabello, dejo mi teléfono en un casillero y manos a la obra.

******************

Hace más de una hora que acabe hacer la limpieza del lugar, la verdad fue más rápido de lo que creí así que aproveché el tiempo que me queda, así que empecé a estudiar un poco de química tome asiento y unos libros para repasar, lo único que me hace falta es comer, me perdí la cena y no puedo salir dejando el lugar solo.

Escucho unos ruidos afuera, hago caso unido y vuelvo a mi estudio.

—Te ves tan calmada cuando estudias que lástima que no seas así siempre.

Volteó a ver rápido hacia la puerta y allí estaba Eros cerrando la puerta, espera un minuto, pero que rayos hace Eros en el laboratorio.

—¿Qué diablos haces aquí?

—Vaya, alguien no anda de buen humor hoy. -se empieza acercar hacia la mesa donde estoy.

—Eso no es lo que te pregunté.

—Pues pasé cerca de aquí y vi unas luces escondidas y solo quise ver.

—¿Entras así en cualquier lugar?

—Exacto. -Él me sonríe y queda del otro lado de la mesa, el solo me ve y yo no puedo evitar verlo.

El me observa detenidamente. —Debo admitir que te vez bien de blanco.

—Se llama bata genio.

—Si no me lo dices juro que no me doy cuenta.

—Qué charlatán. -digo entre murmullos.

—¿Qué dijiste?

—Nada, no dije nada.

—Mmm como sea.

Observó que trae una bolsa blanca sujetada. —¿Y eso? -Preguntó curiosa.

—Ah esto, pues no pude llegar a tiempo a la cafetería así que fui a comprar a fuera del campus, pero compré mucha comida así que. -Deja la bolsa de comida en la mesa.

—Así que quieres darme?

—Mmm no mejor no solo comeré yo.

—Qué egoísta, pero no puedes genio dentro del laboratorio no puedes comer. -El voltea hacia todos lados. —Pero ¿qué haces?

—Buscando a la persona que me lo va a prohibir.

—Jajaja, pero que gracioso eres, ya vete si te encuentran aquí me matarán. -Fruncí el ceño.

—Bien me iré pero come. -Me sonrío.

—Creí que no querías darme de tu comida.

—En realidad me voy a apiadar de ti. -Dijo sarcástico, empezando a sacar la comida de la bolsa.

—Qué amable eres Eros, pero no quiero comida, ni si quiera tengo hambre, estoy estudiando así que si me disculpas. -El mundo no está a mi favor hoy, se escuchó a los cuatro vientos el rugido de mi estómago pidiendo comida, trágame tierra.

—Si no tienes hambre como no, entonces tú estómago pide auxilio. -El a cerco un platillo de comida hacia mí un tenedor. —Come gruñona, tengo miedo que si no comes decidas comerme a mí.

—Comerte a ti? Ni siquiera estoy tan desesperada.

—Ya come. -Dijo, mientras el empezó a comer de su platillo de comida.

—¿Qué es? - Hice mis libros a un lado acercando mi comida.

—Esto se le llama Ossobuco. -Da un mordisco al tenedor con comida.

—¿Ossaboca? - Dije confundida, mientras el primer bocado de comida.

El solo se comenzó a reír. —¿De qué te ríes? -Fruncí el ceño.

—No puedes ni si quiera hablar Tatiana.

—Oye más respetó.

—Es Ossobuco.

—Ossobuco. -Dije repitiendo.

—Si así es. -Por unos segundos nuestras miradas encajaron perfectamente, reacciona Tatiana.

Quite rápido mi mirada de él tratando de sentirme extraña y continúe comiendo. —Y este platillo de donde es, jamás lo había escuchado.

—Es italiano y es mi platillo favorito.

—Pues hay que admitirlo tu platillo es una delicia y es cierto eres italiano.

—Si soy italiano. Me tuerce los ojos.

—Tú y Issa son hermanos verdad? ¿Ustedes nacieron en Italia?

—Si somos hermanos y si nacimos en Italia, pero mis padres vivieron aquí casi toda su vida así que por el bien de su trabajo y de nosotros nos venimos a vivir aquí cuándo tenía 11 años.

—Y que te ha parecido mi país italiano.

—Mm, pues debo decir que tu país fue una mierda conmigo al principio, pero ya estoy bien.

—No digas, eso que estoy comiendo.

—Qué? Mierda. -Se empieza a reír.

—¡Eros!

—Hay que llorona.

—¿Puedo preguntarte algo? - Dije, dejando mi tenedor en el plato dejando de comer.

—¿Por qué dices que fue tan difícil contigo cuándo llegaste aquí?

—Pase muchas cosas Tatiana, no me comprenderías.

—Inténtalo. -Lo veo y puedo notar por su expresión que se siente algo incómodo, así que decido mejor no presionarlo. —Olvídalo cuando estés listo, pero déjame decirte que no eres el único que ha pasado por cosas difíciles.

—Lose.

Fruncí el ceñó, pero extrañada, ¿cómo por qué lo sabe? — A que te refieres con que lo sabes?

El cambia su expresión y vuelve a comer. —Termina tú comida Tatiana.

Tal vez se equivocó así que decido ignorar. - ¿Te puedo preguntar algo más?

—Tatiana esto es un interrogatorio o que.

—Ya perdón. -Me quedó callada unos segundos, pero no resisto la intriga. —Tú y....

—¿No te puedes quedar callada verdad?

—No. -Le sonrío.

—Bien pregunta.

Vuelvo a sonreír. —Okey, ¿entonces cuando se conocieron Thiago y tú, fue cuando llegaste aquí a los 11 años?

—Su madre y mi madre son muy amigas así que su madre constantemente iba a Italia a visitar a mi mamá así que Thiago y yo crecimos juntos, pero por qué tanto te interesa Thiago.

Okey en definitiva su mirada me congela, no entiendo por qué cambio repentinamente. —Era una pregunta nada más Eros.

—Yo no lo diría así.

— ¿Por qué lo dices?

—Te la pasaste bien con el ¿hoy?

Pero qué demonios como sabe el que salí con Thiago, ósea no hicimos nada, pero por qué lo menciona. —¿Cómo sabes que salí con él?

—Los vi. -Contesta fríamente.

Carajo, vamos Tatiana inventado, no puedes decirle a donde fueron. —Solo quería mostrarme algo.

—Así claro, Tuvieron una cita hermosa ¿no?

Por un momento pensé en ponerle una excusa, pero ahora que lo pienso porque tengo que ocultar que salí con Thiago. —Y si así fuera que.

—Tanto te gusta. -El empieza a caminar hacia mi asiento haciendo que me ponga totalmente nerviosa.

—Si me gustará eso que tendría que ver contigo, no sé porque reaccionas así. -Trago saliva por que de verdad no sé qué decir, el cada vez se acerca a mí, quisiera levantarme de la silla, pero mi trasero no puede despegarse de la silla.

Él se acercó a mí, nuestros cuerpos solo están a unos centímetros de distancia, yo aún sigo sentada no sé qué hacer.

Mi respiración se acelera, su rostro se acerca al mío, nuestros rostros están tan cerca, nuestras miradas se encuentran, nuestros ojos entrelazados, en este momento podría tener un infarto, pero que ¡sucede!

El me ve durante unos segundos y hace una breve sonrisa sin abrir sus labios, su mirada se aleja de mí y él se acerca a mi cuello, siento su respiración cerca de mí, sus labios acariciaron mi cuello, el roce de sus labios con mi cuello, provocaron una serie de emociones en mí, estaba a punto de colocar mis manos en su cuello para que continuara, pero me contuve.

Sus labios suaves, demonios provocaron una estimulación en mi indescriptible, solo fue un breve beso en mi cuello, el alejo sus labios de mi cuello y luego sus labios se acercaron a mi oído, sus labios se abrieron y a cada vez mi corazón se aceleraba.

—Estoy celoso niña boba.

Su voz me estremeció, al punto de casi gemir, él se separó de mi despacio. Y él me vio durante unos segundos, yo no me moví de mi lugar estaba procesando todo lo qué pasó ni si quiera lo vi.

Él se alejó de mi fue al otro lado de la mesa tomando su celular, lo metió al bolsillo y empezó a caminar hacia la puerta, antes de irse se dio la vuelta y me miro por última vez diciendo.

—Si te portas mal, el siguiente será en los labios. -Dijo mientras abrió la puerta saliendo del laboratorio.

El salió del laboratorio y sentí cómo mis pulmones volvieron a funcionar, que demonios está pasando.

Me quité la bata, sentí un gran calor viniendo de mí, sentí como mi piel estaba caliente.

Y por un momento olvidó sus palabras, que dijo cerca de mi oído, "Estoy celoso" porque estaría celoso Eros y más de Thiago.

Mis pensamientos me consumían totalmente no sabía a qué conclusión llegar, hasta que lo pensé correctamente, le gusto a Eros, no imposible como le puedo gustar yo a él, es más cómo me podría gustar el a mí.

**********************

Salí del laboratorio, me encontraba caminando, mis pies estaban algo desequilibrados y temblorosas por lo que ocurrió, solo necesito llegar a mi habitación y tomar un baño para calmarme.

Pero no he podido dejar de pensar por qué Eros estaría celoso de Thiago, digo es su mejor amigo no habría un por qué. Mi cerebro por fin funcionó y pude pensar claramente.

Maldición, esto no puede estar pasando, tal vez era una broma de él, pero él no juega bromas conmigo entonces eso quiere decir que... mierda, le gusto a ¡¡¡Eros!!

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