Capitulo 13
Stiles caminaba charlando animadamente con Jordan, mientras que sentía como Derek caminaba unos dos metros mas atrás de ellos. El lobo tenía la misma expresión seria de siempre, por lo que al ojimiel no le provocó ningun sentimiento de preocupación verlo así. Una vez cerca de la guarida Stiles le pidió a Parrish que se asegurara de avisarle a todos que iban a tener un vivistante inesperado y peculiar, pero que era seguro y que no debías de asustarse o atacarlo. Cuando el mayor corrió a cumplir lo que le habían pedido Stiles se acercó a Derek.
— Sígueme –Le dijo con una media sonrisa, el ojiverde comenzó a caminar nuevamente, pero esta vez iba junto al menor.
Cuando entraron en la madriguera Stiles enganchó su brazo con el del mayor, los demás zorros observaban al Hombre-lobo. Algunos lo miraban con miedo, otros con sorpresa y otros simplemente lo observaban vigilando que no intentara atacar al joven alfa. Las miradas se desviaron cuando ambos estaban a punto de entrar en la casa del castaño.
— Te lo advierto... –Le dijo.— Quizás te muerdan.
— ¿Por qué alguien iba a...? –El pelinegro no pudo acabar la oracion, el ojimiel abrió la puerta y una niña se colgó de sus piernas.
— ¡Stiles! –La voz de una niña resonó en toda la casa. La pequeña dio un salto y abrazó al castaño con mucho cariño.— Te extrañé.
— Y yo a ti, pequeña garrapata –Rió el menor mientras dejaba a la niña de nuevo en el suelo.
Derek observaba la escena con atencion, hasta que la niña se quedó viendolo. Las miradas de ambos chocaron y el lobo no supo que hacer, los enormes ojos de la pequeña lo observaban curiosos y eso provocaba cierta intimidación en el mayor.
— ¿Quién es él? –Preguntó la pequeña ladeando ligeramente la cabeza. Vio como la niña movía la nariz, olfateando el ambiente.— El es un... –La niña lo miro con los ojos muy abiertos.
— Si Lizzie, es un lobo –Le dijo frotandole la cabeza con cariño.— Pero sh... no le cuentes a nadie que lo intimidaste o perderá su reputación –Stiles le guiñó un ojo a Derek, el cual levantó una ceja y frunció el seño.
La niña se acercó a Derek y estiró su mano hacia él. El pelinegro la observaba sin entender que estaba haciendo la cachorra de zorro.
— Hola señor lobo, soy Lizzie.
— Soy Derek –El ojiverde se puso de cucliyas y estrechó la mano de la pequeña.— Un gusto pequeña.
— El gusto es mío –La pequeña sonrió y Derek le devolvió la sonrisa.
La risa de Stiles arruinó la ternura del momento. Derek se levantó y frunció el seño hacia el menor, el cual lo miraba con una sonrisa burlona.
— Bueno Lizzie, ve a jugar con los demas, tengo que mostrarle la casa al lobo gruñon –La niña asintió y corrió fuera de la casa.
El ojimiel volvió a enganchar su brazo con el del lobo y lo llevó a dar un tour por la casa, indicandole donde estaban el baño, la cocina, los cuartos de los demás y por último pero no menos importante, el cuarto de Stiles. El cual amhos iban a tener que compartir por falta de espacio.
— Quiero advertirte que muerdo dormido –Le dijo Stiles al mayor con una sonrisa juguetona.— Así que si a media noche sientes algo, soy yo.
— Pues yo tendría que advertirte que soy muy jugueton a altas horas de la noche –Derek se acercaba a Stiles con una sonrisa de medio lado.
El menor entrelazó sus brazos al cuello de su compañero mientras que este lo sujetaba por las caderas y clavaba ligeramente las uñas en su cintura. Ambos comenzaron a besarse de forma lenta y sin prisas, pero antes de llegar a mayores Stiles se separó para asegurarse de que nadie iba a interrumpirlos. Cerró la puerta con cerrojo y luego volteó a ver al pelinegro, una chispa de lujuria brillaba en sus hermosos ojos del color de las esmeraldas. El menor se lanzó encima del lobo, enroscando sus piernas en la cintura de este y quedando colgado de él; estaría mintiendo si no dijera que el simple echo de ver esa mirada lujuriosa en la expresión de Derek lo había puesto como nunca en su vida.
Derek se sentó en la cama mientras el castaño se frotaba contra su entrepierna, la fricción de ambos logro ponerlo duro en menos de lo esperado. Comenzó a recorrer la espalda del menor con sus manos, memorizando cada parte de ella, desde el comienzo de la columna hasta esos estorbosos jeans que le impedían llegar a mas.
— Aun estoy... enfadado –Dijo Derek en medio del beso, alejando ligeramente al joven zorro para poder verlo bien a los ojos.
— Aw... mi lobito es un rencoroso –Stiles sonrió mientras depositaba un tierno beso en los labios de su lobo.— Tranquilo, se como hacer que me perdones.
Stiles se levantó de encima del pelinegro y se puso de rodillas en el suelo. Con mucha lentitud comenzó a quitarle el cinturón mientras el mayor observaba cada uno de sus movimientos atentamente. Cuando finalmente aquel trozo de cuero oscuro estuvo fuera del camino, Stiles comenzó a desabrochar los botones de los jeans negros que llevaba el contrario. Podía sentir la erección a través de la tela del boxer, lo cual hizo que se relamiera los labios. Con un brusco movimiento se deshizo de los pantalones y del boxer que obstaculizaban lo que estaba por venir, el castaño contempló por cinco segundos el miembro de su compañero para luego comenzar a lamer la punta como si de un helado se tratara.
— M-mierda... –Fue lo único que salió de la boca del mayor.
El pelinegro sentía la cálida lengua de su compañero moviéndose de forma excitante. Cuando el chico se metió el miembro en la boca sus ojos se abrieron como platos y tuvo que reprimir un gemido.
— Coño con esa garganta profunda –Volvió a hablar mientras se aferraba a los cabellos del menor. Haciendo que acelerara los movimientos que hacía.
Al ojimiel le excitaba la forma sucia en la que hablaba Derek, por lo que decidió seguir los movimientos que le impartían las manos de este. Miro hacia arriba para ver la expresión del mayor, este tenía lo miraba fijamente y no paraba de jadear mientras intentaba que ningún sonido demasiado audible escapara de su boca.
Finalmente Derek no lo resistió, sus ojos se volvieron de un color cían intenso y obligó al menor a levantarse del suelo. Cuando este se quitó el miembro de la boca y lo observó sin entender que pasaba, el de ojos brillantes lo levantó y lo tumbó en la cama, para luego subirse encima y comenzar a devorarle el cuello. El muchacho gemía debajo de él mientras se aferraba a la espalda de este, clavando las uñas y mordiéndose el labio para que ningún gemido saliera de su boca.
— F-follame de una vez, maldita sea - Le dijo Stiles de forma imperativa.
El pelinegro sonrió y comenzó a besar a su compañero. Mientras que las manos de Stiles bajaban desesperadas por deshacerse del pantalón que llevaba puesto, el cual le estaba causando dolor. Derek lo frenó y se levantó un poco, observando la sumisa y sonrojada expresión que tenía el castaño. Su lobo le pedía a gritos que hiciera suyo de una vez al joven zorro, que lo follara tan duro hasta que suplicara por piedad y todos en la casa escucharan como el chico gemía su nombre. Aunque la última parte se la pensó, había niños en la casa y no quería traumarlos de por vida, Stiles se enfadaría si hacía eso.
— ¡Deja de pensar y házmelo! –Le grito el chico clavando sus uñas en los hombros del mayor.
Los ojos de Stiles brillaban de un color naranja intenso, a Derek le encantaban sus ojos y la expresión impaciente en el rostro del menor solo lo excitaba mas. El de ojos cían le quitó rapidamente los pantalones a su compañero y los arrojó a alguna parte de la habitación que en ese momento le preocupaba muy poco. Para su sorpresa el chico no llevaba boxers.
— ¿Sabías que vendría por ti o estabas esperando que ese tal Jordan te hiciera esto? –El lobo mordió el cuello del muchacho y este soltó un gemido que Derek ahogó con un beso, para luego regresar a su trabajo de morder el cuello del mas joven.
—J-jordan es mi *AH* amigo –Le respondió el menor mientras comenzaba a frotarse contra el mayor de forma necesitada.
Ambos se frotaban el uno con el otro, pero Derek es un hombre de poca paciencia y con uso de su fuerza levantó al menor para luego darlo vuelta, haciendo que la mejilla de este chocara contra el colchón y posicionó su miembro en la entrada del de ojos naranjas. A una velocidad moderada comenzó a meter su miembro dentro de Stiles, este gemía y se retorcía intentando sentir placer de una vez. Se quedó quieto en el lugar cuando finalmente el pene del pelinegro entró por completo y toco aquel punto que le hacía ver las estrellas. Sus ojos se humedecieron y se aferró a las sabanas, Derek lo tomo como una iniciativa para comenzar a moverse y eso hizo. Rápidamente la temperatura en la habitación aumentó, el de ojos color cían penetraba a su compañero con fuertes estocadas, haciendo que este gimiera y temblara de placer.
Luego de unos cuantos minutos Derek comenzó a masturbar al castaño, aprovechando que lo sujetaba para impedir que cayera, ya que las piernas le temblaban y parecía que en cualquier momento cedería al peso del mayor. El lobo se reclinó sobre la espalda de su pequeño zorro y comenzó a besarle y morderle el cuello, dejando marcas y chupetones que amenazaban con quedarse por mucho tiempo. Su lobo lo estaba marcando, le dejaba esas marcas para dejarle en claro a cualquiera que se le acercara que ese pequeño zorro hiperactivo y con una conexión nula entre su cerebro y su boca que adoraba ponerlo de mal humor era suyo, solo suyo y que no lo compartiría con nadie.
— D-derek... M-me voy a... –El lobo lo calló obligandolo a dar vuelta su rostro y besándolo apasionadamente.
— Y-yo también, aguanta –Le dijo el pelinegro acelerando sus estocadas.— ¿D-donde lo *AH* quieres?
— ¿Q-qué?
— D-dentro o fuera.
— D-dentro.
Las estocadas continuaron cada vez mas fuertes y rápidas. Los cuerpos sudados de ambos se pegaban cada vez mas, se estaban acercando al orgasmo. Stiles fue el primero en correrse, para su suerte todo quedó en la mano de Derek y no manchó la cama. Luego de unos cuantos minutos el pelinegro soltó toda su semilla dentro del joven zorro, este soltó un último gemido y luego cayó sobre la cama exhausto.
Derek salió de dentro del muchacho y lamió su mano, todo bajo la vista atenta del menor. El cual aun estaba boca abajo sobre la cama.
Stiles pudo escuchar la voz de sus amigas subiendo las escaleras.
— Demonios –Murmuró el castaño mientras se levantaba y comenzaba a vestirse.
El pelinegro observaba como su pequeño zorro corría de un lado al otro buscando ropa limpia. Rió al pensar en que si esa fuera la primera vez que lo habían hecho el chico hubiera caído al suelo adolorido, se levantó y se puso sus boxers y sus jeans. Unos golpes en la puerta alertaron a ambos.
— ¿Stiles? –La voz de Lydia hizo que Stiles se pusiera tenso.— Somos nosotras ¿Estás bien?
— S-si, denme un minuto –El castaño se volteó hacia donde estaba el lobo y comenzó a empujarlo hacia la puerta del baño que conectaba con su habitación.— Escóndete, vamos, vamos ¡Muévete!
Finalmente el ojimiel logró meter al lobo en el baño y corrió a abrirle la puerta a sus amigas, las cuales lo miraron ambas con una ceja alzada.
— Hola chicas –Dijo sonriendo nervioso.— ¿Qué puedo hacer por ustedes?
— ¿Estás solo? –La pelirroja lo miro con el rostro ligeramente ladeado.
— Eh... –El sonido del agua de la regadera en el baño hizo que el chico tragara grueso.— C-como puedes escuchar, no.
— ¿Es el lobo? –Susurró Kira para que el pelinegro no escuchara.
— Así es.
— ¿Es guapo?
— ¡Lydia! –Ambos chicos le gritaron, Stiles se estaba sonrojando.
— Vaya que si es guapo, todo un semental –Su zorro rió y él se puso aun mas rojo.
La puerta del baño se abrió y un Derek con solo una toalla enroscada en la cintura revolviéndose el cabello con las manos se dejó ver. Lydia y Stiles lo miraban con los ojos muy abiertos, mientras que Kira se mantenía impasible.
— ¿No nos vas a presentar? –Dijo la pelirroja con una media sonrisa coqueta.
— Chicas, él es Derek - Comenzó a hablar el castaño –Derek, ellas son Kira y Lydia.— Stiles las señaló respectivamente.
— Un placer conocerlas –Derek besó la mano de ambas. Las chicas rieron ligeramente y de quedaron mirando a Stiles.
— Deberías habernos presentado antes, Stiles –Le dijo Lydia acercandosele y abrazándose al brazo del muchacho.
—Es un lobo, Lyd –La contradijo Kira.— No es cosa de todos los días traer a uno por aquí.
— En eso tiene razón –La apoyó, para sorpresa del ojimiel, el pelinegro.— Pero tranquilas, mis intensiones son las mejores.
— Falta que digas "Vengo en paz" –Ambas chicas rieron ante el comentario del castaño.
Ambas chicas rieron y luego Lydia se separó de Stiles.
— Lamento si sueno grosera, pero necesitamos hablar con Stiles a solas –Le dijo al lobo intentando sonar amable, el cual asintió y salió de la habitación.
Kira y Lydia se adentraron un poco mas en la habitación y Stiles cerró la puerta, dedicándole una sonrisa a Derek antes de ponerle seguro a esta. Cuando finalmente la cerro y sabia que el ojiverde no podía verlo, se volteó y observó con seriedad y preocupación a las dos chicas.
— ¿Qué ocurre? –Preguntó.
— Desde que te fuiste las cosas empeoraron –Comenzó a hablar Kira.— Cada vez encontramos menos comida y los lobos amenazan con robar el territorio del lago.
— ¡No pueden hacer eso! –Stiles se enfureció.
No podía permitir que eso pasara, si la manada de lobos se apoderaba de la zona del lago su manada se quedaría sin agua y por ende sin lugares en los cuales pudieran cazar. Pero no había forma de que lo impidieran, los lobos eran mas fuertes, uno de ellos podía acabar con por lo menos tres zorros en menos de media hora. Además de que los superaban en número y varios de los miembros de su manada eran muy jóvenes o estaban débiles por la falta de comida.
— Tenemos que hacer algo... –Dijo Stiles sin esperanzas, se sentía impotente de no poder evitar que acabaran con la manada que a su padre tanto le había costado mantener en pie.
— ¿Pero qué hacemos? Tú eres el alfa –Le recordó la pelirroja, él debía tomar una decisión.
— Iré a hablar con su alfa, quizás podamos llegar a un acuerdo –Ambas chicas lo miraron shockeadas.
— ¿¡QUÉ!? –Ambas gritaron al mismo tiempo.
— ¡No lo harás, no te lo permitiremos! –Le gritó Lydia.
— ¡Te recuerdo que soy tu alfa y mi palabra es ley aquí, así que no me discutas! –La chica se encogió de hombros en señal de sumisión.
Stiles se sintió mal por haber tratado de esa forma a si amiga, pero no estaba de humor. Estaban pasando muchas cosas en muy poco tiempo y no tenía la capacidad mental para procesarlas correctamente.
— Por favor, vuelvan a sus casas –Les pidió el castaño.— Necesito pensar.
Ambas chicas asintieron y caminaron en dirección a la puerta, encontrándose con el pelinegro que las miraba seriamente. Ambas chicas se despidieron y caminaron escaleras abajo, perdiéndose de vista. El ojiverde entró en la habitación y se encontró con el menor tirándose de los cabellos con frustración. El joven zorro levantó la vista y el pelinegro pudo ver que por sus ojos caían varias lagrimas.
— ¿Escuchaste todo, verdad? –Preguntó el ojimiel levantándose de la cama.
— Si... –Esa simple palabra hizo que el chico comenzara a sollozar con fuerza.
El lobo se acercó y estrechó al joven contra su cuerpo en un cálido y protector abrazo. Las lagrimas del muchacho cayeron contra el duro pecho del mayor, mientras que Stiles enroscaba sus brazos por debajo de los del pelinegro intentando apegarse aun mas.
— Tengo miedo, Derek –Dijo el chico sollozando como un cachorro extraviado.— No se que hacer, no soy un buen alfa, no puedo proteger a nadie...
— No digas eso –Lo reprendió el mayor descansando su cabeza en la del menor.— Eres un gran alfa, yo a tu edad no podría haberme echo cargo de una manada.
— ¿P-pero qué hago?
— Si quieres puedo hablar con mi padre.
— No quiero obligarte a hacerlo, no es tu deber.
— Si lo es, eres mi pareja y debo protegerte –El pelinegro depositó un tierno beso en la frente del castaño.— Todo estará bien, lo prometo.
— No prometas cosas que quizás no se cumplan...
NOTA DE LA AUTORA:
Hola gente ¿Pueden oler eso? ¿Lo huelen? Es la tensión en el aire. Adoro el suspenso y adoro dejarlos con intriga, pero les di hard, así que ámenme 7w7
En fin, espero que hayan disfrutado el capítulo. Les mando un abrazo enorme y me despido para escribir un poco de DESTIEL. Adiós.
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