Capitulo 1
Era un nuevo día en el bosque a las afueras de Beacon Hills, los pájaros cantaban y los ciervos bebían a la orilla de un lago. Tres jóvenes zorros observaban a aquellos ágiles animales sin que estos los noten.
— «Creo que ya deberíamos atacarlos» –Opinó Lydia, la mas joven de los 3 mientras preparaba sus patas para aproximarse a los animales de cuernos prominentes.
— «Paciencia Lydia, debemos fijarnos en un solo ciervo» –La frenó Kira, la mayor.— Así tendremos una casería exitosa.»
— «Miren a ese» –Señaló Stiles, él era el único macho joven de la manada.
El ciervo al que se refería era un macho de grandes cuernos que estaba apartado de los demás, al parecer tenía la pata trasera herida, eso significaba que si lo atacaban los demás lo abandonarian por ser una carga para el resto.
— «Buena observación Stiles» –Lo felicitó Kira.— Para ser tu primera cazería, lo estás haciendo muy bien.
— «¿¡Se quedaran hablando o van a actuar!?» –Exclamó Lydia.
— «Shh...» –Ambos jovenes la callaron y observaron como algunps ciervos levantaban la vista nerviosos, olfateando el ambiente en busca de algun peligro.
— «No vuelvas a levantar la voz» –La reprendió Kira mientras se agachaba lo mas posible para no ser vista por los ciervos.
Esperaron unos minutos a que los animales se calmaran y lentamente comenzaron a acercarse al individuo que Stiles habia divisado antes. Cuando ya estaban a una distancia considerablemente cercana los tres zorros se dividieron.
— «Tú empezaras la caza» –Le dijo Kira a Stiles antes de dirigirse a su puesto.
Lydia se encontraba a la izquierda del ciervo, Kira a la derecha y Stiles detrás de él. Todo lo que tenia que hacer era clavar sus dientes en la pata del animal y causarle el mayor daño posible. El muchacho comenzó a acercarse lentamente al animal y posteriormente clavó sus afilados dientes de zorro en la pata de este.
Para su mala suerte no se soltó a tiempo y el ciervo le proporcionó una patada en el rostro, la cual lo desorientó. Cuando finalmente pudo volver a ponerse de pie vió como sus dos compañeras se alejaban persiguiendo al ciervo, a su alrededor se habia formado un gran revuelo, todos los ciervos corrieran de un lado al otro escapando asustados.
Finalmente Stiles se levantó por completó y comenzó a correr con toda la velocidad lo que sus patas le permitían. Lo cual le permitió alcanzar a sus amigas y adelantarseles. Llegando a un claro que era dividido por una pequeña laguna Stiles y el ciervo ya habían dejado a sus amigas realmente atras.
El ciervo cruzó la laguna y el muchacho se dispuso a hacer lo mismo, pero escuchó las voces de sus amigas gritarle desde atras.
— «¡DETENTE!» –Habían dicho ambas.
Stiles volteó a verlas por un segundo para luego regresar su atencion al ciervo. Ambas chicas se habían quedado en el borde del claro por alguna razon la cual no entendia.
Cuando estaba en la mitad de la laguna vió como un enorme lobo marron se lanzaba sobre el ciervo y le quebraba el cuello de una sola mordida, esto dejó al joven zorro en shock.
— «Stiles, vuelve acá!» –Lydia le gritó con todas sus fuerzas y eso causó que el lobo volteara a mirarlo.
Otros cuatro lobos aparecieron y se quedaron observando a Stiles, este solo miraba al enorme lobo negro de ojos azulea rogando que no se lanzara sobre él. Ladeó ligeramente la cabeza y notó que ahora solo Kira estaba parada en la entrada del bosque. Comenzó a revisar los alrededores en busca de Lydia intentando que los lobos no notaran su nerviosismo.
Finalmente la encontró, habia cruzado el lagro aprovechando que todos los lobos lo observaban a él e intentaba robar un trozo de carne del ciervo. Para la mala suerte de la chica el lobo marrob volteó bruscamente y comenzó a perseguirla, ella al notarlo arrancó un gran pedazo de carne y comenzó a correr hacia Stiles. Muy pegado a ella venia aquel lobo, mostrando sus dientes manchados con sangre.
De un momento a otro el lobo pisó la cola de Lydia, pero antes de que pudiera siquiera acercar su boca Stiles se colgó de su rostro, clavando los dientes en su ojo izquierdo. El lobo comenzó a sacudir la cabeza agresivamente hasta que finalmente arrojó a Stiles al agua, este se apresuró a correr siguiendo a sus compañeras, agradecidos de que los lobos no los habian seguido.
Finalmente llegaron a sus madrigueras, las cuales no eran nada parecido a los huecos bajo tierra en los que vivian los zorros comunes. Ya que ellos no eran simples animales; sino que pertenecian a los Mizziks, criaturas sobrenaturales cuya cualidad era poder tomar forma humana. Su habitat era conformado por pequeñas chozas de una sola habitación cada una y en el centro una gran roca que servia como centro de reuniones. Todo estaba ubicado dentro de una gran cueva detrás de una cascada.
Los tres chicos, ya con sus formas humanas, caminaron en medio de todas las chozas dirigiendose a la que le pertenecia al lider, la cual era la mas grande de todas y tambien pertenecia a la familia de Stiles. Entraron en la casa y se sentaron en la sala a esperar que el padre de Stiles los reciviera.
— Oye Stiles... –Lydia le dió un pequeño codazo en las costillas.
—¿Qué pasa? –Preguntó el muchacho mientras se acomodaba el pantalon que acababa de ponerse.
— Tienes sangre en la boca –Completó la muchacha mientras le indicaba donde señalando su propia boca.
El padre de Stiles bajó rapidamente las escaleras y se los quedó mirando, su expresión se torno seria al notar la sangre en la boca de su hijo.
— ¿¡Qué paso!? –Interrogó con cierto nivel de enojo en su voz.
Los tres chicos le explicaron lo que habia pasado, lo cual Jhon no se tomó nada bien.
— ¿¡Tienen idea de lo que puede porovocar esto!? –Les gritó el hombre con ira y desaprobación.
— Lo sabemos –Contestaron ambas chicas, a las cuales Stiles miró sin entender. Su padre nunca le había contado por qué los lobos y los zorros se llevaban tan mal.
— Ahora denme la carne y salgan de aquí –Las dos chicas entregaron lo que habían conseguido y caminaron hacia la puerta.— Tú tambien Stiles –El chico asintió y se fué junto con sus amigas, sabia muy bien cuando su padre necesitaba estar solo y pensar en la forma de sacar al grupo adelante y este era uno de esos momentos.
(...)
Del otro lado del territorio, cinco lobos entraban a su guarida arrastrando un enorme ciervo con ellos, a uno le caia una considerable cantidad de sangre del ojo. Un gran lobo negro de ojos rojos se irguió frente a ellos y tomó su forma humana aquel hombre imponía un gran respeto.
— ¿Qué ocurrió? –Preguntó mientras observaba el ojo del lobo y el trozo faltante en el estomago del ciervo.
— «Un zorro intentó arrancarme los ojos» –El hombre frunció el seño y comenzó a dar ordenes.
— Ustedes cuatro lleven eso a la cocina, mientras que tú –Señaló al lobo marron.— Vete a que te curen antes de que se infecte.
Los cinco lo obedecieron y se dirigieron a hacer lo que se les indicó. El hombre caminó hasta su hogas, a diferencia de la guarida de los zorros, la de los lobos estaba conformada por pequeñas cabañas en las que vivian los betas de la manada y una casa bastante lujosa ubicada en medio de todo, en ella vivia aquel hombre de mirada fria y musculos imponentes.
— ¡Peter! –Gritó aquel hombre al entrar y sentarse en lo que parecia ser un trono.
— ¿Me llamabas cuñado? –Preguntó un hombre de edad algo avanzada mientras caminaba con una sonrisa calida hacia donde se encontraba el hombre.
— Unos zorros atacaron a mis cazadores –Dijo el hombre muy seriamente.
— ¿Se lo merecian? –Preguntó el hombre sin borrar su sonrisa.
— ¡ME IMPORTA UNA MIERDA SI SE LO MERECIAN! –El hombre golpeó el apolla brazo de si trono.— Creo que es momento de enseñarle a esos zorros sus lugar en la cadena alimenticia.
— ¿Padre? –Un muchacho de unos 18 años entró a paso lento en donde se encontraban discutiendo ambos hombres.— ¿Ha pasado algo?
— Si hijo, unos zorros atacaron a el padre de Isaac –Respondió el hombre sin cambiar el tono de su voz.
— Buenos días Derek –Peter lo saludó para intentar relajar un poco el ambiente.
— Buenos días, tío –Respondió educadamente el muchacho. Un hombre entró con su ojo vendado.
— ¿Cómo está tu ojo? –Preguntó Peter.
— ¡Me lo tuvieron que quitar! –Exclamó el hombre mientras levantaba el vendaje y mostrana su parpado cocido. El adolescente desvió la mirada, le causaba una horrible impresión ver eso.
— Observa Derek – Le habló su padre.— Es por eso que los zorros no son de fiar.
— ¿Cuantos eran? –Preguntó el chico de ojos verdes mientras el hombre se cubria las costuras.
— Tres, dos hembras y un macho.
— ¿Cuál fue el que te hizo eso? –Preguntó Peter mientras observaba de reojo a su cuñado.
— El macho, no era mas que un niño.
— Jajaja... –Una sonrisa perversa se dibujo en el rostro del alfa.— Así que el hijo del jefe de los zorros te atacó...
— ¿Qué planeas? –Preguntó Peter preocupado.
— Ya lo veran... ¡Derek! –El mencionado lo miró.
— ¿Si padre?
— Dile a todos que se peparen... en dos días habra luna llena –La sonrisa en el rostro del alfa se hizo mas grande.
NOTA DE LA AUTORA:
Holi, espero que les guste esta nueva historia y que la disfruten tanto como yo disfruto escribirla.
En fin, un abrazo para todos :)
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