CAPÍTULO 76
CAPÍTULO 76
Luego de dos días había regresado a la empresa para realizar mi trabajo correspondiente, algo que no podía descuidar ya que eso reflejaba mi verdadera profesionalidad. Sin embargo, mis pensamientos se dividían entre el trabajo que realizaba y lo que debía realizar para el juicio.
No había hablado con mi padre luego del juicio, y tampoco había podido contactar al testigo, a pesar de mi insistente llamado.
Suspiré con pesadez, tomando el bolígrafo para realizar mi trabajo sin interrupciones, hasta que tocaron la puerta y no era nadie más que mi jefe.
—Lily, hay una reunión general. Debemos irnos.
—Ultimamente convocan a reuniones muy a menudo. —mencioné tomando mis cosas y seguirlo.
—Esta vez fue convocada por el consultor estratégico, no tengo idea de lo que vaya a tratar.
—En este punto no debería sorprendernos nada.
—Estoy de acuerdo.
Cada uno fue en su automóvil y al llegar fuimos directamente a la sala de reuniones, un lugar que ya era más que habitual por las constantes convocatorias.
—Bien, ¿De que trata? —preguntó el señor Rogers, en un tono poco amigable. Al parecer comenzaba a molestarle la situación y la falta de preparación de la misma.
—Esta reunión fue convocada para tratar un tema serio, que les concierne a todos. —respondió el señor Hall, mirándome. —Tomaré la palabra porque sé que el señor Adam no lo hará, no señalaría a su hija de traición.
Aquello fue repentino, pero no sorpresivo. Mantuve mi postura, aunque, no fue lo mismo para los presentes que inmediatamente me miraron sin comprender.
—¿De que está hablando? —cuestionó Taylor con confusion y molestia.
—Hemos tenido problemas por filtración de información, e incluso eso detuvo el lanzamiento del producto llevandonos ante la ley en contra de George Walker, por la propiedad intelectual. Hasta este momento no hemos encontrado ningún culpable, pero las cosas comienzan a aclararse.
—¿Quiere hablar sin rodeos? —hablé, acomodándome en mi asiento, a la espera de su espectáculo para acusarme.
—Es lo que hago, exponer los hechos... —me miró directamente. —¿No les resulta curioso que su actitud comenzó a cambiar? Incluso está en contra de su padre, hasta renunció a todos sus derechos y acciones.
—¿Es un juicio? —murmuré para mí misma. —¿Que intenta hacer? Ante cualquier cosa, es una acusación grave y no puede hacer tal cosa sin pruebas.
—Es lo que tengo aquí. —mostró un sobre. —Le fue llegado al señor Walker hace días. Aquí se puede ver claramente que se reúne con alguien, ¿Será la competencia? De todos modos no tiene nada qué perder.
Finalmente mostró las fotografías en la que estaba en la cafetería con el informante, claramente no se veía su rostro ya que era un hombre sigiloso, colocándose en lugares que le fuera difícil de verlo para cualquiera.
—¿No será que usted envió a alguien para seguirme? Que absurdo. —sonreí ante lo último.
—¿Nos puedes explicar? Por favor. —pidió mi padre.
—Estas fotografías no demuestran nada, ¿Desde cuándo estos encuentros se convirtieron en escenas trilladas de películas? —cuestionó Dylan, agotado por la situación. —Todo estaba bien mientras nos encargábamos de todo, ahora cualquier cosa es excusa para realizar este circo.
Lo miré un momento, claramente estaba agotado de la situación al igual que yo, al igual que su hermano y padre. A su vez, me demostraba su apoyo aunque igualmente debía aclarar aquello.
—Señor Hall, ¿Por qué me reuniría con la competencia? Siendo yo misma quien estará a cargo de la defensa en el juicio. Fui quien presentó la demanda y quien está haciendo todo lo posible para recuperar lo que nos pertenece. —me levanté para tomar las fotografías y regresar a mi asiento. —¿No creen que deberían preguntarse por quién envió estas fotografías? —leí lo escrito en el reverso, tomando de mi bolso las que me habían enviado y comparar las escrituras. No eran las mismas. —Si no es usted quien me persigue, entonces ¿Quién es?
Los miré, ninguno parecía tener respuesta y mi padre señaló intentando preguntar algo, pero se vió interrumpido por la secretaria.
—Diaculpen mi interrupción. Hay un hombre que quiere ver a la señorita, dice que es urgente. —informó.
—Digale que pase, aquí lo esperamos —respondió mi padre.
No debía sorprenderme que dudara de mí, pero ¿Que intentaba hacer? La pregunta generada no era solo hacia él, sino también a quien estuviera detrás de las fotografías.
Todos esperamos a quien me había ido a buscar y, aunque mantuve mi postura, no sabía de quien se trataba y eso me provocaba un poco de ansiedad. Evité mirar a los presentes hasta que se abrió la puerta para dejar ver a un hombre joven que conocía bien.
—¿André? —me sorprendí, levantándome por la sorpresa de tenerlo allí presente.
—Lamento la interrupcion. —se disculpó con los presentes. —Signorina, sono stato inviato con informazioni importanti. Ho bisogno di parlare con te.
[Señorita, fui enviado con información importante. Necesito hablar con usted.]
—Certo, ma proprio ora ho una situazione complicata qui, accusata di tradimento e se mi ritiro sarà un peso maggiore all'accusa.
[Claro, pero justamente ahora tengo una situación complicada aquí, acusada de traición y si me retiro será más peso a la acusación.]
—Lo capisco, quindi questo servirà a chiarire la situazione. —me entregó unos documentos.
[Lo comprendo, entonces esto servirá para aclarar la situación]
—¿Nos harían el favor de no retirarse y hablar en nuestro idioma? —llamó la atención Hall y miré a André para que lo ignorara.
—Lily, ¿Quién es él, y que está sucediendo? —preguntó mi padre.
—Eso lo sabremos ahora. —volví a sentarme e invité a que André hiciera lo mismo,pero se negó educadamente.
Abrí el sobre para encontrar la información que tanto buscaba, dejándome totalmente sorprendida. En el peor de los casos faltaba solo alguien que se uniera y eso sería una pesadilla.
—Esos son los últimos movimientos de Xavier Reev en Italia antes de arribar en Londres junto a ese hombre. —señaló a quien ya había visto. —La última vez que lo vieron salió del Bufete Milano, el señor Dimarco pidió que esto se le fuera entregado personalmente dada la situación de su familia a causa de estos hombres y piensa que lo peor aún no se ha presentado.
—Esto... ¿Esto contiene toda la información? —fruncí el ceño.
—La suficiente, pero no sabemos que sucedió dentro del Milano. El señor Dimarco espera viajar pronto y estar presente para prestar su ayuda.
—¿Que sucede exactamente? —preguntó mi padre, lo miré y lo ignoré.
—No te preocupes, creo poder conseguir esa información. Muchas gracias por venir personalmente y entregarlo, André. Regresa con cuidado.
—No es necesario agradecer, aún hay algo más. —de su chaqueta sacó un sobre color rojo con una insignia que conocía muy bien, lo abrí para encontrarme con la tarjeta personal de Dimarco. —El señor dice que puede llamarlo ante cualquier inconveniente, si esto sucede antes de su llegada. Siempre estará dispuesto a usted.
—Gracias, puedes retirarte.
Sin más que decir, se retiró dejando un silencio muy incómodo en la sala hasta que mi padre decidió romperlo.
—Lily, ¿Que está sucediendo? —parecía molesto.
—¿Te parece hablar después de una llamada? —tomé el móvil.
—No, quiero que lo expliques ahora mismo, ¿Quién era ese hombre? ¿Quién es ese tal Xavier Reev? ¿Dimarco? ¿Milano? —se puso de pie para caminar hacia mí y mover una mano, a lo que solo giré el rostro. Hasta ese momento jamás había tenido esa actitud ni reacción, tampoco pretendía tenerla, solo fue un acto automático. —Hija... —suavizó la voz para que lo mirara.
Me incomodé por ese momento, divagando la mirada entre los presentes que parecían preocupados por mi actitud y seguramente se hacían la idea de la razón.
—Está bien, haz esa llamada y luego nos explicas. —desvió la mirada, regresando a su asiento.
Tomé el móvil para marcar a la única persona que podía darme respuestas y respondió luego de unos segundos. Me alejé un poco de la mesa para tener un poco de privacidad, pero no vi la necesidad de retirarme del lugar.
—Hola Luca, ¿Como estás?
“Me preguntaba cuando llamarías.”
Lo escuché suspirar.
“Sé directa Como siempre, que estoy ocupado.”
—Cuanto cambio, está bien. Dime, ¿Ya conoces al nuevo dueño del Bufete Milano? Es muy importante.
“Hace tiempo vino un hombre con el mismo apellido que el tuyo, en principio pensé que lo habías comprado, pero lo que escuché fue que quería la destrucción de sus familiares y utilizaría al Milano. Como sabes, la corrupción los tomó y las cosas no están bien.”
—No están bien, ¿exactamente para quien?
“Buena pregunta, y la respuesta es más simple. Las cosas no están bien para la ley y los de escasos recursos, Milano aceptó dinero corrupto para favorecer a los culpables de diversas índole. Todo es un desastre, lo único que les falta es colocar a la mafia de su lado.”
Entonces rió.
“Es irónico, pero tranquilizador al saber que eso no sucederá, ¿No?”
Solo divagué la respuesta con un “hmmm”, un tanto agotado.
—Entiendo, ¿Que pasó contigo?
“Renuncié hace tiempo, soy abogado de familia y no puedo estar a favor de abusadores, agresores... Tu me entiendes ”
—Perfectamente. —miré disimuladamente a Ryan. —Entonces, considera viajar a Londres y podré ayudarte. Cuidate.
Al colgar todos me miraban con curiosidad, a la expectativa de mi respuesta y consideré que ciertas cuestiones ya no se podían ocultar más.
—Respondiendo tus preguntas. —miré a mi padre. —Xavier Reev es mi exnovio qué al parecer, quiere vengarse por haberlo dejado en la ruina. El Bufete Milano es el lugar donde trabajé hasta que decidí regresar y el hombre que me entregó esta información es André, ayudante de Dimarco. Es alguien importante y envió esto por la importancia del mismo. —Todos parecían confundidos. —No estamos seguros, pero al parecer George Walker está dispuesto a destruirte. Era increíble que algunos abogados de Italia estuvieran aquí, pero ahora considero que quizás compró el Milano y, en caso de ser así, muy pronto tendremos a un ejercito de abogados corruptos en nuestra contra y no sólo eso, podrían establecerce en Londres. Tal parece que todos se aliaron y es Xavier quien envía estas fotografías, justamente para causar la grieta entre todos y parece que le funcionó. Ante todo, lo que más me sorprende es que puedas comprender italiano a la perfección.
—¿Tuviste un novio del cual no sabía? ¿Lo dejaste en la ruina? —estaba completamente confundido. —Lily, ¿De que estás hablando?
—En Italia gané mucho reconocimiento como abogada, eso no llegó aquí por la intervención de alguien de la alta sociedad. —bajé la mirada. —Por otro lado, la ruina de Xavier fue una venganza personal, pero merecida. No daré más detalles, lo que importa es esto... —deslicé los documentos sobre la mesa para que pudieran verlos.
No podía hacer otra cosa que mostrar aquello que me molestaba de toda la situación, y ya no quería cargar con aquella preocupación. Ellos al tener más experiencia empresarial sabrían como accionar contra George Walker y no lo decía desde el punto legal, mi padre sabría que acción tomar después de todo era su tío.
—¿Aún piensa que soy culpable de traición? —me dirigí al señor Hall, luego de mucho rato que llevaban analizando la información.
—Lo siento. —se disculpó apenado.
—¿Como consigues todo esto? —me preguntó Ryan. —¿Perteneces a la mafia?
—De traidora a mafiosa, que gran avance. —ironicé. —Ya me preguntaste esto, una vez. ¿Por qué nunca puedo ser bien vista?
—No es eso, pero esto no es fácil conseguir, incluso para nosotros. —habló el señor Anderson. —Serían necesario buenos contactos y dinero.
—Entiendo su punto. —asentí levantándome. —Antes de irme, quiero preguntarte algo, Ryan... —lo mencioné para que me mirara. —Xavier, ¿Él te amenazó de algún modo? Si fue así será importante, más aún si tienes pruebas.
—No.
—Debes decírmelo.
—Te dije que no, y no creo que quieras discutir aquí, ¿O si?
Resoplé por su actitud y encogí los hombros.
—Bien, haz lo que quieras. Ahora me retiro.
Al salir de allí me dirigí a la casa de mis padres para ver a mi madre, dada la situación debía tener las cosas a mi favor y accionar rápidamente ante cualquier cosa.
—Que sorpresa. —sonrió al verme.
—Hola, ¿Puedo pasar?
—¿Que pregunta es esa? También es tu casa. —se hizo a un lado para darme permiso.
Caminé hasta la sala donde tomé asiento, esperando que hiciera lo mismo.
—¿Necesitas de mi ayuda? No es propio de ti venir y quedar en silencio.
—Estas en lo correcto, y sería tan oportuno que pudieses ayudarme.
—Solo dímelo, aunque no sé en qué podría, siempre tienes la solución a todo. —bromeó.
—Justamente ésta es la solución... —hice una breve pausa. —En caso de venir un amigo, ¿Podrías darle trabajo en tu estudio?
—¿Es abogado?
—Y muy bueno, es abogado de familia, esa es su especialidad.
—Abogado de familia, ya está ocupado ese puesto, pero me ha causado más problemas que soluciones. Es el riesgo de contratar novatos. —sonrió levemente. —Claro, si tú me lo pides, lo haré. Solo habrá un pequeño problema y es la licencia para ejercer.
—Podría encargarme de eso. Además, no será mucho trabajo, él es de Londres y se fue a Italia, como yo. La diferencia es que fue hace mucho tiempo, pero tiene ambas nacionalidades.
—Eso es perfecto, no habrá problema. Y ya tienes suficiente trabajo. —tomó mis manos. —Solo necesitaré una buena abogada, espera, esa soy yo.
—Mamá, sé más modesta. —reí levemente.
—Lo siento.
Así pude asegurar un puesto para Luca en caso de que decidiera tomar mi consejo, y también aseguraría su permanencia de mi lado en caso de necesitarlo ante cualquier declaración. Sin mencionar que sería perfecto para el caso de Ryan, en caso de necesitar a alguien con más especialidad.
Las cosas se van descubriendo... *Suspenso*
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