CAPÍTULO 65
CAPÍTULO 65
Al finalizar la noche familiar, Vanessa, prácticamente me secuestró y podía imaginar el “por qué”.
Antes de subir a mi automóvil tomó mis llaves para ser quien conduciera y sonreí por su actitud.
—Yo creo que deberías ir con Benjamín o se pondrá muy celoso. —intenté hacer que cambiara de parecer, pero no funcionó.
—No te preocupes, se lo anticipé antes de la cena porque nos debemos una noche de amigas, ¿Lo olvidaste? —comenzó a conducir.
—No lo olvidé, solo que esta noche quiero diversión y poca plática ¿Preparada para el karaoke?
—Lily... —mencionó con un tono de reproche que conocía muy bien, y significaba que no lo dejaría pasar.
Debía prepararme para su interrogatorio y era muy probable que lo descubriría o podía darle al asunto, pero ¿Como? No, no. Era prácticamente imposible, luego de su especulación en la cena, solo quedaba afrontar la situación y nada mejor que estar relajada.
—Espera, espera... —la detuve en una tienda. —No pueden faltar las bebidas, realmente las necesito.
Bajé del automóvil para comprar una buena cantidad que me ayudaría a olvidar gran parte de todo lo que rondaba en mi cabeza.
—¡Muy bien! —regresé y me miró con una sonrisa.
—¡Hoy será noche de chicas! —exclamó con ánimo.
Al llegar nos sentamos en el sillón y comencé a beber sin decir nada, esperando que eso desviara su atención, más aún cuando le serví un vaso lleno.
Por un momento recordé a Jeremy y sentía que debía tragar el nudo que se había formado en mi garganta al recordarlo. Era cierto que Amy se parecía a él, bueno a ambos padres, pero me sorprendía la actitud que había tenido. Lo extrañaba tanto y la melancolía que sentía al recordarlo acrecentaba cada día más.
—Lily. —escuché a Vanessa, después de mucho rato.
—¿Hmmm? —pregunté, sintiendo como el alcohol comenzaba hacer un efecto rápido.
—Ese viaje...
Sabía que haría esa pregunta, y me negaba a responder.
—No, no es lo que piensan. —moví mis manos con exageración. —Realmente era por trabajo, y muy importante.
—Entonces, ¿Que sucede con Ryan? Explicaste tu trato con Max, pero cuando fueron al patio, parecían una pareja con su hijo y estoy segura de que todos piensan igual. —no supe que responder. Ella tenía razón porque también lo había pensado. —No parecian dos personas con diferencias, y te pregunto, ¿Desde cuándo?
—No es mutuo, mi actitud con él no ha cambiado. —bebí aún más, intentando convencerme de mis propias palabras. —Solo que no entiendo su actitud o qué intenta jugar, cuándo me habla de diferentes maneras, y en otras con ese tono tan...
—¿Jodidamente sensual?
—Eso... —sonreí. —Jodidamente sensual. —confirmé señalándola.
—Es el mismo hombre que mencionaste. Lily. —me regañó. —¿Nuevamente te gusta Ryan?
—No. —negué. —Jamas digas eso, jamás lo digas...
No supe el por qué, pero nuevamente sentí un nudo en mi garganta impidiendome seguir bebiendo y odiaba sentirme así.
—Lily.
—No quiero, no quiero. —negué comenzando a llorar sin control, desatando la incertidumbre de mi propia persona. —No quiero, no puedo sentir nada por él, no de nuevo.
—Lily... —me abrazó con fuerza contenedora para que me permitiera llorar por muchas cosas, entre ellas Ryan, claro. —No diré nada, y tampoco te juzgaré, solo se sincera conmigo.
—Me gusta, me gusta más de lo que debería y no es solo sexo. Yo... —no encontraba las palabras adecuadas. —Por un lado quiero destruirlo, que pague por cada lágrima y por otro quiero alejarme, pero en ninguno quiero amarlo
—¿Cuando comenzó? —preguntó con tranquilidad.
—La tensión comenzó hace años, cuando nos reencontramos en Italia. —la sentí sorprenderse. —Luego de eso fueron contadas las veces que nos vimos hasta ahora que regresé. Jamás le di motivos, en ningún momento ¿Puedes creerme? —la miré.
—Te creo, yo misma vi tu actitud con él incluso luego de que esto sucediera aunque lo ocultaron muy bien. —sonrió. —¿Entonces, que piensan hacer?
—Yo... Nada. —me separé. —¿Y él? Solo me confunde. —continué bebiendo.
—¿Por qué? Cuéntame tus razones. —me quitó la bebida.
—Él... —bajé la mirada. —siempre sentí su lejanía y eso me llevó a sentirme despreciada por muchos años, tanto que no esperaba que en el funeral de Jeremy me contuviera, me abrazara. Desearía que se hubiese mantenido indiferente.
—Lo recuerdo, todos lo vimos y también vimos su preocupación por ti.
—En el evento me ayudó a quitarme de encima un imbécil que quiso humillarme, al igual que en la cena de negocios. Esa misma tarde también me acompañó a comprar el vestido “adecuado” ya que siempre usaba con cortes en la pierna y no le agradaba. —la miré, Vanessa unió sus labios en señal de silencio, pero con evidente sorpresa en su rostro. —Él solo fue acercándose, al inicio creí que solo quería seducirme para pasar una noche y resistí hasta donde pude, pero la tensión acrecentaba y casi sucedió una mañana que fui a su casa. Y finalmente sucedió cuando nos fuimos de viaje. —resoplé, esperando sentirme liberada por finalmente hablar de eso con mi amiga.
—Cuentame más. —frotó mi brazo en apoyo.
—Delante de los demás era el mismo de siempre, arrogante y detestable, pero cuando estabamos solos aminoraba el ambiente, siendo amable algunas veces. —fruncí levemente el ceño. —Hasta que comenzó a preocuparse por mi, preguntaba como estaba y no solo quería ir a la cama, él comenzó a escucharme, abrazarme, besar mi frente, tomar mis manos sin esperar nada. Incluso era el primero en saludar y luego darme las buenas noches. Me acompañaba cuando me sentía sola, me acompañó a la tumba de mi hermano y me sentí reconfortada por su actitud aunque no podía cambiar la mía. —dejé deslizar una lágrima.
—¿Tienes idea de lo que acabas de decir? —descubrió sus labios ya que había llevado una mano para cubrirlos. —Ryan... Él se convirtió en tu refugio y por su parte, hasta parece que te estuvo esperando todo este tiempo.
—¿Que?
—Su actitud, su mirada, y los detalles íntimos que mencionas son claros de alguien enamorado. Lily, Ryan está enamorado de ti y lo sabes.
—Imposible. —negué repetidas veces.
—No es imposible, no digas eso. —sonrió. —Incluso ésta noche no se esforzó por negar u ocultar su actitud contigo, y estábamos toda la familia. Me atrevo a decir que está dispuesto a formalizar contigo. —tomó mis manos.
—No haría eso, sin importar lo qué diga no puedo hacerle eso a Max. El niño necesita equilibrio en su vida.
—¿Algo mejor que tú? Ese niño te adora y no extraña para nada a su madre. ¡Lily! —exclamó para después festejar como una adolescente y abrazarme. —Puedes tener tu final feliz. —susurró.
—¿Final feliz? —repetí cerrando los ojos. —me pregunto si realmente puedo ser feliz, solo siento dolor y el vacío que dejó mi hermano no desaparece.
—Era tu hermano, tu protector y nadie podrá reemplazarlo. Pero te hablo de amor, es momento de que te dejes amar Lily. —sonrió con serenidad. —Creo que alguien como Ryan es el único que puede hacerlo de la manera que te mereces porque haz probado de que tú misma puedes cambiarlo. Existe el efecto inverso, solo déjate amar Lily.
—Si eso implica sufrir... —negué. —No quiero.
—Deja de pensar en eso... —tomó de mis hombros para moverme con fuerza, provocando las nauseas. —Desde mi punto de vista ya sufriste el desamor a temprana edad, y ahora es momento del amor.
—Amortiguador... —dije sin pensar cubriendo mi boca. —Ya me dieron náuseas, ¿Que sucedió con la parte de destruirlo o que sufriera? —me froté los ojos.
—Dije que en caso de no ser dolor, será amor y estoy muy feliz de que sea lo segundo. Te quiero ver feliz. —volvió a moverme.
—¿No te decepciona el hecho de que podría sentir algo por él? —pregunté, en tono bajo. —Fui débil, no debí dejar que se acercara.
—Tú no decepcionas, ¿Quién podría pensar diferente? No haces nada que otra persona podría reprochar y desaprobar, tienes un equilibrio casi perfecto. Debes tener más confianza en ti misma, darse una oportunidad no tiene nada de malo, sin importar la persona que sea.
La miré por un momento, buscando los indicio de que algo estaba mal conmigo y hacer que me regañara para despertar. Eso no sucedió y llamó mi atención, ¿Realmente estaba cayendo en los sentimientos que yo misma deseché años atrás?
—No te desvíes. —volvió a moverme, al notar mi silencio.
—Al igual que Ryan, vuelas alto. No quiero pensar en amor cuando tengo náuseas.
—¿Por qué vuela alto? Dímelo... —sonrió, imaginando la respuesta.
—Dijo que piensa a futuro, y ¿que hay de malo con él? Refiriéndose a lo que le dije a mi padre; de ser madre soltera.
—Mira eso... —rió y festejó como una fanática. —Eso es amor ¡Amor! —exclamó con euforia, dando a entender que esperó mucho por aquellas noticias.
Aquella noche no bebí más, pero escuché cientos de veces la palabra amor, provocando un desorden en mi interior, me negaba a aceptar ese significado y su implicancia. Mi amiga se quedó conmigo y parecía controlarse para no gritarlo por el ventanal. Entonces me pregunté, ¿Fue buena idea decírtelo?
Finalmente Vanessa lo sabe, pero Lily parece no querer aceptar sus sentimientos.
¿Que sucederá? *Suspenso*
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