CAPÍTULO 59
CAPÍTULO 59
Ambos nos fuimos por nuestros lados para encontrarnos con nuestros amigos, aunque sentía el sonrojo en mis mejillas por la repentina declaración y también, ¿Arrepentimiento? Por haberlo abofeteado.
—Llegué... —avisé, tomando asiento al lado de mi amiga.
—Buenas tardes, que relucientes te ves. —sonrió con picardía y negué de inmediato.
—Es cierto, te ves diferente. —agregó su novio, analizandome con la mirada.
En ese momento llegó Ryan que me ignoró por completo, tomando el lugar disponible al lado de Benjamín.
—¿De que hablan? —preguntó, liberando un suspiro.
—Es que Lily se ve...
—Tengo hambre. —interrumpí, haciendo una seña para que tomaran nuestras órdenes. —Pidamos de una vez.
Comenzamos a almorzar los cuatro juntos y no dejaba de pensar que era una mala idea, muy mala idea mientras los observaba a los tres en un vaivén disimulado; notando las miradas confusas entra la pareja, como si sospecharan algo.
—¿Algún problema? —preguntó Ryan aún sin mirarme, seguramente notó mi accionar.
—¿Que? —tanto Vanessa como Benjamín nos miraron. —No la molestes, ¿Quieres? —frunció el ceño.
—¿De qué me perdí? —Benjamin tomó de su bebida sin comprender.
—Lily nos mira como desconocidos. —respondió sin pena, exponiedome.
Suspiré por lo bajo comprendiendo que estaba dispuesto a molestarme, pero no cedería, más aún después de haber herido su orgullo al decir que no sentía nada por él.
—¿Nos mira o te mira? —cuestionó Benjamín burlón, hasta que me miró y borró su sonrisa.
—¿Quién sabe? Disipa esa duda, Lily. —me miró con una leve sonrisa.
—¿Que les sucede? —Venessa se molestó frunciendo el ceño y dedicarme una mirada que gritaba, “¡cierra su boca!”
—¿Por qué? —bebí un poco. —¿Frustrado porque no te doy mi atención? —lo miré desafiante, haciendo que borrara su sonrisa.
—¡Eso! —festejó mi amiga, levantandose como si estuviera viendo la anotación de un juego.
—Sientate. —murmuró su novio, observando las otras mesas, conteniendo su risa.
—¡Eso! —repitió en tono bajo. —Como pueden ver, mi amiga es una mujer muy fuerte, adulta, responsable, madura y que no te daría ni un minuto de su tiempo. —asentí con cada una de las menciones, provocando que Ryan bufara con molestia. —Ademas, ya tiene a alguien en su vida.
—Oh... —murmuré por lo bajo, intentando detenerla.
—¿Si? —cuestionó en un tono burlesco, claramente no lo creía.
—Si. —confirmó mirándome con una sonrisa, dando a entender de que se haría cargo.
—Vanessa. —intenté detenerla, pero me ignoró.
—Es alguien con quien disfruta, y mucho. —continuó con un tono muy particular, para que se entendiera el sentido de su insinuación.
—¿Que más? —colocó los codos sobre la mesa con interés.
—Es alto, guapo, adinerado, inteligente... —con cada palabra cerré los ojos con fuerza, sin energías para levantar mi rostro por la vergüenza que me producía. —o eso creo, pero si estoy segura de su confesión, una voz jodidamente sensual.
—¿Jodidamente sensual? —repitió, reprimiendo su risa.
—Así es, podemos decir que le gusta y está enamorada. —en un acto rápido tomé una rebanada de limón para ponerla en sus labios y así callarla.
—Que interesante. —asintió, mordiendo levemente su labio inferior, dedicándome una sonrisa. Dando a entender que mis negaciones fueron mentiras. —Creí que los sentimientos no eran lo suyo.
—Es humana, claro que tiene pero no los desperdiciará con alguien como tú. Deja de jugar, Lily necesita un hombre excepcional, y creo que lo encontró. —me abrazó.
—¿Lo conoces? —preguntó su novio.
—Aún no, pero estoy segura de que es alguien muy atractivo. Confío en el buen gusto de mi amiga.
—Bien, felicidades por tu relación. —volví a mirarlo, pero ésta vez con el ceño fruncido.
—Deberiamos hacer un brindis.
Para mí suerte, recibí una llamada importante y pude evadir la situación.
—¿Si? —respondí, y recibí la información que necesitaba. —Para mi fortuna, me tengo que ir. Nos vemos —me levanté para retirarme sin hacer caso a sus pedidos.
Prácticamente huí, agradeciendo aquella llamada, pero mientras conducía recibí un mesaje.
Ryan Rogers: Creí que tenías el día libre, mentirosa. ✓✓
Bufé por sus palabras y esperé llegar al lugar para responder.
Yo: Fue imprevisto, es sobre el caso. Estaré ocupada, maldito Ryan.
—¿Por qué le doy explicaciones? —liberé un suspiro, guardando el móvil, pero volví a tomarlo y seleccionar su contacto.
Pensé por un momento para finalmente editarlo, eliminando su apellido y dejarlo solo con su nombre. Creí que sería lo correcto.
Bajé del automóvil para adentrarme en un lugar y dar con “el informante” que bebía su té, tan característico.
—Lamento la tardanza. —llamé su atención, y poder sentarme en el lugar disponible.
—No hay problema, ¿Gusta un té? Creo que lo necesitará. —señaló el sobre y asentí en confirmación.
—¿Fue difícil? —pregunté, mientras recibía el té. —Usualmente no tarda tanto.
—No fue difícil saber lo que pidió, pero necesitaba reunir más información para algo más completo. Con eso creo que sabrá como accionar, por favor mire el contenido.
Hice caso, abriendo el sobre para encontrarme con un informe detallado de los últimos asesores de Walker, hasta llegar a los actuales y comprendí el por qué de su confianza.
—¿Como es posible? —fruncí el ceño, intentando comprender la rapidez de sus actos.
—Desde mi punto de vista, la corrupción y el dinero van de la mano. —bebió con tranquilidad.
—Eso lo sé, aún así hay reglamentos muy rigurosos que seguir o de nada servirá lo que hagamos. —guardé el contenido para pensar un momento.
—Allí tiene toda la información detallada, como abogada sabrá como utilizarla y accionar. —mencionó después de un momento de silencio, y prosiguió. —Recuerde que la calma, es el primer paso para el éxito.
Aquella era la frase característica de la familia Dimarco, provocando mis recuerdos de tiempo atrás.
—Si lo desea, puedo llamarlo. —mostró su contacto en la pantalla y negué de inmediato.
—No, puedo manejarlo. Sólo requiero de sus servicios porque estoy convencida de que eres en el único que puedo confiar para esto. —lo miré con seguridad, esperando que comprendiera mi posición.
—Está bien, sé que es muy astuta. Llame si necesita otra cosa. —terminó de beber y se levantó para irse.
Al quedar sola terminé de beber mientras pensaba en la situación, y las posibles vueltas que daría el caso, ya fuera de un lado o del otro.
Cada vez tenía menos dudas de que Xavier estaba involucrado y qué, claramente estaba de su lado.
—Parece una broma... —murmuré, subiendo a mi automóvil. —¿Todos se unirán en mi contra?
Sonreí ante la sola idea, eso era absurdo, pero no imposible aunque estaba convencida de que no era suficiente. Confiaba en mis habilidades y en caso de fallar, tenía un respaldo importante.
Al conducir bajé la velocidad en un punto específico de una calle, en lo que parecía haberse producido un accidente automovilístico. Evité mirar la escena, más no pude evitar mirar un automóvil color negro que venía por detrás.
—Calma, no pienses demasiado. —encendí el reproductor para distraerme y así, llegar a mi departamento.
Lo primero que hice fue tomar una ducha y dedicarme completamente a analizar los documentos recibidos. No dejaba de sorprenderme hasta qué punto podría llegar la corrupción, y esperaba que nuestro juicio no fuera el caso.
Encendí la televisión, donde en la mayoría de los canales daban aviso del congelamiento definitivo del lanzamiento por parte de Walker y su declaración por apresurar el juicio. No pude evitar sonreír al ver que mi plan estaba dando resultado, pero eso implicaba apresurarme para la preparación, continuábamos contra reloj.
Decidí reservarme la información de mis rivales, después de todo sería quien se enfrentaría en la corte. Lo que si hice con ayuda de mi padre fue verificar los requisitos de certificación para ejercer en la profesión.
—Estas cosas se hacen con tiempo, incluso puede durar un año ante cualquier falta de certificación fundamental. —informó, mientras bebíamos café en su oficina. —Tú lo sabes, solo que en tu caso tardó menos por la nacionalidad.
—Lo sé, pero quería estar segura. —suspiré.
—¿Por qué tanto interés? —cuestionó con interés.
—Los abogados de Walker son de Italia, y los cálculos para su certificación no son convincentes. —negué, descansando mi cabeza sobre la mano para así masajearla.
—¿Los conoces? —asentí, con los ojos cerrados. —¿Son reconocidos?
—Lo son, pero no te preocupes. En el juicio los verás, y su famoso estilo de trabajo. Por cierto, hoy llegó la notificación, será exactamente en un mes. —lo miré.
—Está bien, se lo diré a los demás. ¿Necesitas ayuda con algo más? —negué. —Sea lo que sea, no dudes en decírmelo.
—Lo sé. —me levanté. —Me voy, estaré ocupada.
Intenté apresurarme para no cruzar a Ryan, como lo había hecho al llegar, pero justamente llamó a la puerta. Mi padre dió permiso, lo vi entrar y lo primero que hizo fue mirarme.
—Ryan. —lo miró. —¿Estás disponible para discutir?
—Por eso estoy aquí, pero si está ocupado regresaré en otro momento. —desvió su mirada de mi persona y miró a mi padre.
—No, Lily ya se iba. Solo necesito unos documentos. —llamó a la secretaria, sin recibir respuesta. —Vuelvo en un segundo.
Salió de la oficina y pretendía hacer lo mismo, hasta que sus palabras me detuvieron.
—Nos debemos una plática.
—¿Sobre qué? —evité mirarlo.
—Sabes el motivo. —no respondí. —Deja de evitarme, como evitas el contacto en este momento.
—No es eso... —tomé la puerta para abrirla. —creeme que he estado ocupada, no te estoy evitando. Y de haberlo querido, me habrías buscado, como siempre.
Aquello debía sonar desafiante, pero sabía que no salió como lo quería y me regañaba mentalmente. Aún así, evité su mirada para finalmente irme de allí.
¿Por qué lo evitaba tanto?
Simplemente no quería sentir presión acerca de mis sentimientos por él, no me sentía segura y de haber alguna posibilidad, claramente no lo admitiría. Prefería continúar como hasta ese momento.
¿De nuevo hay tensión? *Se va corriendo*
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