Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 58

CAPÍTULO 58


Desperté al sentir que se removía a mi lado, colocándome al otro lado para continuar durmiendo.

—¿Te molesta que tome una ducha? —preguntó, en tono bajo.

—No. —respondí, aún dormida.

Sólo escuché sus pasos hasta cerrarse la puerta del baño y fruncí el ceño al ver la hora, marcaba las 5 a.m.

—¿Por qué tan temprano? —me quejé, intentando dormir de nuevo, pero me sentía incómoda al tocar el lado donde él había dormido.

—¿No irás a trabajar? —ante la pregunta lo miré, llevaba una toalla en su cintura y con  otra secaba su cabello húmedo.

—Que rápido. —terminé de despertar al ver su torso descubierto y me miró divertido. —Aún es muy temprano.

—Es verdad, pero debo pasar por mi casa para cambiarme y recoger mis cosas. Puedes dormir un poco más.

—No, luego me molestaras por esto. —me quejé, dirigiéndome al baño para cepillar mis dientes y luego tomar una ducha.

—¿Puedo ocupar tu cepillo? —lo escuché, también en el baño.

—¡Claro que no! —exclamé. —Busca en el segundo cajón, allí hay extras.

Salí mientras él quedó allí, abrí la puerta del armario, pero algo llegó a mi mente y sólo pude golpear mi frente con torpeza.

—Maldición. —nuevamente me tiré en la cama.

—¿Que haces? —se acercó para observarme.

—Maldito Ryan, me hiciste levantar somnolienta. Hoy no trabajaré, tomaré el día libre. —avisé sentándome de nuevo, tomando la toalla para que no cayera de mi cuerpo.

—¿Es así? —asentí. —Lo siento.

—Solo vete de una vez, llegarás tarde. —señalé para que se cambiara, ya que continuaba con la toalla.

—Justamente me disculpo por eso. —sonrió, acercándose peligrosamente y susurrar cerca de mi rostro. —Espero que hayas descansado bien, porque tampoco iré a trabajar.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, ante sus palabras que las decía con tanta sensualidad.

—No puedes hacer eso... —cerré los ojos al sentir sus labios.

—Claro que puedo, ha pasado mucho tiempo desde que no tomo un pequeño descanso. —fue bajando por mi cuello.

—Ryan. —mencioné, incapaz de negarme.

Una vez más, me dejé llevar por las caricias. Sus manos viajaban lentamente desde mi cintura, hasta el muslo donde se detenía un momento para subir nuevamente.

—¿Me dejas hacer lo que quiera? —preguntó, mirándome a los ojos, notando el deseo en su mirar.

—¿Hoy pedirás permiso? —lo besé, mordiendo su labio.

—Solo porque será algo nuevo, solo tendrás que disfrutarlo. —imitó mi acto. Tragué con esfuerzo para darle un asentimiento en aprobación y sonrió, inclinándome para qué me recostara completamente.

Sin lugar para las palabras bajó lentamente, con besos cortos pero húmedos, pasando por mi cuello hasta llegar al comienzo de la toalla que me cubría y era lo único que tenía. Con la misma lentitud la quitó y observé la lámpara con incomodidad, aún no me acostumbraba que me viera de ese modo.

—Apaga la luz. —intenté moverme, pero me lo impidió.

—Claro que no, quiero ver todas tus expresiones. —bajó para concentrarse en mis pechos.

—¿Que es esto, las cincuenta sombras de Ryan? —murmuré, conteniendo un suspiro y lo sentí reír sobre mi piel.

Cerré los ojos sintiendo el camino de sus labios, que parecían torturarme con cada centímetro que recorría y mordí mi labio al sentir su llegada a un punto en específico. Evité mirarlo, pero fruncí el ceño al sentir sus labios en una zona tan sensible como lo era la intimidad fémina.
Sus movimientos lentos provocaban una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, y al pasar los minutos se volvía más intenso haciendo que arqueara la espalda en busca de más. En ese momento solo podía pensar en la habilidad que tenía en algo qué, para mí era muy vergonzoso, pero luego de eso pensaría todo lo contrario. Jamás había experimentado el placer de ese modo, que me llevara a un punto de locura y lo más increíble era quien lo producía.

—Ryan. —dije su nombre, en el acto imposible por retener un gemido hasta que mordí mi labio. Finalmente llegando a mi punto.

Nuevamente subió del mismo modo en el que bajó y lo miré, su rostro expresaba el deseo que contenía con mucho esfuerzo y también noté cuan motivado estaba cuando bajé la mirada.

—¿Lo disfrutaste? —preguntó, sin apartar la mirada.

—Quiero más. —expresé, sin poder controlar mis palabras y no me arrepentía de ello, ya que dibujó una amplia sonrisa.

—No pretendía posponerlo más. De ahora en adelante, solo quiero escuchar mi nombre. —me besó con deseo, y respondí del mismo modo mientras lo abrazaba al tiempo que se quitaba lo único que nos separaba.

Claramente no se hizo esperar y lo agradecía, porque lo deseaba tanto como él. Sus embestidas no fueron lentas y no me importaba, solo deseaba más de él, al igual que él lo deseaba de mí.
Tuve que aferrarme con fuerza, sintiendo que me llevaría a la locura del placer, gimiendo su nombre sin control y él lo hacía cerca de oído, aumentando la excitación y la velocidad. Aquello se sentía fuera de control y no quería que terminara, más allá del momento, también, era porque estaba con él.

Al despertar por segunda vez, me removí para soltarme de su agarre y poder ver la hora.

—Es casi mediodía. —murmuré al ver que eran las 11:45 a.m.

También me fijé un mensaje de mi amiga.

Vanessa: Lily, Lily, Lilyyyyyyyyyyy... ❤️❤️❤️ Desde la última noche no pudimos vernos, ¿Almorzamos juntas? 😋

Yo: Dime dónde.   ✓✓

Sentí la mano de Ryan por mi abdomen para halarme junto a él.

—¿A donde crees que vas? —parecía más dormido que despierto.

—Almorzaré con Vanessa. Levántate, es casi mediodía. —palmee levemente su rostro. Entonces abrió los ojos y era la primera vez que lo veía de ese modo, recién despierto. —Tus ojos son más claros cuando despiertas.

—Lo sé. —sonrió. —Buenos días.

Estiró sus labios a la espera de un beso que no le pude negar y finalmente poder levantarme.

—Tomemos una ducha juntos. —me abrazó por detrás.

—¿No te cansas? —acaricié su rostro.

—Contigo, nunca y quiero que hagamos cosas nuevas.

Su actitud era cuestionable y a la vez, no. Por un lado quería detenerlo por los problemas que podríamos causarnos, mutuamente y por otro lado, deseaba dejarme llevar por su camino.
Después de tardar más de lo debido, salí del baño, envuelta en la toalla para buscar mi ropa mientras él salía por detrás.

—Lily, quiero preguntarte algo.

—Te escucho. —giré para mirarlo.

—Lo nuestro...

—No hay un “nuestro”. —interrumpí, retomando mi postura habitual.

—¿Por qué? Sé sincera conmigo, por esta vez.

—Creo qué, ya pasamos por esto, y si recuerdas, no nos fue muy bien. —hice referencia a semanas atrás donde fue un completo idiota. Él me miró como niño regañado, a la espera de mi respuesta y solo pude suspirar.  —Sinceridad... —murmuré para mí misma —No habrá tal cosas por tres razones... —me miró incrédulo y procedí a levantar un dedo. —Primero, por la loca de tu esposa, ex o lo que sea.

—Nunca nos casamos. —frunció el ceño.

—No me interesa. Segundo, Max, él no merece sufrir con cambios tan drásticos a su edad.

—Él te adora, más que a su madre.

Inevitablemente, mi corazón se agitó ante lo dicho.

—Y tercero, porque no quiero. No quiero una relación, no hay sentimientos. —intenté regresar al baño para cambiarme, pero me detuvo.

—¿No hay sentimientos?

—No los hay. —confirmé para después mirarlo y sonrió.

—No estaría tan seguro de eso. —se acercó a mi rostro. —Cuando lo hacemos pierdes completamente el control... —se desvió a mi oído. —Tus gemidos no mienten.

—Solo es placer, y no negaré que adoro como lo haces. —me separé para observar su expresión y hacer una mueca. —Los sentimientos son otra cosa muy diferente.

—¿Estás segura de eso? Hagamos una prueba. —miró con disimulo la cama.

—No, debemos irnos porque nos están esperando. —Él también había recibido un mensaje de Benjamín. —¿No tuviste suficiente?

—Contigo no creo poder, ¿Cuanto más te engañarás? —acarició mi rostro.

—Espero que lo hayas disfrutado , porque desde mañana tendré días muy ocupados. —me solté para caminar, pero me abrazó por detrás.

—¿Realmente no sientes nada por mi? —no respondí y ocultó su rostro en mi cuello. —¿Tampoco te gusto?

—Ryan, actúas como un niño. —intenté soltarme sin éxito.

—Solo responde. —me miró por encima del hombro.

—Te dije que no.

—Mirame a los ojos y dímelo. —insistió al haber desviado la mirada.

—Por favor. —fruncí el ceño, evadiendo su pregunta.

—Está bien, tendré que hacerlo yo. —me giró para que pudiera mirarlo. —Debo confesar que me gustas, me gustas más de lo que deberías Lily. Ya no puedo ocultarlo.

Inevitablemente abrí los ojos por la sorpresa, no esperaba tal cosa y tampoco de esa manera. Cualquiera pensaría que era un juego, pero sus ojos brillaban con esperanza en su interior, confirmando sus palabras. Otra mujer se derretiría en ese momento, pero en mi caso le di una abofetada.

—Reacciona, así no es Ryan Rogers, ¿Desde cuándo eres tan cursi? —negué, para finalmente entrar al baño y mojar mi rostro con agua fría. —Basta, esto está mal. Hay que detenernos. —murmuré para mi misma, incapaz de mirarme al espejo.








*COF COF COF*

*SIN COMENTARIOS*

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro