CAPÍTULO 55
CAPÍTULO 55
Tras dos días de preparación de la demanda y de hacerla según las normas para que fuera aceptada, pensaba en como conseguiría las pruebas para tal caso. El reloj estaba en movimiento y no podíamos detenernos.
Justamente en ese momento recibí la llamada del contacto que observaba.
—¿Si? —respondí, luego de un segundo.
“Buenos días, solo quería recordarle que estoy a su completa disposición. Si requiere de mis servicios debe decirlo.”
—Hmmm... Supongo que supieron de la demanda. —liberé un suspiro. —Sé de su apoyo y lo agradezco y por el momento...
Me detuve un segundo para pensar bien. Podría obtener una ventaja y no sería directamente con el caso, sino con mi profesión.
—Si puede hacerme un favor, ¿Podría obtener información acerca de los abogados de George Walker? Quisiera saber quiénes son.
“Se lo informaré en cuanto los tenga.”
—Se lo agradezco.
Al colgar me planteé, ¿Estaba mal utilizar mis contactos para obtener una ventaja? Por un lado mi sentido moral decía qué, si, estaba mal. Pero, por otro me decía que debía ocupar todos mis recursos e intentar ganar en la primera sesión o las cosas se complicarían y podría ser desastroso.
Al tercer día presenté la demanda ante la justicia, sintiendo alivió al hacerlo y haber accionado antes que Walker. El resto solo sería cuestión de tiempo, esperando que las piezas cayeran; pero para eso necesitaba tener el resto de la documentación para el juicio.
—Necesito un descanso. —murmuré para mí misma, luego de beber un poco de agua.
En ese mismo instante recibí una llamada, como sí hubiese leído mis pensamientos.
—¿Si? —respondí, tomando asiento en la sala.
“Hola, ¿Como estás?”
Escuché del otro lado, con tranquilidad provocando lo mismo en mí, aunque me negara a admitirlo.
—¿Necesitas algo? —sonreí levemente, a la espera de su reacción.
“¿Puedes responder adecuadamente? Hace días que no puedo verte.”
—¿Será por qué estoy muy ocupada?
“¿Es así?”
No respondí y cerré los ojos, imaginando su expresión.
“No me dejas opción.”
—¿De que hablas? —masajeé mi frente, aún con los ojos cerrados.
Él no respondió, en su lugar escuché el tono de la llamada que había colgado, seguida por el timbre. Abrí los ojos de repente, negando la posibilidad de que sea realmente él.
Me levanté para observar a través del mirador y efectivamente estaba allí. Dudé un momento mientras acomodaba mi cabello desalineando para finalmente abrir.
—¿Ésta es tu última opción? —dije, en cuanto lo miré. Para mi sorpresa tomó mi rostro para besarme con intensidad.
—¿Como estás? —preguntó, en cuanto se separó.
—Ryan... —me quejé, intentando soltarme ya que aún sostenía mi rostro.
—¿Como estás? —repitió.
—¿Eres un niño?
—No te dejaré hasta que respondas. —me abrazó, ocultando su rostro en la cavidad de mi cuello.
En ese momento me embargó un sentimiento que no sentía hacia mucho tiempo, un sentimiento de necesidad y no era exactamente mi necesidad. Sentía que era él quien me necesitaba de algún modo, al aferrarse de ese modo como un niño que buscaba algo.
—Estoy bien. —respondí, en un susurro.
—Está bien. —me sonrió, confundiéndome y no podía quedarme con la duda.
—¿Por qué actúas así?
—¿No puedo abrazarte? —me liberó lentamente.
—No es eso... —tomé sus brazos, teniéndolo. —Pareces dulce y ambos sabemos que no eres así.
—¿No soy así, o no quieres ver una perspectiva diferente de la que tenías?
Su pregunta me tomó desprevenida, de niña esa pregunta habría tenido una respuesta rápida y fácil, pero en ese momento no la encontraba.
—No lo sé, de todos modos no somos exactamente una pareja para pasar por esto. —finalmente lo solté para sentarme.
—¿Nuevamente quieres ponerme a prueba? —se sentó a mi lado, para acercarse a mi oído —Como cuando dijiste que era solo sexo.
—No me lo recuerdes, eso fue demasiado. —lo miré y sonrió complaciente. —No de ese modo, por favor. —suspiré con agotamiento.
—¿Ya presentaste la demanda? —acomodó su brazo en la parte trasera del sillón para luego halarme, y que descansara sobre sí.
—Si, llamé a mi padre en la mañana. Está todo listo, pronto sabré de sus abogados y estaremos preparados para la audiencia cuando sea anunciada. Estoy agotada. —confesé lo último, cerrando los ojos por unos segundos.
—Estaría bien que descansaras. —tomó mi mano para besarla con suavidad.
—Suena bien, pero no muy propio de tí. —inevitablemente sonreí por el cosquilleo que me producía.
—¿Cuando dejarás de atacarme? —lo sentí sonreír.
—No es un ataque, es una defensa. —lo miré.
—¿Soy peligroso? —rió divertido.
—Lo suficiente.
—Sabes que soy inofensivo.
—Y tu sabes que eso no es cierto. —volví a sentarme bien para responder.
—Si ese es el caso, también me pregunto hasta que punto eres inofensiva. —imitó mi acción.
—No es muy difícil de saber, no lo soy. Y según tu, hasta parezco de la mafia. —recordé sus palabras en el viaje que hicimos.
—Lo parecías, y aún no descarto esa posibilidad.
—Bien por tí. —me acerqué para besarlo, impidiendo que respondiera. —Deja de atacarme.
—Eres tú quien lo hace Lily, siempre lo haces. —me miró de un modo penetrante, mientras nuestras respiraciones se mezclaban por la cercanía.
—Esta vez te daré fundamentos para tu acusación. —ante su confusión me moví de mi lugar para sentarme sobre sus piernas, provocándolo, aún sabiendo que no lo soportaría.
—¿Puedo llevarte a un juicio ahora mismo? —preguntó, provocando mi risa, mientras se acercaba para besarme con sensualidad. Sus manos subieron lentamente por mi espalda para acercarme más.
—Espera... —lo detuve al escuchar el insistente sonido de una llamada en mi móvil.
—Algo me dice que es Vanessa, no respondas. —tomó mi mano antes de que llevara el móvil al oído.
—Responderé, silencio. —coloqué un dedo sobre sus labios. —¿Diga?
“¡Lily! ¡Mi adorada amiga!”
Alejé el aparato por su exagerada exclamación, aún sin comprender sus ánimos.
—Tu actitud es demasiado sospechosa, confiesa de una vez. —dije, con una sonrisa. Olvidando por un momento a quien estaba conmigo.
“Pensaba... Que...”
Parecía una niña que no se atrevía a pedir algo.
—Solo dilo. —intenté levantarme, pero Ryan me lo impidió.
“¿Podemos salir ésta noche?”
—Esta noche me parece... —me detuve al sentir sus labios en mi mano, sorprendiendome al sentir que mordisqueaba de un modo juguetón. —Oh... —lo detuve de inmediato para levantarme y poder hablar.
“¿Estás acompañada?”
Aquello lo preguntó de un modo acusador, hasta podía imaginar su reacción.
—No, no lo estoy. —evité mirar a Ryan. —¿Esta noche? Me parece bien, necesito distracción, pero hay una pregunta importante, ¿Solo nosotras?
“Bueno, también irá mi novio.”
Hizo énfasis en la última palabra.
—Ya regodeaste que son novios, no es necesario que lo digas así. —reí por su actitud.
“Y como decía, mi novio...”
Nuevamente enfatizó.
“Sugirió invitar a Ryan también, ¿Te molesta?”
Entonces giré para encontrarlo demasiado cerca, con una sonrisa dibujada en su rostro mientras me abrazaba por detrás.
—No, sabes que me da igual. —lo ignoré hasta que sentí sus besos por mi cuello, provocando un suspiro involuntario.
“Está bien, ya entendí que estás muy ocupada.”
Lo dijo en un tono perverso que seguramente Ryan escuchó.
“También puedes traer al galán de tú novio, así cerramos su boca.”
—Te dije que no es mi novio. —regañé por lo bajo. —Está bien, nos vemos esta noche.
Colgué rápidamente al sentir su mano escabullirse en mi blusa.
—¿Puedes esperar? —lo miré, enarcando una ceja.
—¿Y tú puedes decirme que clase de relación tenemos?
—¿Iremos a lo mismo, de nuevo? —reí con ironía.
—No es solo sexo, y no somos novios. Entonces, ¿Que? Tengo curiosidad.
—¿Te parece un acuerdo placentero? —coloqué mis manos en su cuello.
—No me gusta ese término. —hizo una mueca.
—¿Amigos con derecho?
—Tampoco. —negó de inmediato.
—Tienes razón, tampoco somos amigos. Entonces, no lo sé. —encogí los hombros. —¿Podemos dejarlo de lado por un momento?
—¿No te gusto? —levantó mi rostro con una mano, para que lo mirara directamente a los ojos.
—Olvidalo, si piensas platicar de esto, no estoy de humor. —intenté alejarme.
—Escuché que dijiste que necesitas distracción, sabes perfectamente que puedo ayudar en eso. —sonrió de lado. —Está bien, olvidemos lo demás por un momento. —agregó en mi concordancia, dejando de lado el tema anterior.
Me tomó entre sus brazos como solía hacerlo, para llevarme a la habitación y probar su intensidad y parecía no tener agotamiento. Eso era lo que más me sorprendía y fascinaba de él, pero no se lo diría en ningún momento.
Ryan es un niño???? Creo que uno muy travieso muajajaja
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