CAPÍTULO 51
CAPÍTULO 51
Terminaba una reunión con el señor Rogers cuando lo escuché suspirar con pesar.
—Lily, te haré una pregunta. —temí aquellas palabras, creyendo que me involucraría con su hijo hasta que continuó. —Sé que tuviste reuniones con Ryan, ¿Puedes decirme si trataron algún acuerdo?
—Eso... —recordé los últimos documentos y asentí. —me pidió asesoría con respecto a nuevas propuestas, ¿Le preocupa algo?
—Confío en él, pero no confío en los demás. Especialmente en aquellos que requieran inversiones, nuestro modo de trabajar es más metódico y dejamos las inversiones a los Anderson, lo sabes.
—Lo sé. —confirmé. —¿Le preocupa que haga una mala elección y eso lo lleve a una pérdida?
—En parte, por la situación que está pasando la empresa de tu padre y somos socios, hay que cuidarnos en absolutamente todo. Quizás, el tema quedó fuera de discusión luego de que ganaras el caso, pero eso no significa que sucedió lo mismo entre nuestros pares. —cerró su portátil para mirarme con atención, entonces recordé algo importante.
—Ya que lo menciona, ¿Usted conoce a alguien llamado George Walker? —mi pregunta parecía sorprenderlo.
—¿Curiosidad?
—No exactamente.
—Deberías preguntarle a tu padre. —se levantó de su lugar.
—Ya lo hice y no me dijo nada que ayudara, y se lo pregunto a usted porque ese hombre fue a ver al empleado accidentado. No sé qué le dijo exactamente, pero incluso le dejó su tarjeta. —la busqué entre mis cosas para mostrarla.
—¿Por qué haría eso? —frunció el ceño, tomándola para observar.
—Quizás, por la misma razón que mencionó hace un momento. Sea quien sea, existe la posibilidad que quiera perjudicarnos en conjunto, tanto a la empresa de mi padre como la suya por la sociedad. ¿No lo cree?
—En los negocios siempre existieron formas y formas de perjudicar a la competencia, pero siempre se lo hacía de frente. Al parecer, hoy se hace desde las sombras, que curioso. —sonrió levemente. —Deja que hable con tu padre de esto, tu ocúpate de las demás cosas.
—Está bien.
—Y llama a Ryan, dijo que iría a un almuerzo de negocios. Temo que todo esté relacionado con esto. —movió la tarjeta.
—¿Almuerzo de negocios? —cuestioné confundida. —¿Sabe donde o con quien?
—No sé con quién, pero tengo la dirección del restaurante donde siempre atendemos estos asuntos. Puede estar allí. —me entregó otra tarjeta.
—Esperemos que si. Iré allí, y no se preocupe, sólo hable con mi padre.
Me despedí de él para conducir hasta aquel restaurante que se encontraba a unos diez minutos.
Al llegar lo busqué con la mirada, hasta encontrarlo con quien tenía en mente y, a la vez, no creía que podía encontrarlos a ambos platicando tan amigablemente.
—Como puede ver, este negocio es totalmente rentable y así, ambos obtendremos resultados positivos. —lo escuché decir mientras me acercaba a la mesa. Sonreí por sus palabras que me resultaban absurdas, pero él sabía cómo engañar a las personas.
—Señor Rogers, creí que me informaría con tiempo de ésta reunión. —hablé antes de que Ryan respondiera, sentadome en el asiento vacío.
Él solo me miró, sin comprender mi repentina aparición y por su lado, Xavier borró la media sonrisa que tenía.
—Tenías mucho trabajo, ¿Que haces aquí? —llamó mi atención para que lo mirara, y solo le dediqué una expresión desinteresada.
—Disculpen, ¿Este encuentro estaba previsto? —preguntó Xavier y decidí responder.
—Claramente, soy la abogada de quién está presente. —señalé a Ryan. —No puedo dejar que haga un negocio sin un buen análisis, especialmente si es contigo.
—¿Realmente es su abogada? —preguntó, ignorándome.
—Lo es, pero no estaba previsto este encuentro. Puedes retirarte. —me indicó y negué, acomodandome con la intención de continuar allí.
—No creo que afecte. —agregó Xavier con una sonrisa desafiante, dando a entender que conseguiría lo había ido a buscar.
Los dejé platicar por un momento hasta que nuevamente mencionó el acuerdo de negocio.
—De este modo hay equidad para ambas partes. —mostró los documentos.
—Que forma más vil. —murmuré para mí misma. —Olvidas lo más importante, que es el cumplimiento riguroso de ambas partes al firmar el documento. De otro modo, la contraparte no puede asegurar que el beneficiado cumplirá como se debe.
—Eso está estipulado en el documento y ya lo discutimos antes de que llegaras. —me miró con seriedad.
—No me digas. —resoplé, evitando reír.
—¿Ustedes se conocen? —preguntó Ryan, haciendo que frunciera el ceño. Sin comprender a que iba esa pregunta cuando ya sabía la respuesta.
—Soy italiano, y la señorita aquí presente trabajó allá...
—Sé toda esa historia. —interrumpió con seriedad. —Me refería a ustedes. —remarcó señalándonos en un vaivén.
—Respondiendo eso... —amplió su sonrisa. —Nos conocemos más de lo que imagina, pero no estamos aquí para eso.
—Tienes razón, y una vez más eres tan poco profesional. —mencioné para molestarlo. —Me pregunto cómo es que pudiste formular un acuerdo de negocio por ti mismo, incluso me pregunto cómo es que llegaste hasta aquí y es un dato importante. —volví a mirar a Ryan, que solo nos miraba sin expresión. —El restaurante de este hombre fue clausurado por no respetar las normas de higiene y tener instalaciones insalubres, por lo que fue demandado, no creo que quieras que te vinculen con un hombre con tan mala reputación.
—Ese no es tu asunto, quiero comenzar una nueva vida. —controló su tono totalmente enfadado.
—Claro que es mi asunto, y sobre la nueva vida... —me acerqué un poco. —no te creo absolutamente nada.
—Muy bien, aquí damos por finalizada esta reunión. —Ryan se levantó acomodando su traje, indicándome que lo acompañara.
—Espere...
—Te equivocaste de objetivo, una vez más. —sonreí, mirando disimuladamente a Ryan. —este hombre de aquí no se detiene. Y no te preocupes por la cuenta, pagaré por ti, dudo mucho que tengas dinero suficiente para un lugar tan costoso.
Salí acompañada de Ryan mientras borraba mi sonrisa al haber sonado tan grotesca, pero no podía tratarlo de otro modo.
—¿Como supiste que estaba aquí? —tomó de mi brazo.
—¿Por qué viniste a verlo?
—No respondas con una pregunta. —parecía molesto.
—Tu padre me lo dijo, teme que sucedan cosas y estoy de acuerdo. Aún estoy tratando tu asunto así que trata de ser prolijo hasta entonces, evita estas cuestiones. —desvié la mirada.
—Vine aquí para ver hasta donde llegaban... —no comprendí y levantó mi rostro para que lo mirara. —viniste aquí porque te preocupaba, en cuanto a él, sólo quería saber que clase de persona era. Soy alguien cuidadoso y no tan estúpido como crees. —sonrió levemente, despejando cualquier signo de molestia de su expresión.
—A veces actúas muy extraño. —me solté para que caminaramos en dirección de nuestros automóviles.
—¿Tienes el resto del día libre? —me detuve ante su pregunta y antes de que respondiera vi que alguien más se acercaba.
—Lily, ¿No te fue suficiente arruinarme? —cuestionó totalmente enfadado. —¿También arruinaras todos mis planes? ¿No puedo tener una nueva vida? ¿Tanto te dolió lo que hice?
Hubo unos segundos de silencio hasta que reaccioné para responder del mismo modo agresivo, pero con sutileza, acercándome a él.
—No tengo problemas con tus planes de nueva vida, siempre y cuando sean tus planes. —hice énfasis. —Pero me es muy difícil creer que esa idea venga de ti, alguien tan simple y sin perspectiva de desarrollo futuro, ¿Acaso olvidas como es que forjaste tu reputación?. —tomé el cuello de su camisa para acomodarlo con tranquilidad, mientras su expresión se suavizaba al mirarme. —¿Me dolió? Por favor, tampoco te sientas el centro del mundo. Espera... —acomodé su corbata presionandola un poco más. —Alguien te dió demasiada libertad y se te aflojó la correa.
—¿Estás loca? —se alejó.
—Sabes que lo descubriré más rápido de lo que piensan, ¿Cierto?
Sin decir una palabra giró y se retiró, dejando que la molestia acrecentara en mi interior.
—Cuando quieres eres muy peligrosa. —mencionó Ryan, tomando de mi mano para caminar en sentido contrario. —Ahora tengo mucha curiosidad acerca de lo que pasó entre ustedes.
—¿Es así? —asintió. —Estoy más interesada en lo que sucederá entre nosotros, estoy agotada por esta estúpida tensión entre nosotros. Siempre la hubo, pero hoy no quiero tratar con ella, ¿Es posible?
—Eres tú quién siempre la acrecenta. —lo miré con una mueca de disgusto. —A mí, no me molestaría olvidarla por completo. —sonrió con tranquilidad, haciendo que la molestia cediera, produciendo desequilibrio en mi interior.
—¿Puedo tener solo tu compañía hoy? —pregunté en tono bajo, con timidez, como si se tratara de algo malo. Como si fuera algo prohibido.
—No debes preguntarme, solo dímelo y allí estaré para ti. —su respuesta me sorprendió, y aunque fruncí el ceño, evité mirarlo. —No debería de sorprenderte, esto es inevitable, ambos los sabemos y sucederá tarde o temprano.
—¿De que hablas? —moví la vista a todos los lugares posibles excepto a él.
—Sabes de lo que hablo. Vamos. —tomó mi mano con firmeza y seguridad para caminar de ese modo.
Mientras caminábamos pensé en lo extraña que era la vida y las situaciones que estábamos viviendo, negándome a creer que podían florecer sentimientos genuinos de nuestros encuentros pasionales. A la vez, tanto los negocios, como las leyes y los sentimientos tenían su lado oscuro. El señor Rogers lo había mencionado de un modo que parecía no encajar en su rutina de trabajo, pero estaba en la mía. Podía decir que era una de las personas que mejor sabía cómo funcionaban esas cuestiones, aunque pedía que no llegara el momento para demostrar esa parte de mí y mi profesión.
—¿Quieres ir a mi casa en la tarde? Max pregunta mucho por ti... —se detuvo para mirarme con una leve sonrisa.
Actualización extra ʕっ•ᴥ•ʔっ
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