CAPITULO 28

Al día siguiente decidí tomarme el día libre dejando mis responsabilidades de lado. No tenía energías para lidiar con el papeleo, pero eso significaba acumular trabajo.

—Vamos Lily, ¿Eres así? Claro que no. —intenté reaccionar golpeando mis mejillas con las palmas.

Quizá no podía hacer mucho con respecto a mi empleo, pero podía tomar acción sobre otras cosas, como el problema de mi socio.
Luego de un exaustivo análisis decidí hacer una llamada importante.

—Hola, ¿Me recuerdas? —recibí la confirmación. —Necesito que me ayudes en algo, toma nota.

Al dar la información necesaria solo quedaba esperar y para eso salí a tomar un poco de aire. Para mí sorpresa encontré a tres personas en uno de los parques, no muy cercano, pero me había alejado demasiado. Uno de ellos en cuanto me vió sonrió llamando la atención de sus acompañantes.

—Hola Max. —me acerqué rápidamente para tomarlo y evitar que se cayera, ya que había corrido hacia mi.

—¿Lily? —Vanessa parecía sorprendida al igual que su acompañante.

—Hola. —les sonreí levemente, levantando al niño. —¿Que hacen aquí? —se senté con ellos.

—Como puedes ver, pasando tiempo con Max. Es mi ahijado. —respondió Benjamín con una sonrisa y asentí comprendiendo.

—No sé que me sorprende más, que no estés trabajando o que Max tenga esa confianza contigo. —agregó mi amiga.

—Es que nos hicimos buenos amigos, ¿Verdad? —miré al niño que rió. —Tan adorable.

—Vaya. —escuché a Benjamín y volví a mirarlos.

—Y no estoy trabajando porque, ayer fue el primer aniversario de Jeremy, así que decidí tomarme el día libre.

—Aun te afecta, y lo entiendo. —mi amiga me abrazó. —¿Por qué no me llamaste para que te acompañara? Lo recordé pero pensé que no irías, llovía mucho.

—Debía hacerlo sola, no te preocupes. —susurré. —Por cierto, ¿Quien es su madrina? —miré a Benjamín.

—Una amiga de Ashley, y mi ex novia. —miró discretamente a Vanessa e hice lo mismo. Sonreí al ver que rodó los ojos con fastidio.

—Entiendo, entiendo. No expliques más. —levanté una mano con una media sonrisa. —Solo espero que sean buenos con Max porque él se lo merece. —besé sus mejillas.

—Eso deberías decírselo a Ryan.

—¿Que quieres decir? —fruncí el ceño sin comprender.

Dudó un momento, mirando a Vanessa hasta que asintió y suspiró.

—Sucedieron muchas cosas a lo largo de estos años. Ryan es un buen padre, pero eso hizo que sobreprotegiera a Max, no sé cómo explicarlo... —negó. —Pero las cosas con Ashley no fueron bien y eso provocó que nos alejaramos como amigos. Solo hasta hace unos meses que me permite ver a Max, de otro modo se hacía cargo de todo, él mismo.

—¿Fue por eso que mencionaste su reconciliación la otra noche? —recordé.

—Si, ellos no son un matrimonio, hace años que están en un vaivén pero todos sabemos que no funcionará. Incluso Ashley viaja continuamente a España y pasa semanas enteras allí, Ryan nunca permitió que llevara a Max y no quiero imaginar cuan difícil fue para él ingeniarse incontables veces entre la casa y el trabajo. Algo con lo que pude ayudar, pero no me lo pidió hasta ahora.

—En definitiva solo son Ryan y Max. —miré al niño que comía sus galletas.

—Es así, Ashley supuestamente regresa por él y de vez en cuando hace una que otra escena de celos a Ryan.

—Estoy segura de que si, intentó hacerlo en la empresa hace un tiempo. —recordé sin ganas.

—¿Hablas en serio? —asentí. —¿Y qué hiciste?

—Nada, solo la ignoré. Aún no comprendo su empeño conmigo, para cuando llegó al país, con Ryan éramos más que desconocidos. —fruncí el ceño.

—No hay razón para desconfiar. —agregó mi amiga.

—Exactamente, a menos que Intente ocultar sus propias acciones. —murmuré.

—¡Es lo mismo que digo, pero Ryan no me escucha! —exclamó Benjamín, sorprendiendonos. —Deberías decírselo, estoy seguro de que te escuchará.

Lo miré totalmente incrédula y luego a mi amiga que sonrió levemente.

—No lo creo. —negué con la cabeza. —¿Por qué lo haría? Además, no tengo ninguna intención de involucrarme en sus asuntos personales, no me interesa en lo más mínimo. —fruncí el ceño.

—¿Segura? —cuestionó interesado para luego señalar a Max. —No creo que esa interacción y confianza sea coincidencia, estuviste concurriendo a su casa.

—Si, lo hice pero justamente porque no podía dejar a Max solo y  fue para tratar algunas cosas que... —me detuve. —¿Por qué debo darles explicaciones? Me conocen, saben que es completamente imposible, por favor.

—En realidad no dijimos nada extraño, nos referimos a su relación general , no personal. —respondió mi amiga. —Aunque no nos molestaría ver algo más, ¿No, bebé?

Entonces reí divertida, provocando su vergüenza.

—¿Bebé? Vanessa... —volví a reír. —Realmente su relación va por un camino muy serio. —los señalé a ambos. —Tengo mucha curiosidad por ver la reacción de Selena y Alexia.

—Para eso estás tú, me ayudarás con ellas, por supuesto. —sonrió triunfal.

—¿Perdón? Creo que eres lo suficientemente mayor para atender tus amoríos. —negué con una sonrisa, levantándome para entregar a Max en los brazos de Benjamín.

—Lily. —se quejó como una niña, haciendo una mueca llorona.

—No funcionará. —negué una vez más. —Ahora los dejaré disfrutar el bonito día y practiquen la paternidad. —los señalé a los tres. —¡Nos vemos!

Me alejé rápidamente antes de que se dieran cuenta y replicaran ante mi dicho.

Caminé con una leve sonrisa, una que se fue apagando al compás de mi andar. Quería concentrarme solo en mi trabajo, pero las cosas cambiaban de rumbo con cada día, en ese momento pensé en cuan difícil habría sido para Ryan ocuparse de  Max.
Aquello no debía ser de mi incumbencia y tampoco importarme, podía dejar de lado a Ryan pero Max era un caso diferente, era un niño inocente y solo hasta ese momento asimilé que no lo escuché hablar ni una sola vez.

Suspiré con pesadez, deteniéndome antes de cruzar la calle y sacudir la cabeza.

—Basta Lily, las cosas no tienen que cambiar porque estés aquí. Se manejaban de un modo y continuarán haciéndolo. —murmuré para mí misma, intentando no sumar preocupaciones en mi vida.

Al llegar a mi departamento comencé a cocinar, hacerlo era una buena manera de distraerme y relajarme. Preparé una comida elaborada que me llevó un tiempo prudente y suficiente para descansar mentalmente.

—¿Ahora qué? —observé mi móvil en señal de una llamada, antes de hacer el primer bocado.

Observé el remitente, deseando ignorarlo pero finalmente no pude.

—¿Si? —coloqué el altavoz.

“Hola”

—¿En qué puedo ayudarte? —hice el primer bocado.

“¿Como te sientes?”

Detuve mi acción ante la pregunta, frunciendo el ceño con confusion, observando el móvil hasta que reaccioné.

—Bien. —bebí mi jugo.

“Bien, igualmente puedes tomarte el día de mañana si así lo prefieres.”

—Claro que no, con un día fue suficiente. Además, tenemos cosas que discutir, retomar la agenda y muchas cosas referidas al lanzamiento. Y claro, cuestiones legales.

“Como quieras. Buenas noches.”

—¿Solo llamaste para eso? —no respondió y en su lugar escuché el tono en señal de haber colgado. —oye... Como te atreves. —tomé el móvil con fastidio.

Al terminar limpié todo lo utilizado, perdiendome en mis pensamientos.

—¿Que demonios te sucede? —resoplé, aún con fastidio. Dejando todo en su lugar.

Antes de recostarme recibí otra llamada, una que si esperaba.

—¿Si? —me senté en la cama.

“Tengo lo pedido, le enviaré algunos archivos ahora mismo y mañana puedo entregarle el paquete.”

—Adelante. —vi la recepción de documentos —Bien, mañana te enviaré el lugar y la hora para encontrarnos.

“Como diga.”

Sin más que decir colgó. 
Estuve un momento mordiendo mi uña sin saber que hacer, ¿Debía abrir el archivo? De hacerlo seguramente lo leería completo y afectaría a mis horas de sueño.

—Hay que resolverlo rápido. —decidí abrir los documentos y leer su contenido, asintiendo ante la información.

Aquello era importante y podía decir que era una carta más para utilizar a mi favor y sería una posible ventaja para algo próximo.

Vanessa siempre aminora el ambiente *aplaude*

Pero ... Coloquemos un poco de suspenso *chan Chan*