CAPÍTULO 25
CAPÍTULO 25
Vanessa y Benjamín se recibieron con un dulce saludo de pareja, entre abrazos y besos haciendo que desviara mi atención a cualquier lado excepto al otro presente, ¿Que hacía ahí? Comenzaba a molestarme mentalmente.
—Hola Lily... —me saludó Benjamín al separarse de su novia y acercarse a mi.
—Alto ahí, puede ser contagioso. Con un hola está bien. —moví mi mano en saludó provocando sus risas.
—Bueno, creo que están en la misma sintonía con Ryan. Hola —Vanessa me imitó saludando del mismo modo al nombrado.
Ingresamos al lugar que estaba concurrido moderadamente por personas de diversas edades.
—¿Por qué aquí? —miré a mi amiga. —no dejaste que comiera mis hamburguesas, pensé que me llevarías a un restaurante.
—Porque también se puede comer aquí y además, se puede beber —miró a su novio que asintió en concordancia.
—Pero mañana tengo que trabajar, Ryan también, además es padre... —lo miré. —¿Que demonios haces aquí?
—Está con Alexia —respondió con tranquilidad y miré a Benjamín.
—Mamá insistió en cuidarlo cuando supo que saldríamos. Ryan también necesita un poco de descanso, ¿No?
—Como sea, debemos trabajar mañana. Tú también, excepto Vanessa que seguramente tomó su día libre.
—Estás en lo correcto —levantó un pulgar. —pero, debido a que cargas demasiado estrés, vayamos a un lugar más tranquilo. Te cuidaré pequeña Lily —tomó mi mano como a una niña y salimos del lugar.
Caminábamos delante, seguidas por ambos hombres que intercambiaban algunas palabras que no logré escuchar.
—¿Que intentas hacer? —cuestioné, en tono bajo.
—Ya lo verás, solo déjamelo. —respondió del mismo modo.
A una cuadra había un sencillo restaurante con mesas tanto dentro, como fuera del lugar y optamos por sentarnos fuera.
—Tomaré sus pedidos. —nos atendió un joven con sonrisa atractiva.
—Vaya, Lily tienes un imán con los hombres guapos —mencionó mi amiga con una sonrisa burlona.
—No lo creo. —negué acomodandome en mi lugar.
—Siempre humilde —continuó mientras recibíamos nuestras bebidas.
Evité mirarla para cuestionar a qué se debía su atención en mi. Hasta parecía que me quería hacer parecer una chica tierna delante de los presentes.
—¿Como van con sus empleos? —preguntó Benjamín de pronto.
—Bien. —respondió quien estaba a su lado.
—¿Saben? Tengo curiosidad de como trabajan con esas actitudes. Vamos chicos, no pueden tratarse así el resto de la vida. —Vanessa comenzaba a exagerar.
—¿De que hablas? —la miré mientras bebía mi bebida con pajilla.
—Son socios, temo que lleven a las empresas a la quiebra por la poca comunicación. —nos señaló a ambos.
—Imposible. —se limitó a responder y concordé con un asentimiento.
—Increible. —rió Benjamín. —lo primero que imagino cuando pienso en ustedes trabajando juntos es, Ryan ¿Trajiste los documentos? Y él asintiendo, entregando lo pedido y viceversa. Es increíble, compadezco a Dylan y Taylor que se turnan al trabajar con ustedes.
—Exactamente. —le siguió su novia.
—No somos así pero es trabajo, no podemos hacer mucho.
Entonces lo miré, recordando lo sucedido en la tarde y estaba en lo cierto al decir que no podemos hacer mucho aunque hayamos pasado por un momento confuso.
—Suficiente. Lo último de lo que quiero hablar esta noche es de trabajo, ya que mañana debo tomar esa acción. —moví una mano para cambiar de conversación.
—Tienes razón. Debes liberar el estrés que no puedes —frotó mi hombro con una sonrisa maliciosa.
—Vanessa... —dije, por lo bajo mientras recibíamos nuestra comida.
—Extrañaba esto... —nos señaló a los cuatro. —estar juntos y de algún modo sin preocupaciones
—Habla por ti. —comencé a comer.
—Principalmente, extraño a Lily, esa Lily tierna que en este momento me abrazaría como si fuese un oso de peluche. —me señaló con una cucaracha.
—Por favor, lo que dices no tiene sentido...
—¿Por qué no? —me interrumpió Benjamín.
—Porque a los 10 o 14 años no teníamos estas salidas. No pasamos nuestra adolescencia así, o yo no estuve en ella y luego a los 18 me fui, creo que están idealizando momentos que no sucedieron. —no supieron que decir. —y tampoco habría sucedido en caso de haberlo sabido, Vanessa me dijo, “salgamos” y pensé que seríamos solo nosotras. En ningún momento imaginé que ustedes estarían aquí, de otro modo me habría quedado en casa. —encogí los hombros.
—Ah Lily, eres tan fría como un tempano de hielo. —Benjamin negó ante mi dicho. —no se trata de que sucedió o no, intentamos recuperar de algún modo ese momento, definitivamente superas a Ryan en frialdad.
Nuevamente encogí los hombros con desinterés, dando a entender que no cambiaría mi actitud.
—No creo que sea fría, se debe a los momentos. —lo escuché decir.
Detuve el bocado que haría para mirarlo, sintiendo un calor referido a vergüenza subir por mi cuerpo.
—¿A que te refieres? —preguntó mi amiga, totalmente interesada.
—Me refiero a qué, cuando se trata de trabajo creo que es más dedicada que en situaciones como éstas. Al parecer no desvía su energía en cosas innecesarias. —me miró directamente, con profundidad haciendo que sintiera pena en mi interior, pero no podía desviar la mirada o sería una batalla perdida.
—Entonces, nosotros somos una perdida de tiempo. —se quejó Vanessa. La miré haciendo una expresión de indignación exagerada.
—Él lo dijo, no yo... —tomé de mi bebida.
—Ryan, ¿Que le pasó a tu labio? Parece que alguien te mordió.
Benjamín estaba demasiado cerca, observado su labio mientras retenía mi bebida debido a la sorpresa. Y en cuanto me miró cubrí mis labios para no ahogarme, un intento inútil.
—¿Te reconciliaste con Ashley? —continuó indagando ante el silencio de su amigo, mientras su novia me ayudaba a recuperarme.
¿A que se refería con reconciliación? No debía importarme, pero tenía curiosidad.
—Tranquila, le daremos una lección. —murmuró cerca de mi. Realmente no tenía idea de lo qué tenía en mente.
—Ashley se fue nuevamente y aún no regresa. —hizo un bocado.
—¿Entonces tuviste una aventura? —preguntó Vanessa, pero no recibió respuesta. —bueno, no eres el único. Creo que ambos se divierten.
—¿Que quieres decir? —agregó su novio con confusion, ella nos señaló con la mirada y él se sorprendió. —ellos...
—Al parecer encontraron diversión en la oficina o fuera, no sé los detalles. —rió.
—Que mente tan perversa tienes, te dije que no fue así —repliqué de inmediato.
—¿Como que no? Lo que tienes allí no es un piquete de mosquito.
—Gracias, que gran amiga eres. En serio. —expresé con sarcasmo.
—¿Que tendría de malo? No somos niños y eres una mujer libre. Dinos Ryan, ¿Hay algún chico guapo trabajando con ella? El hijo de un socio, quizás.
—¿Como podría? Después de todo, despidió a todos —bebió de su bebida, mirándome disimuladamente.
—¿Que hiciste qué? —se sorprendió tanto que llamó la atención de algunas personas. —eso no lo sabía, ¿Que te sucede mujer?
—La situación lo ameritaba. —suspiré con cansancio.
—Aún así, ¿Quién es el chico? Debe ser muy atractivo y gustarte para que lo ocultes de esa manera.
—Te dije que no, no y punto. No es lo que crees, comienza a seguir una religión para que limpien esa mente puerca que tienes. —expresé con malhumor.
—Ya, tranquila... —me abrazó.
Evité mirar a cualquiera de los presentes, en especial a uno. Me sentía apenada con ellos y conmigo misma, Vanessa intentaba descubrir y a la vez exponer una posible aventura ante Ryan para que mostrara algun tipo de emoción, pero de haber sabido que era él. De haber sabido que por poco pude tener una aventura justamente con él, no habría estado de ese modo. Lo que sucedía parecía una broma del destino o como quieran llamarle, pero también me sorprendía que Vanessa no lo haya deducido con su rapidez mental para esas cosas.
Personalmente, en ese momento me sentía agotada para mantener esa postura de chica fría e indiferente ante él, de ser otro modo habría aprovechado para jugar con la situación y pagarle del mismo modo.
De pronto la pregunta: ¿Que estaba haciendo?
Me encontraba en la encrucijada: Regresar a actuar como la niña que renuncié a ser fuera de mí entorno cercano, debatiendo con la mujer fuerte que había forjado. Era ambas pero a la vez quería dejar una y, por otro lado quería abandonarla a ambas para ser alguien hostil con todo el mundo y evitar cualquier duda que comenzaba a presentarse y molestarme. O debería decir, corrección, la actitud de Ryan era la que molestaba de gran manera.
Durante un par de horas no dije nada hasta que comencé a bostezar con cansancio y tuve que pedir que me llevara de regreso. Claramente me despedí de Benjamín, pero ignoré a Ryan, como siempre.
—Vanessa... —mencioné cuando se detuvo en un semáforo. —¿Por qué hablaste de esas cosas delante de Ryan? No es nuestro amigo, no tiene que saber de esto.
—Es justamente por eso... —me sonrió. —porque no es nuestro amigo, debe saber que eres una mujer deseada por los hombres.
La miré con incredulidad.
—Sabes a lo que me refiero, justamente porque no es nuestro amigo debe conocerte un poco más. Conocer a Lily Walker, la mujer maravillosa que eres. Debe conocer tu nueva versión y no lo digo en el sentido laboral. —avanzó al dar luz verde.
—¿Que ganaría con eso? Él no me importa en lo más mínimo. —observé las calles iluminadas, evitando su atención en mi.
—Lo sé, y lo único que quiero es que sepa la mujer que perdió por una española irritante con tintura en exceso que le quemó las neuronas. —expresó con actitud competitiva. —quiero colocarte en lo alto de sus expectativas, que se arrepienta y si es necesario que lo reconozca y arrodille ante ti por todo lo causado. Eso sería lo ideal, y tú das el golpe final, rechazando cualquier cosa. Con tu frialdad actual no será muy difícil. —me animó.
—Recuerda que nuestros padres tienen una sociedad definitiva, que pasará a nosotros en poco tiempo. Lo último que quiero es tensión y que eso perjudique los negocios. Sin mencionar que esperas demasiado de él, es Ryan, creo que es más probable que lleve a quiebra la empresa y no arrepentirse, al menos no conmigo. —liberé un suspiro pesado, evitando anticipar lo que imaginaba mi amiga.
—No importa, cualquier cosa estaría bien. En caso de no ser sufrimiento, será amor. Ustedes merecían mucho de ello. —estacionó delante del edificio. —maldita Ashley que apareció para arruinarlo todo. —murmuró totalmente molesta.
—Gracias por tu plan, gracias por tu preocupación y gracias por tu amistad, pero ya no pienses en eso. Puedo ocuparme de mi vida privada, tu solo ocupate de Benjamín. —la abracé con fuerza.
Pobrecita Lily, un día le dará algo por tantos ahogamientos XD
¿Apoyan la idea de Vanessa?
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