CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 2
El día de la boda se acercaba y preparaba una maleta mediana para pasar unos días con mi familia, pero no esperaba que alguien tocara la puerta.
—¿Xavier? —me sorprendí al verlo allí.
—Hola... —desvió la mirada. —¿puedo pasar?
Pensé unos segundo, para luego suspirar con cierta resignación y darle permiso.
—¿Que te trae por aquí? —crucé los brazos.
—Quería verte, y disculparme por lo de hace unos días. No debí hablarte así, todo fue mi culpa... —respondió con la mirada baja, aún sin mirarme.
—Claro que es tú culpa, ¿quien crees que soy? —no respondió y levanté un poco la voz. —Al menos podrías mirarme si realmente estas ofreciendo una disculpa.
—Lo siento —sorpresivamente me abrazó. —creo que crucé la línea, perdoname.
—Sueltame —articulé con seriedad. —aunque lo sientas y te disculpes no resuelve nada, tampoco te da el derecho de abrazarme de ese modo. Sueltame —repetí al ver que no se movía.
—Lily... —susurró.
—Sueltame Xavier —fruncí el ceño en cuanto levantó la mirada.
—¿Terminaremos así? Dices que no tengo razón pero, estás actuando de éste modo —parecía no entender.
—No estamos terminando, pero tampoco te estoy perdonando. Aunque tu ofrecimiento es un avance, no sueles ser tan sensible y arrepentido —liberé un leve suspiro.
—Es porque lo pensé mejor, además llevamos casi un año juntos. Superemos este mal entendido juntos.
—Eso pensé, pero creo que sería bueno darnos un tiempo. Iré a la boda de mi hermano y me quedaré una semana para pasar tiempo con mis padres, será bueno distanciarnos unos días. —volteé para acomodar unas cosas.
—En realidad... —me detuve. —dijimos que iríamos juntos y así conocer a tus padres, ¿lo recuerdas?
—Claro que lo recuerdo, aunque por lo resiente comienzo a plantearme eso. Además, ¿por qué tanta insistencia en conocerlos? —volví a mirarlo.
—Simplemente quiero caerles bien, y que sepan que soy un buen hombre. Así estarán tranquilos de que estés aquí —sonrió con tranquilidad.
—Xavier... —negué. —deja que me ocupe de ello, y no estés tan seguro de que estarán a gusto, mucho menos mi padre.
—De acuerdo, estará en tus manos —levantó las suyas en señal de que no haría nada y sonreí.
Xavier era una mezcla de un adolescente/adulto propiamente dicho, conmigo era gentil y un tanto hiperactivo al hacer unas cosas. Como si desatará una adolescencia que no vivió. Por otro lado, también era un hombre responsable cuando se trataba del restaurante o cosas relacionadas.
Aunque para mí fuera un equilibrio casi perfecto, también tenía sus defectos, como todo. Defectos que quizá pasaba por alto en algunas ocasiones, pero era consciente de que debía ponerle un punto claro más pronto de lo que esperaba.
Al día siguiente estábamos en el aeropuerto esperando abordar nuestro vuelo, mientras movía mis piernas escuchando música. Me perdí tanto en lo que escuchaba que me alteré un poco cuando tomó mi mano para halarme mientras llevaba las maletas.
—Oye... —me quejé.
—Dieron el aviso, lo perderemos —señaló una pantalla.
—Rayos, ¿por qué no lo dijiste? —me molesté tomando mi maleta y correr un poco para llegar a la fila.
—Te lo dije, solo no me escuchaste —llegó junto a mi.
—Por favor —murmuré.
—Un momento... —nos detuvo alguien de seguridad. —por motivos de seguridad, sus maletas serán llevadas al avión junto a los demás equipajes.
—Pero sólo es un pequeña maleta, tenía entendido que podría llevarla conmigo —respondí de inmediato.
—Lamentamos la sitúacion, pero no será posible. Puede llevar su bolso —señaló el que llevaba en el brazo.
—Pero...
—No hay problema —me interrumpió mi pareja entregando las maletas. —vamos —tomó mi mano para que fuéramos directo al abordaje.
—Pero mi maleta —me quejé.
—La tendrás en Londres, no te preocupes —me haló para abrazarme con un brazo.
—Hay más probabilidades que se pierda —fruncí el ceño.
—Sabes que no es cierto, solo es un vuelo de dos horas...
Así abordamos el avión, y al llegar estábamos recibiendo una explicacion de porqué se habían extraviado algunas maletas, e incluso tuvimos turbulencias con una escala en un viaje tan "corto".
—Y dijiste que era poco probable —me molesté al salir del aeropuerto.
—Lo era, aunque también suceden imprevistos. Al menos estamos bien —sonrió sin preocupación.
—Si, al menos tenemos cosas personales aunque debo hacer compras. La boda es mañana, ¡mañana! —me alteré un poco y más aún al ver a mi hermano a una distancia prudente.
—¿Como no reconocerte en medio de tanta gente? —sonrió acercándose.
—¿Que haces aquí? —empujé un poco a Xavier para que no estuvieran cerca.
—Quería recoger a mi hermanita, ¿algún problema con eso? —me sonrió para dirigir su mirada a mi pareja. —definitivamente hablaremos seriamente. —murmuró mientras me abrazaba.
—Jeremy... —Intenté no quejarme y no sonar infantil hasta que nos separamos. —perdimos nuestras maletas.
Xavier se acercó un poco aclarando la garganta y así poder presentarlos.
—Hermano, él es Xavier, te hablé de él... —desvié la mirada ante la expresión de mi hermano. —Xavier, él es mi hermano, Jeremy.
—Es un placer conocerte, Lily no habla mucho de su familia pero si me ha contado algunas anécdotas suyas —estrecharon las manos.
—Ya veo... —sonrió forzadamente, lo conocía a la perfección como para saber que lo hizo. —perdiste tus maletas, entonces debes hacer tus compras para mañana. Te quedarás en casa de nuestros padres e irás con mamá. No podrás ver a Amy hasta mañana, ¿de acuerdo?
Lo acompañamos hasta su automóvil mientras me hablaba como a una niña pequeña.
—Xavier... —Intenté hablar.
—Conozco un buen hotel para tu amigo —me interrumpió. —podrá ir a la boda mañana, no tengo problema con ello, pero papá no creo que opine lo mismo. —lo observó por el espejo retrovisor.
Hasta meses atrás Xavier le caía de maravilla a mi hermano, por el simple hecho de hacerme lo suficientemente bien y feliz, aunque verdaderamente no lo conociera por obvias razones. De otro modo habría reaccionado como lo hizo en ese momento.
—Llegamos, este es tu destino amigo. —se detuvo en un hotel de la ciudad.
—Gracias, ¿crees que sea posible una platica entre nosotros? —se inclinó un poco en su asiento.
—Lo siento, pero estoy muy ocupado. Mañana será la boda y luego la luna de miel, es completamente imposible. Pero dime, ¿tienes dinero?
—Entiendo, y si tengo dinero. Gracias y nos veremos mañana Lily. —se escuchaba un poco desanimado por lo que volteé para mirarlo.
—Claro, descansa. Te llamaré luego
En cuanto se bajó miré a mi hermano que solo encogió los hombros y condujo hasta la casa de nuestros padres. En ningún momento dijo nada hasta que llegamos y para mi sorpresa no estaban allí.
—Lily... —cerré los ojos al escuchar mi nombre. —¿que edad tiene este tipo?
—¿Por qué lo preguntas? —suspiré sentándome en el sillón.
—Porque no parece alguien de tu edad, no parece tener 21 años —se sentó a mi lado
—No lo tiene, pero tampoco tiene 30 —suspiré con cansancio. —tiene 25
—¿Tiene mi edad? Lily, ¿realmente esto es lo que quieres?
—¿A que te refieres? —fruncí el ceño.
—Claramente hablo de tu futuro
—Espera, ¿en algún momento dije que me casaré con él? —frunció el ceño. —¿es mi pareja? lo es. ¿Me hace bien? También, pero eso no significa que me casaré en algún futuro así que no te preocupes por ello. Ahora estoy en una relación pero quiero centrarme en mi carrera.
—Te entiendo. —tomó mi mano. —pero también comprende qué, no es su edad el problema aunque pueda preocuparme un poco. Solo no quiero que tomes decisiones equivocadas, ¿si?
—No lo haré, decidí irme de aquí y fue mi primera gran decisión, la mejor que pude tomar. Lo sabes, dijiste que confiabas en mis decisiones, solo confía un poco más en mi. —sonreí levemente. —Prometo no decepcionarte a ti ni a nuestros padres.
Aquel día tuvimos una platica reflexiva acerca de lo que sucedía y como hacía mucho tiempo no la teníamos hasta que llegaron nuestros padres. Su bienvenida fue tan cálida que me sentí una niña pequeña en sus brazos, la calidez y contención que sentía en sus abrazos era irremplazable. Los había extrañado tanto.
Luego de hacer unas compras con mi madre pude llamar a Xavier que al parecer estaba un tanto ansioso y preocupado por la actitud de mi hermano.
—No debes preocuparte, ya hablé con él...
“¿Segura? No lo sé, es muy intimidante. Y pensar que tu padre puede ser aún más, es un poco abrumador.”
Río un poco nervioso.
—No te preocupes por ello, ¿recibiste la dirección? —confirmó. —mañana nos veremos allí para ir juntos, ¿de acuerdo?
“Lo entiendo”
—No llegues tarde.
“Sabes que no lo haré”
—Bien, nos vemos mañana.
Luego de colgar me tumbé en mi cama tomando un oso de peluche que tenía desde la infancia, lo observé un momento para acariciarlo y recordar un poco mi infancia. En breve dejé mi accionar para observar el vestido que usaría al día siguiente, lo había escogido con cuidado para que no pareciera demasiado pero si elegante, y a la vez me cuestionaba un poco lo que estaba haciendo.
Estaba segura de mis acciones pero reencontrarme con mi familia había despertado ciertos sentimientos melancólicos, difíciles de explicar. Aunque no llevábamos mucho tiempo sin vernos, mis padres viajaban regularmente a verme. Quizá, no era el reencuentro sino el lugar, la ciudad donde crecí y decidí dejar años atrás.
—Lily, no puedes arrepentirte. ¿Reflexionar? Siempre... —dejé el oso para acercarme al vestido y observarlo con atención.
Era un color verde claro, sencillo por el color; elegante por el estilo. Algo que realmente había llamado mi atención y gusto, más una abertura a lo largo de la pierna. En definitiva era totalmente mi estilo.
—¿Arrepentirme? Nunca... —sonreí recuperando mis ánimos encaminándome hacia la puerta y así bajar a cenar con mis padres.
Al día siguiente disfruté de todo el preparativo junto a mi madre, desde el salón de belleza hasta masajes para estar totalmente relajada para la boda. Aunque no fuese mia ella decía:
—Somos familia del novio, debemos disfrutar este día con la misma intensidad —recordó con pepinillos en los ojos haciéndome reir.
—Me pregunto si tia Sam está igual —me relajé.
—No, Sam es más espontánea. Tiene una belleza y serenidad natural, aunque no dudo que Alexia con Eve la arrastraron a algún salón.
Evité exteriorizar mi risa al imaginar tal cosa y continuar disfrutando el trato.
A la hora acordada estaba en el lugar que le había indicado a Xavier aunque no estaba allí.
—¡Sorpresa! —apareció de algún lado cuando estaba a punto de llamarlo.
—Siempre haces lo mismo —me molesté. —“no llegaré tarde” —lo imité. —para llegar 10 minutos después, la próxima te dejaré plantado, te lo digo. —fruncí el ceño totalmente molesta al ver que sonreía.
—Mi novia es la más hermosa cuando se molesta, por esa razón me gusta hacerlo. —rió.
—Pero... —me detuve al sentir sus labios sobre los mios.
—Vamos, o llegaremos tarde —susurró al separarse e incomodarme un poco al ver que algunas personas nos observaban al pasar. —tus mejillas están sonrojadas.
Tomó mi mano para dirigirnos al lugar que estaba a una cuadra más adelante.
—¡¿Lily?! —reconocí aquella exclamación de entre los invitados.
—¡¿Vanessa?! —respondí del mismo modo mientras se acercaba a gran velocidad para abrazarme.
—¡Sabía que vendrías! —exclamó cerca de mi oído, algo muy característico en ella. —por eso imploré a los novios para que me invitarán. —susurró provocándome una carcajada.
—Tan tú —me separé para admirarla. —guau, mirate. Hermosa como siempre —la hice girar.
—Gracias —hizo una posé delicada. —pero, ¿que hay de ti? Luces completamente como una diosa —imitó mi accionar, haciéndome girar.
—Lo dices porque llevamos varios meses sin vernos, qué, por cierto.... —la tomé de los hombros. —dijiste que irías a visitarme meses atrás.
—Lo sé, pero hubo ciertas cuestiones. Te lo contaré luego... —miró a mi acompañante para señalarlo disimuladamente con la cabeza.
—Oh, te lo presento. Vanessa, él es Xavier mi... Novio. Xavier, ella es Vanessa mi mejor amiga —los presenté adecuadamente a lo que mi amiga saludó educadamente pero con una sonrisa que conocía perfectamente.
Literalmente su rostro decía: gusto en conocerte pero no me agradas en lo absoluto y no cambiará.
—Mucho gusto, espero llevarnos bien. Ya que al ser su mejor amiga, espero que me veas como uno también —mi pareja sonrió.
—No te adelantes a los hechos. Primero debo conocerte y saber cuales son tus intenciones con mi amiga, de otro modo —encogió los hombros dando a entender su postura.
—Te extrañé tanto —la detuve antes de que dijera otra cosa. —¿sabes donde están los novios? Le escribí un mensaje a mi madre pero no respondió.
—Si, en el segundo piso hay habitaciones. Allí deben estar, vi a Eve llegar e ir para allí.
—Perfecto. —miré a Xavier. —Iré a ver a mi hermano y luego a la novia, ¿te quedas aquí?
—Claro.
—¿Lo cuidas un momento? —miré a mi amiga con una mirada que comprendía muy bien, por lo que me respondió un "Ok" con las manos.
Mientras caminaba pude observar la magnífica decoración del lugar, se podía decir que algo mágico para todos e inolvidable para los novios.
—Que bonito —suspiré, mientras me dirigía hacia las habitaciones.
Damos inicio a una mini maratón para dar contexto de la historia
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro