CAPÍTULO 117

Al día siguiente regresamos para ver a Selena para que nos diera los resultados y su expresión al verlos asustaron a Ryan.

—Mejor véanlo ustedes mismos. —nos entregó el papel y Ryan lo observó un momento, leyendo sin comprender lo que decía.

—No dice absolutamente nada. —frunció el ceño.

—Será porque es un papel cualquiera y el análisis es este... —rió levantando el indicado y suspiré con paciencia. —Lo siento, lo siento...

—No está Vanessa, pero tú lo compensas. —murmuró totalmente molesto y esperamos su respuesta.

—¡Felicitaciones! —exclamó casi al instante, asustandonos por su repentina reacción. —Lily, estás embarazada de cuatro semanas.

—¿Que? —me sorprendí mirando a Ryan que parecía haber quedado en shock.

—¿Seremos padres? —me miró, intentando asimilar la noticia y asentí para ser abrazada de un modo que no me lo esperaba. —Seremos padres.

—Seremos padres. —confirmé para mirar a Selena que nos miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

—Una vez más, felicitaciones, futuros papás. Ahora hablemos de los cuidados que debes tener, más aún siendo mamá primeriza. —se acomodó en su asiento para explicarme algunas cosas que atendí, al igual a Ryan mientras sostenía mi mano.

—Oh, por favor. No se lo digas a nadie, sabremos cuando dar la noticia —pedí antes de irnos.

—No te preocupes, es secreto profesional. —sonrió despidiéndonos.

Al salir caminamos en silencio, pero tomados de la mano y mi esposo parecía que aún estaba bajo los efectos de la noticia.

—¿Te encuentras bien? —pregunté en tono bajo.

—¿Que si estoy bien? Estoy excelente, cariño. Finalmente tendremos un hijo juntos. —abrió la puerta del automóvil por mí.

—Lo tendremos juntos, pero no olvides a Max. —lo miré en forma de reproche.

—Es mi hijo, jamás lo olvidaría. —comenzó a conducir.

—No solo es tu hijo, ahora  también es mío...

Al llegar a la casa preparé el almuerzo con ayuda de Ryan por las nauseas que me producía y Max no me quitaba la mirada de encima.

—Estoy bien. —le sonreí para que no se preocupara. En ese entonces recibí una llamada de mi madre y la tomé haciéndole una seña a Ryan para que se ocupara de la comida.

Fui a la sala para responder, sentándome en el sillón y sin que lo supiera Max fue detrás con su mirada fija en mi persona.

—Hola, mamá... —respondí palmeando mis piernas para que subiera a sentarse.

“Hola hija, ¿Como estás?”

Su pregunta fue sospechosa, pero esperaba que Selena haya guardado el secreto.

—Estamos bien, Max está aquí... —le acerqué el móvil para que saludara.

—Hola abuela. —dijo con tanta ternura que lo abracé.

“Hola cariño.”

Respondió del otro lado, sabía que lo adoraba como si fuera su propio nieto y eso me tranquilizaba.

—¿Que se te ofrecía? Estamos apunto de almorzar. —hablé luego de un suspiro.

“Bueno, hace mucho tiempo que no nos reunimos así qué pensamos en cenar todos, pero ésta vez será en nuestra casa, esta noche ¿Pueden?”

—Hmmm, se lo preguntaré a Ryan y luego te lo digo. —me levanté con Max en brazos para dirigirme a la cocina.

“¿Está por ahí?”

—Si...

“Dile...”

—Mamá... —me quejé y miré a mi esposo que hacía una mueca de incomprensión. —Cena en casa de mis padres, ¿Podemos ésta noche?

Él pensó un segundo para luego asentir mostrando un pulgar arriba.

—Está bien, ahí estaremos. Nos vemos. —colgué para sentar a Max en su lugar y suspirar.

—¿Sucedió algo?

—No, solo es una cena, como siempre. —encogí los hombros.

Por la noche los tres estábamos en la puerta de su casa esperando que abrieran y nuestros padres nos recibieron con notable euforia, particularmente abrazandome como si no me vieran en años.

—Tambien me alegra verlos. —dije un poco asustada por sus actitudes, pero me miraban a la espera de algo. —Lo siento, no trajimos el postre. La tienda estaba cerrada.

—Eso no... —se quejó mi madre y me confundí, dirigiendo la mirada a Selena que platicaba con Eve, pero ambas me miraban con una sonrisa.

—¿Secreto profesional? Me quejaré mañana mismo. —la señalé y rió totalmente divertida.

—¿Con quien? Soy la jefa. —alardeó y no tuve más opción que dar la noticia que esperaban.

—Bueno, ya no será sorpresa, pero estoy embarazada. —sonreí desviando la mirada y todos nos felicitaron.

—¿Estás feliz Max? Tendrás un hermanito. —le habló Eve y él me miró con sorpresa.

—¿Es cierto? —asentí.

—Así es, tendrás un hermanito, ¿Te gusta la idea?

—¡Si! —festejó abrazandome.

Al regresar estaba teniendo una videollamada con mi amiga para darle la noticia y parecía no salir de su asombro.

“No debería sorprenderme, ya que Ryan se esforzó mucho...”

Se refirió a cuando estuvimos en Paris y reí.

“Pero los felicito...”

Benjamín se acercó a ella para mirarnos.

“¡Felicidades!”

Cubrió toda la pantalla con su rostro y reí divertida, por lo cual Ryan no pudo evitar acercarse para ver lo que sucedía.

“No sé que me sorprende más, ¿La noticia o que hasta ahora no hayan tenido un hijo? No lo sé...

Siguió mi amiga y estuve de acuerdo.

“Aunque también es comprensible, ¿Por qué tendrías un hijo con un hombre que te hizo una primera propuesta tan pobre y que no te llevó a una luna de miel...”

—¿Lo recordarás hasta el último día verdad? —cuestionó Ryan con su expresión característica.

“Hasta mi último día.”

Confirmó y negué porque ya comenzarían con sus discusiones.

—Bien... —me arrebató el móvil para hablar. —Ahora colgaremos porque mi bella esposa necesita descansar, y no escucharé tus burlas sin sentido, chica que aún no se casa. —la atacó y supe que la molestó demasiado.

“¡Y lo dice el idiota que olvidó su primer aniversario! ¡Iré a Londres para convencer a Lily que se divorcie de ti! Maldito...”

No pudo terminar debido a que Ryan le colgó cuando estaba hablando, me miró con una expresión satisfecha en el rostro y negué para acomodarme para dormir.

—Ya maduren, ¿Quieren? —mencioné cerrando los ojos. —Todos somos adultos, pero ustedes quedaron en las discusiones infantiles.

—Ella comienza y no lo soporta. —también se acomodó, abrazandome.

—Si, aunque admito que estoy de acuerdo y no pretendía darte ni un solo hijo por lo del aniversario. —fruncí el ceño, aunque no pudiera verme.

—Lo compensé, ¿O no? —susurró cerca de mi oído y suspiré.

—Si, lo hiciste. Vamos a dormir. —soné agotada para que no intentara nada.

—Antes, quisiera hablar de algo importante.

—¿Sobre qué? —giré para mirarlo y él sonrió.

—Nuestros hijos, quiero que lleven ambos apellidos. Más de una vez mencionaste la prevalencia del apellido de tu padre, así que quiero respetar eso. —no supe que decir. —Si estás de acuerdo, quiero que sean Walker Rogers, y también pretendo agregarlo a Max.

—Max Walker Rogers. —mencioné sentándome para pensar bien. —Suena imponente y te agradezco la consideración, mi padre estará muy feliz al saberlo. —sonreí.

—¿Estás de acuerdo?

—Lo estoy, pero preferiría que fuera Rogers Walker, así cuando sean adultos puedan escoger firmar solo con su apellido paterno. Para mí es el más importante, y suena más imponente, imagina Max Rogers Walker. —sonreí. —De ese modo no habrá muchos cambios para él.

—Está bien, como quieras. —me besó lentamente. —Mañana mismo podríamos comenzar con la documentación.

Asentí para acomodarnos y descansar, ya que nos esperaban días agotados y no era solo por el papeleo, tenía la impresión de que el embarazo me agotaría por alguna razón.

¡¡¡Hay bebé!!! *Se emociona*