Tulipanes Morados

Vinculados a la nobleza y a la monarquía.

"... el regalo de un tulipán transmite un mensaje de apoyo para combatir los miedos y las inseguridades."

Entra jugando con las mangas de su sudadera —señal de sus nervios—, desde el día en que amablemente rechazo la oferta a pertenecer un vengador, supo muy poco de Tony, le fue devuelto el traje y fue todo, sin embargo, hace un par de días recibió por medio del mismo un mensaje para asistir al complejo.

Se le permitió la entrada apenas dijo su nombre, supone que Tony había avisado de su llegada. Pero al entrar no encontraba a nadie.

—¿Sr. Stark? —Llama en voz alta, esperando ser escuchado.

—El Sr. Stark se encuentra en el mini bar del piso superior.

—¿Y cómo llego allá? —pregunta.

La IA lo guía, y apenas al entrar al lugar se ve golpeado por el fuerte aroma a alcohol. Quiere salir, pero un cuerpo sentado en el piso le llama la atención y se acerca hasta él.

—¿Sr. Stark? —Peter se agacha y lo mira. Luce bastante ebrio y parece no estar muy cuerdo.

—¿Chico? —Apenas y logra ser entendible—. ¿Qué haces aquí?

—Usted me citó. —Musita.

Se preocupa, sabe sobre Tony y la bebida, pero no que tenía problemas de este tipo, es consciente de que cuando una persona bebe hasta ese grado —y más aun estando solo— es porque no se siente bien y que tiene problemas. No quiere imaginar qué clase de problemas emocionales o físicos ha de pasar el mayor para estar en ese estado.

—Yo no-lo olvide —dice el mayor, tratando de recordar—. Espera, iré a cambiarme.

Intenta ponerse de pie, pero es detenido por Peter al notar el tambaleo.

—Creo que no podrá hacerlo. Espere un momento.

Tony musita algo que no es entendible y Peter por su parte busca entre el alcohol, algo que le indique es agua. Al ubicarla vierte un poco sobre un vaso y vuelve a caminar hasta el mayor.

—Beba esto —pide, dándole el vaso—. ¿Necesita algo...?

Tony lo mira y niega con la mano mientras bebe del agua. Peter guarda silencio, no esperaba verlo en aquel estado y no sabe que más debería hacer o siquiera si debería estar ahí.

Aunque ahora que lo vio, no puede permitirse dejarlo solo.

—Soy un asco —escupe Tony.

—¿De qué habla? —pregunta confuso.

—Todo el mundo cree que ahora seré quien dé la cara por ellos. Ni siquiera puedo lidiar conmigo, todos tenían razón, solo soy un maldito egocéntrico que piensa en sí mismo.

—Yo no-

—Ni siquiera puedo ser un mentor para ti. Por esto es que te aleje desde un principio, solo te destruiría.

—Señor, yo no creo eso —interrumpe Peter—. Usted es un ejemplo para mí. Si ha tenido muchos tropiezos, pero siempre se ha levantado, ¿no es así?

Tony no responde.

—Es Iron Man, el hombre que no se deja derrumbar, desde hace años lo he admirado, y no, no importa lo que usted diga, es un buen hombre.

—Te equivocas...

—Puede ser —Peter mira a Tony, luce acabado, abatido y herido—. Pero no creo que el hombre en el que he creído tantos años sea un asco. Y ya que menciono mentor, creo que nadie sería mejor que usted.

—¿Ni el capi paleta?

Peter pierde la seriedad y permite reírse, siendo seguido por Tony.

—No, ni siquiera él.

—Ayúdame a ponerme de pie, debo darme una ducha.

Peter asiente, tomándolo con cuidado. Él quiere ser ese apoyo que Tony necesita.