Pasé la boda con un sinfín de emociones, aunque traté de estar más presente y disfrutar dentro de lo posible.

Mi hermano, su esposa y su cuñado tuvieron que regresar casi al día siguiente, ya que debían ver el negocio que tenían. En tan poco tiempo me había acostumbrado demasiado a Sergio, me fue difícil volver a verlo partir, en definitiva odiaba las despedidas, al menos lo que me dejaba más tranquilo en esta ocasión, es que nuestra relación había mejorado bastante, quizás no era tan estrecha como cuando era un niño, pero al menos ya no era como habíamos estado en los últimos años, ahora estaba consciente de que aunque estuviera lejos tenía una familia que se preocupaba por mí y que podía contar con ellos de ser necesario, aunque eso me era difícil de considerar, en lo más posible siempre he tratado de resolver mis asuntos por mis propios medios.

Días después acabé finalmente de mudarme, mi hermano me dijo que se encargaría del departamento, no tenía ni la menor idea si lo iba a rentar, vender, o dejarlo por si necesitaba venir, él me dijo que me despreocupara de ese asunto.

Fue extraño dejar ese lugar donde viví casi 10 años de mi vida, nunca me sentí a gusto ahí, la ubicación no era la mejor, a veces escaseaba el agua, en tiempos de calor parecía un horno y cuando hacía frío era como un iglú, más, sin embargo, ahora sabiendo que era posible que nunca regresaría, caí en cuenta que se había vuelto mi hogar.

En ese pequeño espacio pasé por demasiadas cosas, en el viví mis peores días, pero también fue parte de mi crecimiento como persona y añadiendo que gracias a que tuve un departamento propio pude ayudar a Alan, mis días más obscuros, más felices, los inolvidables, se quedarían como un bonito recuerdo en esas paredes.

Era mi segunda mudanza, sintiéndome casi de la misma manera, aunque trataba de animarme pensando en la nueva vida que me esperaba a lado de Aim, esta vez la nueva etapa que comenzaba no iba a ser solo, la comenzaría a lado de la mujer que ahora llamo mi esposa, y que sabía que, aunque habría días difíciles, también habría días buenos.

Un mes después de la boda nos fuimos de luna de miel a Nueva York, fue un viaje agradable, sin dudar era lo que nos hacía falta, alejarnos de toda persona conocida, de nuestro entorno cotidiano, cambiar la rutina, ese viaje nos ayudó a mejorar un poco la relación que había comenzado a gastarse, mi vida parecía estar mejorando.

La mayor alegría que llegó poco antes de que Aim se fuera a su diplomado, fue un pequeño gatito que, para mi sorpresa, ella me regaló teniendo en cuenta que no era fan de las mascotas, era el mejor detalle que había tenido conmigo, me dijo que era para que no me sintiera solo durante su ausencia.

Lo llamé Silvio y en efecto, me ayudó bastante cuando llegó la fecha en que tenía que irse, era increíble como un pequeño ser te podía cambiar por completo el ánimo.

Todo parecía que estaría bien, comenzaba a sentirme mejor que hacía muchos años, mi único asunto pendiente seguía siendo Alan, pero ya no podía hacer nada al respecto, deseaba que le fuera bien, que no le haya arruinado la vida, me hubiera gustado que las cosas se dieran de otra forma, me gustaría haberme quedado en paz con él, quería una oportunidad para poder disculparme como Dios manda, pero sabía que no era el mejor momento, era posible que solo cometería más estupideces, debía dejar que las cosas tomaran su propio curso, quizás en algún momento se daría la oportunidad o quizás no, uno no sabe que le espera por delante.

Y llegamos al final y no puedo creerlo.

Ha sido toda una aventura pero se logro, gracias a ustedes es que esto se hizo posible y no me queda más que darles las gracias ❤❤

Aún no me despido de está historia ya que estaré subiendo algunos capítulos extras así que espérenlos.

También estoy preparando una sorpresa que les estaré anunciando más adelante, pronto les contaré al respecto.

Y ya para terminar, voy a editar la historia más que nada la ortografía y uno que otro detallito nada que afecte a lo que ya conocen creo yo.

Nos leemos próximamente y muchísimas gracias por acompañarme hasta el final.

Aprecio muchísimo su apoyo.