Elleny.

Domingo, 25 de marzo de 2018.

Raro. Confuso. Triste. De esa manera era que Afraid había estado luciendo los últimos días. Sin embargo, eso era algo que yo podía notar a través de su mirada apagada. Más no algo que él había expresado en palabras.

A la vez, algo dentro de mi me decía que no era algo relacionado conmigo. Y eso me aliviaba, pues su actitud cambió luego de hacer lo nuestro oficial. Al principio, una parte de mi sentía que formalizar lo nuestro, no lo había complementado de la manera que él esperaba que lo hiciera. Que sus expectativas se habian llevado por la borda, lo que era en realidad. Pero luego descarté ese pensamiento. En los momentos que acariciaba su espalda o que ambos nos sumergiamos en el pleno éxtasis de besos y suspiros, eran los instantes en los que su miraba reflejaba descanso y alivio. Como que por esos escasos minutos, su mente volaba libre de todo aquello que lo oprimía.

Casi no habíamos estado juntos en su apartamento el último mes, pasamos la mayor parte del tiempo juntos en el apartamento con las chicas o dando uno que otro paseo por allí.

Por eso, se me ocurrió que para celebrar nuestro primer mes juntos, necesitariamos un poco de la privacidad de su apartamento . Con ayuda de las chicas, había organizado una cena, de esas un poco clichés, pero que nunca estaban demás. De esas con velas aromáticas para atenuar el ambiente y música suave de fondo. Demasiado cursi— Pensé, pero las chicas a su vez me contagiaron la emoción y terminé por entusiasmarme. De igual manera sabía que ese era el tipo de pequeños pasos que debía ir dando poco a poco para comenzar a ser más expresiva con respecto a mis sentimientos. Por lo menos él lo merecía.

Duré un par de horas limpiando y ordenando todo de la manera correcta para que luciera como tenía pensado. En realidad duré más de lo esperado porque el apartamento estaba repleto de polvo, lo cual era extraño tomando en cuenta lo maniático que resultaba ser Afraid con la limpieza, pero con todo el trabajo que tuvo durante el último mes, lo dejé pasar.

Tenía una corazonada especial sobre esta noche.

Todo sería una sorpresa, por lo que luego de terminar de organizar todo, lo llamé.

Tras dos repiques, respondió.

—¿Todo bien princesa?

—Si, desde luego, ¿Donde estas?

—Vía a casa. En un rato pasaré a verte.

— Gracias al cielo! Porque justo necesito unas cosas de tu apartamento— Agradecí dentro de mi que justo estuviese en camino, y que no se le hubiese ocurrido pasar la noche en casa de Elliot porque tendría que arruinar la sorpresa. Mencioné una que otra estupidez que en realidad no necesitaba de su casa, y colgué la llamada.

Me apresure a tomar una corta ducha, vestirme y arreglarme un poco con maquillaje. Amaba lucir preciosa para él.

Luego de que estuve lista, solo fue cuestión de minutos cuando escuché el sonido de la llave encajando en la cerradura, mis nervios se dispararon y una sonrisa enorme se instauró en mi rostro.

Afraid abrió la puerta y sus ojos revoloteaban de un lado a otro mirando con asombro lo que había preparado para él, y aunque no tenía unas palabras especiales listas para decirselas, de mi boca comenzaron a salir unas cuantas.

—Yo sé que el miedo te cubrió y te ofreció una burbuja de protección por muchos años, pero aún así tú me permitiste entrar en tu corazón y eso ha vuelto loco de felicidad al mio. Nada de lo que haga podrá ser suficiente para hacerte feliz de la manera como tú me haces a mi.

Sus ojos se establecieron fijos en la misma dirección que los míos y solo quise arrojarme hasta él y besarlo.

—Elly, eres más de lo que un día espere. En todos los sentidos. Y me alegra saber que he vuelto loco de felicidad a tu corazón, porque eso solo me indica que ambos nos sentimos igual y que vamos en el camino correcto. Que somos nuestro camino correcto, el uno al otro.