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Capítulo 25

Narrador

—¿Te vas? —le pregunta el pequeño al verlo caminar hacia él con un bolso negro terciado en sus hombros.

—Asi es, tu padre llegara esta noche —responde arrodillándose.

Odia las despedidas tantos como quedarse demasiado tiempo en un lugar, nunca llegó a pasar más de una semana en Edimburgo, pero fueron dos años yendo y viniendo. Desde que el pequeño tomó su dedo en ese ascensor siente que le debe algo, regresarlo en brazos de su padre se ha convertido en su obsesión.

No puede evitar verle y ver a su hijo reflejado en él o a sus sobrinos. Le es imposible que tu propia familia pueda llegar a dañarte de esa manera, aunque el mismo es la prueba que esta sociedad está podrida. Se arrodilla ante él y pasa sus manos por el cuello para quitarse la medalla, tras hacerlo la pasa por el cuello del niño y la deja allí.

—¿Conoces la batí señal? —le pregunta y el pequeño asiente sin poder evitar que su barbilla tiemble.

—Dijiste que estarías allí para verte —le recuerda.

Él quiere verle y Ángelo teme su reacción cuando lo haga, sin embargo, una promesa es una promesa. Necesita salir de la mansión él y sus hombres porque los Mackay han estado trayendo cosas a ella. El niño ha permanecido oculto gracias a la inmensidad de la casa, pero con sus hombres es distinto.

—Te veré esta noche, cuando todos se hayan dormido —le promete y el niño asiente —siempre que quieras has el llamado y estaré contigo.

—¿Lo prometes?

—Palabra de honor —se incorpora y besa ambas mejillas del niño mientras deja el dispositivo en sus manos junto con los audífonos —no lo olvides, no te alejes de eso.

—Si señor —responde con voz tímida y sale de la habitación.

Ha visto a su tía en el comedor besándose con su prometido y a las dos enfermeras del niño en la sala de terapia. Se abstuvo que nadie viera o escuchara lo que le dijo, porque no se fía de nadie allí solo de sus hombres y los de Duncan. Hace unos días atrás el terapeuta del niño fue descubierto como la persona que entregaba información a los Kelly. Ese malnacido no volverá a hablar nunca más, pero ello no impedía pensar que la manzana podrida daño a otras.

—¿Ya te vas? —pregunta Kelly y asiente —¿Te volveré a ver?

—Depende que tan mal te portes —le responde mirando a Sousa y este solo sonríe —soy el encargado de limpiar la mierda de esposas que se buscan... intenta no ser una de ellas, porque te advierto que no tendré piedad.

Sonríe al ver el rostro de espanto de la rubia y le hace un guiño a su compañero antes de bajar las escaleras. Cuando se trata de mujeres solo confía en su esposa y en Alana, una por ser la madre de su hijo y la otra porque es lo más parecido a una hermana.

—No volverás a verme entonces...

—Yo sé que sí —le aclara con una mano en la puerta del auto —las personas no pueden ir en contra de su verdadera esencia, esta tarde o temprano sale a la luz —le muestra dos dedos de su mano y tras un guiño entra al auto que en segundos sale de la mansión.

(...)

Airam Mackay entra al castillo con sus dos hijos, detiene el vehículo frente a la inmensa edificación de más de diez siglos de construcción. Cuando Thomas les despertó esta mañana, lo primero que se enteró y debe aceptar le dio cierta satisfacción fue saber que durmió con ellos en casa.

Gozo que duró poco al enterarse que Gabriela Doyle también.

¿En que estaba pensando cuando hizo algo así? Si bien, la chica le parecía agradable, divertida y le hacía bien a su hijo... sus padres y familia eran poderosos y estaba Rose de por medio. "—Me casaré con ella hoy—le había dicho al decirle que recordara a Rose —ella me ayudó y su esposo también".

—Esto no acabó bien —advierte a sus hijos, que al igual que él, observan el lugar. —estoy seguro que no.

Nunca han pisado ese castillo, ni siquiera con motivo del compromiso o matrimonio de Rose. En aquella época, ellos estaban distanciados y se podría decir que hoy día era distinto, no tanto, pero sin dudas mejor que en aquella época.

—La quiere y ella también, pienso que es todo lo que debería importar —habla Geimy y su padre suspira negando.

Amarse no siempre es suficiente y él lo sabe. En algunas ocasiones hace falta el sentido común en una relación, un polo a tierra que te impida edificar castillos en el aire. Su hijo a edificado uno, al querer casarse con ella sin la bendición de sus padres.

—¡Bajemos! Intentaré hablar con el padre, sí es que hay algo que se pueda hacer.

Lo duda, pero se vale soñar.

No acaba de terminar la frase cuando una figura sale por la enorme puerta de la fortaleza. Gino Doyle II es casi una celebridad en Escocia y un modelo a seguir de ser humano. Se caracteriza por su aspecto noble, hombre de bien, piadoso y pacifico a quien nunca se le ha visto enojado.

Que sea Thomas Mackay, la persona que ha contribuido al aspecto severo de este instante no le gusta. Camina en dirección a Airam espalda recta y porte erguido, sus fosas nasales se inflan y desinflan al tiempo que sus manos a la lado y lado están empuñadas. Su aspecto le recuerda a un toro de lidia, uno tres veces más grande de lo normal y con un aspecto muy temible.

—¿Airam Mackay? —le pregunta y éste hace un movimiento de dedos a sus hijos para que se alejen.

El castillo está en calma, no hay policías o ambulancias y el creía encontraría una de esas dos al llegar. Que no existan no le quita de sus entrañas la sensación que su hijo hizo las cosas mal el día de hoy.

—El mismo —responde en una calma que está lejos de sentir.

—¿Usted lo sabía? —cuestiona y hay cierto brillo en su mirada que no le gusta.

¿Debería decirle que su hijo también? Debate mientras ve a sus hijos a lado y lado de él. No se irán y en caso que esa bestia alce su enorme puño hacia él, harán lo posible para que no le dé el tercero, porque los dos primeros son seguros.

—Ayer de tarde tuve una urgencia y fui al hospital —confiesa —regresé demasiado tarde, solo hasta esa mañana lo supe... Thomas me lo dijo.

No vale la pena mentirle menos excusarse, tiene todo el comportamiento de alguien que desea golpear y varias gotas de sangre en su inmaculada camisa. Mira por encima del individuo o lo intenta, en búsqueda de su hijo con la leve sospecha que es su sangre, porque el hombre no se ve golpeado.

Thomas tiene 32 años y ella está próxima a cumplir 25, si ella fuera una chica del común esta platica seria absurda. No obstante, no es asi, dentro de todas las mujeres con las que el quiso rehacer su vida, fijó sus ojos en la más prohibida y con mas restricciones que un miembro de la realeza.

—¿Y no hizo nada? ¿Cómo pudo permitir un acto asi? La dejó en casa...

—Son adultos —le recuerda —y ella también lo es, lamento mucho esta situación, pero debe aceptar que usted contribuyó a que esto pasara.

Si no le hubiera prohibido a Thomas verla después de caer en la cárcel por golpear a ese chico o amenazarlo con enviarla lejos de su alcance, si simplemente hubiese aceptado la relación hoy no estarían viviendo esto. Le prohibió verla y a ella tener contacto con él, su experiencia como padre y ser humano le dice que solo se obtiene el resultado contrario.

—¿Qué sucede si fuera su hija Airam? ¿Haría lo mismo?

Y de pronto el tono agresivo baja, sus hombres caen y solo ve ante él a un padre que se niega a aceptar que su bebé ha crecido. Sonríe al mirar a su hija y esta solo se encoje de hombros al notar que el ambiente tenso ha bajado.

—A los quince me envió al móvil una prueba de embarazos cacera que daba positiva, yo estaba recién salido de una cirugía de diez horas ¿Y las malditas píldoras, preservativos? Fueron mis primeros mensajes—empieza a narrar y el hombre gira la vista hacia Geimy —adjunto esa barbaridad con la nota de "¡Lo siento pa!".

Recuerda que todo el cansancio se fue en ese instante, era padre soltero y ahora... ¿Abuelo soltero? ¿Abuelo prematuro? ¿Qué cojones era? Sudó frío, le dieron ganas de vomitar, defecar y mear en simultaneo. Terminó cayendo, (si cayendo), de trasero en una silla observando las dos malditas rallas rojas.

Gino Doyle observa a su hija quien sonríe alzando una ceja orgullosa, acto que el imita aun molesto. No la va a intimidar a ella pocas cosas le llegan a hacerla correr, en todos sus hijos existe la misma rebeldía suya a esa edad ¿Cómo los juzga?

—¿Lo estaba? —le pregunta —no he escuchado de otro nieto o sobrino de Rose... —mira el vientre de su hija y luego a ella sin dejar de verla con sospecha.

Probablemente piense que la hizo abortar, nada más lejos de la verdad...

—Había reprobado —narra y empieza a recordar aquella época con una sonrisa —según sus locas teorías siempre había algo peor que reprobar y fueron la manera de demostrarlo. —suelta el aire y aleja al hombre de sus dos hijos quienes solo sonríe ante el recuerdo de aquella época —Después de ese día supe a qué atenerme con ellos, porque fue su hermano mayor el que le dio la idea.

Aprendió la lección, respiró aliviado y se sentó con cada uno de ellos, les habló de métodos anticonceptivos, de ser padres prematuros y que podían disfrutar la vida sin atarse a nadie. No le negaría novio a ninguno o se enojaría por las inclinaciones sexuales, solo les pedía se cuidarán y vivieran su vida libre, pero de manera sana.

—Solo Thomas me ignoró —le confiesa —se casó demasiado joven, pero eso ya lo sabe. Mis hijos señor Doyle —dice con algo de orgullo al enfrentar al hombre —no son perfectos, tienen muchos defectos, tercos, testarudos y no aceptan que les pongan limites a nada, pero les aseguro que son leales a su palabra.

—Gabriela es muy joven, ellos pueden seguir con la relación sin atarse de esta manera ¡Es una locura! —termina de decir con vos desesperada.

Y le entiende, después de casi perderla en aquella ocasión se aferra a la idea de tenerla con él para siempre. En ese proceso la limita de salidas, viajes, amistades, siendo Thomas su única salida. Y, si no fuera porque le atrae desde antes del accidente, diría que lo hace para salir de casa.

—Locura es dejarlos solos cuando lo que necesita es nuestro apoyo —advierte y al dar la vuelta observa la llegada del obispo —No le diré como ser padre, pero le advierto que no los dejaré solos.

—No le daré la espalda a mi hija, es a su hijo el que no deseo ver más —habla enfadado y Airam sonríe.

—Los acompañaré hasta su hogar señor Doyle —confiesa — Haré lo posible para que este matrimonio perdure, estoy dispuesto a todo para ver feliz a mi hijo y a su hija. Usted verá en qué lugar se anota, en la banca o dentro del juego.

Sin decir más se aleja de él, sus palabras no han caído en oídos sordos. Lo primero que le advirtió a su hijo esta mañana cuando le dijo lo que planeaba hacer, fue que no era justo. Gabriela estaba dispuesta a alejarse de los suyos, de los lujos y ha hecho hasta lo imposible para adaptarse a un mundo que no es el suyo.

Lo minimo que podía hacer él era brindarle estabilidad y asi le reventara aceptarla tendría que entender su casa no era la adecuada para ella. Lo aceptó, así que todo el día él y sus hijos estuvieron llevando las cosas de su hijo a la mansión Mackay, Rose había hecho lo propio con las de Gabriela.

Edine

—No tienes otra opción más que ayudar Edine —me dice papá —Ningún juez te dará la custodia de Christian. Recuerda ese juicio...

—Es mi hijo, no pueden alejarme de él —les digo —soy su madre.

—A las buenas no te darán a ese niño Edine, no hay otra manera de recuperarlo —insiste y niego.

Cuando salgo de casa siento la opresión en mi pecho, he intentado ser fuerte y que no se note mis conflictos. Mi hijo debe regresar a mí, es la oportunidad que tengo de resarcir mi error ¿Pero robarlo? Thomas no sería capaz de alejarme de él. Lo más probable es que aun sienta cosas por mí y dado mi estado de financiero, es mi única salida y a él mal no le ha ido.

Deambulo por las calles dentro del vehículo rojo, aquel que me he negado a vender pese a mi precaria situación, solo él y el anillo de compromisos son el recuerdo vivo de una época feliz.

En mi recorrido pasó por varios lugares, la casa que compartí con Thomas, que un juez me dio el poder de habitarla fue la primera. Detengo el auto frente a ella observando que la habita una familia, sonrió ante la imagen de padre, madre y un pequeño de cinco años jugar en el jardín.

—Esos podríamos ser los Mackay Kelly, pero yo merecía otra cosa... aun lo merezco...

Arranco el vehículo y paso por la que ahora sé es la casa de Thomas, me encuentro con las luces encendidas y un grupo de mudanzas sacando varias cajas. Una mujer en traje negro llama mi atención y con sorpresa veo que está instalando el letrero de "Se vende".

Sé que papá tiene razón, lo he pensado en muchas ocasiones, busqué innumerables salidas a situación y todas conducen al mismo lugar. Solo que me aferro a la idea de reconquistar a mi ex marido, es mi única salida. Total, dentro de poco Helen no será un problema porque mi padre la entregará a la policía.

El penúltimo lugar que visito es al Doyle-Turner y en una jugada cruel del destino observo a la pareja salir. Estoy demasiado lejos para distinguir mayor cosa, pero puedo encontrar a Thomas en medio de cualquier grupo y el atuendo de ambos es claro.

Se casaron...

Y ese nudo que me ha impedido llorar llamado orgullo se cae a pedazos ante ese descubrimiento. Lo considero injusto, esa chiquilla tendrá todo lo que en alguna ocasión me correspondería a mí. Mi hijo le diría a ella mamá, lo vería crecer, estudiar, todo lo que yo como madre merecía.

Thomas no me necesitará para educar a nuestro hijo, cuidarlo y todo lo que necesite. Abrigaba la esperanza que nuestro hijo nos uniría yo estaba dispuesta a hacer las cosas bien.

Dos autos más lo acompañan, uno delante y otro detrás, reconozco al de Airam, pero el otro no sé quiénes son. El esquema de seguridad que se mueve en torno a los tres vehículos me impiden estar cerca. Me mantengo a una distancia prudente, pero mi corazón se estruja al darme cuenta hacia donde se dirige.

Al mismo sitio al que yo voy.

Detengo el auto a metros de las rejas principales y noto que los dos autos le abren calle de honor. Golpeo con fuerza el volante del auto una y otra vez hasta que mis muñecas duelen. Tomo el móvil y marco a la persona dentro de la mansión, escucho los dos tonos y descuelga.

—Edine...

—Acepto —es todo lo que digo y escucho su risa suave.

—Espera que los rusos se vayan, el griego se fue esta mañana —me dice — espera por la puerta de servicio, detén el auto en el parqueadero y aguarda mi mensaje—cuelga y miro la hora.

Una vez que entre no puedo salir, tampoco dejarme ver y esperar el momento para sacar a mi hijo, pueden ser horas o días. Lo más probable es que sean días porque él no va a dejar a nuestro hijo solo.

Thomas

El auto se detiene frente a las rejas y estas se abren de forma automática, mis padres, Gino y Rose nos acompañaron. Mi suegro si bien disminuyó en enojo, se acercó a su hija y hasta la felicitó a mí me lanzó una amenaza que no dudé haría realidad.

"La dañas y eres hombre muerto"

No era la boda que esperaba para ella, no hubo fotos, risas o baile, un brindis que se vio más por obligación. No era necesario una boda lujosa ¿Acaso las primeras eran asi? Y a ella no parecía importarle, estuvo en todo momento riendo con mi hermana, su prima, tía y madre.

Fue el ver la mansión en que sus ojos se nublaron, no ha vuelto a este lugar o pasado por ella. Papá detiene el auto afuera y decide entrar caminando, Rose y su esposo salen de sus vehículos. Observo a Gaby que con ojos empañados muerde sus labios observando un balcón en particular.

—Solía verlo allí —me dice señalando el balcón —si estuviera vivo allí estaría, con el habano en la mano y sonreiría ¡Mi diosa vino a verme!

Sonríe fingiendo el todo de voz de su tío y una lagrima sale de sus ojos junto con un sollozo de su garganta. Está aceptando la muerte de su tío, uno que no ha llorado y que solo en este instante lo hace y le permito ese espacio. Alzo la mano a su hermano para que entienda y asiente alejándose de la puerta para darnos privacidad.

—Debí decírtelo —me excuso —tu padre no permitiría que vivieras en otro lugar.

—Lo odiará, pero el tio Claid y Tanned lo amaran.

Permanecemos unos segundos abrazados y se aleja de mia abrazo, limpio sus lágrimas con mis pulgares y tras un largo suspiro saca el primer pie.

El testamento se leerá el día de mañana, por lo que la luna de miel quedó aplazada para dentro de dos días. No entiendo porque Gino debe estar o mi padre quien ha detenido el auto y junto con mis hermanos salen en este momento del vehículo.

—¿Te sientes bien? —escucho a Rose preguntarle a su esposo y este niega.

—No me gusta venir aquí—es la primera vez que se ve afectado e imagino que tiene que ver con lo mismo de Gaby, asocian la mansión con su tío —si dijo que debía estar, es porque era importante.

Su hermana asiente y Rose solo me ve un instante antes de fijar la vista en la puerta en donde sale William Ivanov en este instante. Sonríe al vernos y abre los brazos, los Doyle juntan las cejas en un gesto idéntico, Rose y yo solo lo miramos intrigados. Papá queda relegado observando todo el lugar con ojo crítico.

—Los sobrinos de mis grandes amigos, son y serán siempre los míos —habla e imagino que se refiere a los Doyle, porque papá en la vida ha visto a este hombre. —¡Enhorabuena! Mis mejores deseos en esta nueva etapa que enfrentan, mucho amor, paciencia y Feliz matrimonio.

—Gracias —decimos al tiempo y ella sigue mirándolo con las cejas juntas.

—¿Qué hace en mi casa? —pregunta aun con el rostro lloroso subiendo las escaleras, sus palabras salen bruscas lo que me hace a mi reír y a su hermano un ataque de risa.

—Le hacía unos pequeños detalles —responde haciéndose a un lado —ya está lista —le aclara haciéndose a un lado.

Nunca he estado en esta casa, creo sin temor a equivocarme que mi padre y hermanos tampoco. No me vi viviendo en algo tan grande y no porque no tuviera expectativas o planes de vida. Las tenía y aun las tengo, pero mi meta iba dirigida a que mis hijos tuvieran buena educación o que mi esposa se superara.

El lugar en donde vivir era en lo que menos pensaba.

La mansión Duncan era digna representante de la excentricidad de un hombre que no supo que más hacer con su dinero. El lujo a mi alrededor abunda, Rose me describió cosas que no veía, los acabados, aunque finos eran sobrios y hasta elegantes.

Mi padre y hermanos avanzan con cautela de último, mientras yo intento hacerme a la idea que este será mi nuevo hogar.

El abogado se mueve como si estuviera en su casa e internamente sonrío porque soy yo quien me siento extraño. Mi risa aumenta al escuchar a Richard y Geimy decir que si pueden vivir con nosotros y a papá advertirles.

"Ni lo sueñen".

—Podríamos sin problemas —le dice Gabriela y mis hermanos miran a mi padre quien vuelve a negar.

—Antes de entrar a este lugar necesito que todos entiendan una sola cosa—nos dice girando con elegancia y sacando un sobre del bolsillo que extiende hacia mí. —espero no tomen vía legal por lo que van a encontrar aquí.

La tomo con algo de duda y rasgo el papel blanco en cuyo interior hay una nota. Me sorprende encontrar una caligrafía excepcional, la nota es sencilla y me recuerda lo que siempre me decia al verme o llamarme.

"Se lo dije doctor, yo era las respuestas a todas sus preguntas...yo siempre pago mis deudas"

Sin entender, paso el sobre a Gino, una vez me aseguro que Gaby y mi familia ya lo han leído. Lo examina y veo en su rostro una sonrisa, alza la mirada hacia el abogado quien observa mi movimiento atento.

—¿Tiene alguno aquí problema cardiaco? —negamos y asiente —necesito estar seguro de eso.

—Hay tres profesionales aquí señor, de ser asi ... podremos manejarlo —habla mi padre señalando a mi hermana y a Gaby —cinco si tienen en cuenta las que están por graduarse.

William asiente mientras me dice algo que no logro entender con exactitud...

—Nunca fue mi intención mantenerlo lejos de todo Dr. No fue algo planeado —empieza a decir y escuchamos el sonido de una voz infantil.

—¿Ya está aquí? ¿No me mientes?

William Ivanov continúa diciendo que fue una decisión que tuvo que tomar rápidamente. La noticia que Edine Kelly querían llevarse a mi hijo, les llegó con la misma que su padre tenía otros planes.

—¿Que mierdas pasa? —pregunta Gino.

Rose solloza, mi padre lanza un juramento, mis hermanos solo se abrazan entre ellos. Gaby y yo seguimos tomados de la mano, me aferro a ella que solo observa al pequeño que arrastra Jazmín hasta a mí. Caigo de rodillas y me la llevo en el proceso a ella.

No está el rostro redondo, no es rollizo, ha adelgazado, no puede caminar porque la lesión cerebral se lo impide, perdió la visión y no ha querido quitarse la venda porque dice que quiere verme a mi primero. El abogado continúa narrándonos que han sido años difíciles, once meses atrás despertó y hubo que traer a su tía para que se sintiera a gusto.

—¿Qué sucedió? —preguntan papá y Gino al tiempo.

Tanned dejó órdenes precisas de ayudarme a obtener la custodia de Christian, nos pide recordar que murió antes del accidente. Asiento tomando una de sus manos mientras la otra la alza en búsqueda de mi rostro y empieza a palparlo. Daban por hecho que así sería, yo tenía un empleo, una novia y estabilidad por eso no intervinieron.

—Le obsequió los autos para poder averiguar algo en contra de ella... tenían cámaras ya la policía los tiene —nos dice y sé que se refiere a Edine —asi se enteró lo el tráfico de órganos, en esas estaba cuando me enteré de su accidente.

—No... —es todo lo que sale de mi garganta al ver la figura dentro de la silla de ruedas.

Me cuesta creer de quién se trata, tiene sus ojos vendados, rapado y delgado, aun así, sonríe sin dejar de acariciar mi rostro que simplemente llora al verle allí frente a mí. Jazmín quien me pide perdón por no decirle y mi cerebro continúa haciendo similitud entre la imagen que tengo de mi hijo, con la que veo, pero me es imposible.

—No tengo cabello —logra decir pasando una mano por su cabeza — Ángelo dice que crecerá.

—Lo hará —es Gaby quien responde mientras pasa un pañuelo por mi rostro que le ha pasado su hermano.

Ángelo es el sobrino de William el hombre que cuidó de mi hijo y quien se aseguró de su bienestar hasta esta mañana....

—Te lloré muchos días... nunca creí que este día fuera posible—logro decir con un nudo en las entrañas esta vez de alegría —¿Qué te hicieron mi vida?

—Me caí, aquí no saldrá cabello y Ángelo dice que puedo llevarlo largo ¿Puedo? —explica en su inocencia y se lleva la mano a la enorme cicatriz que tiene en ella. —me golpeé con la piscina y luego me inyectaron ¿Qué es tío?

Alza su rostro en búsqueda de la voz y por un momento nadie hace o dice nada. El abogado continúa relatándole a mi padre y demás porque yo solo tengo ojos para él. Sus hermosos ojos verdes, aquellos que solían brillar al verme y que hoy no lo hacen porque esa venda no se lo deja. Pasa una mano por su cabeza, mientras me dice que alguien lo inyectó y eso lo hizo estar dormido por mucho tiempo.

—Hermes empezó a hacer negocios con ellos (los llamaré asi) —puedo sentir como todos asienten al entender que no quiere mencionar a su abuelo —fueron los culpables de la quiebra de los padres de Andrés y Tanned dio órdenes precisas.

Le debo la vida de mi hijo al tío de Gaby, al hombre que por años desprecié. La observo un instante y sonríe mientras pasa de nuevo el pañuelo por mi rostro.

—Acabas de conocer al hombre que yo conocí—dice y asiento —¿Ahora me entiendes?

¿Su amor hacia él? ¿Por qué lo defendía con uñas y dientes? Me aferro a la mano de mi hijo y ruego muchas veces que no sea un sueño y si lo es, no quiero despertar. Ni siquiera la presencia de dos hombres en traje blanco y quienes dicen vienen a quitar la venda de los ojos de mi hijo me hace retirar o él soltarme.

Ambos estamos en un estado eufórico, ha vivido mucho tiempo que su padre vendrá por él, nos dice le abogado. Días difíciles de llanto porque no entendía porque debía permanecer oculto.

Pienso en las veces que llegué a esta mansión y que las puertas se abrieron, incluso el día en que la ambulancia salió y yo corrí tras ella.

Permanezco de rodillas a sus pies y juro que en adelante nada ni nadie me impedirá estar a su lado. Su muerte fue tratada por Claid, como si fuera un testigo del caso en contra de los Kelly y lo es.

Solo que quien hablará serán los videos, mensajes, fotos y documentos enviados hecho por su abuelo del donador que tenía, el trato que supuestamente hizo con su sobrino.

—¿Tendrá problemas? —pregunta Gaby y el abogado la mira antes de responder —es ilegal ¿NO?

—Un juez logró aceptar los documentos sin mencionar la persona que hizo el negocio, logramos (mi hijo y yo), demostrar que solo se dio para rescatar al niño de las garras de esa familia —Gabriela y todo sigue en silencio.

El recién llegado empieza a explicarle a mi hijo, que pueda que me vea nublado, que no debe asustarse. Tanto él como yo nos aferramos de las manos, una vez el hombre empieza a retirar la venda de sus ojos. Cuando da la última vuelta le pide abrirlos y lo hace.

—Es borroso... —se queja y el hombre le pide tener paciencia

Sus ojos verdes se quedan un instante fijo en mi pecho, parpadea varias veces y alza su rostro hacia mí. La alegría que refleja su rostro, no se compara con la que siente mi corazón al ver de nuevo a esa parte de mí. Ni en mis sueños más grandes pude sentir tanta satisfacción como en este día.

—Dios sabe cuántas veces rogué por este instante, en todas ellas yo moría porque creía que solo al morirme podría tenerte de nuevo conmigo —es todo lo que puedo decir mientras el pasa sus manos por mi cuello.

Regreso en el tiempo, uno en donde él tenía dos, estábamos en el parque y anotaba un gol. Mi hijo había vuelto, de la mano del hombre menos esperado. Y mi promesa de hacer feliz a su hija aumenta, moriría por ella porque me ha devuelto a la vida.

Antes de Gabriela yo estaba muerto...

(...)

—Antes de seguir —nos dice el abogado y mira a mi hijo—Christian... —le llama y entiende rápidamente, se instala en su cabeza unos audífonos que tiene en sus piernas —no quiero arriesgarme.

—Entendemos —comenta papá y aun con todo el daño que los Kelly causaron que mi hijo no lo sepa es solo para protegerlo a él de todo.

Somos conducidos a una sala y decido ser yo quien lleve la silla de ruedas. No miro a Jaz o hago contacto visual con ella, me mantengo solo con Gaby tomado de la mano y ambos arrastrando la silla de mi hijo.

El abogado empieza a contarnos que cuando Mackenzie llega a despedirse de Edine, la policía ya estaba investigando en ese instante. Los Kelly habían pedido un préstamo a un banco (de Tanned) que no podían pagar y era inminente la ruina.

Tras enfrentar a Edine sale de la habitación, se queda averiguando por la salud del pequeño y está recibiendo el detalle cuando ve pasar a Christopher. Lo sigue y escucha lo que pretenden, los detalles de cómo lo harán y demás. Edine debía traer al niño al hospital con otra supuesta crisis, una de la que no se levantaría. Se lo llevaría lejos y a mi hijo me lo harían pasar a como muerto.

Lo que sí hicieron solo que fueron ellos quienes lo sacaron de ese hospital.

Hubo que pensar en un plan B, llaman a Claid y en conjunto intentan sacar al niño de allí por la vía legal, descubriendo que los Kelly tienen más poder del que creyeron. Pensó rápido, no tenían mucho tiempo y obliga a su sobrino a hacer la llamada.

—Necesitábamos un corazón tuvimos en nuestras manos los documentos de un paciente con esas características —nos dice —eso nos ayudó a hacer creible la historia, contábamos con todo sobre ese paciente. Mi sobrino dudaba que tuviera éxito ¿Qué abuelo entregaría a su nieto? —se quita el botón de su saco y niega —estos ojos han visto y oído cosas terribles, yo mismo he sido víctima de algo parecido. El tipo era ambicioso y estaba mal económicamente, solo tenía que darle la cifra correcta y eso hice. Y sus "mercancías" solían estar viva en un 80% de las veces.

Mi piel se eriza, Gaby se aferra a mí con fuerza y ambos vemos a mi hijo mirar las luces que salen del iPad. Sonríe al ver sus manos y empieza a mover sus dedos con una sonrisa que va en aumento, una vez nota mi mirada sonríe aún más.

Me he perdido muchos años de su vida, su madre me lo has arrebatado, pero no volverá a suceder. Me tiene a mí y aunque sé que debo hablarlo con ella, pues no es su hijo... también a Gaby.

A mi esposa, pienso al verla sonreír mirando al niño hacerlo con ella. Es perfecta, cada que veo su rostro redondo o sus ojos negros adquirir ese brillo es en todo lo que pienso. No soy merecedor de tanto amor o perfección, la vida me está dando mucho más de lo que algún día imaginé y me siento feliz por ello.

—¿Cuánto pago? —pregunta mi padre sacándome de la ensoñación que me produce ver a mi esposa —Yo hubiera la hubiera triplicado solo por la custodia a mi hijo.

El pago era más de lo que esperaba, le pide que sus hombres se harán cargo de todo, pero no le responde inicialmente. Lo que lo lleva a pensar que no cayó en la trampa, empieza rápidamente a maquinar un plan B.

Y está en esas hasta un día...

Una tarde le llama y le dice que le tiene el paciente, no le dice quién es por lo que solo hay una manera de enterarse. El alivio se mezcló con rabia al ver que si fue capaz de entregar a su nieto.

—Ángelo fue solo, teníamos a un personal traído de Moscú, fueron ellos quienes se encargaron de todo —explica—dentro del ascensor movió sus manos y se aferró a Ángelo —aclara. —Le pregunta si está vivo y le dice "Son solo reflejos". —sonríe al decir que no lo mato allí mismo de puro milagro — Lo demás era traerlo de vuelta al mundo de los vivos y esperar que las investigaciones de Claid dieran resultados o que usted entrara a la mansión y nunca lo hizo.

—¿Sabía que él vivía? —pregunta Rose y el abogado asiente.

—¿Cuándo inicia el juicio? —abre sus manos en una muestra que no tiene idea y Gino bufa molesto —¿Tienen personal nuevo?

—Un par si...

—¿Entregados por? —insiste en saber.

—Nosotros, la señorita Jaz, Sousa (hijo) y una agencia de empleo...

—¿Están todos aquí? —ante el verdadero de preguntas de parte del custodio del castillo el abogado alza una ceja divertido, pero niega —Los quiero a todos en una hora en el tercer jardín, necesito sus currículos en mi escritorio...

—Gino —le advierte su esposa y niega molesto señalando a Christian.

—Él hace la diferencia entre la cárcel y la libertad de los Kelly, no se los daré en bandeja de plata —advierte y guardo silencio mientras mi padre solo sonríe al verle avanzar hacia el estudio y llamar a alguien —mansión Duncan... trae a los perros ... ¡Todos!

Que él esté a cargo llega aliviarme, quiere decir que estima a mi hijo como si fuera uno de los suyos. Rose se levanta y se arrodilla ante él y le pregunta si la recuerda y se queda viéndola un instante para luego negar.

—No importa ya nos volvemos a conocer ¿Te parece? —asiente y lo que dice hace a Gabriela apretarme fuerte.

—¿Cuándo vendrá Helen?

Que no recuerde a su madre o niegue hacerlo es quizás por algún bloqueo y era muy pequeño para recordar cosas en su totalidad. Pero recordarla precisamente a ella, parece un acto cruel del destino en contra de Gaby.

Gracias por la espera y aquí está el capítulo que todos esperábamos...


Disculpen pero solo logré públicar uno y me salió largo.. Sorry..

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