Problemas.
La mañana de ese mismo día en otro lugar de la cuidad de México un chico de rasgos asiáticos se disponía a despertar dulce mente a su amado novio, abrió las cortinas de la habitación y se acercó a la cama para mover ligeramente al castaño que ahí dormía.
-Marco ya levántate, se hace tarde.- ordenó Kyle sacudiendo cada vez con más fuerza a su novio.
-Chinga tú madre- Respondió Marco aún con sueño mientas intentaba taparse más con las cobijas. Kyle tomó las cobijas y las arrojó a un lado destacando al moreno, el mexicano carraspeó cual gato enojado y luego se cubrió la cara con una almohada. -No estés chingando.
-Tu me pediste que te despertara, idiota, ahora levanté- Respondió el azabache, jalando el brazo del compositor.
-Hubieras pensado en eso antes de "desvelarme" ayer- el chico de ojos ámbar contrajo su extremidad cuando el mayor aflojó su agarre al sentirse avergonzado por las palabras del más bajo.
-Solo levanté de una vez.- Kyle se disponía a salir del cuarto Marco le tomó la mano.
-Ey, eso no era lo que yo esperaba- reclamó ya incorporado en su cama -Ay que desayunar.
-El refrigerador está vacío.
-Entonces... Salgamos a desayunar.
Marco se preparó para salir y ambos chicos salieron a buscar algo de comer y a hacer algunas compras, era lindo salir juntos con toda la paz del mundo ciendo más que amigos, ya habían pasado algunos años desde que se conocieron y se volvieron amigos, pero ahora podían expresar sus verdaderos sentimientos o... Más o menos, muchas personas aún no aceptaban las relaciones y personas homosexuales, además de que su relación era un secreto, de alguna manera, Kyle había huido a México luego de haber sido rechazado por su familia, afortunadamente conoció a gente maravillosa que lo apoyó hasta que el pudiera estudiar gastronomía como siempre había soñado pero teniendo que estar lejos de esas personas, así que no tenía una familia a quien presentarle a su novio y las amistades que había echo (nada cercanas o intimas), estaban ocupados viviendo sus vidas.
Tras pasar la mayor parte del día juntos la pareja se encontraba comiendo Maruchan en el departamento del menor antes de la fiesta.
-¿Seguro que no quieres venir?- preguntó Marco mientras trataba de pescar en único camarón de su sopa
-No, Tengo ir a trabajar.
-Esas reuniones son muuuuy aburridas y no puedo tomar, sería mejor si me acompañas.
-Seria un poco raro ¿No crees?
-¿Por?- preguntó el moreno, aunque ya sabía la respuesta, Kyle le dirigió una mirada de obviedad -ya sé que no le dije, pero él... Aún no lo entendería.
-No te presionaré para que lo hagas, se que es difícil, aunque esto de los amigos...
-Lo siento, lo haré, de verdad, en algún momento.- Marco lo vió con algo de culpa en los ojos.
En respuesta Kyle le sonrió dulcemente, él entendía el miedo de novio pero lo conocía lo suficiente como para saber que De la Cruz saldría pronto del closet.
-Ya casi es hora, ¿Quieres que te lleve?
-Claro.
Marco le dió un tierno beso a su amado y luego corrió a su habitación para terminar de arreglarse para salir.
💻🖥️💻
Al terminar con el asaltó de Alto Voltaje, los Grandes Héroes volvieron a sus actividades dejando a Hiro y Baymax volver solos a casa, una vez estando solos el robot malvavisco le informó a su paciente que el paquete que esperaba llegó a casa con éxito por lo que Hamada decidió pasar al centro comercial despreocupadamente en busca de nuevos materiales.
Hiro estaba más que despreocupado luego de las noticias que le dió su amigo robot así que dedicó un buen rato a tontear en el centro comercial, compró unas revistas, materiales de costuras que le hacían falta. Al salir de la tienda una señora le dió en volante, nada del otro mundo, era propaganda para una universidad privada en la ciudad, era la época en la que ya todos tenían fichas para sus exámenes en las universidades "públicas" como el ITSF y el IASF que eran más especializadas además de que ya estaban saliendo los resultados para la Universidad estatal de California en San Fransokyo.
El diseñador estaba apunto de arrugar la propaganda y meterla a su bolsillo cuando notó que el volante ofrecía una carrera que de inmediato llamó su atención: Diseño de Modas.
Hamada estaba apunto de terminar un semestre más en el ITSF e iniciar el que sería su último año en la universidad, curiosamente a la edad que la gente normal entra a la educación superior. El genio siguió caminando mientras veía aquel papel con toda la información necesaria para inscribirse en esa escuela.
-Hiro hay una columna enfrente se ti- advirtió Baymax
-No voy a cho...- replicó Hiro justo antes de chocar contra la columna, lo cual le hizo retroceder en tambaleantes movimientos.
-Hiro, del uno al diez...
-Estoy bien Baymax- dijo con molestia mientras trataba de mantenerse en pie, cuando finalmente se detuvo vió de frente y con atención la estructura con la que chocó.
Su molestia se transformó en pánico al ver un poster promocional para un concierto de Miguel Rivera.
Un millón de ideas pasaron por su mente desde molestia por no ser informado antes, hasta el pánico de que fuera a buscar a Iori a su casa. Baymax notó el estado de su paciente, observó el afiche causante de tanta inestabilidad emocional y guardó aquella imagen en su memoria con fines médicos, luego tomó al Hamada por los hombros, le dió media vuelta y le dió indicación para calmarse. Tan pronto como el chico prodigio se logró controlar fue directo a casa creyendo que ahí podría armar un plan, sin embargo lo que le esperaba en su hogar era completamente diferente.
Hiro y Baymax entraron por la puerta de casa, evitando el Café, sin notar que este estaba cerrado el diseñador pidió a su amigo que lo esperará ahí mientras dejaba sus compras, tan solo eran las 7pm así que el azabache supuso que Cass seguía trabajando, fue a su cuarto sin tomarle importancia al silencio que inundaba todo el lugar.
Al entrar a la habitación se topó con su tía, quien lo esperaba sentada en la cama acariciando a su amada mascota, con el paquete, la libreta de Hiro y algunas revistas al lado.
-¿¡TÍA CASS!?... Digo, hola tía...- soltó el joven Hamada tratando de disimula el shock de ver dicha escena.
-Hola Hiro, ¿Hay algo que quieras decirme?- dijo ella seria, notando la bolsa de compras que su sobrino llevaba consigo. El adolescente no respondió, no sabía que decirle a su tutora, ella prosiguió -Cariño, ya no me digas mentiras, se lo que pasa pero quiero oírlo de ti, sabes que siempre te apoyaré sin importar nada, solo confía en mí.
El muchacho agachó la cabeza, ya tenía muchas cosas en las cuales pensar y no necesitaba más drama familiar en la vida, aunque tampoco le hacía feliz ocultarle cosas a Cass, además ya había sentido cierto arrepentimiento por no haber hablado de sus gustos con Tadashi antes de que se fuera y definitivamente no quería pasar por lo mismo con su tía.
Estrujó la bolsa de compras contra su pecho, sus ojos se llenaron de lágrimas, el día tuvo muchas altas y bajas, estaba estresado y quería el consuelo de la única figura materna que conoció, para eso y para parte de su consuelo tenía que hablar ahora.
-Tía, yo... Quería decirte que soy...
-Que eres gay
-Que soy fashionista... Que yo ¡¿Que?!- él pestañeó incrédulo y miró a su tía quien estaba igual de confundida.
-Eso también lo sabía pero no creí que fuera tan importante- confesó la mujer.
-¿Lo sabías?
-Bueno, siempre fuiste así, creí que era un acuerdo mutuo entre tu y yo.
El joven prodigio buscó en su memoria, era cierto que siempre existió ese apoyo mudo por parte de ella.
-Me siento un tonto ahora.- dijo Hiro para sí mismo.
-Pero ¿Que hay de las revistas y el maquillaje? ¿Y que hay de esto?- dijo mostrándole toda la "evidencia".
El azabache suspiró.
-Huso las revistas como referías y guardo recortes con medidas a escala, ideas de costura y diseños, el maquillaje es para una colaboración en Instagram, no iba a usarlo en verdad.
-¿Entonces no eres gay?
-Pues... No lo sé, pero eso no importa ahora. Tía Cass, nececito tú ayuda.
Hiro le contó a Cass todo lo relacionado con su amor de la moda y trabajo desde el año pasado hasta el póster que vió horas atrás en su "trabajo", ella escuchó atenta a su pequeño sobrino, brindándole apoyo al mismo tiempo que las dudas se disipaban en su cabeza, ahora todo tenía sentido, las escapadas, el dinero extra y la ropa nueva.
-Ahora él vendrá a la ciudad y no sé qué sucederá, ¿Y si busca a Iori?, ¿Y si se decepciona de mi? ¿Y si me odia?
Cass estaba segura de que tenía, mínimo, que regañar a su sobrino por todo lo que hizo pero también entendía su carga y angustia, y no podía negar que se le estrujaba el corazón al notar el gran cariño (romántico o no) que su sobrino le tiene al es chico Miguel.
Cass lo abrazó con fuerza
-Cariño, eres un gran chico y estoy segura a ese niño le agradarías siendo tu mismo- afirmó Cass con confianza en sus palabras aún teniéndolo entre sus brazos, cuando lo soltó volvió a hablar -Te voy a ayudar, pero aún así quiero que sepas que no es bueno mentir, y más si le mentes a las personas que quieres. Y estarás castigado cuando se me ocurra con que castigarte.
Hiro sintió que se le quitaba un peso de en sima legó de hablar con su tía, aún quedan pendiente lo de ser un súper héroe pero por ahora está bien. Él volvió a abrazarle
-Gracias tía Cass.
-¿Que te parece si hoy adelantamos la noche de película y comemos donas?
-Eso sería genial.
🖥️💻🖥️
-Hemos trabajado mucho por los últimos 5 meses, lo hemos dado todo por este proyecto y debemos de estar orgullosos por todo lo que hemos conseguido, confiamos en Dios que la gira sea el gran éxito que nuestra estrella merece, ¡Salud!- brindó Sawako ante los invitados a la fiesta.
Un "Salud" unánime sonó entre los presentes, la música comenzó a sonar, la comida a servir y los adultos a charlar. Miguel iba de aquí a allá con Sawako hablando con los invitados para dejar una buena impresión, gracias a la ello no tuvo tiempo para comer casi nada y apenas llevó consigo un vaso de refresco.
Marco se encontraba sonriendo falsamente al lado de su padre y la actual novia de este, igual de atrapado que su amigo no pudo procurar o asegurarse que comiera algo. Rosa estaba vigilando a sus hermanos, a todos ellos, su pequeña prima ya andaba en correrías con el par de gemelos así que a ella también la tenía que cuidar.
Tan pronto se vió libre, Miguel fue a ver a su amigo.
-¿Que tomas?- preguntó acercándose a Marco.
-Refresco, ¿Y tú?- respondió el compositor.
-Tambien, ¿No deberías beber alcohol o algo así?
-Yo no bebo, y aún si lo hiciera no te daría ni un traguito.- respondió De la Cruz, Rivera hizo un puchero al oír su respuesta. -De cualquier modo no tienes edad para tomar y te va a saber a rayos.
-¿A qué edad comenzaste a beber?- cuestionó alistándose para su reproche
-15, pero eso es muy diferente, ya ni siquiera lo hago.
-Es raro considerando que solo tienes 18
-Casi 19, y eso no importa Miguel, creeme no quieres probar eso, ¿Que de dices de un bocadillo?- dijo poniendolo enfrente de él. Miguel tenía hambre sí, pero no quería comer... Pero solo era un poquito ¿Verdad?
Tomó la comida ofrecida y la engulló celosamente -¿Son ricos verdad?
Miguel solo asintió. Okay listo, adiós antojo todo sigue bien.
Rosa vio a ambos chicos juntos así que decidió aprovechar y se acercó a ellos con un plato de comida.
-Hola muchachos.- saludó la joven de lentes -Ten primito, tú hermana se puso a jugar y no termino de comer- mintió, más o menos y le "enjaretó" el plato al cantante.
Comida que además de linda es veía deliciosa, que le llamaba y le pedía a gritos que le devorara con fruición, estaba ante la atenta mirada de su prima y su amigo, no había a donde huir y nadie se veía con planes de irse a ningúna parte. Miguel terminó de ceder, devoró hasta la última migaja porque, diablos, no había comido tan agusto desde hacía meses, luego intentaría deshacerse de eso, ha ver si está vez si podía.
Los mayores fingieron no notar los tan desesperados actos del inocente azabache y siguieron charlando.
-¿Sabes que sería genial Miguel?
-Ir a dormir y descansar antes de tomar mi vuelo.
-Ni cerca, ve a cantar algo, a los inversionistas les fascina eso.
-No.
-Vamos, es tu trabajo y todo eso.
-Lo haré sí tú sacas a bailar a Rosa.
-A mi no me metan es sus ondas.- se entrometió la aludida.
Los chicos la vieron retadores.
-Voy a cantar- Dijo el azabache alejándose de su amigo y su prima.
Miguel fue a decirle a Sawa de su peña muestra de talento, idea que le encantó a la mujer y en menos de un parpadeo Rivera ya estaba listo para cantar, se decidió por un clásico, ya habria tiempo para hartarse de las nuevas canciones.
-Gracas a todos por venir, voy a cantar para ustedes... Una que todos se saben- dijo antes de comenzar.
La música comenzó a sonar y en breve la voz de Rivera llenó la sala.
-¿Me permite está pieza, señorita?- dijo Marco a Rosa al verse comprometido, ella volteo los ojos y accedió.
Eran los únicos bailando en la pista y, aunque todos los ojos se posaban en la joven estrella, una persona en particular vió a los jóvenes bailar. El señor De La Cruz observó algo que no había visto nunca, a su hijo bailar con una chica, jamás le conoció una novia, ya se estaba preocupado de que su único hijo fuera raro pero no, al parecer ya no.
El hombre se acercó a los señores Rivera.
-Su hija mayor es muy linda- dijo
-¿Rosa? Es nuestra sobrina- respondió Luisa viendo a la chica.
-¿De verdad?, Se nota que heredó la chispa de los Rivera.
-Gracias- intervino ahora Enrique, colocando una mano en el hombro de su esposa.
Los Rivera no confían ni perdonan al Señor De la cruz, y menos del juicio que los llevó hasta aquí, ellos y nadie de su familia no permitirían que su sobrina se viera en vuelta en tan de esa manera en las tretas de ese tipo, aún así, conocían mejor a Marco y sabían que era diferente a su padre, que era mejor que él, y justo por eso no tenían problema con el muchacho.
Pero nada de eso le importaba a ninguno de los chicos que disfrutaban un momento de baile y música como si nada importará.
Al día siguiente despedían a Miguel en el aeropuerto, sus familiares se volverían a Santa Cecilia tanpronto el avión despegara y el personal de las disquera que iría a la gira con el volvería al trabajar en sus otros projectos.
Algunas fans fueron a despedirlo también así que todo el lugar era un caos.
Aún así Marco alcanzó a decirle una cosa antes de irse:
"El alcohol no saciará tu hambre"
Notas finales:
Konichiwa, ahora sí me mame para publicar, lo bueno es que ya por fin salí de vacaciones y pasé la escuela >:3
Espero que les haya gustado el cap, ya el próximo cap se verán los chicos, lo prometo.
Les quiero agradecer a todas las que me ayudaron con la firma de Miguel.
Y recuerden que es importante buscar ayuda cuando se tiene un problema de cualquier tipo, ok? Se puede salir adelante ser mejor.
Esto es todo por hoy, yo soy Sara0Avader a-dios.
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