Encuentro
Tan pronto el avión se encontró en curso Miguel sacó su celular para distraerse, al menos hasta que le diera sueño, entrando a Instagram se topó justo en su inicio una publicación de su querida amiga Iori.
Estaba más que emocionado por verla, estar con ella y hablar durante horas aunque su pronunciación flaqueara y su acento saliera a relucir, pero aún faltaba mucho para poder hacer todo eso, él tenía que dar muchos conciertos antes de ir a San Fransokyo así que tendría que esperar, pasó semanas y semana llendo de una ciudad a otra, conciertos, autógrafos, entrevista y muchas, muchas fotos, apenas podía dormir bien y ver algo de los lugares en los que se encontraba, de cualquier modo estaba reservando el mayor tiempo posible para pasarla con su amiga y eso no estaba en discusión.
Sawako tuvo que mover algunos hilos para poder cumplir el capricho de la estrella, pero bueno, al menos Miguel se estaba comportando de la mejor manera, no se metía en problemas y cumplía con su itinerario al pie de la letra.
Faltaban apenas unas horas para el siguiente concierto que sería el último antes de llegar a San Fransokyo, Rivera se alistaba en su camerino antes del gran momento cuando su representante entró, el chico detuvo el vídeo de "como bajar de peso si eres adolescente" que se reproducía en su celular y volteo a ver a la mujer.
-Todo listo encanto, la gente está llegando- dijo ella alegre -¿Cómo estás?, ¿Cómo te sientes?, ¿Seguro que no quieres nada?
-Estoy bien, como cuando termine- dijo sonriendo mientras cruzaba los dedos tras la espalda -¿Como me veo?- se colocó en una pose de "Don Juan"
-Eres todo un galán- respondió ella con risas, luego se acercó más para verlo a detalle -No me digas que te pusieron polvo ¿Y ese milagro? Pensé que Miguel Rivera era "muy hombre como para usar maquillaje"
-Solo es polvo, además es para salir mejor en las fotos.
Ambos reían, era una tradición charlar antes de cada presentación, le ayudaba a bajar los nervios y mantener los pies en la tierra, Sawako era general con él, siempre hacia todo para impulsar su carrera, se convirtió en una buena amiga y en un gran apoyo para el joven cantante.
Un miembro del staff llamó a la puerta -15 minutos señor Rivera.
Miguel puso aun cara de desagrado que no podía con ella "señor" ahg, Sawako solo río ante esto
-Encontré un lugar genial para cenar hoy, pediré la comida para que te esté esperando cuando acabes ¿Ok?
-¡Ok!- respondió enérgico y listo para ir al escenario
-¿Seguro que no quieres quedarte un día más?- preguntó la representante
-Súper seguro, ni lo dudes- contestó con decisión parando en seco antes de salir -Nos vemos en un rato.
Miguel salió del camerino listo para dar su gran show de esta noche, Por supuesto que le dejó todo en el escenario, incluso el apetito pues apenas se comió algo de la grandiosa cena qué Sawa le compró, claro que la mujer no pudo notar nada de eso porque estaba yendo de un lado a otro mientras se aseguraba que todo se alistan para salir a carretera esa misma madrugada.
💻🖥️💻
Mientras Rivera se hacía cargo de su gira, Hamada pasaba el verano en casa castigado, ya que no tendría trabajo pendiente ni escuela, Cass decidió castigarlo por mentir haciendo qué su sobrino permaneciera en casa todo el día, claro que, de vez en cuando Hiro se escapaba para cumplir con su labor de héroe en la ciudad, pero trataba de que fuera lo menos posible ya que en el fondo aún sentía un poco de culpa por no haber hablado antes con su familia sobre sí mismo.
Así que la mayor parte del tiempo se la pasaba en el garaje-laboratorio haciendo planos para futuros robots o, en su habitación boseteando próximos diseños.
O eso decía, sí decir la verdad todo el tiempo no era su estilo, aunque tampoco es que estuviera diciendo sólo mentiras. Verán, había estado siguiendo el movimiento de la gira de Miguel por las redes sociales y las fechas agendadas que estaban disponibles en línea (cosas que debió haber revisado antes para evitar sorpresas), también había estado buscando algunas cuartadas para evitar verse con el cantante, no quería recurrir a disfrazarse de chica pero si tenía ganas de ir a un concierto de Rivera, ahhhhh, odiaba sentirse tan confundido, no quería decepcionar a su amigo pero tampoco estaba listo para soltar toda la verdad a todo el mundo, se preguntaba si todo ese estrés valía la pena.
Uno de esos días Hamada se encontraba en su habitación viendo Instagram como si la respuesta a sus problemas estubiera ahí, pero solo veía que cada vez tenía más seguidores, corazones e incluso mensajes de apoyo, porsupuesto que le alegraba todo eso pero no le solucionaba la vida, buenoooo, al menos podría despejarse un poco, buscó en su libreta de diseños algunos boceto sin terminar les tomó una foto y la colocó en una historia de Instagram poniendo el formulario para que sus seguidores pudieran realizarle alguna pregunta, y claro la respuesta no se hizo esperar, aparte de los saludos y todos los buenos deseos, hubo un tipo de pregunta que se repitió demasiado:
¿Que vas a estudiar?
¿Ya terminaste la prepa?
¿Vas a seguir estudiando?
¿Estudiarás diseño de modas?
Debió de haberselo imaginado, la mayoría de sus seguidores sabían que en breve cumpliría 18 años, o sea que estaba en edad de terminar la preparatoria y entrar a la universidad, pero él era un niño prodigio que ya había terminado su tercer año en la carrera universitaria, claro que no podría explicárselo a sus seguidores: en primera, porque sería más obvio que "ella" no es ella, y en segundo, lo atormentarían con más preguntas que serían muchísimos más difíciles de responder. Nop, definitivamente no quería pasar por eso y menos ahora.
Sin embargo... eso le dio una idea, la gente suele pensar que las familias asiáticas son muy estrictas con el estudio de sus hijos y entrar a la universidad como una persona normal requería mucho estudio así que...
Hiro buscó entre las bolsas de sus sudaderas sucias, la basura en su habitación y todas sus revistas hasta encontrar el folleto de la escuela privada que le habían dado semanas antes (aunque no estaba seguro si aún la tenía), para su suerte si se encontraba entre su pila de ropa sucia (qué pensándolo bien debería lavar más a menudo), entró a la página web de la universidad y sacó toda la información que necesitaba para asegurarle a sus queridos seguidores que efectivamente, la grandiosa, fabulosa y encantadora Iori Cat estudiaría diseño de modas en esa universidad privada en su ciudad natal. El plan perfecto.
Poco antes de la hora de la cena Hiro bajó de su cuarto con una pila de ropa sucia.
-Hiro, bajar escaleras con algo que obstruye tu vista puede resultar en un accidente con lesiones graves- afirmó Baymax al ver a su paciente. -Te ayudaré- el robot malvavisco tomó una parte de la ropa de Hiro y le acompaño hasta el garaje para lavarla.
Cass no pudo evitar notar esto, Hiro tenía mucha esa ropa desde hace varios años atrás, muy a pesar de su pasión por la moda había permanecido con un estilo que daba mucho que desear, pantaloncillos o pescadores, camisetas y sudaderas. La mujer decidió seguirlos al garaje y llegó justo a tiempo para evitar que sus sobrinos llenará a tope la lavadora con toda esa ropa.
-Cariño ¿No crees que ya es hora de tirar un poco de ropa?- preguntó la castaña acercándose más a ellos.
-Pues es ropa para trabajar, se supone que se ensucie y eso no es problema, me moriría si ensuciará algo que me gustara mucho.- respondió el diseñador con simpleza.
-Supongo que tienes razón pero no sólo está sucia, está vieja o incluso rota, ¿Qué te parece si la separamos y mañana vamos al centro comercial ropa nueva?
-¿Y el castigo?
-Lo dejaré pasar, sólo por esta vez ¿Quieres venir Baymax?
-Es importante crear lazos saludables con los familiares y amigos.- afirmó el robot aceptando así la invitación.
Luego de cenar se dedicaron a separar la ropa de Hiro, a sus 17 años aún tenía mucha ropa de cuando apenas iba por los diez, claro que muchas no las había usado en años pero ahí estaban adornando su cuarto, porque eso sí, estaban rregadas por todo su cuarto, el armario estaba reservado única y exclusivamente para la ropa bonita que había comprado confeccionado el mismo, todos los demás no era digno de estar ahí, y si no fuera por Cass, quien siempre saca lavar la ropa del cesto del baño sería un milagro que Hiro tuviera ropa limpia para ponerse.
Al día siguiente mientras Cass atendía el café, Hiro se escabulló para ir a detener un robo en proceso, el chico Noodle Burger hacia de las suyas en un almacén de tecnología obsoleta, al principio solo estaban Capitán Encanto y Panda Rojo, pero el resto del equipo se fue sumando en breve a la pelea.
-¡Hola Hiro! ¿Cuánto tiempo?, Escuché que te castigaron- saludó Fred tan pronto llegó, ignorando completamente a la hamburguecita mala.
-Fred, no es momento- respondió Hiro al mismo tiempo que forcejeaba con su enemigo.
-¿Te castigaron?- cuestionó Gogo lanzando uno de sus discos a Noodle
El robot saltó alejándose del menor de los herues para esquivar el ataque de la velocista, estándo en el aire el robot hamburguesa arrojó pepinillos contra los demás superhéroes.
-Ahg que asco- se quejó Wasabi cuando uno de los pepinillos calló en su cabello -¿Despues de tanto tiempo no has considerado usar ataques menos asquerosos?
-Eso iría en contra de la personalidad del chico Noodle Burger, aunque sí podría mejorar sus ataques ¡oh! Podría implementar más ataques con comida diferente- alego Fred entre risas.
-¡Servido señor!- dijo el chico hamburguesa arrojando unas papas-bala a Lanza Llamas.
Honey Lemon lanzó una de sus esferas formando una barrera entre las balas y Fred, luego con la ayuda de sus Quimibotas saltó hasta donde Hamada se encontraba.
-¿Porque te castigaron Hiro?- cuestionó desviándose de la pelea.
-Eso no importa- esquivó el aludido -Baymax, puño cohete.
El ataque de Baymax golpeó directamente a su enemigo, el pequeño robot chocó contra un muro y calló al suelo, Honey le detuvo con otra esfera, y los 6 héroes rodearon a su enemigo, la policía no demoró mucho tiempo en llegar a la escena y detener, otra vez, al chico Noodle Burger.
-Hiro, tía Cass cerrará el Luky Cat en 15 minutos- aviso el asistente médico.
-Nos vemos luego chicos, adiós- dijo el genio montándose en su amigo robot para posteriormente despegar.
no permitío que sus amigos le dijeran ni una palabra después de la pelea, pero se vieron entre ellos sabiendo que algo muy raro estaba pasando, seguían sin resolver exactamente la situación con Hiro, les héroes aprovecharon a preguntarle a los oficiales si había ocurrido una redada en peleas robóticas últimamente pero estos negaron, los héroes decidieron dividirse en dos equipos, Fred y Gogo irían a revisar el callejón de la suerte en caso de que Hamada se encontrará allí mientras que, Wasabi y Honey Lemon irían a visitar a Hiro el café esa misma noche. Sin embargo ningún equipo obtuvo los resultados esperados, al parecer Hiro no había vuelto a las peleas robóticas desde la última vez qué se infiltró ahí y el café se encontrada cerrado desde la tarde hasta la noche, y los Hamada no se encontraban en casa.
Y claro que no había nadie porque la familia de dos... Bueno de tres contando al robot malvavisco, se encontraba dando vueltas en el centro comercial.
El azabache por fin se había comprado pantalones de verdad, suéteres, chaquetas y chamarras, incluso camisas, zapatos (especialmente tenis) y algunas camisetas con estampados nerds, porque, bueno eran su debilidad, pero la ropa no era lo único que le hacía feliz, sino poder hablar con libertad sobre lo mucho que le gustaba o lo bien que se vería con las prendas que había elegido con su tía, sin que sintiera que estaba hablando de más, sin apenarse ni preocuparse por nimiedades, y con su figura materna apoyándole, sonriéndole, y dándole sugerencias. ¿Así se siente ir de compras con tu madre? Él quería creer que sí.
🖥️💻🖥️
A las 8 de la mañana Miguel Rivera despertó en el autobús de gira con vista directa al puente Tori gate, había llegado a San Fransokyo. Apenas dejó sus cosas en el hotel en el que se quedaría le pidió a Juan que lo llevara justamente a la dirección de la que provenían los paquetes que Iori enviaba a México, Juan miró a Sawako cuestionando si era una buena idea o no, ella solo suspiro y le dijo que ella los acompañaría, y así fue, Miguel mirada la ventana entusiasmado por encontrarse con aquella chica, a su dulce y tierna amiga que hizo tan sólo un año atrás, a la única y maravillosa Iori Cat.
La dirección los llevó hasta un café con el curioso nombre de "Luky Cat", el gato de la suerte, el local estaba abierto pero no había mucha gente dentro.
-Cualquier cosa me llamas, ten mucho cuidado, ya sabes que hay un rastreador en tu teléfono por si acaso- dijo Sawa como madre protectora -Y cariño, recuerda que las cosas no siempre son lo que parecen así que, por favor, estate atento.
Miguel asintió a sus palabras, bajó del auto, observó los alrededores, respiró hondo y entró a la cafetería.
Dentro del local: Hiro se encontraba en la cocina para avisarle a su tía que estaría en el garaje, ella le dio un abrazo y prometió llevarle algo de almorzar más tarde, el chico prodigio estaba apunto de retirarse cuando escucho la campanilla de la puerta, volteó por reflejo en esa dirección y observó a un chico moreno entrar al café, abrió los ojos con sorpresa y detuvo a su tía antes de que ella saliera a ofrecerle un menú.
-¡Tía Cass, él, él es Miguel Rivera!- gritó en vos baja.
La castaña miró al chico que su sobrino mencionaba, el Hamada menor olvidó todo, sus estrategias, el plan que había preparado, todo se había ido a al diablo gracias al pánico.
Cass le sonrió intentado tranquilizar a su sobrino, luego salió de la cocina. Le ofreció un menú al Rivera, Hiro observó todo desde la cosina sin poder escuchar nada de su conversación, después de ello Cass regresó a la cosina
-¡¿Que le dijistes?!- preguntó aún con gritos en voz baja
-Nada, él pregunto por Iori, le dije que sí, es mi sobrina, pero que se encontraba estudiando para los exámenes de admisión a la universidad y tal vez no tendría tiempo para salir, pero que mi "hijo" podría explicárselo mejor, como ya habíamos acordado.
El plan Hiro, ¡Recuerda el plan!
-Ah claro, claro- el azabache respiró profundo y salió de la cosina tratando de mantener la calma
Miguel aún no se daba por vencido, todavía tenía esperanza, pensaba en que hacer si no podría verla ese día, talvez debió de haber hablado con ella antes y decirle que iría, fué desconsiderado al tratar de sorprenderla así. Un millón de pensamientos llevaban su cabeza cuando una voz lo interrumpió.
-Hola, yo soy Hiro Hamada- saludo el chico mayor cuando se encontró justo enfrente del cantante.
Miguel levantó la vista y vio al chico extraño directamente a los ojos por un par segundos, al verle sintió exactamente lo mismo que el día en el que eligió a Iori de entretanto diseñadoras.
-Hola, Me llamó Miguel.
Notas Finales:
*Inserte risa malvada* konichiwa! Aquí otra vez Sara0Avader, sí le dije que se iban a encontrar no que de eso se iba a tratar el capítulo.
Y sin saber me tardado, no sé cuánto tiempo pasó pero siento que fue mucho, así que gracias por esperar, por leer y por apoyar esta historia, me animé y me alegra mucho sus comentarios, me hace sentirme tan mal en esta época de cuarentena, y más porque vamos a volver a la escuela T^T tiene que ir a clases de línea.
Pero bueno.... Espero que les haya gustado el capítulo y y espero traerles uno nuevo muy pronto.
Ya lo corregí, perdón, nos vuelve a pasar.
Eso es todo por hoy. Yo soy Sara0Avader (sigueme en Facebook) a-dios.
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