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9 ¡BOOM!

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Nam Mi se levantó con majestuosidad en su trono, enfrentando a la Reina Viuda Hanna con una mirada penetrante. La corte estaba en silencio, expectante de lo que iba a suceder a continuación.

-Reina Viuda Hanna -comenzó Nam Mi con voz firme y resonante-es hora de que enfrentes las consecuencias de tus acciones. No solo conspiraste para difamarme y separarme de mis hijos, sino que también enviaste una carta a Turquía solicitando mi asesinato a cambio de la supuesta salvación de la Sultana perdida, Safiye.

Hanna frunció el ceño, intentando mantener su compostura.

-Son solo acusaciones infundadas, Emperatriz -respondió con voz calmada pero temblorosa

Nam Mi no retrocedió.

-¡No lo son! Tengo pruebas contundentes de tus actos. La carta está en posesión de los mensajeros turcos, quienes pueden confirmar su contenido. Has traicionado a la Dinastía y a mí como tu Sultana y Emperatriz.

Jungkook, quien hasta ese momento había permanecido en silencio, intervino con una pregunta que reflejaba su conocimiento previo.

-¿Por qué dices eso cuando aún no tenemos pruebas concluyentes en nuestras manos? ¿O sí?-

Nam Mi mantuvo su mirada fija en Hanna antes de responder, su rostro mostrando determinación y seriedad.

-Porque no soy solo tu esposa, soy la Emperatriz y Reina Madre Imperial. De acuerdo con nuestras tradiciones y deberes, tengo el derecho y la obligación de cuestionar las decisiones de la corte y de ti como Emperador.-estaba más que decidida, ni siquiera lo pensó para decir tales palabras que podrían provocar un enfrentamiento.

Estas palabras desataron la ira de Jungkook, su semblante oscureciéndose con indignación.

-¿Estás desafiando mi autoridad? ¡Como Emperador, mis decisiones son finales y no serán cuestionadas! - ¿por qué discutían realmente? Para hacer culminar bien el juego que empezaron meses atrás, para llevarse ambos la contraria o porque realmente estaban dolidos y ofendidos.

Nam Mi no se inmutó, su expresión de determinación se mantuvo firme.

-Si realmente crees en la justicia y la equidad en nuestro imperio, entonces deberías aceptar que no soy solo una figura decorativa. Soy tu igual en términos de poder y responsabilidad.- se veía tan serena derrochando esas palabras hacia su esposo, quién de una manera extraña, sentía satisfacción al estar viendo a su mujer con tanta coraza y coraje.

Siempre le gustó eso de ella, que nunca se callaba. Siempre tenía respuesta para todo, que lo retaba, que le demostraba que ella era diferente a las demás.

En ese momento, Jisoo intervino, su tono cargado de desdén y su expresión llena de desprecio.

-No tienes derecho a hablar así al Emperador, Nam Mi. Deberías saber cuál es tu lugar.- era demasiado atrevida, ante los ojos de Nam Mi.

Pero hasta la corte, estaba de acuerdo que ese no era el comportamiento adecuado para hablarle al Sultán. Pero bien sabían, que siempre esas cosas pasaban cuando habían dos figuras imponentes con personalidades iguales, sentados en tronos tan importantes.


Nam Mi giró hacia Jisoo con una mirada dura, sus ojos reflejaban desafío y convicción.

-Mi lugar es donde la ley y la moralidad exigen justicia. No permitiré que las manipulaciones de la Reina Viuda o la complicidad de ninguno de ustedes destruyan nuestro imperio y nuestra familia.

La tensión en la sala era palpable. Los miembros de la corte murmuraban entre sí, incómodos ante el enfrentamiento abierto entre la Emperatriz y las otras figuras poderosas.

Finalmente, Hanna habló con voz tensa, su expresión ahora mezclaba rabia y preocupación.

-No permitiré que estas falsas acusaciones manchen mi nombre y mi legado.

Nam Mi respiró profundamente antes de hablar de nuevo, su expresión revelando determinación y algo de tristeza contenida.

-Hanna, ¿recuerdas cuando era una bebé?- todos fruncieron el ceño. Nam Mi decidió profundizar para acabar con ella completamente- Mi padre, el Sultán Otomano, y el difunto Emperador de Corea, hicieron una alianza para asegurar mi posición como Reina de Corea cuando creciera. - Hanna tomó aire con mucha fuerza, tensando su cuerpo al darse cuenta de lo que la pelirroja, iba a revelar- Tú, Hanna, intentaste eliminar ese futuro cuando me hiciste un blanco en mi infancia. - todos abrieron sus bocas sorprendidos, no podían creer las palabras que decía la Emperatriz. - ¿Tanto pánico te daba saber, que todo lo que poseías pasaría a mis manos? O ¿el hecho de que Kyun Soo, descubriera quién era?- eso fué suficiente para provocar el caos en esa sala.

Las palabras de Nam Mi resonaron en la sala.

Jungkook se quedó sin aliento por un momento, mirando a su madre con incredulidad y decepción.

La corte, en un silencio roto solo por susurros inquietos, comenzó a discutir el destino de Hanna. Después de una deliberación breve pero intensa, Jungkook tomó una decisión final.


-Hanna, la corte ha decidido que serás exiliada de nuestro imperio por tus actos contra la Dinastía y la Emperatriz. Te ordeno que dejes nuestras tierras de inmediato y no regreses bajo pena de muerte.- sentenció con voz demandante.

Hanna comenzó a respirar agitadamente.

-¡ME NIEGO! ¡NO SOY CULPABLE DE LOS CARGOS QUE SE ME IMPONE!- alzó la voz - Tú fuiste quien planeó la emboscada de los otomanos de meses atrás que hirió a varias personas.- miró con veneno en sus ojos a la pelirroja- Tengo testigos que pueden corroborarlo.

Jungkook, quien hasta ese momento había permanecido en silencio, intervino con decisión.

-¿Pruebas?- indagó-¿Qué pruebas tienes de eso, madre?

Nam Mi se mantuvo firme, sin retroceder ante las acusaciones de Hanna.

-Las acusaciones en mi contra son falsas y carentes de fundamento, como lo demuestra el testimonio de nuestros aliados otomanos y la investigación de nuestros propios mensajeros.- corrigió Nam Mi- Cómo princesa Otomana, hija de ambos Reyes, tuve la dicha de tener en mis manos todas las pruebas así cómo de investigar a todos los involucrados. - hizo saber- No viajé a Turquía dejando a mis príncipes atrás, para disfrutar de una vida de princesa, Hanna.

Jungkook la miró con aceptación, luego se volvió hacia Hanna con una mirada severa.

-Madre, si realmente hubiera pruebas ilícitas que demostraran que Nam Mi fue responsable de esa emboscada, ya estarían aquí y serían consideradas. Pero no las hay. Tus intentos de desviar la atención de tus propios actos solo demuestran tu desesperación.

Hanna, con una mezcla de rabia y temor, se volvió hacia Jungkook.

-¡No puedes hacer esto! ¡Soy tu madre, merezco tu misericordia!- exclamó sintiéndose cohibida- ¡DESDE QUE TE CASASTE CON ESTA MUJER ARRUINASTE NUESTRAS VIDAS! - gritó desesperada- ¡TE HA HECHIZADO! ¡HIJO MÍO, ESCÚCHAME! - se tiró al suelo bajo la atenta mirada de todos, sus lágrimas se hicieron presentes. -

Pero los guardias imperiales, siguiendo las órdenes del Emperador, avanzaron hacia Hanna para escoltarla fuera de la sala.


Nam Mi sonrió con satisfacción

-Llévensela -ordenó Jungkook con firmeza, ignorando las súplicas de Hanna-. Que se exilie de nuestras tierras y no regrese bajo pena de muerte.

Aún faltaba para que los guardias llegaran a Hanna, por lo que Nam Mi aprovechó.

Nam Mi observó con intensidad a su suegra, la Reina Viuda Hanna, quién estaba dispuesta a todo.

Los murmullos en la corte se intensificaron, algunos expresando sorpresa por la audacia de Nam Mi al confrontar a una figura tan prominente como la Reina Viuda.

-¡Esto es un ultraje! -exclamó Hanna, mirando desafiante a Nam Mi mientras seguía arrodillada-. ¿Cómo te atreves a difamarme sin pruebas concluyentes? Yo no he hecho nada más que servir a este reino con lealtad. ¡NO VOY A CREER NINGUNA PALABRA DICHA POR ESTA MUJER!

Nam Mi mantuvo la compostura, su voz resonando con firmeza en la sala.

-Hanna, no hago acusaciones sin fundamentos. Hay evidencia clara de tus acciones. La carta que enviaste a Turquía, ofreciendo la vida de la Emperatriz a cambio de la Sultana perdida, Safiye, es una prueba suficiente de tus intenciones.- volvió a recordar- ¿Cuántas veces debo hacerlo saber?

Hanna frunció el ceño, sus ojos brillando con ira contenida.

-¡Es una mentira! ¡No hay pruebas reales de eso!

En ese momento, Jungkook intervino, levantándose de su trono con solemnidad. Su voz resonó por encima de los murmullos de la corte.

-¿Entonces deberíamos recurrir a los propios otomanos para saber quién tiene la razón o leemos esa supuesta carta?

Nam Mi miró a Jungkook, reconociendo el doble sentido de sus palabras. Sabía que él entendía lo que estaba en juego, a pesar de su aparente neutralidad en público. Sin embargo, antes de que pudiera responder, Hanna se volvió hacia su hijo con una expresión de urgencia en su rostro.

-Jungkook, mi hijo, escúchame. Nam Mi planeó la emboscada de los otomanos hace meses. Ella es la verdadera traidora aquí.- sus palabras con lágrimas fingidas, no tenían influencia en los presentes.

Los miembros de la corte se miraron entre sí, algunos confundidos por las acusaciones cruzadas entre la Reina Viuda y la Emperatriz. Nam Mi mantuvo la mirada firme en Hanna.

-Hanna, sé que estás desesperada por defenderte, pero las pruebas ilícitas que hemos encontrado demuestran lo contrario. Has cruzado límites que no podemos ignorar.- le dijo con lástima fingida, era notorio su sarcasmo.

Jungkook asintió, decidido pero con pesar en sus ojos.

-Madre, entiende que esto va más allá de nuestra relación familiar. La integridad del reino está en juego. Por el bien de la estabilidad y la justicia, no tengo otra opción.

Hanna fue rodeada por guardias que se acercaron con respeto pero con firmeza. Ella miró a su hijo con desesperación.

-Jungkook, por favor, un poco de misericordia. No permitas que me exilien de esta manera.

Jungkook bajó la mirada por un momento antes de responder con voz firme.

-Madre, has traicionado la confianza y el honor que se te ha dado como Reina Viuda. Por el bien del reino, te exilio de este lugar hasta nuevo aviso.

La corte permaneció en silencio, absorbida por la gravedad de los eventos.

Nam Mi se levantó de su trono e inmediatamente todos se reverenciaron. Jisoo se vio obligada a levantarse para mostrar su respeto, ella estaba cohibida pero le convenía deshacerse de Hanna. Esta última se mantenía en el suelo llorando, viendo cómo Nam Mi bajaba los escalones y caminaba hacia su dirección.

Nam Mi miraba hacia el frente para pasar por su lado y tan pronto lo hizo, Hanna perdió todo su orgullo tomando el vestido de esta, implorando piedad.

- ¡PIEDAAAAAD!- decía entre lágrimas bajo la atenta mirada de todos. Jungkook tragó fuertemente al ver a su madre humillarse. Nam Mi al verse obligada a detenerse miró hacia el frente para sonreír con victoria y maldad- Retracta tú decisión.- más que un pedido, parecía una orden.

Jisoo se levantó al ver tal escena y el Gran Visir se acercó para intentar ayudarla a levantarse.

-No se denigre así y acepte su destino.- le pidió para tomarla de la mano pero esta lo empujó con fuerza para aferrarse al vestido de la pelirroja-

Jungkook apretó la mandíbula, sabía que Nam Mi estaba disfrutando tal escena. Pero el sufría en silencio, aún así, bien sabía que su madre lo merecía. Estaba más tranquilo al saber que había sido exiliada y no ejecutada. Razón exacta por la que aceptó la decisión de Nam Mi, contando con lo daños que su progenitora les hizo.

- ¡Déjame!- alzó la voz con enojo Hanna, para aferrarse al vestido de Nam Mi- Anastasia, revoca esa orden. Sin mí esta Dinastía será un caos- sentenció con seguridad, Nam Mi dejó salir una risita que erizó la piel de los presentes- Ten piedad por mí, aquí está mi vida entera.

La primera lágrima cayó de los ojos de Nam Mi, era tanta la emoción de verla de rodillas después de tanto sacrificio, que no podía evitar llorar de felicidad y dolor por todo lo que le pasó desde que ingresó al palacio.

- ¿La tuviste por mí y mis hijos?-indagó para mirarla desde su altura, viendo a Hanna pequeña y destrozada. - Tú me trajiste a este palacio, me negaste irme cuándo te lo pedí. ¿Lo recuerdas?- preguntó bajo su atenta mirada, los presentes solo veían tal escena con pena mientras otros con felicidad-Ahora atente a las consecuencias, porque tú misma me enseñaste a ser quién soy. - la peli negra sollozó- Ah- dejó salir el aire con tranquilidad- Me dijiste que pertenecía a la Dinastía Coreana sin saber que yo sería tú ruina. - dejó salir una risita- Intentaste deshacerte de mí de tantas formas, que en la última cavaste tú propia tumba. - Nam Mi se agachó bajo la mirada de Jungkook y Jisoo, para acercarse a Hanna quién no dejaba de llorar, susurrandole lo siguiente- Ambos son iguales, con la diferencia...- hizo una pequeña pausa mirando los zapatos del Consejero Real mientras Hanna miraba a la nada escuchando esa voz en su oído - ...de que a él, le arrebaté su último aliento con mis propias manos, después de haberse fundido en mí...- la peli negra palidecio sollozando, comenzó a negar con frenesí y Nam Mi se quedó con la mirada pérdida recordando esa noche-

De sólo recordar, le daba rabia.

- Tú amado logró lo que tanto evitabas, poder embestirme sin piedad alguna cómo el animal que era.- sus lágrimas se desbordaron de sus hermosos ojos verdes, para deslizarse por sus mejillas- Agradeceme, al menos murió feliz...- se empezó a reír en su oído mientras la mayor lloraba de manera escandalosa. Todos se preguntaban que era lo que la pelirroja le decía, sobre todo Jungkook quién intentaba leer sus labios- En manos de la mujer que más deseó en su miserable vida.- expresó entre dientes con toda la rabia que tenía- Amé su final, una muerte amarga...Agh...- sollozó entre risas y dolor- con un final agridulce...desde el momento que su corazón explotó. - confesó con lágrimas en sus ojos mientras Hanna temblaba en su lugar sin soltar el vestido de esta- ¡BOOM!-alzó la voz con ferocidad asustando a todos los presentes, sobre todo a Hanna quién saltó en el lugar.-

Nam Mi sonrió para levantarse sin dejar de mirarla.

- Y recuerda, para tener piedad y perdonar, está Allah, no yo.- sentenció alzando la voz.

Desde ese día, todos vieron esa Nam Mi oculta. Esa Leona con apariencia de Dragón que escupía fuego sin descanso.


- ¡ASESINAAAAAAAAAAAA!- gritó Hanna con todas sus fuerzas llamando la atención de todos. Nam Mi tomó su vestido y con brusquedad acompañada de violencia, se lo arrebató de sus manos provocando la caída de ésta- ¡NAM MIIIIIIIIIIIIIIIIII!- sus lágrimas estaban presentes mientras gritaba tirada en en el suelo, la pelirroja comenzó a caminar bajo la atenta mirada del peli negro quién estaba atónito.- ¡AAAAAAAAAAAAGH!

Nam Mi sonrió con victoria mientras lloraba, lentamente limpió sus lágrimas con sus manos en el momento exacto que las puertas se abrieron para ella y el Sol iluminó su rostro, cómo si la felicitara por su logro.

- Esto apenas comienza...- susurró para perderse entre los caminos que dirigían al Harén.

Jungkook suspiró mirando a su madre devastada, acabada.

- Llévensela de aquí. - ordenó para ver a los hombres tomar a su madre del suelo y literalmente, sacarla a rastra de esa Sala.

-¡TE VAS A ARREPENTIR! ¡ASESINAAAAA!


Hanna, aún protestando y lanzando acusaciones, fue sacada de la sala por los guardias, dejando un silencio incómodo a su paso.


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¡HOLAAA!

AQUÍ TIENEN SU CAPÍTULO. OJALÁ LES HAYA GUSTADO, DISFRUTÉ MUCHO ESCRIBIRLO.

SÍ, ¡LO DISFRUTÉ!🤣🤣❤️‍🩹

Me encantaría leer algunos de sus comentarios 💜

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