Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

6"He perdido mi vida"


Narradora...


Ambos enamorados se miraron, el peli negro veía las lágrimas caer de los ojos de su preciada pelirroja. Podía sentir el dolor, estaba a flor de piel.

Su corazón latía con fuerza, volver a verla era lo que más anhelaba... pero no así...

- Nam Mi...- salió de sus labios con emoción pero a la vez conmocionado.

La pelirroja sollozó manteniendo la espada con firmeza, en su cuello.

- ¿Po...Agh...- ni siquiera pudo terminar de pronunciar palabra, porque varios sollozos la inundaron-...Por qué?...- logró decir después de varios segundos, en los que sus lágrimas caían.

Jungkook negó con frenesí tratando de negar cualquier afirmación que la pelirroja tuviera en su mente.

- Escúchame...- dio un paso hacia adelante, la espada se aferró más a su garganta por lo que Nam Mi retrocedió un paso algo asustada.

- ¡No des ni un paso más!- habló con dureza, mirándolo con rabia y dolor. - N-Ni siquiera hay ra-razon para escucharte...- bajó la mirada de manera lastimera.

Jungkook asintió.

- ¿Entonces?- preguntó el sin dejar de mirarla, ni siquiera le importaba estar totalmente desnudo. - ¿Piensas tomar una decisión y formular una idea errónea en tú mente, sin darme la oportunidad de explicarte?

Ladeó la cabeza mientras le preguntaba.

Nam Mi sorbió su nariz para alzar la mirada, encontrándose con los ojos de Jungkook. Sólo necesitaba eso para sentirse pequeña, algo en ella le pedía a gritos que le diera la oportunidad de retractarse o más bien, de defenderse.

Pero otra, la obligaba a no caer en sus palabras.

- ¿Y qué me vas a explicar?- cuestionó con dureza en su tono de voz- ¿Me dirás que es la primera vez que recibes a una mujer en tú lecho?- fué directa y sin rodeos.

Jungkook enarcó una ceja al escucharla.

- Has perdido el juicio.- fué su respuesta-

- ¿Y tú?- preguntó quebrandose nuevamente- ¿Cuántas veces lo perdiste?- indagó provocando que Jungkook desviara la mirada. Nam Mi al ver su reacción, dejó salir una risita irónica- Agh...- salió un sollozo entre risas- ¿Sabes lo que significas para mí?- el peli negro devolvió la mirada a su persona, al escucharla.

La castaña veía todo con atención, mientras intentaba cubrirse con sus manos. Tal parecía que se habían olvidado de ella.

- Eras mi sol...- le respondió la pelirroja perdiéndose en sus ojos- M-Mi pri-mavera...- su llanto se hizo presente nuevamente, sus hermosos ojos verdes se quebraban. Era tanto dolor que Jungkook no lo pudo soportar y finalmente, la primera lágrima cayó de sus ojos negros- La razón por la que arriesgué tanto... eras mi vida entera... - hizo una mueca de dolor en medio de su llanto.

Jungkook negó para extender su mano intentando tocarla pero ella ejerció más presión en su espada, casi cortando la piel de su cuello.

- ¿Era?- salió de los labios de Jungkook después de mirar la espada. Su dolor estaba haciendo presencia finalmente mientras las lágrimas lo acompañaban.

Nam Mi asintió, en medio de lágrimas.

¿Cómo podía su corazón doler tanto? Sentía amor pero a la vez rabia y dolor.

¿Era posible?

¿Tanto le afectaba ver a su amado en brazos de otra?

¿Podía ser tan doloroso ver como una mujer acariciaba el cuerpo de tú esposo, mientras este acepta ese acto?

Pero si lo aceptaba, era porque no era la primera vez que sus ojos veían los de esa mujer.

Entonces era cierto... Jungkook se estaba viendo todas las noches con una mujer mientras su hijo estaba perdido.

Mientras ella estaba lejos.

Él no la amaba, definitivamente no la amaba. Y mucho menos amaba a su hijo. Esa fué la imagen que le dejó y no podría hacerla cambiar de parecer.

El labio inferior de Nam Mi tembló, sentía tanto dolor que este la estaba consumiendo. Su mundo entero se estaba haciendo pedazos.

Primero su hijo y ahora Jungkook.

Definitivamente, este era su castigo...

- Eras. - afirmó entre dientes bajo la atenta mirada de ambos.

Jungkook ladeó la cabeza con miedo. Su corazón latió con fuerza, sintiendo que en cualquier momento dejaría de latirle.

- Retractate. - más que una petición, sonó a una orden.

Nam Mi se mantuvo firme ante su mirada, así cómo a su palabra. Ambos se retaban, más el dolor seguía presente.

Esta era la diferencia de su reencarnación. Porque Mi Nam jamás hubiera hecho los aptos de Nam Mi y Jungkook ya hubiera acabado con tal insolencia.

Pero ellos eran diferentes, eran una bomba que podía estallar en cualquier momento. Jungkook temía tomar represalias en contra de la mujer que amaba, mientras Nam Mi le demostraba que no le temía a la muerte.

¿Quién amaba realmente?

Quizás solo uno amaba de verdad.

O quizás... ambos amaban pero uno mantenía oculto ese sentimiento que lo volvía vulnerable a la hora de enfrentarse a su "enemigo" en ese momento.

- ¿Por qué debería?- preguntó con firmeza, lista para atacar y ser su berdugo a pesar del dolor en su corazón - Tú no me das órdenes...- y esa fué la gota que derramó el vaso.

La mirada de Jungkook fué de impacto, pero a la vez de sorpresa y enojo.

- ¿Qué has dicho?- cuestionó con una mirada dura, sus lágrimas se detuvieron, su entrecejo se marcó con fuerza dejando una mirada intimidante. Nam Mi tragó fuertemente, sin quitar la espada de su cuello. - Repitelo...

La castaña sentía su corazón latir con fuerza e incluso sus manos sudar. Estaba presenciando un enfrentamiento entre Emperadores y era obvio... que no saldría bien.

- Que TÚ...- dijo con fuerza la última palabra, sin apartar la mirada de él-... No me das órdenes- formuló con certeza y entre dientes.

Jungkook la miró fijamente, cómo si la analizara para de repente dejar salir una sonrisa torcida, desviando la mirada por cortos segundos. Se mordió el labio inferior con diversión.

Nam Mi lo miraba atentamente. Sabía que posiblemente estaba cavando su propia tumba. Nadie podría quitarle el título de Madre Imperial y madre de los príncipes... pero sí su título cómo Emperatriz Real.

Sin duda alguna, estaba cavando su propia tumba y a pesar de temer a ese hecho porque sabía quién e incluso cómo era Jungkook, se mantenía firme. No iba a permitir que viera en ella ese sentimiento que la volvía vulnerable frente a él.

Jungkook regresó a mirarla, sin dejar de sonreír pero esta vez de manera torcida, no había nada de diversión en su mirada.

Sí, se había enojado. Había dado finalmente en su ego, solo faltaba que diera en su corazón.

- ¿No te doy órdenes?- cuestionó para llevar hacia delante su pies derecho, saliendo de la tina llena de agua.

Nam Mi asintió alzando ambas cejas.

Miradas retadoras era lo que se podía presenciar entre ambos. Jungkook salió de la tina completamente, deseando retarla hasta al final.

¿Nam Mi?

Ella estaba dispuesta a hacerlo también.

No quería escuchar explicaciones. Estaba cansada de que siempre pasara algo así y ella tuviera que soportar.

¿Qué le iba a decir ahora?

¿Qué le hicieron brujería?

Sería demasiado, porque eso no existía.

O al menos... así pensaba ella.

- Parece que has olvidado a quién tienes frente a tí...- salió de sus labios con enfado.

Nam Mi dejó salir una risita nasal.

- ¿Debería decir lo mismo?- atacó

- Jajaja

Jungkook comenzó a reír de repente, Nam Mi no se quedó atrás, hizo lo mismo. Ambos se reían con supuesta diversión, cuando en realidad era dolor, miedo, coraje.

La castaña los miraba asustada, sin duda alguna ante sus ojos ambos Emperadores estaban desquiciados. No sabía si podía irse, pero realmente quería irse.

- Baja la espada.- sentenció de repente Jungkook, cesando su risa. No lo iba a negar, a Nam Mi le dio miedo.

- Lo haré...- le respondió con certeza, por lo que Jungkook alzó una ceja- Una vez que atraviese tú garganta con ella...

No sabía que decía, pero no se detendría. Estaba cavando su tumba.

Jungkook sintió que se estaba volviendo loco. Su mundo se terminó de derrumbar por completo. Tal parecía que no estaba destinando a tener una vida tranquila con la mujer que amaba.

- ¿Me amenazas de muerte?- preguntó alzando una ceja.

- Yo diría que es una advertencia...- le respondió.

O más bien, se dio cuenta que su amada no confiaba en él.

- A... vas a matarme...- susurró para sí mismo. Con dolor pero rabia, dio otro paso al frente llevando su mano a la espada, ni siquiera le importó poner la mano en la hoja filosa de esta. Nam Mi abrió sus ojos con terror al ver cómo en el rostro de Jungkook se formaban varias muecas de dolor, incluso cuándo sintió cómo la espada rompía su piel.  - Entonces no te detengas...

- Agh... - salió de los labios de la castaña quién llevó sus manos a sus labios al ver tal acto.

El corazón de Nam Mi comenzó a latir con fuerza. La sangre se deslizó por la mano de Jungkook, sintiendo cómo la espada atravesaba la palma de su mano, mientras el aguantaba en silencio, apretando su mandíbula, dejando que una lágrima lo acompañara en el momento.

- Jungkook...- susurró asustada, viendo la vena de su frente intensificarse mientras las lágrimas se deslizaban por su hermoso rostro. Y Finalmente...la primera gota de sangre cayó al suelo bajo la atenta mirada de Nam Mi-

Jungkook tenía mucho dolor. Pero más dolía si desconfianza.

- ¿No querías matarme?- cuestionó Jungkook con la voz ronca- Entonces hazlo antes de que tú desconfianza termine con mi vida o la poca cordura que me queda...- sentenció con la mirada dura, hasta asesina, sus lágrimas acariciaban su piel con furia.

Nam Mi sintió que su mano temblaba. Ella dijo que lo mataría, pero no era realmente lo que quería.

No quería lastimarlo.

Ella

Ella no sabía que era lo que sucedía.

Oh Allah, no sabía que hacer.

No, sí sabía que hacer.

Nam Mi tensó su mandíbula, frunció el ceño con rabia, dolor, para dar pasos firmes hacia Jungkook y empujarlo aún con la espada empuñada, mientras atravesaba la palma de su mano.

- Dios...- susurró la castaña asustada, sintiendo su corazón latir con fuerza del miedo.

Jungkook dio pasos descontrolados hacia atrás, casi perdía el equilibrio mientras Nam Mi lo miraba enfurecida empujándolo.

Que rabia.

Qué dolor.

Qué sentimiento de coraje.

Qué ganas de ambos gritarse y llorar hasta el cansancio.

- ¡JUNGKOOOOOOOK!- gritó con todas sus fuerzas para incrustarlo contra la pared. Sus lágrimas caían por sus bellos ojos verdes, mientras miraba a Jungkook con tanto dolor, qué sentía que no podría seguir.

- mgh...- salió de los labios del peli negro para cerrar sus ojos, la espada había profundizado la herida. Un poco más y llega al hueso.- ¡HÜMASĄĄĄĄH! - gritó de vuelta abriendo sus ojos, asustando por completo a la castaña quién no pudo más y salió corriendo del baño, tomando su vestido que permanecía en el suelo, frente a la puerta.

Se vistió tan rápido cómo pudo, perdiendo el equilibrio. Abrió las puertas, saliendo a los pasillos para comenzar a correr bajo la mirada preocupada de los guardias y los acompañantes de Nam Mi...

Jungkook y Nam Mi se miraron con coraje.

Ya no se sabía que sentimiento sentían.

Una cosa era verdad, ambos juntos eran la unión perfecta. Un dúo intocable, tenían la habilidad de complementarse el uno con el otro.

Pero de enemigos... eran una bomba que al estallar... no sabían cómo apagar, ni calmar las llamas o incluso el caos...

- ¡HAS PASADO TODOS LOS LÍMITES!- gritó Jungkook con fuerza, dejando que su aliento chocara con el rostro de la pelirroja.

- ¡HAS COLMADO TODA MI PACIENCIA!- le devolvió.

Jungkook comenzó a respirar de manera descontrolada.

- ¡BASTA!- le gritó- ERES UNA INSENSATA, QUE SE DEJA LLEVAR POR TODO LO QUE LE MUESTRAN SUS OJOS.

- ¿Acaso mis ojos no me mostraron lo suficiente?- indagó ella finalmente, bajando el tono de su voz- Recibiste a una Concubina en tus aposentos a altas horas de la noche, Jungkook. - comenzó a hablar sintiendo que nuevamente se quebraria- ¿Qué debería pensar?

Nuevamente sus ojos se cristalizaron, casi no podía ver.

- Hace meses atrás, en el palacio de Daegu... - decidió hablar sin apartar la mirada, mientras la sangre corría por la espada-... me preguntaste si no confiaba en tí y te di mi respuesta. - la pelirroja deshizo su ceño fruncido lentamente- Ahora es mi turno preguntar...- Jungkook tragó fuertemente, temiendo por la respuesta-... ¿Acaso... no confías en mí?- preguntó con el dolor de su alma, sintiendo que moriría esa noche si su respuesta era negativa. - Todo lo que hemos vivido. T-Todo lo que afro-afrontamos juntos...- su voz se quebró, mientras la primera lágrima cayó de los ojos de Nam Mi, nuevamente- ¿No confías?

Sus miradas se conectaron, el dolor abrazó sus corazones.

Pero era tan fuerte todo, que no podían soportar más.

Nam Mi suspiró.

- No...- salió de sus labios, acabando con la vida de Jungkook- No puedo confiar en un hombre que invita a una mujer a sus aposentos, cuándo su esposa está lejos y mucho menos... cuándo su hijo no da señales de vida...- Jungkook dejó salir una risita lastimera- ¿Qué clase... Agh...- ni siquiera podía pronunciarlo sin sollozar-... Qué clase de padre eres?- cuestionó finalmente, mientras ambos se miraban- Se que no soy la indicada para reprochar tal comportamiento... po-porque...- se quebró nuevamente-... es-tuve ausente para mis hijos.

Jungkook desvió la mirada.

- No sabes lo que hablas...- salió de los labios de Jungkook, siendo seguido por sus lágrimas. -

- No, sí sé lo que hablo.- afirmó ella asintiendo con sus pestañas húmedas- Dejé a los niños, confiando en tí, Jungkook. - le recordó tratando de mantenerse fuerte- Y tú los descuidas por una mujer. - este volvió a mirarla- ¿Ella estaba aquí el día que desapareció Suho?- Jungkook no dijo palabra alguna.

Nam Mi pestañeo varias veces. Una risita lastimera salió de sus labios.

- Fallaste cómo padre y cómo esposo.- decidió seguir mientras Jungkook lloraba en silencio, soportando sus palabras- Te revolcaste con una mujer rompiendo nuestro amor y lo puedo soportar. - confesó ella con tristeza- Pero que le fallaras a nuestro hijo... no puedo... no pue-do... Agh...

Nam Mi alejó la espada de su mano, Jungkook abrió esta con una mueca. Pero él dolor de su mano, no era tan fuerte cómo el que sentía en su corazón.

Nam Mi bajó la espada, viendo la sangre en ella.

- Tienes razón. - habló finalmente, cuándo Nam Mi le dio la espalda- Fallé, fallé al recibir esa mujer... - sentenció- Pero no puedes hablar de más, no puedes hacerlo. Te lo prohíbo- la señaló con su dedo índice de la mano lastimada, esta le temblaba y las gotas de sangre caían al suelo- ¿Tienes idea del infierno en que he estado viviendo desde que te fuiste?- indagó con dolor- No, ¿Sabes porqué? - Nam Mi lloraba en silencio, mientras miraba a la nada- Porque mientras tenía que lidiar con mis problemas, mientras lloraba en cualquier rincón del palacio sin tener un hombro en el cuál apoyarme...- por primera vez sollozó- Agh...tú sonreías con la familia que te fué arrebatada.

Nam Mi se volteó para cuestionarle.

- ¿No fuiste tú quién me dijo que me fuera?- preguntó finalmente. - Sabes que no quería abandonar el palacio. No me culpes ahora.

- No te culpo. - respondió para bajar su mano- Porque al menos uno de los dos sonreía. - ella lo miraba atentamente- ¿Crees que podría traicionarte?- indagó- ¿Crees que no he buscado a mi hijo en cielo, mar y tierra?...- cuestionó para sorber su nariz-  ¿Cómo puedes culparme de todo y tirarme en un sucio rincón? - estaba muy dolido y sus expresiones lo dejaban en evidencia- No tienes idea de la decepción que se está apoderando de mí corazón, Anastasia.

Anastasia.

La nombrada tragó fuertemente.

- Entonces estamos a mano.- sentenció ella-

Jungkook asintió, estaba afligido.

- Si tú decisión es ésta...- hizo una pausa sabiendo que finalmente, su relación había tocado fondo-...entonces no tenemos nada más de qué hablar.

El labio inferior de Nam Mi tembló. Sus manos sudaron.

Miró a Jungkook por última vez, este lloraba en silencio.

¿Había cometido un error?

- Sepa usted que nuestro único lazo ahora...- decidió hablar. Ambos eran demasiado orgullosos-...son nuestros hijos.- sentenció rompiendo su propio corazón, junto con el de Jungkook.

Y sin pensarlo más, dio la vuelta dejando escapar sus lágrimas. Jungkook la vio alejarse hasta salir de sus aposentos, mientras arrastraba la espada.

¿Querían separarlos? Lo habían logrado.

- ¡AAAAAAGH!- gritó con todas sus fuerzas para romper todo a su paso, lastimandose más la herida de su mano y profundizando la de su corazón. - No puedo... N-No pue-do más...- salió de sus labios para dejarse caer al suelo.

Nam Mi salió de los aposentos, con la mirada pérdida. Los guardias se reverenciaron, Baekyung hizo lo mismo, más Yoongi frunció el ceño al verla tan devastada.

●●●

Nam Mi...

Caminé por el sendero, estaba descalza y ni siquiera me había percatado de las espinas.

Cada una de ellas, atravesaron mis pies hasta provocar un sangrado.

Y Finalmente... había muerto...

Yo morí, bajo la mirada de mí amado...

Bajo las lágrimas de su dolor.

¿Había hecho algo mal?

¿Qué pasaba conmigo? Tal parecía que no era yo misma.

¿Tanto me afectó saber que quizás Jungkook había copulado con esa mujer?

¿Por qué no podía creer al amor de mi vida?

- ¿Nam Mi?

¿Escuchaban eso? Era el llamado del lamento.

Mi vida se había ido.

Mi vida... El era mi vida.

¿Cómo vivir sin mis hijos, sin él?

Definitivamente había muerto.

- ¡Por Allah bendito!- escuché la voz de Baekyung totalmente asustada- ¿Qué ha hecho, Sultana?

- ¡JUNGKOOK!- escuché el grito de angustia de Yoongi.

¿Era por la espada ensangrentada?

No debían preocuparse, ahora mismo había una herida aún mayor.

Todo comenzaba a verse borroso, mientras escuchaba gritos lejanos.

Había cavado mi propia tumba, hasta la llené de rosas negras totalmente marchitas.

¿Acaso esto es el amor? Sufrir tanto y sentir que mueres aún estando viva. Quizás el problema de este amor era yo.

Oh Allah, termine con mi lamento antes de que logre llorar lágrimas de sangre.

Regreseme a mí pequeño... por favor Allah.

¿Cómo estará?

No sabía por quién llorar.

¿Por quién debía llorar cuándo mi cabeza y corazón sufrían por los dos?

¿Pero porqué en lugar de sentirme traicionada, me sentía decepcionada de mí misma?

Allah, permitame conocer mi realidad y castigueme si me había equivocado con mi hombre predestinado. Porque siento... que lo he defraudado...

- ¡SULTANA!- escuché a la lejanía, cuando finalmente me había arrancado la vida, esa niebla oscura-

He perdido mi vida...

●●●

¡Hola!

¿Cómo están? Espero que bien ❤️

Aquí les dejé un capítulo algo... no tengo ni palabras.

¿Qué creen de Nam Mi? ¿Qué opinan de sus acciones? ¿Y de Jungkook?





Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro