Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4"¿Cuál... es la razón?"


Antes de empezar el capítulo, quiero pedirles que presten atención a todos los detalles que puedan aparecer acerca de la mujer que aún no se da a conocer pero da tantos problemas. Ya sea la tal Facrea. Sin más que decir, comencemos...

_________________♡♤__________________






Turquía... Estambul... Palacio Topkapi.

Narradora...



Todos los guardias bajaron por el puente que estaba casi en la orilla, después de varios hombres pisar nuevamente tierra firme, la silueta de un apuesto y atractivo hombre varonil, de ojos pequeños rasgados, piel de porcelana, traje costoso, se hizo presente.

Respiró con antelación, mientras sentía el suelo bajo sus pies. Inmediatamente sus guardias lo siguieron mientras las personas a su alrededor, lo miraban. Un Coreano por Estambul, no se veía todos los días a pesar de la alianza que existía.

- Estambul...- susurró el peli negro después de casi un mes permanecer en el barco Imperial, navegando.

Dejó salir el aire. Su mano derecha lo miró.

- Su alteza...- este le miró- Iré a comprar un caballo para usted...

El peli negro sonrió con amabilidad.

- Compra para todos. - les dijo- Porque será un viaje largo para llegar al palacio Topkapi...


●●●

Kim Nam Mi...

Habían pasado casi cuatro semanas, desde que se anunció nuestro regreso a Turquía. Días en los que repetía la misma pesadilla, sin poder moverme en el momento exacto que despertaba.

Fueron días difíciles...

- Sabía que te ganaría...- le dije con una sonrisa, escuchando los aplausos. El rubio me sonrió para tomar la toalla que le ofrecía una criada, hice lo mismo-

- Fué suerte...- se defiende limpiando su frente. Sonreí para llevar la toalla a mi rostro secando cualquier rastro de sudor.

- Debo reconocer que ambas son muy talentosas...- habló mi padre, mirándonos con una sonrisa desde su trono mientras una carpa lo cubría. -

Caminamos hacia él, viendo a Ahmed y Narhee a su lado.

- Tanto con la espada, cómo con el arco.- podía ver su sonrisa de satisfacción. - ¿Quién os enseñó?- preguntó interesado.

Le di la espada al soldado, sintiendo la brisa acariciar mi piel. Estábamos en el jardín privado, teniendo un enfrentamiento frente a nuestro Padre.

- Una persona muy importante para nosotros.- respondió mi hermana con sinceridad, asentí ante lo dicho.

- Alguien experimentado...- susurró Ahmed asintiendo varias veces.

Bueno, no podía ocultar más la decisión que había tomado en estos últimos días. No quería desviar el tema de conversación, pero esta era más importante.

- Quiero comunicar que en esta semana estaré partiendo a mi Dinastía. - dije para mirar a mi padre quién borró la sonrisa rápido. Mi hermana me miró con impresión pero agradecida.

- Regreso también. - sentenció.

- ¿Tan rápido?- preguntó Mehmet con una mirada algo triste.

Asentí lentamente.

- Ya cumplimos nuestro objetivo, conocerlos y darnos a conocer...- les respondí- Es momento de regresar, tengo hijos de meses y necesitan de mí. - les recordé- He sido una madre irresponsable al no estar junto a ellos, no puedo continuar.

Mi padre asintió en medio de un suspiro.

- Si esa es tú decisión, no hay nada más que hacer.- salió de sus labios por lo que sonreí.

- Exacto - dije con firmeza- Ahora si me lo permite, me gustaría retirarme para tomar un baño.

Asintió dándome a entender que podía marcharme.

- ¿Vienes?- le pregunté a Narhee, inmediatamente asintió. Ambas hicimos una reverencia para marcharnos...

●●●

<Narradora>

La mujer de capucha dorada, entró a los aposentos encontrándose con su aliada. Se sentó justo frente a ella, en el pequeño mueble. Ambas se miraron.

- Hasta que se digna a aparecer.- soltó la rubia con seriedad, mientras miraba a la encapuchada.

- No es fácil venir a verte, es difícil salir del palacio sin ser vista- contestó con obviedad mientras sostenía en sus manos un cofre. - ¿Y el niño?- le preguntó alzando una ceja.

La rubia dejó salir un suspiro.

- Durmiendo. - contestó con cansancio- No quería dormirse el mocoso, tuve que hacerlo llorar para que se cansara y durmiera finalmente- contestó con tranquilidad. La mujer frente a ella cerró sus ojos con fuerza.

- No te atrevas a hacerle daño, no nos conviene. - le recordó. La rubia dejó salir una risita.

- No le conviene a usted.- le corrigió- A mí me da igual, cómo mismo le di la vida se la puedo quitar.- respondió con desdén- ¿Ve eso?- llevó su mano a su izquierda, señalando una pequeña tabla de madera que descansaba encima de una mesita- Es la que me ayuda a dormir a ese Engendro...- le confesó con una sonrisa, mientras la mujer encapuchada dejaba salir el aire con frustración.

- No vuelvas a golpear al niño, por tu propio bien.- la miró de manera amenazante- El solo es un rehén, no pases los límites.

La rubia rodó los ojos con fastidio para cruzar sus piernas una encima de la otra.

- ¿Cuándo podré regresar al palacio?- indagó finalmente.

La de capucha dorada dejó salir el aire.

- Mañana en la mañana, regresa. - sentenció- Jungkook revisó en todas las ciudades, los castillos que habitaban en ellas, los puertos, cada barco...- le iba explicando- Más por su mente no ha pasado la posibilidad de que estuviera en otra provincia, ni siquiera mandó a revisar los palacios que rondan por ahí, dónde van las exiliadas...- confesó.

La rubia asintió.

- El calculador Jungkook, está perdiendo los dotes...- contestó con burla.

- ¿Quién no los perdería?- cuestionó- Nadie de la realeza haría algo así, ante sus ojos tuvo que ser un esclavo. Que de hecho, no pudo haberse ido lejos con ese niño... - una sonrisa salió de sus labios-

- Aún no entiendo, ¿cuál es el objetivo de secuestrar a ese mocoso?- ni siquiera podía decirle hijo a ese que nació de sus entrañas.

- Que Nam Mi regrese.- le respondió- La necesito cerca, para que todo se lleve a cabo. - su mirada se perdió- Solo así podré asesinar a dos pájaros, con un solo tiro...- la rubia asintió con ironía.

- ¿Por qué le haces esto a Jungkook?- indagó algo curiosa- Se puede esperar de alguien que no tenga vínculo con su majestad, pero
...¿Usted?- la encapuchada desvió la mirada.

- Eso no es de tú incumbencia- contestó de mala gana- Solo ocúpate de cuidar a tú hijo.

La rubia apretó su mandíbula.

- Ese ser viviente, no es mi hijo. Es mi perdición- le corrigió.

La mujer frente a ella se levantó del sofá, para extender su mano. La rubia inmediatamente se levantó.

- Aquí hay oro suficiente para otro mes...- inmediatamente se lo arrebató de sus manos para abrir el cofre que contenía monedas de oro.-

- Que bien huele...- sonrió aspirando el olor del dinero-

Era un caso perdido...

●●●

Estambul... Palacio Topkapi...


La pelirroja miraba a la mujer mayor frente a ella, esta sostenía un hermoso broche en forma de tulipán.

- Y este es mi obsequio, Hümasąh...- se lo extendió, la pelirroja lo miró totalmente enamorada.

- Madre Sultana...- salió de sus labios algo sorprendida.

Tomó en sus manos el tulipán, este era verde, color esmeralda y en el centro rojo.

- Era de la difunta Sultana Hürrem. - le explicó, la pelirroja la miró con un brillo en sus ojos- El Sultán Suleiman se lo obsequió y este lo heredó la Sultana Mihrimah cuándo la Sultana falleció.

Nam Mi volvió a mirarlo, al parecer es muy significativo.

- No puedo aceptarlo...- contestó para mirarla.

Nurbanu negó con una sonrisa.

- Claro que puedes, esto es de tú bisabuela y anteriormente de tú tía...- Nam Mi ladeó la cabeza- Tienes todo el derecho de poseerlo, así que no lo rechaces...

Nam Mi sonrió para asentir.

- Está bien...-

Nurbanu tomó en sus manos otra reliquia importante para la familia.

- Este es para tú hermana...- le hizo saber con una sonrisa, mirando el precioso collar plateado que tenía un tulipán- Selim me lo obsequió cuándo di a luz a Mehmet...- su voz salió con añoranza-... mi amado Selim...

De repente las puertas fueron tocadas, por lo que la mujer mayor tomó la palabra dando la aprobación para que entraran.

- Sultanas...- hizo una reverencia la mujer joven, de cabellera negra.

Inmediatamente miró a la pelirroja.

- Sultana, el príncipe Mehmet pide su presencia en el Salón privado.- le comunicó.

La pelirroja ladeó la cabeza algo confundida. Miró a su abuela y está asintió.

- Anda cariño, no hagas esperar a tú hermano.- le dijo con una sonrisa. Nam Mi se levantó para hacer una corta reverencia y salir de los aposentos junto a la criada. No sin antes dejar el broche con su abuela.

- ¿Sabes para qué es?- preguntó mientras caminaba por los pasillos del palacio. Todos se reverenciaban al verla.

- No mi Sultana...- ella asintió resignada.

●●●

La noche casi había llegado, en un lugar oscuro del bosque había una pequeña cabaña, habitada por una mujer junto a un pequeño bebé de tan solo cuatro meses.

Ese pequeño bebé lloraba, tenía mucha hambre, incluso miedo. La rubia lo había alimentado, más no lo suficiente para saciar su hambre por lo que no podía dejar de llorar.

- ¡CÁLLATE!- gritaba la mujer llevando sus manos a sus oídos intentando dejar de escuchar los llantos de ese niño- ¡QUÉ TE CALLES!- pero no lo lograba.

Sus gritos ni siquiera lograban llegar a su corazón frío, lleno de espinas. Pero si lograban atormentarla. Se estaba volviendo loca.

-¡TE DIJE QUE TE CALLARAS!- le gritó con furia raspando su garganta para tomar la pequeña tabla de madera que había en un rincón de la cabaña descansando en una mesita. Sin ni siquiera pensarlo, comenzó a golpear sus pequeñas piernas con nada de delicadeza. El bebé lloraba con todas sus fuerzas, cómo si pidiera ayuda. La piel de ese pequeño inocente ardía, con cada golpe se ponía roja dejando marcas de la tabla. - ¡CÁLLATE, CÁLLATE!- el bebé no se detenía, lloraba con más furia con cada golpe. Sangre comenzó a salir de sus muslos pequeños, tras los golpes que daba esa rubia.

La tabla lastimaba su piel...

- Ah, no te callaras...- murmuró entre dientes mirando al bebé con su carita roja llena de lágrimas. Llevó su mano a la boca del niño, comenzó a ejercer fuerza para callarlo.- O te callas o te callo...- sentenció sin apartar la mano de los labios del pequeño bebé quién comenzó a patalear un poco con sus piernas heridas y sus manitos...


●●●

Estambul... Palacio Imperial...

La pelirroja llegó al Salón privado, estaba angustiada de repente, por algo que ni entendía. Aún así, entró por las enormes puertas llamando la atención del mayor.

Mientras ella caminaba hacia él, un peli negro la miraba con una fresa en sus manos. Sonrió al verla, estaba tan bella y elegante cómo siempre...

Escuchó atentamente su conversación en turco...

-"Mehmet, ne oluyor? Beni görmek istediğini duydum" - <Mehmet, ¿qué sucede? Me dijeron que querías verme>

Escuchó salir de los labios de la pelirroja, quién le daba la espalda. El rubio suspiró.

-Kore'den biri geldi, Hümashah. Prens Yoongi burada - <Ha llegado alguien de Corea, Hümashah. El príncipe Yoongi está aquí>

Le explicó el rubio. La pelirroja frunció el ceño algo confundida.

-¿Prens Yoongi İstanbul'da mı? ¿Topkapı Sarayı'nda mı? ¿Burada mı? ¿Emin misin Mehmet?" - <¿El príncipe Yoongi está en Estambul? ¿Palacio Topkapi? ¿Aquí? ¿Estás seguro, Mehmet?>

La pelirroja gesticulaba también con sus manos, estaba muy confundida.

El peli negro comenzó a caminar hacia ella, terminando de digerir la fresa que anteriormente tenía en mano, pero ahora poseía una copa de vino.

-Tabii ki eminim, bana bir kadeh şarap tutan Yoongi prensi hemen arkamda var-  <Claro que estoy seguro, está justo detrás de ti con una copa de vino en manos>

Señaló por encima de su hombro, la pelirroja volteó inmediatamente para encontrarse a tan solo tres pasos de ella, al príncipe que la miraba con una sonrisa.

Su corazón latió con fuerza. No sólo tenía al príncipe frente a ella, sino que tenía a su amigo.

- Sultana...- salió de sus labios en Coreano.- Me alegra volver a verla.

Nam Mi sonrió.

- Yoongi- salió de sus labios para caminar con pasos apresurados hacia los brazos del hombre que la miraba con una sonrisa, quién gustosamente la recibió. - Oh, alteza...

Era agradable ver a alguien que fué importante para tí en momentos de soledad.

Ambos se abrazaron con añoranza, el peli negro aspiró el delicioso aroma de la pelirroja.

Lentamente se separaron, bajo la atenta mirada del rubio.

- ¿Cómo está?- le preguntó Nam Mi mirándolo directamente a los ojos.

El peli negro llevó sus manos atrás de su espalda, recobrando la compostura sabiendo que lo que diría, sería fuerte.

- Digamos que bien.- le contestó.

La pelirroja asintió.

- ¿Jungkook vino contigo?- preguntó algo ilusionada- ¿Mis hijos cómo están? ¿Vinieron? ¿Están bien?- lo llenó de preguntas en menos de un segundo.

- Jungkook no pudo venir, los príncipes tampoco. - respondió haciendo a la mujer frente a él, ladear la cabeza.

- ¿Entonces que lo trae por este Reino?- indagó confundida, el peli negro no dijo nada y la pelirroja ya comenzaba a asustarse- No me digas que algo sucedió...- murmuró.

El peli negro suspiró con pesar.

Nam Mi negó lentamente, sintiendo miedo.

- Dime que todo está bien...- pidió en súplicas, la angustia en su pecho comenzaba a crecer.

- Su majestad el Sultán, ha pedido que la trajera de regreso...- respondió, más la pelirroja sabía que algo más había detrás de todo.

Sus manos comenzaron a sudar, su corazón le latía demasiado fuerte cómo si supiera lo que se avecinaba.

- ¿Cuál... es la razón?- preguntó con miedo...

El peli negro la miró atentamente, tenía que decirle la razón por mucho que doliera. El veía cómo su Sultana sudaba, repentinamente.

- Sultana...

- ¡Yoongi responde!- ordenó con el corazón en la mano.

Sentía que el aire comenzaba a faltarle

- El príncipe Suho desapareció...-la pelirroja llevó su mano a su pecho, sentía que la vida se le iba. Las piernas le temblaron- Lleva dos meses desaparecido y nadie lo encuentra...- y eso fué suficiente para que Nam Mi se desplomara en los brazos de Yoongi, perdiendo el conocimiento.

Sin duda alguna, regresaría...


●●●

¡HOLA!🫣 Aquí os dejé este capítulo, después de cuatro días sin publicar.

Finalmente Nam Mi sabe que su hijo está desaparecido. Pero... ¿vieron lo que hizo Lía al pequeño?🥺

Esto se está saliendo de control...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro