Nam Mi...

Los caballos galopaban con rapidez, mientras nuestros ojos se posaban en cada rincón del inmenso bosque que nos llevaría al Palacio de las Lágrimas. Era un momento realmente sofocante, a pesar de saber que podía existir la posibilidad de que mi príncipe estuviera fallecido; Jungkook y yo nos negabamos a reconocer dicho acontecimiento.

No, Lía no era capaz de dejar a un niño a su suerte en medio de una cabaña en llamas. Por más que pudiera desarrollar un sentimiento de desprecio, mi príncipe nació de sus entrañas.

— ¡QUIERO QUE TODOS BUSQUEN POR TODO EL BOSQUE, MIENTRAS OTRO GRUPO SE DIRIGE CONMIGO AL PALACIO!— la voz enfadada de Jungkook, resonaba en todo el lugar mientras los soldados comenzaban a dividirse según la dirección que Namjoon les daba por orden de mi Sultán — EL PRIMERO QUE ENCUENTRE A ESA TRAIDORA, SERÁ RECOMPENSADO— entendía bien su dolor, sabía incluso que si Lía aparecía frente a nosotros en este momento; Jungkook la decapitaría.

Y si seguía alzando la voz...

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Lía...

Corrí con todas mis fuerzas, comenzaba agotarme. Las piernas me empezaron a fallar y los brazos que sostenían a aquel pequeño bebé cubierto de heridas y cicatrices provocadas por mí; me observaba con miedo.

— Ah, Ah...- comencé a jadear, el sudor descendía desde mi frente hasta la cubierta de mis pechos. — Necesito descansar...

Intenté sentarme en la tierra cubierta por las hojas secas de los árboles, mientras esa pequeña cosa que di a luz frunció su ceño cómo si estuviera dándose cuenta de algo.

— EL PRIMERO QUE ENCUENTRE A ESA TRAIDORA, SERÁ RECOMPENSADO— una fuerte y grave voz, hizo eco en todo el bosque. Fué tan fuerte la emoción de enfado y dolor que transmitió en esa voz que todo mi cuerpo tembló, tambaleándose y cayendo de manera violenta junto con ese engendro. Intenté protegerlo de un posible golpe en la cabeza, llevando mis manos hacia esa zona para recibir un fuerte golpe del tronco de un árbol y varios rasguños en mis codos, hasta en las rodillas.

Él bebé comenzó a llorar de manera escandalosa, cuándo sintió un leve impacto, también al notar mi expresión de dolor. No sabía porqué razón lo protegía, debía matarlo de una vez por todas. Pero la idea de tenerlo junto a mí y torturarlo mientras llora desgarradamente, era más tentador. Más el miedo que comencé a sentir en ese momento, junto a su llanto; iban a llevarnos a manos de Jungkook.

Me levanté lo más rápido que pude, comencé a correr de nuevo. El palacio lo tenía frente a mí, si llegaba a él los guardias que traicionaron al imperio Coreano, me protegerían y ganaría tiempo suficiente para escapar. Mi corazón se me quería salir del pecho, varios jadeos salían de mí mientras el niño lloraba. Me desesperaba.

— ¡CÁLLATE!— susurré con rabia a ese bastardo, llevando mi mano a su boca y tapando parte de su nariz, sintiendo su respiración en mis dedos, así cómo su llanto ahogarse — No van a matarme por tú culpa, engendro del demonio— sentencié sin dejar de correr.

— ¡DETENTE AHÍ PERRA!—

Sentí los galopes de caballos muy cerca, las piedras comenzaron a temblar y eso solo significaba una cosa; era todo un ejército en mi búsqueda. Sin duda alguna me habían encontrado...

— ¡A POR ESA VÍBORA!— sin duda alguna, estaba acabada...

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Nam Mi...

Todos los guardias se dispersaron mientras unos cincuenta de ellos permanecía con nosotros.

— Debemos pensar con cautela, no puede estar muy lejos— nos dijo Jungkook, mirando hacia el frente. Namjoon y yo asentimos.

— Posiblemente esté a pocos pasos de nosotros, escondida en algún lugar del bosque...— Namjoon tenía razón.

Más se les olvidaba algo. Estábamos haciendo lo contrario, pensando cómo el cazador y no cómo la presa.

— Las ratas son capaces de ocultarse en los lugares más insospechados...—ambos me miraron mientras manteníamos el ritmo de los caballos—...permaneciendo inmóviles hasta que pasa el peligro. Para tomar una ruta más  segura— concluí arrugado un poco la frente, vi a Jungkook fruncir el entrecejo mientras suspiraba, cómo si analizara mis palabras.— ¿Saben lo que significa?— cuestioné para detener mi caballo tomando las riendas, ellos hicieron lo mismo, por lo que los soldados nos imitaron algo confundidos.

— Que si se dirige al palacio de las Lágrimas...- decidió hablar Namjoon algo cohibido— ...es porque siente que ahí estará segura...- en parte tenía razón, pero no era lo que quería que entendieran —...quizás tiene hombres a su favor, lo que significa que estamos rodeados de traidores y que alguien más fuerte la ayuda desde adentro...

Asentí.

— Algo que no se puede descartar.

— Más no es lo que quisiste decir...- habló Jungkook finalmente, alzando una ceja y pasando su lengua por su mejilla interna.— Namjoon tiene razón, si se dirige al palacio es porque alguien importante posiblemente de mi noble Dinastía, le esté ayudando.— reconoció para  mirarme— Pero cómo dijiste, las ratas se esconden en los lugares menos insospechados...- Asentí escuchándolo atenta— Lo que significa que la tenemos entre nosotros, justo en este momento, posiblemente a unos 10 o 20 pasos.— sin duda alguna, amaba su inteligencia — Permanece inmóvil, oculta, pero lista para tomar la dirección diferente; el camino más largo que lleva directamente a la parte trasera del palacio y la salida de Incheon...- sonreí complacida de ser entendida. Namjoon entre abrió sus labios completamente estupefacto. — ¿Estoy en lo correcto su alteza?— me preguntó con seguridad, mirándome de manera penetrante.

— Así es, su majestad. — respondí — Estábamos pensando cómo un detective, pero no cómo el fugitivo...— les recordé.

— Tiene razón, no había pensando en eso...- confesó Namjoon completamente sorprendido— Viendo el hecho de que anda posiblemente con el príncipe en manos, es probab...

Ni siquiera pudo terminar, cuándo se escuchó un llanto desgarrador a pocos pasos de nosotros, pero en dirección contraria.

Mi corazón se aceleró al instante.

— Suho...— susurré sintiendo mis manos temblar.

— La tenemos...— murmuró Jungkook totalmente conmocionado al igual que yo.— Namjoon...— miró al mencionado— Llévate un grupo de hombres hacia la entrada del palacio...— susurró— Nam Mi y yo iremos por la ruta contraria.

Namjoon asintió.

— Cómo ordene su majestad — sentenció para galopar junto a un grupo de hombres.

Nosotros continuamos nuestro camino, listos para encontrar a esa traidora. Los caballos galopaban con furia, nuestras respiraciones eran agitadas.

— ¡Jiag!— Jungkook aceleró su paso, estaba demasiado enojado y eufórico a la vez. Yo hice lo mismo, sintiendo una adrenalina de miedo acompañada de añoranza.— Hoy te encuentro hijo mío...— susurró por lo bajo, cuándo de repente mis ojos captan a esa rubia corriendo con Suho en brazos, casi no se sentía su llanto. Fruncí el ceño confundida hasta que vi lo que pasaba... ¡lo estaba asfixiando!

El corazón se me quiso salir del pecho y unas ganas de ver sangre corriendo por mi espada, apareció.

¡ESTABA MATANDO A MI HIJO!

— ¡DETENTE AHÍ PERRA!— escuché a Jungkook gritar con enfado tan pronto la vio.

Los guardias que iban con nosotros inmediatamente comenzaron a tomar diferentes rutas para rodearla, ella solo miraba hacia atrás de soslayo y seguía corriendo con miedo.

Jungkook llevó su mano hacia arriba, le dio un giro y dos guardias fueron a la contraria en busca de más soldados, mientras los demás rodeaban el área.

Jungkook y yo nos miramos con la emoción de saber que si Allah estaba con nosotros, esta noche tendríamos a nuestro hijo en brazos.

— ¿Qué haces?— me preguntó sin entender cuándo solté las riendas del caballo para bajar de este con la espada que le había quitado al guardia.

— Ir a por esa puta— contesté de manera brusca, para dejar de mirarle y emprender mi camino hacia ella, siendo observada por varios soldados que incluso ejerciendo su misión, me hacían una reverencia al pasar.

Mi expresión era seria, enojo era la emoción que corría por mi sangre en ese momento. Mi cabello danzaba en el aire ante los movimientos bruscos y precisos a la hora de caminar. Le di una pequeña vuelta a la espada que tenía en mi mano derecha, jugando con ella y preparando mi muñeca para cortarle la cabeza a esa rata.

— ¡A POR ESA VÍBORA!— grité con la intención de disociarla y hacerle sentir más miedo.

La veía correr con furia, había llegado a la parte trasera del palacio, varios guardias comenzaron a salir a protegerla. Fruncí el ceño al ver semejante traición.

Jungkook llegó a mí en su caballo, lo miré tratando de comunicarme con él a través de la mirada, lo cuál el captó. Tenía la misma expresión que yo, su nariz arrugada, cejas fruncidas y mandíbula tensa.

Pero de repente llegó Namjoon con varios soldados y sin previo aviso comenzaron una guerra con los traidores. Por lo que Lía comenzó a correr nuevamente hacia el bosque, pero a la redonda; nunca lejos del palacio.

— Yo voy a por ella— sentencié para comenzar a correr siendo seguida por diez soldados que me cubrían.

— ¡Ve, después te alcanzó!— gritó Jungkook con antelación para bajar del caballo con su espada y empezar a luchar junto a los soldados.

Hoy acababa con ella...

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Holaaaa, espero que os encontreis bien.

Aquí les dejé un capítulo después de mucho tiempo. Deseo que lo hayan disfrutado.