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Nam Mi salió de la sala de audiencias con paso firme, ignorando las súplicas y gritos de Hanna que resonaban detrás de ella. Jungkook la siguió rápidamente, decidido a hablar con ella, pero ella se detuvo abruptamente cuando él intentó alcanzarla.

- Nam Mi, necesitamos hablar - dijo Jungkook con urgencia, pero ella se volvió hacia él con una mirada fría.

- No tenemos nada de qué hablar, Jungkook. - su voz era firme y distante.

Jungkook sintió un escalofrío por la frialdad en su tono. Sin embargo, se mantuvo firme. ¿Quería optar por la frialdad? Entonces el también la usaría, de hecho, era un experto en ello.

- Es verdad. - afirmó, viendo a la pelirroja asentir- Por lo que me dirijo a tí solo por Suho. De lo contrario, ni siquiera me hubiera tomado la molestia de seguirte.- Nam Mi alzó una ceja ante sus palabras, no podía negar que había utilizado mucho desdén-

- Claro, porque hubieras ido detrás de tu prostituta barata.- salió de los labios de la pelirroja con enfado, el cuál intentaba esconder pero lastimosamente, no tuvo éxito- Disculpe, quise decir, mi sostituta en el ámbito sexual y amoroso. - Jungkook sonrió internamente al verla arrugar su nariz mientras decía aquello, indiscutiblemente ante sus ojos estaba Celosa. -

Jungkook aclaró su garganta para proseguir, tratando de obviar sus palabras para hacerla enojar más. Anteriormente, ella lo había tratado con frialdad. Él iba a enseñarle que debía confiar más en él y no jugar un juego tan peligroso.

-Nuestro hijo está desaparecido y debemos encontrarlo. -ignoró sus palabras, Nam Mi dejó salir una pequeña risita nasal bajo la atenta mirada del peli negro. Decidió centrarse en su hijo después de reprocharse a ella misma. No era momento de hacer escenitas de celos-He mandado a revisar todos los lugares posibles en Corea del Sur, incluyendo las embarcaciones, bosques, el pueblo y ciudades. -le comentó.

Nam Mi frunció el ceño, ¿solo ciudades, embarcaciones, pueblos y bosques?

- ¿Qué hay de las provincias de exilio de las concubinas?- indagó esperando su respuesta- Hay muchas provincias y entre ellas, se encuentra Lía. Una posible sospechosa- Jungkook al caer en cuenta que había pasado por apto algo tan obvio cómo eso, llevó su mano derecha al cuello de su túnica -Ella podría haber vuelto a Seúl y llevado a Suho hacia esas zonas. ¿Las revisaste también?- cuestionó nuevamente, esperando un "sí" pero ante la expresión de frustración de su esposo, supo que esa respuesta estaba lejos.

Jungkook se quedó pensativo por un momento, intentando recordar si había considerado esa posibilidad. Incluso Insultandose a él mismo, por no captar meses atrás.

- No las mandé a revisar... - murmuró finalmente, su expresión cambiando a una mezcla de sorpresa y preocupación al darse cuenta de su omisión.

Nam Mi perdió la compostura al imaginar a Suho en manos de Lía, y Jungkook se sobresaltó al verla tan afectada.

- ¡No puede ser! - exclamó de repente, llamando la atención de algunos miembros de la corte que pasaban por ahí -¡Ella tiene a Suho! - exclamó Nam Mi con angustia, sus ojos llenos de lágrimas contenidas.

Jungkook asintió con solemnidad, sintiendo el peso del fracaso sobre sus hombros.

- Tenemos que actuar rápidamente. Vamos a mis aposentos. Allí podemos discutir todos los detalles y planificar nuestra búsqueda.

Ambos caminaron juntos hacia los aposentos del Sultán, sumidos en pensamientos turbulentos sobre el paradero de Suho y la traición de Lía. Ambos caminaban al compás, pasos firmes. Ni siquiera se podría decir quién era el Sultán. Esa firmeza y seguridad, podía confundir a cualquier persona que los viera juntos.

En los aposentos, Namjoon, su mano derecha, los esperaba con expresión grave junto a Narhee, quién le hizo una reverencia.

- Hermano, Nam Mi - dijo Namjoon con voz profunda y preocupada -. La noticia de la desaparición de Suho se está extendiendo por todo el palacio. - anunció con preocupación -Debemos encontrar al príncipe cuánto antes, porque esto se sale de nuestras manos.-hizo saber- Al menos podemos contar con la ayuda de todos los habitantes de Corea.

Nam Mi asintió con gratitud, aunque su mente estaba ocupada con pensamientos frenéticos sobre Suho.

- Necesitamos un plan.- sentenció la pelirroja acercándose al escritorio del peli negro y siendo seguida por los dos hombres en la habitación -Lía podría haberse dirigido a las provincias de exilio, pero no exactamente al Palacio al que fué designada. - vio a Jungkook rodear el escritorio buscando entre los papeles que estaban sobre este- Es un lugar donde podría esconderse con Suho sin ser detectada fácilmente.

Namjoon frunció el ceño.

-¿Cómo no se nos ocurrió antes?- preguntó totalmente frustrado- Estuvo en nuestras narices y no nos dimos cuenta... ¡JODER!- golpeó el escritorio con enfado. Nam Mi y Jungkook suspiraron. No podían perder la cordura. No era momento de llorar. -

-Debemos encontrarla lo antes posible. - habló Nam Mi.

- En la provincia de Gyeonggi, podría esconderse fácilmente. - habló finalmente la casi rubia, acercándose a ellos y llamando la atención.

Jungkook encontró un mapa entre sus papeles, lo abrió para tomar la tinta en un pincel, así poder trazar posibles rutas.

- Necesitamos cubrir todas las bases. Namjoon. - sentenció mirando todas las ciudades de dicha provincia, en la que podría estar-asegúrate de que nuestras fuerzas estén listas para movilizarse en cuanto tengamos una pista concreta.

Namjoon asintió, su mente ya trabajando en la logística y en coordinar los recursos disponibles.

- También deberíamos contactar con nuestros informantes en las provincias. Principalmente en la de Gyeonggi. -recordó las palabras de su hermana- Hace años nadie visita los palacios de algunas de sus ciudades. Pueden ser nuestra mejor esperanza de encontrar a Suho antes de que sea demasiado tarde - sugirió Nam Mi, cuyos pensamientos estaban llenos de determinación para recuperar a su hijo.

Jungkook la miró con renovado respeto por su determinación y fortaleza en un momento tan angustioso.

- Estoy contigo en esto, Nam Mi. Juntos encontraremos a Suho, lo juro por todo lo que es sagrado.- la pelirroja lo miró con una mirada de agradecimiento y miedo, ambos estaban muy asustados con lo que podrían encontrarse en ese largo camino-

-¿Algo que nos sirva?- preguntó Namjoon.

Jungkook miró el pequeño punto, tan solitario. El palacio de las lágrimas...

- Preparen carruajes y caballos, porque Incheon nos aguarda...-sentenció

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Mientras tanto, en otra parte del palacio, Jisoo estaba con su hijo de tres meses de edad, un príncipe al que había estado criando con amor y dedicación. La habitación estaba llena de la esencia de la maternidad, pero también de ambiciones y secretos.

- Mi querido hijo- alo admiraba mientras lo alimentaba-tú serás el príncipe de la corona algún día. - sentenció -Tienes el derecho de nacimiento y el destino te espera en el trono - dijo Jisoo con una voz llena de convicción, acariciando suavemente la mejilla del bebé.

El bebé coqueteaba con su madre con los ojos llenos de amor mientras ella continuaba su monólogo, revelando sus ambiciones.

- No permitiré que nadie se interponga en tu camino, ni siquiera Nam Mi. - su pequeño de cabellos negros cómo la noche y rasgos finos, sonreía ante las expresiones de su madre-Ella puede haber ganado esta batalla, pero la guerra está lejos de terminar. - fueron sus palabras para acariciar su cabecita. - Esto termina cuándo yo lo decida...- susurró entre dientes.

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En cuanto a Hanna, la ex Reina Viuda, fue despojada de sus joyas y de la corona que simbolizaba su posición. Fue escoltada fuera del palacio por guardias imperiales, mientras los miembros de la corte observaban con una mezcla de alivio y preocupación por su destino.

Hae Soo, la hija adoptiva de Hanna, se despidió de ella con lágrimas en los ojos, entrando a los aposentos de su madre adoptiva después de enterarse de su derrota a manos de Nam Mi. Los lazos familiares y los destinos entrelazados seguían moviéndose en el complejo tapiz de la corte imperial.

Hagamos de cuenta que lloraba por el final de su bella madre, mientras acariciaba cada una de las reliquias de la mujer que la crió.

- Qué triste que hayas sido despojada de este modo...- murmuró para caminar hacia él trono de su madre, lo admiró por unos segundos para sentarse en él - No te preocupes... amada madre...-una lágrima cayó por su ojo derecho, mientras alazaba la frente, dejándose ver la elegancia- Yo te vengaré...- sin poder evitarlo, sonrió - Pero a mí manera...

El dolor y rencor eran presentes en esas palabras.

- Pero primero, paga tú Karma por todo el daño que me hiciste...- dejó de sonreír para tensar su mandíbula, incluso sus labios temblaban.- Cada lágrima que derramé por tus errores, lo pagarás con mis traiciones... - limpió sus lágrimas de manera brusca, tratando de calmarse.

Era demasiado dolor.

Se levantó del trono para darle una última mirada a todo el lugar.

- Pudrete en tú nuevo jardín de flores marchitas...-sentenció.

Mientras tanto, Namjoon, el hermano de Jungkook y su mano derecha, se preparaba para ayudar a Nam Mi y Jungkook en su búsqueda desesperada de Suho. La princesa Narhee, hermana de Nam Mi, también estaba involucrada, proporcionando apoyo moral y estratégico en ese momento crucial.

Lamentablemente, el palacio estaba lleno de traiciones y determinación. Debían permanecer juntos.

El palacio zumbaba con intrigas y preparativos mientras la búsqueda de Suho comenzaba en serio, con el peso del imperio y las emociones personales en juego.

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