Capitulo 9
¿Te odio...o te quiero?
La verdad nos estaba empujando hacia una dirección
peligrosa, pero en medio de todo eso, había algo que no podía ignorar: Leó.
Habíamos pasado los últimos días revisando información y tratando de conectar pistas. Su presencia, inicialmente incómoda, se había convertido en algo… diferente. Cada vez que nuestras miradas se encontraban, había una tensión que no sabía cómo manejar.
Hoy estábamos sentados en la biblioteca, rodeados de papeles y documentos que apenas tenían sentido. La luz suave de la tarde entraba por las ventanas, y por un momento, me detuve a mirarlo. Su ceño fruncido, la forma en que sus dedos tamborileaban sobre la mesa mientras pensaba… todo de él parecía más humano de lo que estaba dispuesta a admitir.
— ¿Qué? —preguntó, levantando la vista y atrapándome mirándolo.
— Nada. —Desvié la mirada rápidamente, sintiendo mis mejillas arder.
Él sonrió, esa sonrisa burlona que siempre parecía provocarme.
— Admito que esto no es cómo imaginé que pasaríamos nuestro tiempo juntos. ¿Quién iba a decir que tú y yo estaríamos buscando secretos familiares en lugar de pelearnos?
Rodé los ojos, pero no pude evitar sonreír.
— No te acostumbres. Esto es una alianza temporal, Rivier.
Su sonrisa se amplió, y algo en su mirada se suavizó.
— Claro, temporal. —dijo en un tono que me hizo dudar de mis propias palabras.
Por un momento, el silencio se apoderó de nosotros, pero esta vez no era incómodo. Era un silencio lleno de posibilidades, de cosas no dichas. Sentí mi corazón latir más rápido, y cuando nuestras manos se rozaron accidentalmente al alcanzar el mismo papel, un escalofrío recorrió mi cuerpo.
— Lo siento. —dije rápidamente, retirando mi mano.
Él no respondió. En lugar de eso, simplemente la miró por un instante antes de volver a concentrarse en los papeles. Pero pude ver que estaba igual de afectado que yo, aunque intentara ocultarlo.
***
Más tarde, esa noche, mientras caminábamos de regreso al dormitorio, el ambiente había cambiado. Había algo en el aire entre nosotros, algo que no podía ignorar.
— Elaia. —Su voz rompió el silencio, y me detuve.
Me giré hacia él, esperando que continuara. Pero en lugar de hablar, dio un paso hacia mí, acercándose lo suficiente como para que pudiera sentir el calor de su cuerpo.
— Quiero que sepas que… aunque todo esto termine, aunque descubramos la verdad… —Se interrumpió, como si las palabras fueran difíciles de pronunciar. — Nunca pensé que te vería de esta manera.
Mi respiración se detuvo por un instante. No sabía qué responder, porque sentía lo mismo, pero admitirlo significaría mucho más de lo que estaba preparada para enfrentar.
— Leó…
Él negó con la cabeza, retrocediendo un paso, pero antes de que pudiera apartarse del todo, algo dentro de mí cedió.
— Espera.
Tomé un paso hacia él, y antes de que pudiera pensar demasiado, lo hice. Me puse de puntillas y lo besé.
Por un instante, sentí cómo se tensaba, pero luego, con la misma intensidad, respondió al beso. Sus manos se posaron en mi cintura, atrayéndome hacia él, y todo lo demás desapareció: el internado, nuestras familias, los secretos.
Solo éramos él y yo.
Cuando nos separamos, ambos estábamos sin aliento.
— Esto… —murmuré, con la cabeza dándome vueltas.
Él sonrió, esa sonrisa que ya no parecía burlona, sino llena de algo mucho más real.
— Tal vez lo temporal no sea suficiente.
Y aunque no quería admitirlo, en ese momento supe que sentía lo mismo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro