- Eso es todo.

Dijo el médico del Reino mientras suspiraba y comenzaba a guardar sus cosas en su botiquín, el Rey Jung lo miro molesto y sin más se puso de pie acercándose al médico que solo bajo la mirada

-¿Sabes a quien tienes enfrente?

- Majestad yo-

- Dime que le pasa o te fundire en este momento.

- Lo lamento.... Jamás había visto algo así, pero si se trata de "eso" debería mejor buscarlo.

-¿Ah? Mejor dime las cosas claramente antes de que me moleste más.

- Rey Jung escuche, esto no es algo que un médico pueda curar, mis conocimientos no son suficientes para determinar el cambio que hubo en su ojo, debe ir a buscar a alguien más sabio que yo o que cualquier médico.

Sin decir nada más tomó sus cosas y salió casi corriendo del Palacio sabiendo que el Rey Jung probablemente lo mataría si se quedaba un poco más, este solamente suspiro mientras se daba la vuelta.

Ir a la tierra de los Reyes y Reinas era la peor idea, no podía llevar al "niño" a ese lugar ya que o lo capturaban...... O lo mataban por el simple hecho de no ser un Rey aún, definitivamente no lo llevaría a ese lugar.

El joven aprendiz solamente tenía la mirada hacia sus manos y no decía nada, sabía que el menor no recordaría lo sucedido pero debía decirle.

Sin dudas el Rey Jung no servia para seguir entrenando Reyes o Reinas.

-¿Te sientes bien?

Se animó a preguntarle esperando a que el menor le hablará pero este solo lo miro con odio y sin esperarselo se lanzó hacia el Rey logrando tirarlo al suelo mientras que el se encontraba sobre este tratando de golpearlo.

-¡Te odio! ¡Maldito!

Gritaba con enojo y frustración al no saber que es lo que le había hecho el mayor, su ojo se encontraba completamente dorado ahora haciendo que se asustara al no saber que estaba pasando, solo sabía que era culpa del Rey.

En cuanto escucharon los gritos por todo el Palacio varios caballeros corrieron hacía donde estaba la habitación real pero apenas llegaron fueron detenidos por el caballero que siempre acompañaba al joven, este solamente sonrió y actuó en modo de que aquella pelea continuará o de lo contrario el joven jamás sabría la verdad sobre lo que había pasado.

-¡Quitate de encima!

Gritaba el Rey que ya comenzaba a hartarse de la situación por lo que tomó ambas manos del menor y rápidamente los lugares se invirtieron dejando al menor debajo del fornido cuerpo del hijo del Sol.

Las mejillas del menor se tornaron de un ligero carmín al percatarse de su posición pues ambas piernas las tenía alrededor de la cintura del mayor en busca de "alejarlo", el Rey noto lo mismo y un poco avergonzado se quitó de encima sentándose en el suelo y evitando mirar al menor.

- Degenerado.

Susurro el menor sentándose unos pasos lejos del Rey y dandole la espalda también evitando verlo, el mayor soltó un bufido y miro molesto al contrario que solo miraba una pared.

-¿Yo? Tu comenzaste a golpearme.

- Y usted...... No quiero hablar contigo, primero me hiciste algo en mi ojo y ahora por tu culpa paso esto.

-¿Y como sabes que fui yo?

- Tus ojos son dorados, y solamente tú posees un título y eres " hijo del Sol"

- No deberias burlarte de ese modo, aunque al parecer es algo que tu pequeño cerebro no entendería.

Dijo para comenzar a ponerse de pie y así irse sin decir nada más, incluso ahora tenía una razón más para no llevarlo con él.

Sentía como algo dentro suyo crecía cada vez más, y muy en el fondo sabía que eso  no era nada bueno ni para él ni para aquel joven que seguramente lo estaba maldiciendo nuevamente.

Soltó un suspiro y sin más comenzo a buscar a aquel caballero que siempre estaba rondando cerca suyo, paso por los pasillos, las habitaciones, el patio, la cocina e incluso volvió al mismo lugar de donde había comenzado por lo que se detuvo a pensar.

Y fue como si algo hiciera click dentro suyo.

Dio media vuelta para ir corriendo de regreso a la habitación del menor y cuando llegó a esta pateo la puerta logrando abrirla y sintió como su corazón se detenía.

La habitación estaba vacía, había cosas tiradas y las sabanas estaban en el suelo, se acercó rápidamente hasta estas tomandolas en sus manos mientras miraba por toda la habitación, vio una segunda puerta por lo que tomó su espada en mano y comenzó a acercarse sigilosamente.

Una vez llegó tomó la perilla y sin hacer ruido alguno la abrió llevándose una enorme sorpresa.

El joven príncipe estaba ahí a medio vestir que al verlo enfureció y sin pensarlo dos veces le arrojo el jabón a la cara al Rey que cayó al suelo adolorido.

-¡Maldito pervertido!

Cerró la puerta sintiéndose afortunado de no haberse quitado toda la ropa y soltó un quejido en cuanto escucho como tocaban la puerta del baño, colocó el seguro y se dispuso a ignorar al Rey que no dejaba de disculparse.

- Escucha, lo lamento yo-

-¡Largate!

- Pensé que estabas en peligro, no habia ni un solo Guardia o sirviente en todo el Palacio, pensé que te había pasado algo y yo-

- Ah así que te importó.

Dijo el menor abriendo la puerta viendo como estaba el Rey en el suelo aún y con su pómulo rojo debido al golpe, este al ver al menor solo fruncio el ceño y se puso de pie haciendo que ahora el menor mirara hacia arriba

- Maldito mocoso, no es que me importes, si te pasa algo a quien castigarán es a mi.

- Diga lo que quiera, yo se que le importo.

-¿Ya terminaste?

-¿De que?

- Tienes que venir conmigo.

- No, desde que usted llegó solamente me han pasado desgracias, una de ellas es mi ojo.

- Es para eso..... Hay alguien que puede que sepa que es lo que sucede.

-¿Enserio? ¿Entonces en donde esta?

- Tenemos que ir a la tierra de Reyes y Reinas.

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- Jungyuli3312💜