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Capítulo 11

Capítulo 11

El final

Jin enarcó una ceja, apoyando las manos en su cadera, pensando en la tremenda encrucijada en la que estaba. Se rascó la nuca sin saber qué hacer muy bien. De haber estado JungKook ahí habría logrado ayudarlo en su tarea, esa complicada tarea que le dejó porque tenía cosas importantes que hacer. No entendía nada, el único bueno en esas cosas era JungKook, su amado omega quien pareció nacer para hacer esa complicada tarea encomendada. Tarea que requería de esfuerzo, dedicación y tiempo para aprenderla. Recuerda que Kook lo dejó ahí con su complicación para que aprendiera a ser alfa de una vez por todas y aprendiera el oficio. Después de todo, JungKook no siempre estaría ahí para ayudarlo a enfrentar el mundo, mucho menos estos pesados problemas, dignos de un profesional. Alguien que fuera más valiente y osado de lo que él era.

Tomó el pañal que estaba a un lado de su bebé, quien desnudo pataleaba feliz al verse despojado de ropa. Lo miró, buscando en sus ojitos la solución a su problema. Quitarle el pañal lleno había sido fácil, limpiarlo fue algo trabajoso incluso, pero no tan complicado como volver a ponerle el pañal. El pequeño seguía jugando, pasando de manera tosca sus manitos por sobre su cabello negro, mojándolo con la saliva que juntaba cuando chocaba sus deditos con su boca.

—Soo Hyun, ¿acaso sabes como lo hace papi?—preguntó Seok Jin.

Su bebé tenía ya seis meses, pero esta era la primera vez que él le cambiaba el pañal. No sabía si JungKook lo había castigado por alguna razón o simplemente quería que aprendiera a ser un buen padre.

El niño balbució llevando el puño a la boca, babeándose más mientras sonreía al removerse desnudo encima de la cama. Hacía diez minutos que estaba así mientras su pensativo padre intentaba ver cuál era la ciencia detrás de colocar correctamente un pañal.

—Sé que te gusta estar así, Soo Hyun, a mí también me encanta cuando estoy así con tu papi, pero no puedes estar desnudo para siempre, así que déjame que intente colocarte el pañal.

Cinco minutos después Soo Hyun seguía desnudo y Jin con el pañal roto en la mano. Ni él mismo supo cómo fue que llegó a eso, pero así era. Estaba con el pañal destrozado en una mano mientras que el bebé seguía jugando, rodando por la cama divertido. Bufó molesto, tirando ese pañal y buscando uno nuevo.

Pero cuando se disponía a hacer nuevamente el intento, la puerta de su habitación de abrió y por ella pasó un chico pelirrojo, vestido con ropa cómoda. No había ido a trabajar ese día.

—Jin, venía a ver si ya cambiaste a Soo Hyun, pero por lo que veo estas en eso—decía divertido, riéndose bajo ante la situación en la que estaba su cuñado.

—¿JungKook te manda?

—Nop, vine por cuenta propia. Cuando escuché a Kookie decir que te había dejado solo con Soo Hyun para que lo cambies supe que te costaría. Así que vine a ayudarte—explicó él acercándose hasta donde estaban, volteando al bebé quien sonrío alegre al verlo.

—¿Tú me ayudarás en esta complicada tarea? ¿Lograrás hacerlo sin salir lastimado?—dramatizaba el alfa, logrando que a TaeHyung se le torciera el gesto ante esas palabras.

—No es difícil, tampoco una tarea complicada ni de riesgo—decía tomando el pañal para comenzar a colocárselo al desnudo niño.

Dos minutos después y el niño ya tenía su pañal limpio y la ropita bellamente puesta. Jin pensó que aún le faltaba tanto por aprender.

—¡Gracias, TaeHyung!—dijo tomando a su hijo en brazos mientras lo levantaba alegre, causando ligeras risas en el pequeño— ¡Serás un genial padre!

Comentario que, en efecto, logró hacer que el chico se sonrojara.

—¡No digas esas cosas Jin!

—¿Qué tiene de malo?—dijo con un tono malicioso, sonriendo de igual forma—¿Acaso no se lo has planteado a Hobi aún?

—¡J-Jin!—se sonrojó más, entre molesto y avergonzado— ¡T-tú sabes m-mejor que yo que n-no tengo nada con él ya!

—Claro—y ese guiño que le dedicó bastó para ponerlo como un tomate ante lo que insinuaba.

—¡Cállate tonto! ¡Sabes que ya no volveré con él! ¡Ya no lo amo como antes!—gritó más avergonzado, intentando hacer de cuenta que estaba enojado aunque la verdad era que los nervios podían con él y decía lo primero que se le cruzaba por la mente.

—¿Qué?

Esa tercera voz que se sumaba los había alertado enormemente. Los dos voltearon apresurados y desesperados hacia la puerta que al aparecer recientemente se abría. Ambos palidecieron al ver a HoSeok y a JungKook ahí.

—¿Qué hacen aquí?—preguntó el alfa que parecía ser el único en decir palabra alguna.

—Vine por Soo Hyun, Lisa y JiMin sugirieron que lo mejor era ir al parque hoy—explicó brevemente JungKook entre el denso ambiente que se formaba.

—Bueno, creo que sería bueno, ¿no, TaeHyung?—el pelirrojo parecía no reaccionar— ¿Podrías ir por las cosas?

Cuando sintió que le tocaban el hombro lo miró asustado, viendo como él le guiñaba un ojo. Estaba más que claro que quería sacarlo de ese embarazoso momento.

—Ah... ¡S-sí! ¡Y-ya voy!—exclamó corriendo a toda velocidad fuera de la habitación, chocando sin querer el hombro del pelinaranja quien apenas reaccionó, volteando a mirarlo desconcertado ante sus acciones.

De verdad que el asunto había sido algo incómodo para todos.

.

—No puedo creer lo que pasó—decía JiMin viendo como entre YoonGi y Jin intentaban columpiar con cuidado a Soo Hyun.

—Me tomó por sorpresa, pero más sorprendido quedó HoSeok.

—Sí, él aún tenía esperanzas de recuperarlo. Pobre de TaeHyung.

—Sí, pero creo que está confundido por algo, aunque por el momento me gustaría saber otra cosa—decía JungKook mientras cuidaba el bolso que estaba a su lado.

—Dime.

—¿Acaso están planeando con YoonGi tener un hijo?

Preguntó tan directamente que el chico casi se cae del banco donde estaba

—¡¿Qué?!

—No seas tan ruidoso—dijo molesto ante el tono de voz que usó, el cual llamó la atención de todos, incluso de sus parejas—. No es para tanto.

—¿De dónde sacaste eso?—preguntó alarmado sintiendo su piel palidecer.

—Escuché a YoonGi decir que quieren ser padres y que pronto iban a serlo. Creo que se lo comentaba a Rosé. Sabes que ella jamás dice nada. Tal vez planeaba embarazarte sin que te dieras cuenta.

—No puedo creerlo—dijo JiMin sintiendo un baldazo de agua fría caerle encima.

—YoonGi es todo un caso—comentaba JungKook sin ver la mueca de sorpresa del pobre omega.

—Oigan, ¿qué pasa?—preguntaba Jin llevando consigo a Soo Hyun quien hacía leves pucheros.

Parecía que pronto lloraría.

—Dámelo, no quiero que empiece a llorar—decía el pelinegro ignorando la pregunta al ver así a su pequeño

Sabía que cuando este estaba así era sólo porque quería estar en sus brazos, se parecía mucho a su padre alfa, ambos dependían siempre de él. Cuando lo tomó, el niño comenzó a reír alegre y a tocar con sus manitas torpemente el rostro de su progenitor.

—Esto me hace sentir un padre incompetente—murmuraba Jin viendo como su hijo estaba feliz al estar con su papi.

—No es eso, Jinnie, sólo que Soo Hyun me prefiere a mí.

—Eso no me hace sentir muy bien tampoco.

—Ya, ya, me alegra que Soo Hyun prefiera a JungKook—decía YoonGi haciendo que Jin gruñera y su pareja sonriera victorioso—. Pero me preocupa JiMin. ¿Qué te pasa, Dooly?

El omega siguió callado, mirando a la nada, pálido y con los ojos abiertos enormemente.

—¿JiMin?—preguntaba Jin desconcertado ante el estado del chico.

Y fue cuando tocaron el hombro del chico para despertarlo que este cayó hacia atrás desmayado.

.

Volvieron a casa lo más rápido que pudieron, urgentemente ante el desmayo de JiMin. Rosé los recibió asustada al ver al chico de esa manera, temiendo lo peor. Rápidamente ayudó llevando paños de agua y demás cosas para asegurarse que no fuera nada grave.

—¿Qué mierda le pasó?—se preguntaba una y otra vez YoonGi— JungKook, ¿no sabes qué tiene?

—Tal vez fue porque le dije que querías dejarlo embarazado—comentó como si no fuera de gran importancia.

—¡¿Qué?!

—Creo que dije algo que no debía, pero es que pensé que lo sabía. Bueno, no interesa—decía el omega mientras se llevaba a Soo Hyun para darle su mamadera.

—A veces JungKook es increíble—suspiraba Jin viendo que JiMin comenzaba a despertar.

—¿Qué...pasó?—preguntaba el chico viendo borroso.

YoonGi se acercó a él y lo tomó de la nuca suavemente para poder levantarlo un poco y verlo a los ojos.

—Mi amor, ¿estás bien? ¿Te duele algo?—decía desesperado acariciándole la cabeza.

—Sí...estoy bien—y al ver los ojos de su pareja, recordó todo.

Con brusquedad se lo quitó de encima y se levantó tambaleante. Molesto, le dio un empujón fuerte, bueno, si se le podía decir fuerte ya que apenas había logrado mover su camisa.

—¿Mi amor?

—¡Que mi amor ni que mierda, idiota! ¿Es en serio? ¿Intentabas embarazarme? ¡Cómo puedes ser tan hijo de puta, maldito bastardo! ¿Crees que estoy listo para ser padre? ¿Por qué ni siquiera me preguntaste?—exclamaba enojado.

—JiMin, cálmate, por favor. Puedo explicarte todo.

—¿Qué me vas a explicar? ¿Qué todo era mentira? ¿Acaso no planeabas embarazarme sin mi consentimiento?

El silencio de su pareja lo decía todo. Planeaba eso el muy desgraciado.

—JiMin, por favor, entiende. YoonGi no lo hizo porque no te quería.

—No lo defiendas, Jin. Bien pudo haber hablado conmigo y arreglar las cosas como se deben. ¡No a escondidas y como él quiere!

—Pero, cielo, escúchame al menos.

—¡No! ¡No quiero volver a escucharte, desgraciado!

Y dando más dramatismo al asunto, se fue corriendo de allí, siendo perseguido por YoonGi mientras Rosé y Jin los miraban.

.

Ya era de noche. Las estrellas adornaban el firmamento cuando Jin y JungKook estaban en la cama, acostados agotados después de que el omega hiciera dormir a Soo Hyun. Desde esa tarde que el alfa no le hablaba. Parecía enojado y JungKook lo sabía perfectamente, parecía molestarle que dijera algo tan importante a JiMin y casi arruinara su relación con YoonGi.

—Jin, ¿hasta cuándo estarás enojado conmigo?

El silencio lo dijo todo, además de que el castaño le daba la espalda. Suspiró e hizo lo que derrumbaría cada muro Seok Jin: lo abrazó por detrás mientras hundía su rostro en esa amplia espalda que le encantaba arañar durante el acto.

—JungKook—le dijo de forma ronca al sentir como le acariciaba las abdominales.

—¿Sigues enojado?—volvió a preguntar, repartiendo besos por la nuca que alcanzaba con dificultad.

—Te metiste en algo que no debías. Ahora JiMin y YoonGi están peleados—dijo con fingido resentimiento.

—Vamos, ¿acaso no los escuchaste follar cuando venías para aquí? Ya se reconciliaron, de seguro dentro de poco vendrá JiMin anunciándonos que habrá un nuevo integrante en la familia.

—Pero aun así lo que hiciste está mal—decía Jin intentando resistirse a las deliciosas caricias que lentamente su pareja le daba en el torso.

—¿Y por eso vas a estar enojado conmigo?—preguntaba juguetonamente, acercándose a su oreja para morderla mientras descendía su mano hasta la entrepierna de su amante— ¿Acaso prefieres seguir ignorándome y no tener sexo?

—JungKook...no quieras comprarme—no lo podía negar, las caricias que su pareja le daba comenzaban a excitarlo.

—Vamos, no te hagas de rogar, Jin, ¿hace cuánto que no lo hacemos? ¿Cinco días, una semana? ¿En serio quieres seguir aguantando? Soo Hyun está profundamente dormido, no despertará en unas horas, así que ¿qué dices?

En menos de lo que podría imaginarse, Jin volteó para plantarle un lujurioso beso en los labios mientras llevaba sus manos al trasero de su omega, apretándolo con fuerza mientras rozaba sus dedos por la entrada de JungKook.

—Ahh Jin, mételo por favor—decía jadeante apretando los hombros del alfa, mordiendo el pecho por encima de la ropa.

Y como un mandato divino, introdujo su dedo dentro, sintiendo las mordidas en su pecho acrecentar al comenzar a moverlo, sacándolo y metiéndolo, simulando embestidas. Buscó la próstata con la yema, encontrándola con facilidad al estar familiarizado ya con ese delicioso cuerpo. La tocó varias veces, logrando hacer gemir a JungKook, quien comenzó a rozar su erección contra la de Jin.

Jin gruño al sentirlo, comenzando a besar su cuello con gula, haciendo que JungKook dejara su tarea de morderlo para suspirar y jadear en su oído.

—Tócame, JungKook...tócame—pedía mientras no dejaba de besar ese cuello que se le hacía apetecible.

El omega, sin miramientos, llevó sus manos hasta la ropa interior del alfa y metió sus manos, tocando el caliente pene erecto que buscaba atención. Cuando lo tomó, escuchó con deleite el gemido ronco que escapó de sus labios. Sonrió comenzando a mover su mano de arriba abajo, liberando apenas el miembro caliente de su pareja.

Jin metió un dedo más, moviéndolos frenéticamente de adentro hacia afuera, casi con furia mientras sentía la mano de su amante masajearle su miembro con fuerza, tocando con su dedo pulgar el glande de manera insistente, mojándoselo con el líquido preseminal.

Gruño en su límite, dejándolo abajo de su cuerpo poniéndose encima para comenzar a besar esos tentadores labios mientras seguía con los dedos dentro de su pareja.

—Ya, Jin...métemelo de una vez—suplicó JungKook apretando un poco más el pene de su pareja.

Asintiendo a su pedido, le sacó la ropa interior y se sacó la suya propia para llevar su miembro hacia la húmeda y cálida entrada para insertarlo de una sola vez, sin poder aguantar más las ganas que tenía de hacerlo suyo. JungKook jadeó largamente al sentirlo después de tantos días, tan adentro, tan profundo.

El vaivén comenzó segundos después, desde un principio rápido y fuerte. Ambos gemían y pedían por más. El omega diciendo el nombre de su amante, mientras este gruñía besándole con lujuria el cuello.

Minutos después, los dos encontraron su orgasmo, gimiendo sonoramente.

—Siento que...has...mejorado...Jinnie—dijo JungKook agitado, intentando recuperar el aliento después de ese encuentro.

—¿Tú crees?... A mi parecer no tanto...después de todo...me quedé con ganas de hacerte tantas cosas—murmuraba en el cuello del omega con una coqueta sonrisa.

—Bueno...tenemos toda la noche, Jinnie...o al menos hasta que Soo Hyun despierte—decía con una sensual sonrisa Kook, tocando con descaro el trasero de su amante quien sonrió ante eso.

—Oh, entonces empecemos cuanto antes.

Y así empezaron otra ronda, y luego otra más que quedó a la mitad ya que Soo Hyun terminó despertando y JungKook tuvo que ir por él para calmarlo.

Seis años después.

TaeHyung y JiMin llegaron corriendo, arrastrando a Rosé y YoonGi de la muñeca hacia el interior del hospital, mientras tres pequeños, los tres omegas, los seguían entre risas. Pasaron por distintos pasillos, recibieron muchos regaños de enfermeras e incluso chocaron con algunos encargados de la limpieza. Pero aun así siguieron, ignorando todo, hasta llegar a la habitación que buscaban.
Entraron con dificultad, ya que cargaban peluches y globos, viendo Jin con un Soo Hyun de seis años en brazos mientras que JungKook estaba a su lado en una camilla, sosteniendo a dos pequeños bultitos en sus brazos: una niña y un niño, ambos omegas.

—¡Felicidades!—exclamaron JiMin y TaeHyung yendo a ver a sus sobrinitos.

—Gracias—dijo Jin viendo a su hijo más grande dormir entre sus brazos después de ver maravillado a sus dos hermanitos.

—Yo quiero verlos primero—decía el pelirrojo dándole a Rosé los globos y los peluches que había llevado para extender sus brazos y tomar al niño.

—Dame a la niña, la quiero ver—decía JiMin emocionado al ver a la pequeña.

Los dos pequeños eran iguales a JungKook, el mismo pelo negro y la piel de porcelana. Eran un par de ternuras que todavía dormían plácidamente.

—Felicidades, Jin—decía YoonGi dejando las cosas que le había dado su esposo a un lado mientras se aseguraba que ninguno de sus tres pequeños de cuatro años hicieran travesuras—. Ahora podrás entenderme.

—Lo sé, hubiera querido que sean alfas, así me evitaría matar a todo aquel desgraciado que le ponga los ojos encima a mis dos pequeños. Pero...lo bueno es que tendré ayuda—decía el alfa mirando a su pequeño que era una viva imagen de él.

Incluso la actitud era parecida. Ambos le habían prometido a JungKook que cuidarían de los tres aunque les costara la vida.

—Vamos, no es tan malo. Has estado entrenando en estos años, te será fácil. Además tienes dos, yo tengo tres. Será mucho trabajo y más porque estaré solo en esto.

—Aún recuerdo cuando le dieron la noticia a JiMin, casi se muere al saber que en tu familia eran comunes los trillizos. Creo que si se lo hubieras dicho te hubieras ahorrado la vasectomía—le decía el alfa divertido, viendo como los tíos embelesados jugaban con sus sobrinitos.

—Sí, lo sé. Pero tiene su parte buena: puedo venirme todas las veces que quiera y sin dejarlo embarazado. Aunque me quedé con ganas de tener más hijos, pero el sexo sigue siendo bueno.

—Yo tengo suerte, a pesar de que fueron dos, JungKook no me dijo nada. Creo que mis bolas seguirán intactas—bromeaba viendo de reojo a su pareja que hablaba con Rosé.

—Suertudo, mis bolas envidian a las tuyas—dijo sonriente viendo a sus tres hijos quererse subir a la camilla de JungKook—. Chae Rin, JiHyun, JiHoon bájense ya mismo de ahí.

—Pero papá—decía uno de los niños.

—Pero nada ¡abajo!

Los tres, bufando molestos, bajaron yendo hacia su padre para sentarse alrededor y comenzar a jugar entre ellos con los pocos juguetes que llevaron.

—¿Cómo les pondrán?—preguntaba TaeHyung a su hermano quien dejó la conversación que tenía con Rosé para mirarlo.

—Es cierto, dijeron que nos dirían cuando nacieran. ¿Cómo se llamaran estas dos bellezas?—decía JiMin mirando a la niña maravillado.

Tan pequeña y tan hermosa, fue lo que pensó.

—Bueno, discutimos un poco, pero al fin de cuentas ya sabemos cómo se llamarán—decía Jin con una sonrisa, viendo a Soo Hyun quien seguía durmiendo.

—¿Entonces?—decían ansiosos ambos omegas.

—Mi pequeña se llamara Ji Woo y mi pequeño será Song Joo—contestaba JungKook con una ligera sonrisa.

—¡Aw! ¡Son unos hermosos nombres!—decía el pelirrojo emocionado viendo al pequeño en sus brazos— Es tan parecido a ti, Kookie.

—Ambos se parecen a él—decía Jin orgulloso.

—Sólo que parecen tener los ojos de Jin—decía una observadora Rosé.

—Sí, es cierto—el omega vio como los dos parecían removerse a punto de llorar—. Dame a Ji Woo, es hora de que tome algo.

—TaeHyung, ¿puedes tener a Soo Hyun? Así puedo darle la mamadera a Song Joo.

—Claro—decía emocionado el pelirrojo, dejando al pequeño en brazos de su padre para tomar al niño de seis años, aunque claro, requirieron de la ayuda de YoonGi para eso.
Mientras le daban la mamadera ambos padres, se formó unos segundos de silencio antes de que Jin volviera a hablar.

—Por cierto ¿y Lisa?

—Bueno, tuvo un trabajo que hacer. En una semana vuelve—comunicaba TaeHyung acariciando el cabello de Soo Hyun—. Ahora que recuerdo, quedé en salir con alguien hoy.

—Te dije que dejes esa estupidez de salir con gente que no quieres sólo porque quieres olvidarte de tu ex.

—Imposible, Rosé. Imposible—decía JungKook viendo como la niña tomaba su leche con ansias.

—¿No le molestará a HoSeok que salgas con alguien?—preguntaba YoonGi quien tenía en sus piernas a su pequeña quien tenía sueño.

—¿Por qué debería? Acordamos que haríamos lo que queramos sin importar que aún no nos hemos divorciado—aclaraba el chico.

Después de solucionar sus problemas, habían estado casados durante cuatro años, pero las cosas se complicaron cuando HoSeok comenzó a dejarlo de lado por el trabajo, lo que llevó a que planearan divorciarse. Sin embargo, las cosas se complicaban ya que el pelinaranja vivía viajando de misión en misión y jamás podían acordar para juntarse y hablar por dicho tema, además tampoco atendía el teléfono. Por eso, un día antes de que volviera a irse, TaeHyung lo encaró para acordar que ambos harían lo que quisieran sin importar que aun estuvieran casados. Por eso, después de esa charla, el pelirrojo comenzó a salir con otras personas.

—Eso es cierto, pero a pesar de que aún deben divorciarse siguen encontrándose a escondidas en la habitación de ambos para tener sus encuentros pasionales. Al menos cuando Hobi está aquí—decía JiMin rodando los ojos.

—Es entretenimiento momentáneo—afirmaba TaeHyung levantando los brazos hombros restándole importancia—. Además hay otros que lo hacen mejor.

—No quería saber tanto, TaeHyung—decía JungKook haciéndole el provechito a Ji Woo—. Quería conservar la imagen tierna y adorable de mi hermano, pero la has arruinado.

—Vamos Kookie, tú sabes que ya he crecido, incluso soy mayor que tú.

—A veces no lo parece TaeHyung.

—¡Jin! ¡Deberías apoyarme!

—Sabes que no puedo cuando mientes tan descaradamente.

—Es cierto, nadie puede apoyarte en esto—decía JungKook.

Rosé, YoonGi y JiMin asintieron ante eso. TaeHyung sólo sintió que estaba solo en ese momento.

Y así pasaron los años. Entre besos, caricias, amor, decepción, llanto, molestias, enojos, gritos, risas, felicidad, alegría. Los años seguían pasando, con buenos y malos momentos, pero siempre estaban juntos. Como amigos, como hermanos, como pareja, como familia.

YoonGi y Jin se convirtieron en los padres asesinos cuando de sus pequeños se trataban, ahuyentando a cuanto pretendiente se les acercara y enfrentándose a cuanto pervertido mirara de manera indecorosa a sus queridos angelitos. Soo Hyun era el cómplice perfecto de Jin, sin embargo estuvo a punto de morir cuando YoonGi se enteró que estaba saliendo con uno de sus pequeños: JiHyun, el trillizo que más se parecía a JiMin.

Por otro lado, JungKook y JiMin solamente suspiraban divertidos ante los celos y berrinches de sus parejas cuando se enteraban que alguien estaba detrás de sus pequeños bebés inocentes, aunque sabían cómo calmarlos. Una buena sesión de sexo desviaba sus pensamientos homicidas por unas horas hasta que volvían a recordar y volvían a lo mismo de siempre. Aunque sospechaban que a veces lo hacían a propósito solamente para tener sexo.

Todos eran completamente felices, entre misiones homicidas, sexo y celos paternos.
Excepto Sowon, claramente, ya que seguiría en la cárcel por muchos años más, incluso más años que los que su condena le correspondía ya que sin que lo supiera, JungKook hizo un arreglo con NamJoon para que la chica no saliera hasta que cumpliera los 99 años. Así que a la pobre envidiosa todavía le quedarían años por cumplir, muchos más de los que ella supiera y todo por querer separar a dos almas destinadas a estar juntas por el destino sin importar los obstáculos que este le pusiera adelante.

Fin. 

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