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Capítulo 10

Capítulo 10

Libertad

Eran las tres de la madrugada, un horario donde todos están dormidos pacíficamente en sus lechos, envueltos en los brazos de Morfeo, cálidamente tranquilos. Sin embargo, esto no se aplicaba en dos figuras que estaban en la penumbra de una privada habitación.

—Ahh—jadeó complacido JungKook cuando el castaño terminó una vez más en esa noche dentro de él.

Habían tenido que aprender a ser silenciosos a la hora de hacerlo, al menos el omega no quería que todo el mundo, inclusive sus amigos, lo escucharan en pleno acto. Pero sentía que cada día era más difícil contenerse, Jin cada vez lo hacía mejor.
Sintió los besos del castaño en su cuello, mimándolo después de esa tercera ronda de sexo que tuvieron.

—¿Te gustaría...una ronda...más?—preguntaba el alfa repartiendo más besos.

—¿Aguantas una...más...Jinnie?—decía JungKook acariciando la espalda ancha.

—Aguanto muchas más... ¿pero tú? Ya hasta parece que te he cansado...después de todo lo que hicimos es creíble—susurraba acariciando los cabellos oscuros, mirando en la penumbra el rostro de su pareja.

—No me subestimes, Jinnie... ¿Quieres ver cuánto puedo llegar a aguantar?—preguntaba coqueto el omega, enredando sus piernas nuevamente en las caderas de su amante.

Este ronroneó cerca de su oreja.

—No me tientes lindo...sabes que puedo llegar a volverme toda una bestia si me provocas de esta manera.

—Demuéstrame que tan bestia puedes llegar a ser, Jinnie.

Y después de un simple roce en el pene del alfa, este saltó a comerle la boca a su amante para empezar una nueva ronda.

Así habían pasado sus dos primeras semanas después de su primera vez. Todas las noches JungKook se colaba en la celda de Jin y tenían sexo hasta altas horas de la madrugada. La relación antes tambaleante que tuvieron se volvió más sólida (llegando a contarle a Jin que gracias a Sowon fueron separados, cosa que no le gustó mucho a Seok Jin), incluso aunque JungKook no estuviera muy de acuerdo, el alfa se la rebuscaba para besarlo o darle alguna demostración de cariño en público. El grupo de JungKook se alegraba de saber que al menos ahora el pelinegro era feliz, después de todo ya era hora de que su líder pudiera estar con la persona que siempre amó, además así ellos también tenían su tiempo libre para hacer lo que quisieran.

En especial Dooly y Suga.

—Ya...YoonGi...mmm...ya b-basta—decía el omega mientras sentía las manos de su novio dentro de su pantalón, acariciando con sus dedos la húmeda entrada mientras besaba con gula el cuello.

—Vamos, sabes que te encanta lo que te hago, JiMin—dijo Suga sin dejar de acorralar a Dooly.

El omega sintió un dedo ingresar en su entrada de manera deliciosa y asfixiante. Siempre que tenían ese momento de intimidad le encantaba disfrutar aunque se hiciera el difícil. Después de todo, no tenían una celda sólo para ellos, por lo que cualquier lugar oscuro y solitario era bienvenido para sus pervertidos momentos.

—Hazlo de una vez, idiota—dijo sonrojado mientras sentía que su pareja le levantaba una de sus piernas.

—¿Quieres sentirme adentro, JiMinnie?—susurró coqueto en su oído, bajando el cierre de su pantalón mientras sentía la pierna que había subido enredarse en su cadera.

—Tú ya lo sabes, Yoonie—dijo Dooly mirándolo directamente con sus ojos nublados de placer, sonrojándose aún más al sentir la punta rozando su entrada.

—Je...me encanta cuando te pones tan sumiso así—murmuró roncamente, introduciendo su miembro dentro de Dooly.

Jadeó largamente, subiendo su otra pierna para enredarla también y sentir la primera estocada. Embistió un par de veces más, hasta que en la cuarta embestida logró tocar aquel punto especial de su cuerpo, aquel que le hizo arquear la espalda y gemir agudamente. Suga sonrió al escucharlo y arremetió más fuerte, más profundo, tocando nuevamente la próstata. Con deleite volvió a escuchar un largo gemido, excitándose aún más.

Las embestidas continuaron, rápidas y profundas. Los gemidos roncos por parte de Suga eran bastantes bajos, pero los de Dooly eran altos y agudos. De seguro si alguien andaba por ahí cerca los escucharían. Poco les importaba.

Minutos después, ambos se corrieron fuera, manchando sus vientres. El omega respiraba agitado intentando recuperar su respiración normal al igual que Suga, sólo que este parecía recuperarse más rápido.

—Ya mañana podremos hacerlo en una cama los dos solos—murmuraba el alfa mientras se acomodaba el pantalón.

El pequeño comenzó a hacer lo mismo mientras le respondía.

—Espero no tener que despertar en sillas de ruedas, siempre eres un bruto, al menos cuando estamos en privado.

—Vamos, bien que te gusta que te dé duro—dijo tomando un pañuelo que tenía en su bolsillo para limpiarse.

—No lo voy a negar, pero lo que no me gusta es terminar adolorido al otro día—dijo el omega arrebatándole el pañuelo para limpiarse él, dejando a su novio a la mitad.

—Seré suave esta vez, lo prometo.

Dooly sabía que esa inocencia era completamente falsa.

—Eso dices siempre y ambos sabemos qué haces después—a pesar de intentar poner un rostro enojado, no le salió en lo absoluto.

Tenía rasgos muy tiernos como para llegar a intimidar a alguien.

—No es mi culpa que tengas un trasero muy tentador—Suga se acercó, tomando la mano con la que su pareja se limpiaba, sonriendo coquetamente.

—Para ti cualquier trasero es tentador—decía acorralado, sintiendo como su pareja se acercaba a él lentamente.

—No, en eso te equivocas, JiMinnie—cuando estuvo cerca le lamió los labios para luego decir—. Sólo el tuyo me encanta.

—Pervertido—dijo sonrojado, dándole un manotazo para alejarlo, manotazo que en efecto sólo le causo cosquillas al mayor.

—Vamos, JiMin, llevamos más de diez años juntos ¿y aún te sigues avergonzando conmigo?—se carcajeó más al ver el sonrojo aumentar— Serás un muy tierno y lindo padre.

Dooly lo miró sin comprender.

—¿Padre?

—Vamos, ya esperamos mucho, ¿no te parece? Sería lindo comenzar a tener una familia.

—Bueno...aún no sé si estoy listo para esto, digo...ser padre...es algo complicado ¿no te parece? Quizás Jin y JungKook no lo pensaron mucho, pero a mí, al menos, me gustaría hacerlo.

—¿A qué te refieres con que no lo pensaron mucho?—preguntó terminando de limpiarse.

—¿No lo sabes? JungKook lleva dos semanas de embarazo.

—¡¿Qué?! ¿Cómo lo sabes?—preguntó alarmado Suga sin poder creerlo.

—Es fácil, Jin anudó dentro de él cuando lo hicieron por primera vez. No es difícil saber que quedó embarazado, quizás esa vez no, pero según tengo entendido, él se vino más veces en su interior. Así que es obvio, ¿no? JungKook está embarazado—decía Dooly yéndose de ahí, dejando a Suga completamente estupefacto ante la noticia.

Jamás se lo habría imaginado, o al menos no lo quiso pensar.

.

Llevaban ya un buen rato hablando entre besos y mimos, mientras miraban a los grupos hablar de distintas cosas o compartir diferentes actividades. Pero todo pasaba a segundo plano cuando estaban solo los dos.

—¿Estás seguro de que no hay problema con que te quedes embarazado ahora? Digo, sabes que estamos aquí y...

—Jin, ya es la décima vez en el día, milésima vez en estas dos semanas, que me preguntas lo mismo—le cortó hastiado—. Ya te dije que todo estará bien.

—Pero...no lo sé cielo, creo que estamos adelantándonos mucho—después de un suave beso en la nuca, prosiguió—. No me molesta ser padre, pero estar aquí se limitan muchas cosas. No quiero que separen a nuestro niño de nuestro lado. No podría soportarlo.

JungKook lo miró, sabiendo cual era la tristeza que embargaba al pobre de Jin. Se acurrucó aún más contra su pareja, tomándole fuertemente la mano.

—Eso no pasara Jinnie, te lo prometo. Así que deja tus estupideces de lado de una vez.

El alfa sonrió ante la forma que el omega tenía de consolarlo. Siempre sería tan él. Lo abrazó fuertemente, quedándose ambos callados, disfrutando del momento.

Pero no todo puede ser perfecto siempre...

Jin sintió como arrebataban a JungKook de su lado, dejando de sentir su cuerpo cálido contra el suyo. Sorprendido volteó descubriendo a Sowon quien sostenía a Kook del brazo muy fuertemente. Se levantó apresurado, mientras se acercaba a ambos para tomar a la chica del hombro y a su pareja del otro, intentando vanamente de separarlos.

—¿Qué te pasa, Sowon?—preguntó entre desconcertado y asustado, temiendo que algo malo le pasara a JungKook.

Estando embarazado las cosas se complicaban más.

—Ya no lo aguanto más. No voy a permitir que este mocoso de mierda me gane. Tú eres mío Jin ¡sólo mío!—dijo la pelinegra mientras apretaba aún más el brazo de JungKook.

Este la miró, sin emitir queja ni mostrar dolor. Sólo mirándola con el más profundo odio que pudiera mirar a alguien.

—Suéltame, maldita puta arrastrada—soltó molesto tomando del cuello a la chica.

Jin comenzaba a inquietarse.

—¡Ya basta! ¡JungKook no te esfuerces innecesariamente!—gritó el alfa intentando sacar la mano que el omega tenía en el cuello de la chica.

Los gritos por parte de Jin llamaron la atención de todos, en especial de los amigos de Kook, quienes al escuchar todo se acercaron para calmar la situación y no terminar mal.

—¡Deja a Kookie!—decía TaeHyung corriendo hacia la pelinegra para darle un buen golpe.

—¡Hey, estúpida, ¿qué te pasa?!—decía Dooly corriendo al lado de TaeHyung.

Ellos sabían que lo mejor era frenar la situación antes de que surgiera algún problema con el bebé que JungKook estaba esperando, o con el que especulaban que esperaba.

El pelirrojo levantó el puño, plantándoselo a Sowon en la mejilla, mientras que a JiMin lo sostenían de la cintura para evitar que se metiera en la pelea.

La chica se soltó de JungKook y volteó enojada hacia TaeHyung, alzando el puño para plantárselo directamente en el rostro, logrando que él cayera al suelo con un delgado hilo de sangre cayendo de su boca. La miró enojado, viendo como alzaba el puño otra vez para volver a golpearlo. JungKook quería meterse, pero el fuerte agarre de Jin no se lo permitió, no quería que terminara golpeado, por lo que sólo podía ver como la maldita perra de Sowon atentaba contra su pobre amigo.

—Ni te atrevas, Kim—decía Lisa frenando el ataque a tiempo.

—No te metas, Manoban—escupió con rabia la pelinegra.

—Escúchame, maldita estúpida, tu problema es conmigo, así que deja a TaeHyung en paz—dijo JungKook cabreado mientras intentaba zafarse de los brazos de su pareja.

Al pobre de Jin se le hacía difícil contenerlo.

—Tranquilízate, JungKook, recuerda que ahora no puedes pelear—decía Dooly—. Pero si quieres yo me encargo de esta cretina... ¡Ah, Suga déjame golpearla!

—Ya cálmate, no vale la pena que toques a esa cosa sin corazón—decía él mientras veía como Lisa soltaba con brusquedad la mano de Sowon mientras Rosé ayudaba a TaeHyung a levantarse.

—Ya estoy harta. Entré aquí para estar con Jin. Sin embargo...sin embargo...—con odio miró a JungKook—Tú, maldita rata, tú me lo arrebataste.

—¡No seas hipócrita Sowon! Yo nunca te arrebaté nada, esa fuiste tú. Por celos, por envidia, me quitaste a Jin porque no podías aceptar el hecho de que él me prefería a mí y no a ti. Como omega nunca has valido nada.

—¡Cállate! Yo no fui quien dejó solo a Jin durante tantos años, tú te fuiste sin importar lo que él sentía por ti. Él estaba triste y la única capaz de consolarlo fui yo porque al parecer alguien estaba en prisión.

—¡Todo lo hice por él!—gritó en medio de su furia el omega—Si estoy aquí es por él, si tuve que dejarlo solo fue por él, jamás hice algo que lo lastimara, a diferencia de ti.

—¡Yo nunca hice algo para lastimarlo!

—¡Me separaste de JungKook, Sowon! ¿Acaso te parece poco separarme del omega que amo? ¿Acaso crees que con eso no me lastimaste, Sowon? ¡Tú sólo te preocupas por ti misma y por lo que tú quieres!—intervenía molesto Jin, encarando a la pelinegra.

—¡Yo te amo Jin! ¡Te amo y todo lo que hago es pensando en ti! ¿O cómo explicas esto?—decía desesperada, tomando de la remera al chico mirándolo suplicante.

—¡No mientas! ¡Ya estoy harto de ti! ¿Porque no aceptas de una vez que lo amo a él?

—¡¡¡Porque tú eres solamente mío!!!—gritó fuertemente, llamando la atención de todos que se quedaron viéndola sorprendidos ante la desesperación que mostraba, ni siquiera JungKook tenía palabras para decir al respecto—Tú eres sólo mío. Todo lo que hice fue para que seamos felices juntos. Como siempre debió ser, sólo tú y yo...pero te enamoraste de él... ¿Por qué? ¿Por qué siempre está un paso delante de mí? ¿Por qué? ¡¿Por qué?!

A decir verdad, nadie tenía nada que decir ante la escena que presenciaban. Una Sowon destruida era algo que nunca habían visto, ni siquiera Jin que había pasado varios años a su lado. Era raro verla perder los estribos, quizás en contadas ocasiones lo tuvo, pero no habían sido tan fuertes como esta.

Las manos que sostenían su remera se soltaron, dejando que el chico diera unos pasos hacia atrás, observándola fijamente sin saber qué decir. Mucho menos cuando vio las lágrimas brotar de sus ojos.

Sin embargo, antes de que alguien dijera algo, uno de los policías (el que había llevado a Jin hasta ese pabellón por primera vez) se acercó seriamente.

—JungKook, TaeHyung, Lisa, Rosé, Suga y Dooly ya pueden irse, han pagado sus fianzas—dio media vuelta, pero antes de empezar a caminar agregó—. Ah, y Jin, a ti también te han pagado la fianza. Tomen sus cosas y váyanse.

Todos, exceptuando el grupo de JungKook, se sorprendieron ante esas palabras, en especial Sowon. ¿Acaso Ken había pagado la fianza de Jin? No, no lo creía, después de todo, si había pagado la de él también hubiera pagado la suya. No la hubiera dejado ahí con ese montón de gentuza horrible. Por eso, mientras veía marcharse para siempre al hombre de su vida, se preguntó quién los había sacado de ahí a todos.

.

—Lamento haberme tardado tanto.

Seok Jin miró con extrañeza al rubio alto que se paraba frente a él, mirándolos con una sonrisa suave junto a otro hombre de cabello anaranjado con lentes que se le hacía conocido. Y supo quién era cuando Tae corrió gritando su nombre alegremente. HoSeok estaba ahí con él de nuevo.

—¿Sabes que tus disculpas no sirven de nada, NamJoon?—escuchó que decía su amante, mirándolo enojado.

—Es cierto, NamJoon. Fueron siete años los que estuvimos ahí. Siete putos años—decía Suga molesto también.

—Vamos, no fue tan malo. Después de todo, los trabajos que tuvieron que hacer aquí fueron bien pagos. En sus cuentas tienen todo el dinero depositado—informaba el rubio.

Jin sentía que estaba cada vez más confundido.

—Creo que sería bueno presentarlos—intervenía TaeHyung al ver las reacciones de su cuñado—. Jin, él es NamJoon, el jefe de Kookie. Creo que es él justamente quien podría explicarte todo después, pero sería bueno si esperas hasta llegar a un lugar más cómodo, ¿no crees?

—Ah, claro. Por cierto, mucho gusto en conocerlo y gracias por pagar mi fianza—dijo el castaño educadamente, haciendo una reverencia.

—No es nada, aunque igual estaba obligado a hacerlo, JungKook jamás hubiera permitido que te dejara aquí y lo liberara solo a él.

—No entiendo.

—Después él podrá explicarte—dijo el rubio dándose la vuelta para empezar a caminar—. Vamos, mi limousine espera.

Y así todos lo siguieron, mientras Jin se juraba que pronto JungKook tendría que contarle todo con lujos y detalles.

Esta vez no se quedaría con la duda.

JungKook lo supo desde el momento en que pusieron un pie en ese hotel. La mirada interrogante y seria de su amante lo decía todo: quería saber qué pasaba. Meditó un rato en silencio mientras dejaba su bolso a un lado, sin querer ver a su amante que estaba sentado en la cama cruzado de brazos esperando una respuesta. Sabía que no estuvo bien ocultarle todo a Jin hasta ese día, pero mientras más retrasara la información, mejor era para él.

Se rascó nervioso la nuca sin saber muy bien qué hacer. No quería ver al alfa cerca, ni tampoco decir nada. Pero sabía que Jin no lo dejaría pasar, no esta vez al menos.

—JungKook, necesitamos hablar y sabes de qué.

El omega siguió callado como si le costara unir sus ideas para darlas a conocer y Jin lo supo. Así que suspirando, se levantó de la cama y fue hasta donde estaba su amante para tomarle del mentón y levantar su mirada, mostrándole con sus ojos que podía confiar en él, que no estaba enojado, que sólo tenía curiosidad con respecto al tema.

Así que después de un suave beso, lo llevó hasta la cama y ambos se sentaron. Necesitaban hablar. Luego de tantos años de incertidumbre y misterios, era hora de que se tuvieran respuestas.

—Es una historia larga, Jinnie—fueron las primeras palabras que JungKook le dedicó después de salir de la cárcel.

—Tengo todo el tiempo del mundo, cielo.

No quería intimidarlo, por lo que supuso que usando palabras dulces lograría ablandar a su amante hasta el punto de que lograra decir lo que esperaba oír.

Lo vio dudar unos segundos más hasta que decidió volver a hablar.

—Bien, te contaré todo, pero por favor, no me interrumpas—tras el asentimiento del alfa, suspiró antes de seguir—. Nunca quise que lo supieras, pero desde antes de que empezáramos a salir, yo trabajaba para NamJoon. No es un trabajo del que me sienta orgulloso, pero era lo único que tenía para vivir junto a TaeHyung, aunque él también trabaja para él.

»Verás, Nam tiene una empresa especial de sicarios a los cuales les paga para exterminar gente inmunda de este mundo. Claro que también tiene otras empresas, pero yo trabajo para él como sicario, al igual que Lisa, Suga y Rosé. Dooly se encarga de la tecnología mientras que TaeHyung es un espía experto.

»A lo que voy, después de que me dejaste quedé muy herido, dejé de realizar algunos trabajos que me encomendaba NamJoon ya que sabía que mi rendimiento seria pésimo y terminaría arruinando las cosas. Sin embargo, tiempo después, una misión me llamó la atención y decidí realizarla con éxito. Tenía que asesinar a alguien, pero no a cualquier persona—lo miró seriamente, sabiendo que lo que diría sorprendería a su pareja—. Jin, antes déjame adelantarte una cosa: a tu hermana no la mató y la violó una sola persona, fue un grupo, solo que tú viste a uno. Por eso algo no me cuadraba de la muerte de tu hermana, así que le pedí a Nam que averiguara y, como me esperaba, logró obtener toda la información en un lapso corto de tiempo. Logró conseguir todo, desde el lugar donde vivían, hasta lo que habían comido el día anterior. Quise compartir esto contigo y contarte todo, pero para ese entonces, tú y yo no estábamos juntos.

»Como sea, continuando con lo que decía antes, uno de ellos, aparte del que tu mataste, estaba libre. El resto, que eran tres mujeres betas, terminaron en prisión por crímenes menores. Dos de ellas eran las hijas del que aún estaba en libertad mientras que la otra era su esposa. Decidí encargarme del que estaba en libertad, NamJoon estuvo de acuerdo ya que el hijo de puta era un peligro para la sociedad. Sin embargo, aún quedaban las tres mujeres, por lo que armamos un plan con Nam. Mataría primero al que estaba libre, dejando mi huella para ir preso, de esa forma, mataría a la tres arpías que estaban en prisión dejándote al otro bastardo a ti, sabiendo que tu querrías venganza.

»Así fue como terminé en la cárcel, fue a propósito, además Nam tenía más trabajos para darme allí adentro que afuera. Sin contar que él estuvo siete años preso también. Tenía unos hombres que le darían valiosa información y unos cuantos asuntos que resolver allí dentro. Y bueno, los demás terminaron por casos parecidos a los míos, por trabajo.

—Yo pensé que TaeHyung estaba allí sólo porque no quería estar lejos de ti.

—Bueno, en realidad en parte también fue por eso, pero como espía servía mucho en prisión. Recolectaba valiosa información.

—¿Y estuviste siete años allí metido por trabajo?—preguntaba incrédulo Seok Jin.

—Pues, sí y no.

Bien, Jin sintió que lo vio todo. JungKook nervioso y jugando con sus dedos era algo que no se veía todos los días. Se preguntó si era efecto del embarazo.

—¿Cómo? No entiendo JungKook.

—Verás, Jin, solo no te enojes ¿sí?—dudoso, el alfa asintió— Bueno, en realidad, en el plan también incluimos la muerte del bastardo que mató a tu hermana, aquel que tu mataste. Con Nam planeamos que tú lo mataras y fueras a una cárcel de omegas para que pudiera estar contigo.

—O sea que ¿nunca fue un error que yo estuviera ahí?

—Así es.

—¿O sea que tu planeaste que yo terminara en prisión siete años después por matar al que yo creía el único asesino de mi madre?

—Sí...

—Y... ¿se supone que debo estar molesto por planear reunirme contigo y deshacerte de Sowon en el proceso?

—Bueno...eso depende de ti—dijo el omega mirándolo.

—Bueno, no estoy enojado sino que estoy feliz. Aunque ¿de qué viviré ahora? Digo, no tengo trabajo y dudo que alguien me dé uno después de haber estado en la cárcel.

Vio a JungKook reírse aliviado.

—De eso no te preocupes, Nam se encargara. Por ahora, preocúpate por mí y por este bebé que viene en camino—murmuró mientras se sentaba sobre el alfa.

—Tienes razón, es hora de preocuparme por mi hermosa fami... ¡Espera!—exclamó de repente, asustando un poco a JungKook— Esto no está bien.

—¿Qué? ¿De qué hablas?

—Pues, tú estás embarazado y este bebé tiene que nacer en las normas establecidas así que ahora que estamos libres, soy libre de preguntar—y tomando una de las manos de su amante, dijo—. JungKook, ¿te casarías conmigo?

—¿Q-qué?

—Sí, ahora que estamos juntos y fuera de ese lugar, podemos casarnos. Quiero que seas mi esposo, JungKook, por favor, te lo suplico. Cásate conmigo ¿sí?

El omega sonrió feliz, revolviendo los cabellos de Jin de forma brusca.

—Idiota, sabes que acepto—dijo abrazándolo para ocultar el fuerte sonrojo que invadía sus mejillas y las pocas lágrimas que querían escapar de sus ojos.

Y Jin lo supo en ese momento. El único capaz de hacerlo completamente feliz era él, Jeon JungKook, su futuro esposo y padre de sus hijos. 

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