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La pelea

Al día siguiente, 12:00pm

Había sonado la alarma que indicaba la hora del almuerzo, los reos caminaban hasta el comedor haciendo la respectiva fila para obtener sus alimentos, Taehyung, Hoseok y Yoongi se hallaban sentados en su mesa a la espera de la tan anhelada pelea. 

Namjoon aguardaba en la fila con Jungkook y Hyung Sik, en ese momento pasó un reo bastante fornido, con su bandeja de comida en la mano, y tropezó con Nam haciendo que toda su comida cayera al suelo como parte del plan. 

—¡Mira lo que hiciste, hijo de puta! —Gritó Ji Ho.

—El que se tropezó conmigo has sido tú —Respondió Nam tan inexpresivo como de costumbre.

—¡¿A caso buscas que te mate?! Maldito imbécil —Habló Ji Ho sacando una pequeña navaja de su pantalón.

—Guarda eso —Dijo Nam sin apartar la mirada de la filosa arma con todos sus sentidos en máxima alerta ante el inminente peligro que significa tener una pelea con un reo armado.

—¡Cállate y pelea, imbécil! —El reo se abalanzó contra Namjoon y le propinó un fuerte golpe en la mejilla, haciéndolo tambalear.

¡Carajo, sí que le dolió!

Los reos alrededor empezaron a apartarse, sabían que la pelea se iba a poner fea; la diferencia de resistencia de ambos era mínima, los dos poseían fuerza y agilidad, la única diferencia era que Ji Ho poseía un arma que segundos antes volvió a guardar en su pantalón.

Namjoon después de recibir el primer golpe respondió de la misma manera pero dándole fuertemente en el estómago, de modo que Ji Ho perdió el aliento y se apretó esa zona con sus brazos encogiéndose un poco debido al dolor, su contrincante aprovechó el momento para sujetarlo de los cabellos y propinarle un rotundo golpe en la cara con la rodilla, destrozándole el tabique y parte de labio superior. La sangre comenzó a brotar a raudales de la nariz de Ji Ho, así que escupió al suelo cuando sintió llegar a su lengua el sabor metálico de aquel liquido carmesí, y pasó el dorso de su brazo para limpiarse y enfureciendo como un demonio al verse todo manchado de sangre, la adrenalina del momento mitigando el dolor que se supone debería ser punzante al tener la nariz rota.

Nuevamente se abalanzó contra Nam e intentó golpearlo pero este lo esquivó con total éxito, dando nuestra de su total maestría y destreza en las peleas.

Por un segundo Ji Ho creyó que este reo tenia algún poder extra sensorial y le estaba leyendo los pensamientos adivinando así cuál sería su próximo ataque, de repente, en un leve descuido por parte del Namjoon, pudo al fin darle otro golpe en el rostro, incluso hasta lo sujetó del cuello de la camisa y lo tumbó contra la mesa mas próxima, Ji Ho iba a golpearlo en la cara de nuevo pero en esta oportunidad Namjoon no se lo permitió esquivándolo al hacerse a un lado, lo que provocó que Ji Ho golpeara fuertemente la mesa en su lugar, acto que seguramente le causo un espantoso dolor en los nudillos y que de haberle atinado a su objetivo, sin duda alguna le habría partido la cara a Namjoon quien como pudo se levantó del lugar y empujó a Ji Ho ejerciendo una fuerte presión en su pecho, de modo que logro hacer que este cayera de culo al suelo, intentó patearle la cara pero Ji Ho alcanzó a evadir el golpe que seguramente lo habría noqueado, rápidamente se puso de pie y se abalanzó contra Nam una vez mas tumbándolo al suelo.

Los reos alrededor de ellos gritaban enardecidos y eufóricos por la pelea, rápidamente se formaron bandos para apoyar a uno o a otro de los peleadores, muchos de los reclusos iniciaron las apuestas, la mayoría de ellos apostaban a favor del nuevo reo coronándolo anticipadamente como vencedor, asegurando a pie juntillas que ganaría la pelea, otros tantos apostaban a favor de Ji Ho, mismos que lo animaban deseosos de que acabara con su enemigo.

Los guardias no tardaron en llegar para restablecer el orden, así que no hubo tiempo para que alguno de los dos se coronase como el absoluto vencedor de la pelea, los guardias disiparon el conflicto, se ubicaron dispuestos alrededor de los reclusos con armas en mano y apuntando hacia los convictos que iniciaron el disturbio, les gritaron tanto que se colocaran de pecho al suelo y con las manos en la cabeza, todo esto sin dejar de apuntarles en todo momento con sus rifles de alto calibre, mientras que otros guardias más apartaban a los otros reos que estaban gritando, vitoreando que acabaran la pelea.

Ji-Ho segundos antes de que llegaran los guardias había sacado la navaja que escondió en su pantalón y se hizo un profundo corte en el brazo, luego colocó la misma dentro del pantalón de Namjoon sin que este se percatara de ello debido al gran alboroto que se había armado en la prisión.

Los guardias que ya tenían reducidos al par de convictos que protagonizaron la pelea, los comenzaron a arrastrar para llevarlos a la sala de confinamiento solitario, mas conocida por los presos como «el hueco» y, al levantarlos del suelo, vieron el brazo de Ji Ho ensangrentado mientras este se quejaba llorando a mares por el supuesto dolor infernal que sentía por el Corte.

—¡Maldita sea! el nuevo tiene un cuchillo. Yo no hice nada —Dijo quejumbroso a los guardias.

—¿De qué diantres hablas, imbécil? Yo no...

—¡Cállate! —Interrumpió uno de los guardias y le dio un fuerte golpe en la boca del estomago con su macana, sacándole el aire, seguido de esto comenzó a toquetearle el cuerpo, registrándolo en la búsqueda de la supuesta arma blanca, misma que segundos después efectivamente halló en el bolsillo de su pantalón.

—¿Qué coño..? —murmuro al ver la navaja. ¡Esa mierda no era de él!.

—Estarás una semana en confinamiento solitario, ¡camina! —Gritó uno de los guardias mientras otros tres más sujetaban a Namjoon fuertemente para llevárselo de allí, aunque este no entendía que le sucedería, por la expresión en los rostros de los demás prisioneros pudo deducir que no lo llevaban a un lugar muy agradable precisamente, sin embargo se opuso cuanto pudo, pues no estaba en sus planes pasar una maldita semana en ningún puto castigo.

—¡Esa navaja no es mía, con un demonio!

Jungkook, quien veía todo desde lejos, se sentía molesto ya que él sí vio cuando el reo metió en el bolsillo del pantalón de su hermano aquella arma, trató por todos los medios de decírselo a los guardias pero el mismo Hyung Sik le impidió insistir mas, lo mejor según él era no meterse mas en ese embrollo pues podría terminar con el mismo fin y él mismo ser llevado a confinamiento si así a los guardias se les antojaba.

Como los guardias vieron que Namjoon seguía poniendo resistencia negándose a ser llevado a confinamiento solitario, le dieron un fuerte golpe en la nuca con la macana que lo dejo inconsciente, cayendo desmayado al suelo.

Varios guardias mas lo arrastraron fuera del comedor y llevaron a Ji Ho también con ellos, igual que él, iba a pasar unos días en confinamiento, no iba a salir sin ser castigado, pero antes sería llevado a la enfermería para que curaran el corte en su brazo.

Una vez que todo estuvo en orden, los reos pudieron continuar recibiendo su almuerzo, Jungkook estaba molesto pues supo perfectamente lo que sucedió.

Namjoon no tenía por que ir a el hueco.

—¡Carajo, una semana! Eso no es justo —Se quejó y Hyung Sik asintió con su cabeza.

—Debería ir y tratar de hablar con esos malditos guardias.

—Lo sé, pero nada lograrás con eso, lo único que podrías ganar es provocar que tú también le hagas compañía a tu hermano en el Hueco y créeme que no te gustará esa experiencia.

—Pero él no hizo nada. Tú mismo viste que ese reo inició todo.

—Ya no se puede hacer otra cosa, si dijeron que estará una semana en confinamiento, así será, tendrás que ser paciente.

—Paciente mi culo, ¡demonios! —salió furioso del comedor, ni siquiera esperó el turno de su almuerzo, ya había perdido el apetito, caminó por el pasillo hasta llegar a su celda y cerró la misma haciendo un estruendoso ruido con la reja, ese reo maldito hijo de puta se las iba a pagar cuando saliera de aislamiento.

El tonto de su hermano no se defendió como debía pero él no iba a tenerle compasión.

¡Lo iba a matar!

Un momento... ¿Por qué haría eso? El problema era de Namjoon, no suyo. ¿Por qué estaba tan molesto de que llevaran a su hermano a El Hueco? ¡Maldición...!

Se supone que poco le importaba lo que le sucediera a Nam, ¿no es así?

Entonces ¿por qué tenia ganas de sacarle los ojos con un tenedor a ese maldito? soltó un suspiro todavía algo molesto, estaba confundido pues no entendía el por qué se sentía frustrado por lo que acababa de ocurrir, se sentó en la cama de abajo, es decir, en la de su hermano y luego se recostó en la misma entrecerrando sus ojos.

¿Qué iba a pasarle a Nam? ¿Por qué ese reo hizo todo aquello?

¡Carajo!, un millón de preguntas le pasaban por la mente y no tenía alguna respuesta.

Mientras tanto, en el comedor, Taehyung sonrió victorioso cuando vio a los guardias llevarse a Namjoon, cosa que no hizo Hoseok, pues estuvo a punto de salir corriendo a explicar todo lo que en realidad pasó, sin embargo, no hizo nada pues eso sería como buscar su propia muerte, no le quedó de otra que ver con tristeza a ese hermoso hombre mientras era arrastrado fuera del comedor por los guardias.

iTonto! Si tan solo hubiese escuchado sus advertencias no habría ocurrido nada de aquello.

Todo salió acorde al plan, Namjoon estaba en El Hueco y Jungkook estaba libre y disponible solo para el disfrute de Taehyung.

El rey, después de haberlo visto irse furioso del comedor, esperó unos minutos para luego ir tras él, no fue difícil hallarlo, suponía que iba a estar en su celda, así que al llegar allí, notó a este tumbado en la cama y con los ojos cerrados, abrió la reja de la celda e inmediatamente Jungkook se incorporó en la cama, viendo a como Taehyung se adentraba en su celda sin permiso.

—¿Qué coño haces aquí? —Preguntó aun un tanto enojado.

—Solo pasaba a saludar, niño bonito —Dijo con media sonrisa en sus labios mientras se recostaba de la pared.

—Lárgate.

—¿O si no qué? —Preguntó viéndolo fijo a los ojos y cruzándose de brazos.

—¿Me vas a hacer algo? ¿Golpearme tal vez?

—No me fastidies, maldito imbécil, no estoy de humor para soportar tus mierdas —respondió Jungkook.

—Oye, será mejor que aprendas a cerrar esa boquita y dejes los insultos ya que tu hermanito no está para defenderte —Dijo Taehyung sin apartar la mirada del menor. —Y otra cosa, prepárate porque a partir de mañana serás de mi propiedad —Sentenció el mandamás.

Jungkook, al escucharle, lo único que hizo fue descojonarse de la risa en ese instante. ¿Hacerlo suyo? ¡Ni en sus peores pesadillas!

—¿Tantos años en prisión te han afectado el cerebro, cierto? —le cuestionó mientras se limpiaba una pequeña lágrima producto de la risa. —Escúchame bien, idiota engreído —Jungkook se levantó de la cama, caminando hacia Taehyung.—Podrás ser el líder de esta prisión pero yo nunca seré tuyo. ¿Me escuchaste? Así que vete a la mierda.

Taehyung escuchó atentamente las palabras de ese chico y no pudo evitar relamerse los labios, esa actitud tan chulesca y soberbia le fascinaba, le encantaba la idea de dominar a alguien tan obstinado como él e iba a disfrutar mucho el hacerlo gemir su nombre hasta perder la cordura.

—No se si te das cuenta o no, pero lo único que logras al decirme eso es que quiera follarte con más ganas —Dijo Taehyung sonriendo pervertido. —Me pone extremadamente cachondo la idea de hacerlo con alguien así de arisco como tú, pequeño conejito.

—¡Qué te den por culo! —Le insultó mostrándole su dedo medio, Taehyung sin darle tiempo a reaccionar le hizo una llave sujetándolo de la muñeca dándole la vuelta a su brazo colocándolo detrás de la espalda y de un empujón, apegó su cuerpo contra la pared y su mejilla quedó fuertemente aprisionada contra esta.

—Recuerdo haberte dicho que cierres tu boquita y moderes tu vocabulario, conejito —Dijo susurrándole al oído mientras aprisionaba su fornido cuerpo contra la espalda de Jungkook.

—H-Hijo de puta, ¡suéltame!

—Tienes problemas de atención ¿Qué acaso no entiendes lo que se te dice? —Taehyung le apretó con más fuerza el brazo, haciendo que Jungkook se quejara un poco por el dolor.

—No es opcional cariño, quieras o no serás mío y aprenderás a respetarme.

—Ya quisieras, imbécil.

—Lo harás, conejito. Y puedo asegurarte que al final te va a encantar y vas a gemir mi nombre e implorarás por más —sentenció mientras le mordisqueaba de forma pervertida el lóbulo de su oreja derecha y aspiraba el aroma que emanaba la piel de su cuello. —Voy a disfrutar cada segundo al estar contigo.

—Ya suéltame, joder... Me lastimas —se quejó Jungkook intentando zafarse del agarre de Taehyung, pero era inútil.

—¿Aprenderás a respetar a tu rey? —preguntó soltando una pequeña risa.

—¡Carajo, que me sueltes. Imbécil!

El rey chasqueo su lengua y le dio la vuelta de modo que quedó frente a él, miró fijamente a los marrones ojos de Jungkook y este por primera vez pudo detallar de cerca el color de ojos del amo de la prisión, esos ojos de color similar al suyo pero de una profundidad que lo hacía
lucir como un ser exótico, Taehyung tenía en ese momento una mirada hechizante y Jungkook cayo como embrujado por esos profundos ojos y no pudo ni reaccionar, simplemente se quedó viéndolo hechizado, Taehyung tenía algo realmente divino y embrujador, tenía que reconocer que era la perfección hecha hombre, era tan hermoso tal como si fuera un Dios griego.

El mandamás de la prisión no tardó mucho tiempo mas en llevar su mano derecha al mentón del más joven para levantarlo levemente y darle un demandante beso.

Jungkook abrió sus ojos extremadamente, se tenso y parpadeó un par de veces desconcertado al sentir la intromisión en su boca de la endemoniada lengua del rey que rozaba la suya, tocándola de forma dominante.

Una de las cosas que mejor sabía hacer Taoki, era besar como los Dioses. Era el mejor besador y nadie podía negarlo, ni siquiera Jungkook que se resistió al principio pero después solo se dejo hacer y ni se molestó en alejarlo de él mientras este lo besaba con pasión.

Después de un breve momento mas, el mandamás se separó de los labios de Jungkook quien estaba sonrojado hasta las orejas.

¿Qué carajos fue eso?! ¿Por qué demonios no lo apartó cuando lo besaba? Y ahora, ¿por qué sentía su rostro arder en llamas?

—Llámame Taoki y deja de decirme imbécil, conejito, que bien que te gusto —le dijo alejándose de él.

—Mañana vendré por ti, por ahora debo irme para atender unos asuntos —Culminó guiñándole un ojo de forma coqueta para luego salir de la celda.

Jungkook no pudo pronunciar ni media palabra, se quedó petrificado apoyado contra la pared sin poder reaccionar por un momento, pues aún no se creía que él haya permitido que ese hombre lo besara y que no se haya resistido, poco a poco se dejó caer al suelo mientras su espalda se deslizaba en la pared y al caer de culo al piso, volvió en sí.

—Maldito seas Kim Taehyung —Musitó.

—Maldito seas Kim Taehyung, grandísimo hijo de puta —Gritó luego con todas sus fuerzas mientras apretaba sus puños.

Si ese estúpido creía que volvería a hacer algo como eso, estaba equivocado. No lo permitiría otra vez, no señor.

Aquél beso solo fue... Solo fue algo de momento... lo agarro desprevenido... Sí. Eso fue...

Lo besó estando desprevenido y por ende no le dio tiempo alguno de reaccionar y de darle una bofetada, pero para la próxima, le daría una patada en las bolas sin pensarlo dos veces.



Continuará...

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